Según los psicólogos, la primera crisis de las relaciones alcanza a los cónyuges ya un año después de la boda. Se pasa con honor. Parece que todo va bien, los cónyuges han aprendido a entenderse, a escuchar y a oír.
Y, de repente, de nuevo las peleas y los escándalos, y, más a menudo que no, en un lugar vacío. Usted puede felicitar: en el giro de la crisis de 3 años de matrimonio.
¿Por qué sucede? ¿Qué hacer para salvar la relación, y no el divorcio?
Tabla
Definición y características
En términos psicológicos, una crisis en la vida familiar es una alteración de la homeostasis que conduce a la frustración. En palabras sencillas, la definición es la siguiente: una crisis es una violación del proceso de autorregulación o mantenimiento de la atmósfera adecuada en la familia. Conduce al desarrollo de sentimientos de insatisfacción.
En la práctica, en algún momento los cónyuges se dan cuenta de que ya no están satisfechos con el statu quo. Es necesario cambiar algo o separarse. Normalmente, la aparición de estos pensamientos viene precedida de diversas situaciones difíciles, en particular, el nacimiento de un hijo, una enfermedad grave, etc.
¿Por qué surge exactamente en este periodo? La respuesta es sencilla: aburrimiento. Los cónyuges se aburren el uno del otro. Se conocen como un libro leído. En las familias en las que ya han nacido niños, al aburrimiento se añade el cansancio. Lo sienten con especial intensidad las mujeres, que pasan con el bebé casi todo el tiempo.
La crisis de los 3 años de vida en común muestra si hay sentimientos reales entre marido y mujer, si están dispuestos a luchar por la familia o a los primeros problemas irán al divorcio.
Síntomas de dificultades en la vida familiar
El inicio del periodo de crisis viene indicado por estos signos
- falta de entendimiento mutuo en casi todas las cuestiones;
- irritación en respuesta a cualquier acción del cónyuge;
- pérdida de pasión, falta de sexo
- peleas y escándalos por nimiedades;
- falta de voluntad para gustar a la pareja, para causar admiración a sus ojos;
- diferencia de intereses, objetivos vitales y prioridades;
- remordimientos por el pasado.
Otro síntoma es la falta de voluntad para contarle a la pareja no sólo sus problemas, sino también las cosas buenas que le pasan en la vida.
Razones
Según las investigaciones, el enamoramiento dura unos tres años. Esta es la primera razón por la que después de este periodo se produce una crisis en la relación. Después los miembros de la pareja deciden divorciarse o aparece entre ellos un sentimiento de profundo afecto que les ayuda a seguir viviendo felices. Es en el tercer año de vida familiar cuando se produce el mayor número de divorcios.
¿Por qué ocurre esto? Al principio de la relación, un hombre y una mujer hacen todo lo posible por conquistarse mutuamente. Él, como un auténtico romántico, regala flores, hace regalos y organiza el tiempo libre. Ella se cuida, elige lencería sexy, aprende a cocinar platos interesantes, etc. Durante 3 años de vida en común, los miembros de la pareja se acostumbran el uno al otro. Todo lo que antes causaba deleite y admiración, ahora irrita.
Cuando a los enamorados se les caen las gafas de color de rosa, comienza una vida cotidiana gris en sus vidas. Desaparece la necesidad de pasar tiempo con el marido o la mujer, no quieren compartir intimidades.
Hay otras razones para el desarrollo de la crisis :
- falta de voluntad para ayudarse mutuamente en las tareas del hogar, la falta de división de responsabilidades;
- retirada de uno de los socios, traumas psicológicos en el pasado;
- la muerte de alguien cercano
- nacimiento de hijos, cansancio y falta de tiempo para el otro;
- problemas temporales causados, por ejemplo, por mudanzas, reformas, etc.
Otro motivo que provoca una crisis de pareja son las dificultades económicas. Cabe señalar que desempeña un papel importante en cualquier etapa de la vida familiar.
Duración
Ni siquiera los psicólogos más experimentados podrán responder a esta pregunta de forma inequívoca. En la duración del periodo de crisis influyen 2 factores :
- Si los cónyuges comprenden lo que ocurre entre ellos;
- si están dispuestos a convertirse en un equipo cohesionado y a luchar juntos por la familia.
Si la respuesta es afirmativa, la crisis pasará en unas semanas o meses. De lo contrario, puede volverse crónica y prolongada. El resultado es el divorcio. En este caso, sólo es cuestión de tiempo que se produzca.
¿Cómo superarlo?
Los especialistas han puesto de relieve una serie de consejos, después de lo cual le ayudará a hacer frente a todas las dificultades que han surgido:
- No oculte sus sentimientos y emociones . La pareja no es un vidente que pueda adivinar los pensamientos. Por lo tanto, si algo molesta, es mejor hablarlo directamente. Estas palabras se aplican más a las mujeres a las que les gusta guardar silencio y exigen que un hombre las lea como un libro abierto.
- Cuídate. No se trata sólo de la apariencia. Aunque, por supuesto, un cambio de imagen, actualizar el vestuario o, por ejemplo, la figura sin duda beneficiará. Pero es necesario comprometerse y desarrollarse como persona. Si es posible, merece la pena dedicar tiempo a leer, aprender idiomas, etc.
- Aprende a encontrar compromisos. Todas las personas son diferentes, cada una tiene su propia opinión sobre esto o aquello. No vale la pena intentar hacer cambiar de opinión a tu pareja, obligándole a ponerse de su lado. Es mejor encontrar puntos en común.
- Tomad decisiones conjuntas que sean convenientes para ambos.
