Autoagresión: causas, tipos, signos, cómo tratarla

La autoagresión son acciones y hechos destructivos, peligrosos y perjudiciales para quien los comete. El concepto se forma a partir de las palabras latinas autos, que significa «uno mismo», y aggressio, que se traduce como «ataque». Según la definición de la psicología, la autoagresión es el ataque de una persona a sí misma, una desviación mental. Conozcamos las causas de la autoagresión, qué es, sus síntomas, manifestaciones y formas de tratamiento.

Causas de la autoagresión

Causas de la autoagresión

¿Qué es la autoagresión (también llamada autodestrucción)? En psicología, la autoagresión es una reacción al estrés, un trauma psicológico. En la mayoría de los casos, la causa es un fuerte choque mental o una exposición prolongada a factores estresantes menores.

Las causas de la autoagresión en adultos incluyen:

  1. Estilo destructivo de la educación familiar: palizas, violencia, humillaciones, exigencias y expectativas excesivas, críticas, prohibición de expresar emociones, etc. Por regla general, los primeros signos son perceptibles en la infancia, con el paso de los años aumentan las manifestaciones de autoagresión. La autodestrucción puede significar que cuando era niño o adolescente, una persona vertía la agresividad hacia el exterior y luego aprendía a reprimirla, por lo que se convertía en autoagresión.
  2. Violencia (física, emocional, sexual o psicológica). Una persona que no pudo sobrevivir al trauma, inconscientemente quiere destruirse o castigarse a sí misma. Piensa que es la única forma de acabar con el tormento. La segunda opción: a través del dolor, una persona intenta sentir que sigue viva, cubrir esas experiencias con otras nuevas.
  3. Conflicto interno. El odio a uno mismo, la no aceptación de algunos rasgos (externos o internos), el resentimiento contra uno mismo: todo esto se convierte en la causa de la autoagresión. Una persona intenta destruir lo que no le gusta de sí misma. También puede ser una incapacidad para aceptar parte de la propia experiencia, como una infancia traumática o una relación amorosa tóxica.
  4. Incapacidad para defender la propia opinión, conflicto. Si una persona calla demasiado y con demasiada frecuencia, reprime sus deseos y necesidades para complacer a los demás, tolera algo, tarde o temprano se producirá la autoagresión. En este caso, la autoagresión es un cóctel de odio a uno mismo (por debilidad) y agresión a los demás (si el comportamiento de alguien no le gusta al paciente).
  5. Fracasos sistemáticos en el trabajo, en las relaciones con los amigos y la familia. Malentendidos, conflictos, desempleo… todo esto saca de quicio a cualquier persona. Pero los que son propensos a autodestruirse, empezarán a hurgar en sí mismos, a culparse y castigarse.

Importante: la autodestrucción se da no sólo en adultos, sino también en niños y adolescentes. En general, su mecanismo, causas y signos son similares, pero también hay diferencias significativas, especialmente un tratamiento diferente.

Clasificación: tipos de autoagresión

Tipos de autoagresión

La autoagresión en adultos es de varios tipos:

  1. Mental. Pensamientos y conversaciones destructivas dirigidas a uno mismo: acusaciones, críticas, insultos.
  2. Físicas. Cualquier tipo de lesión o trauma.
  3. Espiritual. Cualquier cosa que conduzca a la degradación personal y a la pérdida de valores: adicciones, falta de voluntad para aprender, comportamiento provocador.
  4. Social. Aislamiento de la sociedad.

¡Interesante! Las personas con baja autoestima, depresión, ansiedad, demostrativas y pedantes tienen riesgo de autoagresión.

Signos y síntomas de la autoagresión

síntomas de autoagresión

¿Qué significa autoagresión en adultos? Se trata de actos de autodestrucción evidentes y no evidentes.

Los signos evidentes de autodestrucción son:

  • Autolesiones (cortes, arañazos, arrancarse el pelo, morderse la piel o las uñas, desgarrarse las cutículas, etc.);
  • Intentos de suicidio;
  • dependencias químicas.

Signos no evidentes de autoagresión en adultos:

  • Ejercicio agotador y rechazo de la comida;
  • abuso de medicina y cosmetología, medicamentos;
  • comportamientos de riesgo (deportes y actividades recreativas extremas, conducción agresiva);
  • posponer las visitas al médico o no seguir sus recomendaciones;
  • tendencia a meterse en altercados, peleas (meterse en líos);
  • comportamiento antisocial e ilegal, comportamiento atroz y desafiante;
  • numerosas inhibiciones y represiones, como la prohibición de entretenerse, recrearse y la compulsión a trabajar todo el tiempo.

Además, se observan síntomas a nivel cognitivo. Por ejemplo, la autoagresión se refleja en la preocupación por uno mismo y la autorrecriminación: «Eso es lo que debería hacer», «Mejor me muero que nada». A veces, la persona afirma directamente que se odia y se desprecia a sí misma, por lo que se hiere y se hace daño.

¡¡¡Interesante!!! Algunos psicólogos creen que los piercings y tatuajes y otras modificaciones corporales son también manifestaciones de autoagresión.

Complicaciones

Un paciente con autoagresión no puede realizarse plenamente, su salud somática y mental se deteriora constantemente. El suicidio o los accidentes son las complicaciones más peligrosas. Estas personas están programadas para el fracaso, el trauma, la enfermedad. Constantemente les ocurre algo.

Diagnóstico

Diagnóstico de la autoagresión

El principal método de diagnóstico de la autoagresión es una conversación con un psicoterapeuta y la observación del paciente, la realización de pruebas. Además, se designa un examen médico y un examen en un tomógrafo. A veces se realiza un estudio del entorno inmediato del paciente. Sobre la base de un examen completo, el psicólogo extrae una conclusión sobre cómo tratar la autoagresión. El plan se elige en función de las particularidades del caso.

