La adaptación al jardín de infancia es el proceso de acostumbrar al niño a las nuevas condiciones de su vida: habitación, rutina diaria, profesores y otros niños a su alrededor. En la guardería hay nuevas exigencias y normas, a las que también debe acostumbrarse poco a poco. Algunos niños se adaptan muy fácilmente: corren al grupo sin llorar. Juegan, se divierten y no quieren irse a casa. Otros no pueden separarse de su madre. Se aferran a ella, lloran a gritos y tienen miedo de entrar en el grupo. Cuál será la adaptación en la guardería — depende de los padres, los profesores y el niño.
Tabla
- Grados de adaptación del niño
- Tipos de adaptación de los niños
- Factores que influyen en la adaptación del niño
- Etapas de la adaptación del niño al jardín de infancia
- Habilidades útiles para los niños de guardería
- Consejos para los padres sobre cómo aliviar la separación del bebé
- Consejos de Komarovsky para los padres sobre la adaptación del niño en la guardería
- Qué hacer si la adaptación al jardín de infancia ya ha comenzado
- Errores en la adaptación de un niño al jardín de infancia: un memorándum para los padres
- Práctica personal con niños que se adaptan al jardín de infancia
Grados de adaptación del niño
Se distinguen tres grados de adaptación en la guardería: ligera, media y fuerte. Cuál de ellos se producirá con un niño en particular depende de muchos factores: las relaciones en la familia, las habilidades pedagógicas de los educadores, los rasgos caracterológicos del bebé.
Ligera
La adaptación al jardín de infancia se produce en poco tiempo: en 2-4 semanas el niño se acostumbra al jardín de infancia, no tiene miedo de ir allí y está contento de ir al grupo. Este grado de adaptación puede juzgarse por los siguientes signos
- el bebé entra tranquilamente en la guardería y en el grupo, sin llantos ni rabietas;
- se comunica felizmente con los cuidadores, no se esconde de ellos, no tiene miedo de mirarlos a los ojos, puede contarles tranquilamente sus necesidades del momento;
- se comunica satisfactoriamente con los niños del grupo;
- reacciona adecuadamente ante el estímulo o la censura verbal de los profesores;
- si ya sabe hablar, puede contar con emoción a sus padres lo que ha pasado hoy en la guardería.
Medio
La adaptación media de un niño en la guardería se retrasa durante más tiempo: hasta un mes y medio. El bebé llora o se enfada al ir a la guardería, no siempre quiere ir al grupo, pero a pesar de ello se incorpora al equipo y a la nueva vida, aunque lentamente. Este nivel de adaptación se indica mediante signos:
- el niño va poco a la guardería y suele estar enfermo;
- le cuesta separarse de mamá, no quiere dejarla marchar, llora durante algún tiempo después de salir del jardín;
- se calma al poco tiempo y empieza a jugar con otros niños;
- sigue la rutina de la institución;
- reacciona adecuadamente a las afirmaciones positivas y negativas del profesor sobre su comportamiento y sus acciones.
Difícil
La adaptación difícil en la guardería es característica de los niños con alta sensibilidad, bajo nivel de socialización o mayor agresividad. La habituación en este caso puede durar desde un par de meses hasta varios años, a veces el bebé no se adapta a la institución y los padres tienen que llevarlo a la educación en casa. Este grado de adaptación es bastante raro. Signos por los que se puede determinar:
- falta de contacto con sus cuidadores y compañeros durante más de dos meses;
- llanto, estupor o agresividad durante mucho tiempo tras la marcha de los padres: más de una hora;
- negativa a aceptar la rutina de la guardería: no comer, no dormir, no participar en actividades educativas y de desarrollo, no jugar con los niños;
- lágrimas, miedo o agresividad en respuesta a las palabras de los profesores.
Las formas de superar una adaptación difícil consisten en recurrir a tiempo a un psicólogo, mantener un contacto constante con el niño y sus cuidadores, establecer una relación de confianza con el bebé. A veces es útil hacer una pausa en la asistencia a preescolar durante 1-2 meses.
Dependiendo del grado de adaptación del niño al jardín de infancia, los padres y los profesores deben desarrollar sus propias formas de interacción con el bebé: uno debe simplemente apoyar, otro — para animar, el tercero — para compadecerse. Si los adultos consiguen encontrar una estrategia de comportamiento adecuada, pronto se acabará la adaptación psicológica y física del mendrugo al jardín de infancia, e irá allí más tranquilo.
