Adicción: tipos, causas y etapas de formación

Adicción y dependencia son conceptos cercanos en psicología clínica. La adicción es un conjunto de manifestaciones patológicas del comportamiento destructivo de la personalidad, cuyo objetivo es escapar de la realidad.

¿Qué es la adicción? ¿Cómo distinguirla de una conducta desviada? ¿Cómo entender que tal o cual hábito es exactamente una adicción?

Definición del concepto

qué es la adicción

La adicción en psicología es una dependencia psicológica de una persona a algo, una adicción morbosa a determinadas sustancias, objetos, acciones. Un adicto es una persona que sufre algún tipo de adicción.

Sin embargo, no todo comportamiento adictivo es una adicción. Por ejemplo, la dependencia fisiológica de un bebé hacia su madre (algo natural en un niño debido a su edad) se considera una adicción socialmente aceptable.

Además, los expertos en psicología han demostrado que actividades como la creatividad y la meditación, el deporte y las prácticas espirituales son ejemplos positivos de adicción.

Hay que decir que un fenómeno como la adicción no es una enfermedad. La CIE-10 no recoge esta enfermedad.

Los signos de la adicción pueden identificarse sólo condicionalmente, porque son muy individuales. Para el adicto se caracteriza por:

  • malestar psicológico, cambios de humor;
  • deseo irresistible de consumir tal o cual sustancia en la adicción química;
  • falta de capacidad para consumir la sustancia de forma comedida o para dejarla tras un breve periodo de tiempo;
  • malestar fisiológico ante la falta de oportunidad de satisfacer una necesidad patológica;
  • baja tolerancia al estrés, dificultades de adaptación;
  • inadaptación y conflicto;
  • reducción de la capacidad de pensamiento crítico y de llevar una vida normal;
  • negativa a reconocer la existencia de la adicción.

Causas de la formación

comportamiento de riesgo

Los psicólogos clínicos están seguros de que el hecho de que los padres tengan uno u otro tipo de adicción puede atribuirse a la razón principal de la aparición de una adicción similar en el niño. Además, se distinguen las siguientes razones para la formación de la adicción:

  • situación psicológica desfavorable en el entorno del niño y sus padres
  • falta de apego emocional a los padres
  • socialización infructuosa y dificultades para adaptarse a nuevas condiciones
  • inestabilidad mental
  • baja autoestima;
  • estancia prolongada en una situación estresante;
  • capacidad poco desarrollada para analizar su propio comportamiento;
  • tendencia a evitar los problemas en lugar de resolverlos
  • falta de fuerza de voluntad;
  • tendencia a correr riesgos;
  • negligencia, tendencia al vagabundeo y a las acciones ilegales.

Tipos

Los adictos intentan escapar de la realidad de diferentes maneras. En función de ello, es habitual distinguir distintos tipos de adicción. A los tipos químicos pertenecen: alcoholismo, nicotinismo, drogadicción y toxicomanía. A las no químicas: adicción al ordenador, adicción al trabajo, pasión por el juego, trastornos alimentarios, adicción al amor y adicción sexual.

A continuación le contamos qué tipos de adicciones conoce la ciencia psicológica moderna.

Formas químicas

Adicción a la nicotina

Las adicciones químicas son un conjunto de signos de un estado alterado de conciencia de una persona como consecuencia de la ingesta de sustancias psicoactivas. Causar adicción química puede bebidas alcohólicas, sustancias tóxicas, café, nicotina, algunos medicamentos.

  • Adicción a la nicotina. Se trata de un ansia fisiológica de una persona por fumar, cuyo peligro es que afecta no sólo al propio fumador, sino también a sus familiares que se ven obligados a inhalar nicotina.
  • Alcoholismo. Este tipo de adicción se basa en el consumo de grandes dosis de bebidas alcohólicas por parte de una persona, lo que contribuye a la adicción, a evitar problemas en la familia o en el trabajo. La adicción al alcohol provoca tanto una necesidad psicológica como una adicción fisiológica. Por lo tanto, al intentar abandonar esta adicción nociva, la persona experimenta el síndrome de abstinencia. El resultado del alcoholismo es la degradación de la personalidad.
  • Toxicomanía. Como medio para obtener placer en este tipo de adicción se utilizan sustancias tóxicas cuyo olor inhala el adicto.
  • Toxicomanía. Es la dependencia fisiológica de una persona a drogas o sustancias psicoactivas que provocan alucinaciones.