- Comuníquense más a menudo. Es importante cuidar la entonación, no subir el tono y no acudir a personalismos. También hay que trabajar no sólo en escuchar, sino también en oír lo que se dice.
- Una vez más, mira al compañero desde fuera, valora sus lados positivos y negativos. Una mirada más atenta mostrará que la mayoría de los aspectos negativos son inverosímiles.
- Sonreír . Un consejo bastante inusual, sobre todo si se tiene en cuenta la presencia de un cúmulo de dificultades y problemas. Pero una sonrisa sincera siempre mejora el estado de ánimo y anima a continuar la conversación.
- Distribuya las responsabilidades. Las mujeres no deben cargar con todo. ¿Por qué no, por ejemplo, confiar a su marido la comida de la noche o el baño del niño? ¿O, por ejemplo, preparar la cena el fin de semana?
- Darte la oportunidad de descansar. Se trata de separar las vacaciones. Si no va en detrimento de la familia y de las relaciones en general, merece la pena pensárselo.
- Destinar tiempo al ocio conjunto . Si hay niños en la familia, puedes pedir que se sienten con ellos las abuelas o, por ejemplo, una niñera. Liberad unas horas para dedicaros el uno al otro, yendo al cine, a una cafetería o a un restaurante. Al principio puede haber incomodidad, pero con el tiempo pasar las tardes juntos será cada vez más agradable.
Las relaciones son siempre un trabajo en curso para ambos miembros de la pareja. El juego en una sola puerta no conducirá a nada bueno. Si ambos cónyuges se comprometen a superar la crisis, seguro que lo consiguen.
La influencia de otros factores
La facilidad con la que pasará el periodo de crisis no sólo depende del deseo de los cónyuges de preservar la relación. Hay dos factores que en cualquier caso tienen cierta influencia. Se trata de la presencia de un sello en el pasaporte y de los hijos:
- Las crisis se producen tanto en los matrimonios oficiales como en los de hecho. En el primer caso, las personas sienten cierta responsabilidad, y en el segundo, cierta libertad. Pero esto no es lo principal. Antes de casarse, los amantes pasan casi todo su tiempo libre juntos. Organizan veladas románticas, pasean bajo la luna, se preparan sorpresas. Después del matrimonio, el romanticismo se desvanece, dejando paso a los problemas cotidianos. Como resultado, los sentimientos se vuelven menos brillantes, la pasión desaparece, hay indiferencia. En tales circunstancias, hacer frente a la crisis será extremadamente difícil.
- En cuanto a los hijos, en su caso, el cansancio juega un papel importante. Los cónyuges ya no tienen tiempo el uno para el otro, puesto que cada minuto libre lo dedican al bebé. La situación se agrava si el cuidado de él recae sobre los hombros de uno solo de los progenitores.
Evolución de las relaciones en la familia después
El futuro de la pareja tras la crisis puede pasar por dos escenarios:
- El primero implica preservar la relación. Los cónyuges que se han dado cuenta de que sus problemas están relacionados únicamente con la crisis de la vida familiar, los resolverán fácilmente. Encontrarán compromisos, aprenderán a hablar de sus sentimientos, se comunicarán con calma, no a gritos. Se puede decir que pasarán al siguiente nivel.
- El segundo escenario es el divorcio. La razón principal suele ser el motivo equivocado del matrimonio. Esto sucede si uno de los cónyuges creó una familia bajo la presión de los padres o para vengarse de sus ex.
También hay un tercer escenario, pero suele desembocar en el segundo. Es un intento de ocultar las dificultades y seguir viviendo, fingiendo que no ha pasado nada. En este caso, la crisis se hará crónica y tarde o temprano obligará a separarse.
¿Qué puede agravar la situación?
Hacer frente a la crisis de 3 años de matrimonio y así no es fácil. Pero a veces los cónyuges «echan leña al fuego». empeorando una situación ya de por sí difícil. Pueden hacerlo de varias maneras
- comunicándose en un tono elevado, grosero, con reproches;
- no dedicando nada de tiempo a socializar;
- evitando las tareas domésticas y la educación de los hijos (los hombres lo hacen con más frecuencia);
- negarse a mantener relaciones sexuales, inventando excusas sobre la marcha;
- hablar de otra cosa que no sea la familia y, por ejemplo, el trabajo.
Otro error frecuente es hacerse el callado. La persona no se da cuenta de que a su pareja le resulta difícil leer los pensamientos que tiene en la cabeza, pero espera algún tipo de reacción y acción.
¿Dificultades temporales en la familia o un camino hacia el divorcio?
Que no se trata de otra prueba de fuerza, sino del «principio del fin», lo evidencian síntomas como :
- alegría por el hecho de que el cónyuge se vaya de viaje de negocios, y tristeza ante la noticia de su regreso;
- falta de interés por la persona, desinterés por saber cómo se encuentra tras una larga separación;
- ausencia del cónyuge en los planes para el futuro próximo;
- aumento del número de peleas por nada o sin motivo;
- planificación del día sin tener en cuenta los intereses y necesidades de la pareja;
- falta de disposición a buscar puntos en común, a transigir.
La última señal de que no hay nada más que salvar es la falta de necesidad de compartir sus sueños, éxitos, así como la confianza en que incluso en los momentos alegres no habrá apoyo.
Conclusión
Por desgracia, la crisis de los 3 años de las relaciones familiares está lejos de ser el último periodo difícil. Pero de cómo la pareja sobreviva a ella, depende cómo afrontará todo lo demás. Por lo tanto, si los miembros de la pareja están unidos por verdadero amor, es necesario, con apoyo, entrar en la lucha con las dificultades. Sólo así es posible salir vencedor.
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Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023