Tipos de adaptación de los niños
Los tipos de adaptación en la guardería también son diferentes en función de la estrategia de comportamiento que elija el niño. Algunos primero lloran durante mucho tiempo, y después de un par de semanas felizmente ir al grupo, otros — primero con entusiasmo incluido en las actividades y juegos, y después de un tiempo — no puede dejar de mamá de los vestuarios. Lo que la adaptación será en una miga en particular, depende de sus características individuales.
Activo
La adaptación a la guardería de este tipo es la más común. El niño en las primeras dos o tres semanas se siente ansioso: preocupado al ir al jardín, llorando al separarse de los padres, triste por el hecho de que mañana — de nuevo tienen que ir a los chicos. Pero pronto las lágrimas se vuelven menos, el bebé comienza a sentirse seguro, más y más confianza va al contacto con los profesores y los chicos.
Pasivo
Esta adaptación del niño a la guardería suele pasar desapercibida para los padres. El hecho es que el bebé va al jardín de infancia casi sin problemas: no hace berrinches, no llora en el vestuario, no se aferra a su madre. Pero cambia que, al parecer, y no se aplica a la guardería: estropea el sueño y el apetito, aumento de la fatiga, mal humor por las tardes. Estos síntomas pasan al cabo de unas semanas y el estado del niño mejora.
Aplazado
La adaptación de un niño a una guardería de este tipo suele decepcionar mucho a los padres. En las primeras 2-3 semanas, el bebé, al parecer, va con éxito al jardín: no derrama lágrimas, no se niega a dormir ni a comer, excelente contacto con los participantes del proceso educativo. Pero llega un día en que el niño se comporta como se comportaban los niños con adaptación activa en las fases iniciales: solloza, no suelta a su madre, no quiere ir al jardín, no quiere comunicarse con los profesores ni jugar con los niños. El proceso posterior suele seguir el tipo de adaptación activa de los niños a la guardería.
Fracaso
Este tipo supone que el niño nunca ha podido acostumbrarse, o que el periodo de adaptación en el jardín de infancia se ha retrasado durante años. El bebé no se tranquiliza con los tutores y los chicos tras la marcha de los padres, no observa el régimen de la institución, no participa en los juegos y las clases, se niega a comer y a dormir en el jardín de infancia. La mayoría de las veces, este estado se traslada a la escuela: al niño de primer grado le cuesta mucho acostumbrarse a un nuevo papel.
De cómo haya ido la adaptación en la guardería depende la vida posterior del niño. Determina cómo establecerá contactos, interactuará con la gente, si será independiente, seguro de sí mismo, o ansioso, sin iniciativa.
Factores que influyen en la adaptación del niño
El análisis de la adaptación del niño a las condiciones del jardín de infancia muestra que depende de varios factores a la vez. Cuanto más favorable sea cada uno de ellos, más rápida y fácilmente se acostumbrará el bebé a las nuevas condiciones.
Edad del niño
La adaptación al jardín de infancia de los niños de corta edad se produce de distintas maneras:
- Al año de edad, el bebé está muy apegado a su madre, no es independiente, a veces ni siquiera sabe andar todavía. Estas migajas toleran muy mal la separación, mucho tiempo no pueden calmarse tras la marcha de mamá. Tienen una inmunidad insuficientemente formada, por lo que enferman incluso con más frecuencia que los niños mayores.
- La adaptación al jardín de infancia a los 2 años suele tener más éxito. El niño ya es más independiente, el mundo que le rodea le interesa poco a poco más que su madre. Por lo tanto, lo más frecuente es que el bebé se acostumbre rápidamente, se incluya en el régimen y en la interacción con los cuidadores.
- La adaptación al jardín de infancia en 3 años puede ser diferente dependiendo de si el niño ya ha experimentado la crisis principal de esta edad. Si este periodo ya ha pasado o aún no ha tenido tiempo de empezar, entonces la habituación es fácil y rápida: el bebé se interesa por el mundo que le rodea, va formando el deseo de interactuar con sus iguales, ya está suficientemente separado de su madre. Si traes al niño a la institución en un periodo de crisis, entonces la adaptación en la guardería de 3 años puede retrasarse, ya que al estado negativo interno se superpone el estrés asociado a la entrada en la guardería.