Las adicciones químicas destruyen los órganos internos de la persona, causando graves daños a la salud. El propio adicto no se da cuenta de que es un camino directo hacia la muerte prematura.

Formas no químicas

Adicción al ordenador

Las adicciones no químicas son diversos trastornos del comportamiento que se producen sin que la persona consuma aquellas o sustancias que pueden alterar la conciencia.

  • Ludopatía. En psicología, la ludopatía es la definición científica de la adicción al juego. Un adicto a esta adicción es alguien capaz de gastarse hasta el último céntimo en el juego, porque para él esta actividad es primordial. A medida que crece el impulso, también lo hace la cantidad de dinero que el adicto gasta en su afición. Debido a las deudas y a los numerosos préstamos, la relación del ludópata con sus seres queridos se echa a perder.
  • Adicción a Internet. Este tipo de adicción se caracteriza por una inmersión total de la personalidad en el mundo virtual. La comunicación en vivo de la vida de una persona desaparece gradualmente, los lazos amistosos se cortan. En la psicología de la edad se cree que el aumento del interés por la comunicación virtual es la norma de la adolescencia, pero los padres deben estar atentos al niño para darse cuenta a tiempo de los signos destructivos.
  • La adicción al ordenador es una variante de la adicción a Internet. Se caracteriza por la fascinación excesiva de una persona por los ordenadores, la programación, los juegos de ordenador y la comunicación virtual. Los signos fisiológicos de la adicción al ordenador son dolores de cabeza constantes, disminución de la visión, dolor en la muñeca como consecuencia del sobreesfuerzo de los músculos de la mano y alteración de la rutina diaria.
  • Adicción a los artilugios modernos. Se manifiesta en la dolorosa carrera de una persona por la última tecnología. Si se entera del lanzamiento de un nuevo modelo de teléfono potente, se apresura a comprarlo, a pesar de que su viejo móvil funciona perfectamente bien. Como resultado, el adicto gasta enormes sumas de dinero en equipos innecesarios.
  • Adicción al amor. En las fuentes literarias también se denomina adicción sexual. En este caso, el objeto de la pasión dolorosa se convierte en una pareja real o imaginaria. Sus manifestaciones son polifacéticas: desde la fijación de una persona por el sexo hasta el rechazo consciente de la intimidad en las relaciones debido a la sed de intimidad espiritual, no física. La forma más común de este tipo de adicción son los celos. En las mujeres suele manifestarse como un deseo de controlar al compañero en todo, de leer su correspondencia en Internet y comprobar la lista de llamadas de su teléfono móvil. El peligro de este tipo de adicción no química es que la relación amorosa del adicto está condenada al fracaso.
  • La adicción a la evitación es lo contrario de la adicción al amor. Las personas con este tipo de adicción temen las relaciones cercanas y el apego emocional. Temen que enamorarse, las relaciones íntimas y el matrimonio les priven de su libertad. Como resultado, estas personas están condenadas a la soledad.
  • Adicción al trabajo. A primera vista, puede parecer que la dedicación al trabajo no es en absoluto una adicción, sino un rasgo positivo de la personalidad. Pero en palabras sencillas, la concentración en el trabajo desplaza todas las demás actividades de la vida de un adicto al trabajo: la creatividad, las aficiones, la comunicación con los amigos, las tradiciones familiares. Al mismo tiempo, el propio proceso de realizar funciones laborales no proporciona placer al adicto. El trabajo es para él una forma de evitar problemas en otras esferas de la vida.
  • La adicción urgente es el deseo de una persona de limitarse a sí misma en todo, de intentar disponer del mayor tiempo posible, trabajando a un ritmo extremadamente rápido. Este comportamiento provoca tarde o temprano el síndrome de fatiga crónica y la frialdad emocional de la persona.
  • Adicción religiosa. En psicología, un adicto religioso es una persona involucrada en las actividades de una secta.
  • Adicción al deporte. Se caracteriza por un aumento constante del tiempo de entrenamiento. La persona está obsesionada con la idea de obtener el máximo efecto del entrenamiento, por lo que le dedica todo su tiempo libre.
  • Adicción a la comida. Este tipo incluye todos los trastornos alimentarios, desde comer en exceso hasta evitar deliberadamente ciertos alimentos y pasar hambre. La adicción a la comida da lugar a diagnósticos como bulimia, anorexia y obesidad.
  • Adicción a las compras. Un signo de esta adicción no química es una pasión patológica por comprar todo tipo de cosas. Ir de compras se convierte para los adictos de este tipo en una provocación a la adicción. Como consecuencia del despilfarro incontrolado, una persona tiene graves dificultades económicas, se ve obligada a endeudarse. Al mismo tiempo, ir de compras en sí no le produce placer, al salir de la tienda, se siente culpable. Al no poder ir a la tienda durante el día, estas personas se sienten incómodas: están deprimidas, irritables, llorosas.