¡Interesante! Los investigadores señalan que los hombres son más susceptibles que las mujeres al síndrome de autoagresión.

Pronóstico y prevención

resiliencia al estrés

El pronóstico en la mayoría de los casos es favorable, pero depende de las peculiaridades del curso de la enfermedad y de la gravedad del estado del paciente. En las primeras fases del síndrome puede curarse en el 100% de los casos.

La prevención de la autoagresión implica aumentar la resistencia al estrés, tratar a tiempo los traumas psicológicos, los trastornos mentales y las enfermedades somáticas. Y también es importante desarrollar habilidades sociales, ver el propósito y el sentido de la vida, seguirlos. Es importante aprender el arte del conflicto, ser capaz de expresar tus sentimientos, defender tu propia opinión. Es útil dominar el mecanismo de la sublimación.

Tratamiento de la autoagresión

terapia cognitivo-conductual

El principal método de tratamiento de la autoagresión en adultos es la psicoterapia cognitivo-conductual. Cuando se identifican autoagresión y heteroagresión (agresión dirigida a otros), se indican sesiones de psicoterapia de grupo. Durante estas sesiones, el cliente aprende a interactuar con la sociedad, a expresar su opinión y a hacer valer sus deseos y necesidades.

El objetivo de la psicoterapia es identificar la causa raíz, es decir, el principal factor traumático y estresógeno, y enseñar al cliente a hacer frente a los sentimientos negativos, a liberar la agresividad de un modo socialmente aceptable, sin dañarse a sí mismo ni a los demás.

Importante: a veces está indicada la medicación: tranquilizantes, antidepresivos, neurolépticos y otros. Si se detectan adicciones, se recurre a un terapeuta especializado en drogodependencias. En caso de enfermedades somáticas — médicos del perfil adecuado.

Mis recomendaciones

El paciente está enfadado con alguien o con algo, pero debido a la incapacidad de descargar la ira contra un objeto específico, empieza a destruirse a sí mismo. Es necesario comprender qué es lo que le desencadena (le traumatiza, le irrita, le provoca otro acto de autoagresión). Identifique los desencadenantes y deshágase de la autoagresión llevando un diario.

Anota las situaciones en las que sientes el impulso de hacerte daño o de hacer algo peligroso o arriesgado. Anota los detalles: quién y qué hay a tu alrededor, qué conversaciones están teniendo lugar, qué sientes y piensas. Ten en cuenta que tu respuesta al estrés puede retrasarse un poco, como unas horas o un par de días.

Después de 2-4 semanas (depende de la frecuencia con la que te afecte el factor estresante y de la frecuencia con la que se produzcan los ataques de autoagresión) notarás algún patrón, serás capaz de nombrar uno o más estímulos. Vaya de lo general a lo particular, por ejemplo, identifique primero dónde ocurre más a menudo (en casa, en el trabajo o en la escuela, cuando visita a alguien), en qué tipo de actividad ocurre, qué tipo de persona o qué tipo de «necesidad» está presente.

A menudo, la agresividad se despierta en el momento en que una persona se obliga a hacer algo que no quiere. Esto puede ser cualquier cosa:

  • otro día en un trabajo poco querido (¿no es por eso por lo que a mucha gente le gusta emborracharse los viernes o los sábados?);
  • una tarea específica o la interacción con una persona concreta en el trabajo;
  • una relación con tu cónyuge u otros miembros de la familia;
  • un viaje en transporte público;
  • etc.

A continuación, hay que deshacerse del factor identificado. Y aquí es necesario seleccionar un plan individual. Por ejemplo, si entiendes que estás enfadado con tu pareja, pero no puedes admitirlo, y por lo tanto te destruyes a ti mismo, entonces es el momento de expresarlo todo, hablar con franqueza y empezar a trabajar en la relación o romper. Si te molesta el transporte público y los compañeros de viaje, es más fácil: aprende a conducir y cómprate tu propio coche. Si te das cuenta de que odias tu trabajo, tienes que buscar un nuevo tipo de empleo, tu vocación.

En cuanto a una forma constructiva de salir de la agresividad, las viejas y probadas maneras te ayudarán:

  • el deporte;
  • terapia artística;
  • gritar;
  • romper platos (hay atracciones especiales para ello);
  • ese tipo de cosas.

Todas las personas se enfadan y se irritan: es normal, incluso si estás enfadado con alguien cercano. No es normal culparse y contener las emociones o expresarlas agresivamente hacia uno mismo o hacia el agresor.

En conclusión, un consejo general: aprende a vivir para ti mismo. Piensa en lo que realmente quieres y aprende a reclamarlo para ti. También es útil llevar un diario y empezar poco a poco, por ejemplo, elegir conscientemente tu almuerzo, en lugar de pedir «Como siempre» o «A discreción».

¡Importante! Si te das cuenta de que la agresividad está relacionada con el odio hacia ti mismo, tu aspecto o el pasado, tienes que visitar urgentemente a un psicólogo. En este caso, es mejor no dedicarse al autotratamiento.

Conclusión

Para librarse de la autoagresión, hay que responder a dos preguntas: «¿Con quién estoy enfadado?», «¿De qué me culpo?». Está claro que el enfado con un ser querido ya es un motivo para sentirse culpable (aunque desde el punto de vista de la psicología esté mal), pero a menudo hay algo más. El comportamiento autodestructivo es un reflejo del conflicto intrapersonal, y surge con el trasfondo del conflicto de una persona con la sociedad.

Fecha de actualización: 2-19-2023