Estado de salud
Cómo va la adaptación en el jardín de infancia, también depende de si el bebé está sano. Si el niño tiene alguna enfermedad somática al entrar en el grupo, le será más difícil acostumbrarse: además del estrés de un entorno desconocido, experimenta malestar físico.
La adaptación del niño a la guardería será difícil si padece trastornos mentales o neurológicos; por ejemplo, no tolera los ruidos fuertes o tiene pánico al contacto con extraños. Si el bebé padece alguna enfermedad crónica o tiene alguna peculiaridad en su desarrollo, es mejor que se lo comuniques enseguida a los cuidadores, para que puedan crear unas condiciones adecuadas para él.
Grado de desarrollo psicológico
Si el grado de desarrollo psicológico es demasiado bajo o alto, puede haber peculiaridades de la adaptación del niño en la guardería. En el primer caso, el bebé no seguirá el programa educativo de la guardería, tendrá dificultades de comunicación e interacción. Para los niños con problemas psicológicos graves en la institución se suele hacer un programa educativo adaptado teniendo en cuenta sus características.
Los niños superdotados suelen aburrirse con sus compañeros, no encuentran un lenguaje común con ellos, no les interesa interactuar entre ellos. Por eso, los niños con un nivel de desarrollo mental muy alto tienen una adaptación tardía al jardín de infancia, tardan mucho en adaptarse a niños que son diferentes a ellos.
La duración y el tipo de adaptación del niño al jardín de infancia dependen de su nivel de socialización. Si el bebé, antes de entrar en la institución, se comunicaba muy poco con otros niños y adultos, no estaba con nadie más que con mamá y papá, no visitaba los patios de recreo, le resultará más difícil acostumbrarse a la guardería. Un gran número de niños a su alrededor y la falta de atención de los adultos en la guardería pueden llevarle a un estado de estrés.
Cuando llega a la guardería un bebé que tiene experiencia de interacción con cualquier niño, que entra fácilmente en contacto con ellos y que es capaz de negociar al menos al nivel más sencillo, es probable que se acostumbre a la guardería rápida y fácilmente.
Composición familiar
La adaptación de un niño pequeño a la guardería depende a veces de con quién viva. Lo más difícil suele ocurrirles a los niños que son el único hijo de la familia o viven con uno de los padres: tienen un vínculo psicológico muy fuerte, a la miga le cuesta mucho quedarse solo en un lugar desconocido, rodeado de extraños.
Los niños que viven en familias numerosas, donde están acostumbrados a convivir con diferentes adultos y a relacionarse con sus hermanos y hermanas, tienen más probabilidades de ir a la guardería sin graves problemas de adaptación. Pero ocurre lo contrario: el niño demasiado activo de una familia pequeña se cansa de la soledad y corre alegremente a la guardería, y al bebé, que experimenta una falta de atención en una familia numerosa, le resulta más difícil acostumbrarse a un grupo grande de niños.
Temperamento del niño
Dependiendo del tipo de actividad nerviosa, la adaptación de los niños a las condiciones de la guardería también será diferente. Los pequeños sanguíneos se acostumbran rápidamente a la institución, a los compañeros y a los educadores, son buenos en el contacto, se implican en las actividades. Los coléricos pueden ser más difíciles: son explosivos, a menudo conflictivos, no se llevan bien con todos los compañeros. Al mismo tiempo, son resistentes y a las nuevas condiciones también se acostumbran a la suficiente rapidez. Flemático puede ser de dos opciones: o está muy acostumbrado a casa y difícil de adaptar, o con indiferencia va al jardín de infancia, sin prestar mucha atención a los cambios en su vida. Un alto grado de adaptación al jardín de infancia se da sobre todo en los melancólicos: se lo toman todo a pecho, se ofenden y se enfadan con facilidad.
Ambiente familiar
Si un niño llega a la guardería procedente de una familia feliz donde se siente necesitado y querido, su adaptación es más fácil. Rápidamente se da cuenta de que sus padres no se irán para siempre y que volverán a acogerle, que le protegerán de cualquier dificultad y le apoyarán en caso de fracaso.