Tratamiento

Es un error creer que la adicción desaparecerá por sí sola al cabo de un tiempo. Hay que recordar que cuanto más tiempo tenga el adicto, más difícil será librarse de la adicción. Las etapas de formación de la adicción determinan los métodos de tratamiento.

La situación con el tratamiento de la adicción también se complica por el hecho de que el propio individuo no reconoce su problema y rechaza la ayuda.

Sólo los psiquiatras y los psicólogos clínicos son capaces de identificar el comportamiento adictivo y planificar adecuadamente su corrección terapéutica. El diagnóstico del problema de la adicción comienza con la recopilación de la anamnesis y la búsqueda de la causa del desarrollo del comportamiento anormal. Por regla general, las adicciones se manifiestan en el comportamiento del paciente durante la visita al médico, en las respuestas a las preguntas del especialista.

Las adicciones no químicas se tratan con ayuda de la psicoterapia y la hipnosis. La esencia de la influencia psicológica correctiva se reduce a la destrucción de los estereotipos negativos del comportamiento, la formación de un sistema adecuado de valores. Dependiendo de la gravedad y la forma de la adicción, el psicólogo o psicoterapeuta elige formas de trabajo grupales o individuales. Los entrenamientos de crecimiento personal son métodos eficaces de eliminación de la adicción.

El tratamiento de las adicciones químicas requiere la hospitalización del paciente para desintoxicar el organismo y estimular las estructuras profundas del cerebro con corriente eléctrica. El principio fundamental del tratamiento de las adicciones químicas es sustituir el objeto de la adicción por una droga inocua. Por ejemplo, es más fácil que los consumidores de heroína vuelvan a llevar un estilo de vida saludable si la droga se sustituye por buprenorfina o metadona en la fase inicial de la terapia. Para prevenir las crisis nerviosas, el tratamiento de la toxicomanía se combina con la prescripción de antidepresivos al paciente.

Tras un curso de sesiones psicoterapéuticas o después de un tratamiento hospitalario, es necesario el apoyo médico y psicológico del ex adicto para evitar recaídas. En esta fase del tratamiento, los principales ayudantes de los médicos y psicólogos son los familiares cercanos del paciente, que deben ayudarle a volver a un modo de vida normal. El éxito del tratamiento se debe en gran medida a la creación de un entorno psicológico favorable en casa.

Mis recomendaciones

Lo insidioso de las adicciones es que se desarrollan de forma imperceptible para el propio adicto. La persona está segura de que controla la situación, mientras que su comportamiento y sus actos están subordinados desde hace tiempo a la adicción. Por eso a los adictos les cuesta reconocer que tienen un problema.

Sólo emprendo la corrección de adicciones no químicas si el cliente pide ayuda y está dispuesto a cooperar. De lo contrario, se perderá tiempo y dinero.

En mi opinión, las formas individuales de trabajo en la lucha contra las adicciones son más eficaces que las grupales. En el curso del trabajo individual, el psicólogo tiene más oportunidades de controlar el efecto de los ejercicios psicoterapéuticos. Llevar un registro de las declaraciones del cliente ayuda a planificar el siguiente encuentro.

Tras una serie de sesiones psicoterapéuticas, creo que es aconsejable consolidar el resultado positivo inicial con varias sesiones de hipnosis. Como demuestra la práctica, las recaídas en las adicciones no químicas son mucho menos frecuentes después de la hipnosis.

Conclusión

Así pues, la adicción es una especie de caparazón en el que se esconde una persona débil, tratando de ocultarse de los problemas de la vida. El objeto de la adicción puede ser cualquier cosa: otra persona, objeto, hábito, acción, comida, bebida, sustancia química. Al pasar gradualmente de ser un pasatiempo agradable a convertirse en un rasgo patológico de la personalidad, un hábito terrible desplaza todas las demás actividades y acontecimientos significativos de la vida de un individuo, subyugándolo.

Toda persona debe recordar que las adicciones químicas y comportamentales son igualmente peligrosas para la salud, y sus consecuencias son patológicas irreversibles en ausencia de corrección.

Fecha de actualización: 2-22-2022