Angustia: qué es, signos y tratamiento

La angustia es una respuesta del organismo a factores psicotraumáticos. A diferencia del estrés, que moviliza la fuerza y la energía, la angustia provoca un desvanecimiento de la actividad nerviosa, apatía y sensación de impotencia. Afecta negativamente al sistema nervioso y a la salud fisiológica. Puedes deshacerte de ella por ti mismo, pero en casos graves es mejor recurrir a un especialista.

Definición del concepto

Hans Sellier

El autor del término «angustia» es Hans Sellier. En psicología, la angustia es, por definición, la última etapa del estrés. Se produce en respuesta a una situación psicotraumática, cuando las fuerzas de defensa de una persona se están agotando. Es similar al estado de afecto en cuanto a características psíquicas, pero en cuanto a duración es similar al estado de ánimo. Es decir, durante bastante tiempo una persona experimenta sentimientos muy fuertes que perturban el trabajo del organismo.

Distinguir el estrés de la angustia

Distinguir el estrés de la angustia

El estrés moviliza las fuerzas y nos obliga a actuar. La angustia conduce al agotamiento mental y a la constatación de la propia impotencia. Hay otras diferencias entre el estrés y la angustia:

  1. El estrés suele ser más útil que perjudicial. El estado de angustia a veces es incluso peligroso para la salud y la vida.
  2. El estrés es un estado normal para una persona que vive una vida plena y activa. La angustia es más bien un estado anormal.
  3. En el estrés, la persona siente una explosión de energía y un deseo de actuar. En la angustia — experimenta emociones negativas, apatía y abatimiento.

Causas

La angustia se desarrolla a partir del estrés. Ocurre como resultado de shocks graves o en relación con dificultades menores de la vida que tienen un carácter sistemático. Las razones más comunes para la formación de la angustia son las siguientes

  • pérdida de un ser querido
  • problemas de salud que desgastan gradualmente
  • pérdida de movilidad;
  • conflictos constantes con los seres queridos o en el lugar de trabajo;
  • despido del trabajo;
  • lesiones físicas graves que limitan las actividades y causan dolor
  • dificultades económicas persistentes
  • cambio de lugar de trabajo, estudios o residencia;
  • cambio repentino de estilo de vida.

Conviene saber que la formación o no de angustia depende fundamentalmente de las características psicológicas individuales de cada persona. Para uno los conflictos constantes causarán traumas psicológicos y el desarrollo de angustia, y el otro simplemente dejará de prestar atención a alguien que es desagradable y provoca peleas constantemente.

Tipos

Tipos de estrés

Por su duración, la angustia puede ser crónica y de corta duración. El primero suele ser el resultado de una larga experiencia de problemas. La segunda se desarrolla rápidamente como resultado de un acontecimiento reciente y pasa con la misma rapidez.

Según la causa de la angustia se divide en dos tipos:

  • Fisiológica. Relacionado con problemas corporales: lesiones, enfermedades, esfuerzo físico excesivo, necesidad de guardar reposo en cama o una dieta con una lista muy limitada de productos permitidos.
  • Psicológica. Surge como consecuencia de problemas psicológicos: fobias, ideas ilusorias sobre el mundo que le rodea, complejos y problemas de comunicación.
  • Nerviosa. Se forma en el contexto de una neurosis causada por una fuerte tensión interna.

En una categoría aparte, los psicólogos distinguen la angustia infantil, que se divide en varios subtipos:

  • Emocionales. Asociado con niveles excesivamente altos de ansiedad y preocupaciones exacerbadas sobre sus éxitos y fracasos.
  • Examen. Se produce como resultado de la expectativa de evaluación de su trabajo.
  • Información-temporal. Se manifiesta en niños que carecen constantemente de tiempo para asimilar toda la información que se les ofrece y completar todas las tareas.
  • Comunicativo. Relacionado con la incapacidad del profesor para establecer una comunicación competente con la clase o con cada uno de los niños.
  • Frustración. Se produce en caso de actitud sistemáticamente injusta del profesor hacia el niño.

Signos

La angustia aguda y crónica se manifiesta mediante diferentes síntomas.

Signos de angustia a corto plazo:

  • aumento repentino de la tensión arterial;
  • respiración irregular y rápida;
  • piel pálida o manchas rojas
  • escalofríos y temblores;
  • aumento de la sudoración;
  • sensación de náuseas y nudo en la garganta;
  • diversas sensaciones dolorosas en el cuerpo.

Los síntomas de angustia crónica pueden incluir los siguientes signos:

  • Cambios en el apetito y en las preferencias gustativas;
  • aparición o exacerbación de adicciones;
  • desvanecimiento del interés por actividades que antes resultaban interesantes: aficiones, trabajo, sexo y vida social;
  • la persona deja de esforzarse por cambiar su vida a mejor, lo que se expresa en apatía, abatimiento y pasividad.
  • Problemas de sueño, problemas de memoria. Irritabilidad, despiste, inquietud excesiva e intranquilidad sin motivos significativos.
  • Disminución de la capacidad cognitiva y la concentración.

Prevención y tratamiento

tratamiento de la angustia

Para prevenir la angustia, es importante conocer los factores que pueden provocar su desarrollo en una persona concreta e intentar deshacerse gradualmente de ellos.

Los problemas a gran escala del país y del mundo, que afectan a la calidad de vida, una persona no puede cambiarlos. Queda por aceptarlos y tratar de desvalorizarlos por sí mismo.

Problemas en el trabajo, los conflictos en la familia y las dificultades financieras están sujetas a la influencia de la persona, que perturban. Es importante alejarse a tiempo de un marido tirano, de un jefe-samoduro y de un trabajo demasiado mal pagado.

Para minimizar la probabilidad de desarrollar angustia, es necesario mejorar la propia resistencia al estrés. Para ello, puedes llevar a cabo acciones sencillas:

  • realizar suficiente actividad física
  • descansar lo suficiente;
  • aprender a decir «no» sin el consiguiente remordimiento de conciencia;
  • encuentre un pasatiempo que le ayude a relajarse y le distraiga de los pensamientos desagradables;
  • distinguir entre amistades, trabajo y relaciones familiares;
  • aprende a no dejar que nadie te ofenda o te insulte;
  • aprender a mirar los problemas desde fuera, utilizando la racionalidad;
  • asegúrese de liberar las emociones negativas;
  • aprender técnicas sencillas de reducción del estrés.

Los mismos métodos funcionan cuando se trabaja para deshacerse de la angustia. Al mismo tiempo, si se siente incapaz de hacer frente al problema por sí mismo, es importante ponerse en contacto con un médico a tiempo. Él le prescribirá un tratamiento adecuado. El más eficaz es el método de la psicoterapia. Con angustia, en la mayoría de los casos se recurre a la terapia Gestalt, la terapia cognitiva, el entrenamiento de la autoconfianza y el asesoramiento psicoterapéutico individual y de grupo. En los casos graves, se prescribe un tratamiento farmacológico consistente en nootrópicos, antidepresivos y tranquilizantes.

Conclusión

¿Qué es la angustia? Se trata de un estado patológico de la psique, que se produce en respuesta a un trauma mental o como resultado de una exposición prolongada a factores negativos sobre el sistema nervioso. Tiene un impacto negativo tanto en la psique como en el estado fisiológico de una persona. La prevención consiste en aumentar el nivel de resistencia al estrés, mientras que el tratamiento consiste en eliminar las verdaderas causas de la angustia.

Fecha de actualización: 11-16-2023