Un niño que vive en una familia en la que discuten a menudo, no se fijan en él, no le escuchan ni a él ni a los demás, le critican y regañan constantemente, tendrá más dificultades para acostumbrarse a las nuevas condiciones. Por un lado, debido a su baja autoestima, le preocupará que sus padres le dejen aquí para siempre. Por otro, tendrá miedo a las críticas en el parvulario, reaccionará inadecuadamente a los comentarios y experimentará dificultades en las interacciones.
Etapas de la adaptación del niño al jardín de infancia
Se pueden distinguir tres etapas de adaptación del niño al jardín de infancia:
- Aguda. El bebé está en tensión constante, está ansioso, llora, es caprichoso, a veces incluso tiene auténticas rabietas.
- Moderada. La tensión se va debilitando poco a poco, el niño empieza a reaccionar con más calma a la despedida de los padres, a calmarse más rápidamente tras su marcha. El apetito y el sueño mejoran lentamente.
- La etapa compensada se caracteriza por la estabilización del estado del bebé. Se incorpora a la comunicación con sus compañeros y cuidadores, empieza a participar activamente en juegos y a aprender cosas nuevas con éxito dentro de las paredes de la institución.
Habilidades útiles para los niños de guardería
¿Cómo facilitar la adaptación del niño a la guardería? Uno de los momentos más importantes es la independencia en el mayor número posible de ámbitos de su vida. Cuanto más sea capaz de hacer el niño, más fácil le resultará el jardín de infancia, a él y a los cuidadores.
- Vestirse y desvestirse de forma independiente, al menos parcialmente. Si se enseña al niño a hacerlo con un mínimo de ayuda, no tendrá que sentarse a esperar a que le cambien, nadie le regañará por no ser independiente, aprenderá a responsabilizarse de sus cosas.
- Comer de forma independiente. La capacidad de sostener una cuchara y llevarse la comida a la boca, el bebé debe dominarla antes de ir a la guardería. De lo contrario, corre el riesgo de quedarse con hambre durante todo el día o de tener que esperar a que llegue su turno para ser alimentado.
- Rechazo del pañal. Es bueno que cuando el bebé entre en la guardería pueda informar a los adultos de su necesidad de ir al baño con una palabra. En este caso, tendrá un mínimo de pantalones mojados en su taquilla para cuando lleguen sus padres.
- Interactuar con niños y adultos. No tener miedo de nadie, no ofender, ser capaz de negociar a un nivel sencillo. La comunicación en el jardín de infancia es inevitable, y en ausencia de habilidades hay graves problemas de comunicación y adaptación.
- Comer alimentos diferentes. Es difícil acostumbrarse a la comida de la guardería para los niños que están acostumbrados a comer sólo purés o productos semielaborados.
Consejos para los padres sobre cómo aliviar la separación del bebé
La información para los padres sobre la adaptación a la guardería suele estar disponible en los mostradores de los vestuarios y en forma de folletos y prospectos. Será bueno que los padres preparen y adapten al niño a las nuevas condiciones de vida mucho antes de que llegue al grupo.
Acciones necesarias
- Inventa un ritual de despedida con el niño, que le dé la seguridad de que mamá volverá. Puede ser cualquier acción sencilla: la frase «te quiero», un beso en la nariz o un apretón de manos firme. Siempre. Al dejar al bebé con cualquiera de los otros adultos, realiza la misma acción para que el niño la recuerde. Despedirse de este modo facilitará que el niño se separe de mamá en el vestuario del centro preescolar.
- Unos seis meses antes de ir a la guardería, empieza a involucrar a otros adultos en la interacción de tu hijo con ellos para que tenga la experiencia de separarse de mamá e interactuar con otros adultos. Puedes empezar con ellos interactuando en presencia de mamá, y luego empezar a marcharte durante periodos de tiempo cada vez más largos.
- Poco a poco, deja al bebé solo en la habitación mientras la madre está fuera de su vista. A veces vale la pena ofrecerle que juegue solo, sin la participación de un adulto; esta habilidad también será necesaria en la guardería.
- Intentar formar una autoestima positiva y representaciones del miguito sobre sí mismo: decirle lo inteligente, independiente, alegre y sociable que es. Hay que evitar decir que el niño es poco sociable, caprichoso o enfadado.
Acciones innecesarias
- Nunca te alejes del niño cuando esté distraído. En esta situación, se asusta mucho de que mamá haya desaparecido a un lugar desconocido. La próxima vez, intentará por todos los medios que mamá no se aleje ni un paso de él.
- No intentes dejar al niño solo en casa, ni siquiera yendo a la tienda, situada en la casa vecina. En primer lugar, esto aumentará el nivel de ansiedad del bebé y, en segundo lugar, puede correr peligro en pocos minutos en su propio piso.
- No es necesario que el bebé cada vez que después de la separación para comprar un sabroso o juguetes: si él consigue la comprensión de que después de la separación que está esperando algo material, tales compras tendrán que hacer todos los días cuando el niño va a la guardería.
Consejos de Komarovsky para los padres sobre la adaptación del niño en la guardería
Acerca de la adaptación de un niño pequeño en el jardín de infantes dice y un famoso médico. Eugene Olegovich cree que la habituación exitosa en el preescolar es una de las condiciones para el desarrollo armonioso del niño. Él da los siguientes consejos a los padres con respecto a la adaptación del niño al jardín de infancia:
- No ir a trabajar el mismo día en que el niño va a la guardería por primera vez. Komarovsky cree que la adaptación al jardín de infancia irá mejor si la madre tiene unas semanas de reserva para poder quedarse unos días con el bebé en caso de indisposición de éste, sin crearle problemas en el trabajo.
- La adaptación al jardín de infancia es mejor en invierno y en verano, en los periodos fuera de temporada hay más probabilidades de coger la baja por enfermedad, habiendo ido al jardín sólo unos días. En este caso, después de la adaptación de la enfermedad en el jardín de infancia, de acuerdo con Komarovsky, se iniciará de nuevo.
- Es obligatorio preparar el sistema inmunitario para enfrentarse a nuevos virus y bacterias: endurecerlo, comer fruta y verdura fresca para vitaminizar el organismo, dar paseos más frecuentes y largos.
- Según los consejos de Komarovsky, la adaptación al jardín de infancia será más fácil si en sus fases iniciales se reduce el nivel de exigencia para el bebé: permitirle un poco más de lo habitual, ser más indulgente con sus caprichos y peticiones.
Qué hacer si la adaptación al jardín de infancia ya ha comenzado
Las normas de adaptación del niño a la guardería, si ya ha empezado a ir allí, también deben respetarse para que la habituación transcurra de la forma menos traumática posible para el bebé. El plan de adaptación del niño en la guardería es mejor hacerlo con antelación, habiéndolo discutido previamente con los profesores y, si es necesario, con un psicólogo.
En primer lugar, no se puede llevar al bebé al jardín de una sola vez durante todo el día. Es mejor que la habituación comience con paseos conjuntos: durante ellos, el bebé tendrá tiempo de familiarizarse con el profesor y los chicos en un territorio neutral, estando cerca de su madre. Entendiendo que el tutor — es seguro, familiar a mamá, en el grupo a él miga irá más fácil. Al ir al grupo, es necesario comenzar con una estancia de dos horas.
Puedes aumentar gradualmente el tiempo, pero no fuerces las cosas. Esto se aplica a la adaptación al jardín de infancia a cualquier edad, tanto si tiene 2 como 4 años. En segundo lugar, es importante mostrar verdadero interés por lo que hizo el bebé en la guardería, por cómo le fue el día. Aunque el bebé tenga 2 años, la adaptación del niño al jardín de infancia será más fácil si ve que la madre muestra realmente participación en su nueva vida.
En tercer lugar, mantén un contacto regular con los cuidadores, para que puedas entender fácilmente cómo va la adaptación al jardín de infancia. Llevan tablas de desarrollo especiales, en las que se puede ver el progreso de la habituación.
En cuarto lugar, sobre todo en el caso de los niños que tienen problemas para adaptarse al jardín de infancia, conviene limitar durante el periodo de adaptación las experiencias emocionales fuertes, tanto negativas como positivas.
Los padres también tienen que adaptarse al jardín: separarse del bebé, que durante mucho tiempo sólo estuvo en casa, contener sus emociones, preocuparse por el estado del niño. Cuanto más tranquilos se comporten y sientan los papás y las mamás, antes se sentirá seguro el bebé entre las paredes del jardín.
Errores en la adaptación de un niño al jardín de infancia: un memorándum para los padres
A veces, las mamás y los papás que intentan ayudar a su bebé cometen errores que dificultan la adaptación a la guardería. ¿Qué no se debe hacer durante este período difícil?
- Comparar a tu hijo con otros, sobre todo en voz alta. Todos los niños tienen distintos niveles de adaptación al jardín de infancia. Algunos se separan tranquilamente de los padres y juegan, otros — lloran, no quieren dejarles marchar. Ambas cosas son normales, así que no tiene sentido compararlas. Esto sólo puede ofender al niño.
- Engañar. Según las recomendaciones de los psicólogos, durante el periodo de adaptación a la guardería, no vale decirle al niño, al despedirse, que la madre sólo va a la tienda 5 minutos, y que volverá si el plan es dejarle más tiempo. En este caso, los padres minan la confianza del niño, que se siente traicionado.
- Castigar a la guardería dejándole allí más tiempo por alguna falta. El amor por el jardín de infancia en este caso sólo se debilitará. Las notas a los padres sobre la adaptación suelen aconsejar, por el contrario, hablar de la institución sólo lo bueno y convencer al bebé de que allí sólo van los niños más maravillosos.
- Sobornar con objetos materiales: juguetes o algo apetitoso para que el bebé se quede en el jardín. Existe el riesgo de que en el futuro el niño chantajee a los padres exigiendo refuerzos todos los días.
Práctica personal con niños que se adaptan al jardín de infancia
- Arseniy llegó a la guardería con tres años y medio. Estaba muy apegado a su madre, gritaba mucho cuando llegaba a la guardería, se tumbaba en el suelo y se negaba a levantarse; así fue desde el primer día. Unos días después de la primera visita, la madre cometió un grave error: entró con él en el grupo y se puso a jugar con él. Cuando él se distrajo, ella huyó rápidamente de la guardería. Cuando Arseniy se dio cuenta de que su madre había desaparecido, se puso histérico: los profesores no podían calmarle, tiraba juguetes a los niños y a los profesores, gritaba, golpeaba el suelo con las manos y los pies. Los profesores tuvieron que recurrir al psicólogo del centro. Al ver a una persona nueva en el grupo, el niño se quedó paralizado. Aprovechando el momento, consiguieron hacerle hablar. Respondió a preguntas sencillas: cómo se llamaba, cuál de sus juguetes le gustaba, qué le gustaba hacer. El niño estaba muy tenso física y psicológicamente, era evidente que le costaba estar en el grupo. Por lo tanto, el psicólogo lo llevó a su despacho e intentó aliviar la tensión emocional con la ayuda de juegos de arena, modelado y dibujo. Además, se celebraron consultas con los profesores y la madre. El niño asistió a clases durante 3 meses, durante los cuales el psicólogo primero alivió la tensión emocional y luego trabajó gradualmente en su adaptación al grupo.
- Había una niña, Katya, de tres años, con una situación familiar disfuncional: su madre la dio a luz a los 17 años, y después, dejando a la niña en manos de su abuela, se fue a otra ciudad. Katya no la veía más que una vez cada seis meses. Además de Katya, su abuela tenía un abuelo sin las dos piernas. La mujer hizo todo lo que pudo por su nieta. La trataba con cariño, pero a la niña aparentemente le faltaba atención. Fue a la guardería desde el primer día muy tranquila: no lloró, enseguida corrió a jugar con los chicos y los juguetes, y cuando su abuela vino a recogerla en 2 horas, no quería irse. Al día siguiente, la niña se quedó a dormir la siesta por voluntad propia. Al cabo de un par de semanas, durante unos días se mostró caprichosa al llegar a la guardería, pero enseguida se calmó y acabó adaptándose bien.
Las formas de adaptación a la guardería dependen de muchos factores: el estado y las características personales del niño, la situación en la familia, el nivel de socialización y mucho más. Los padres pueden ayudar al mendrugo enseñándole la independencia con antelación, no precipitarán los acontecimientos en el proceso de acostumbramiento. Si escuchan a los tutores y otros profesores del centro preescolar, así como a su hijo, su adaptación transcurrirá fácilmente y sin mucho estrés.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023