Cómo salir de tu zona de confort y pasar a la acción

Zona de confort

Salir de la zona de confort no todas las personas son capaces de hacerlo. Y todo porque el marco que una persona crea para sí mismo, parece seguro, pero ir más allá de ellos a menudo se asocia con malestar severo. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que la cómoda estabilidad de la zona de confort no les permite sentir la plenitud de la vida y sacar el máximo provecho de ella. Al mismo tiempo, la expansión de los límites internos de una persona puede producirse sin excesivos esfuerzos por su parte. Hablemos de cómo salir de la zona de confort y empezar una nueva vida.

En qué casos nos encerramos en nuestra zona de confort

La zona de confort es un espacio de la vida humana que proporciona estabilidad, seguridad y confianza en el futuro. Es una forma de adicción porque la gente la confunde con una necesidad.

Cada mañana empieza con un café y un vistazo al periódico. Luego un paseo con el perro. Después, el trabajo. Y por la noche, una comida dulce y su serie policíaca favorita. Esta es una descripción estándar de la zona de confort de la persona media.

  • Así que cuando la serie favorita se acaba, la persona se sentirá incómoda.
  • Porque cuando el cartero no traiga el periódico a tiempo para el desayuno, causará irritación y estropeará el estado de ánimo.
  • Por eso, cuando por un motivo u otro tengamos que renunciar a los dulces por la noche, habrá nostalgia y ansiedad.

Somos rehenes de nuestra zona de confort en cuanto entramos en ella. Pero tampoco podemos prescindir de ella. Porque el trabajo suele empezar y terminar a la misma hora. Y la mayoría de nuestras rutinas diarias son repetitivas. Se convierte en un hábito. La psique humana necesita una zona de confort. Pero hay que ampliar sus límites y convertirla en un refugio temporal, no en el único lugar en el que una persona puede estar.

Pasear al perro

Mientras todo en el mundo tiende al caos, una persona muestra inercia. Y esto forma parte de la autodestrucción, para la que en parte estamos programados por la naturaleza.

Este orden apareció junto con la aparición de la civilización. Cuando la gente vivía más cerca de la naturaleza, cazaba y araba en el campo, no existía una zona de confort como tal. La realidad moderna la ha creado. Y ahora tenemos que aprender a liberarnos de sus cadenas. De lo contrario, la vida se volverá formulista, el desarrollo se detendrá e inevitablemente comenzará la degradación de la personalidad, el estancamiento creativo y la apatía.

Seis necesidades humanas

Para entender cómo salir de la zona de confort, es necesario comprender las relaciones causa-efecto. Una persona tiene seis necesidades psicofísicas. Tanto el alma como el cuerpo las necesitan.

  1. Confort y seguridad.
  2. Desarrollo y crecimiento personal.
  3. La diversidad.
  4. La necesidad de dar, de hacer buenas acciones por los demás.
  5. La necesidad de ser necesitado. Esto es amor, respeto, reconocimiento.
  6. La necesidad de comunicarse e interactuar con otras personas. Porque se producen cambios irreversibles en la psique humana si se la deja aislada durante mucho tiempo.

Necesidad de ayudar

Cada una de estas necesidades forma una zona de confort. Todo depende de lo que sea más importante para una persona.

  • Las personas que dan prioridad a la comodidad y la protección viven con miedo, para ellas es demasiado importante sentirse protegidas todo el tiempo.
  • Los más necesitados de amor y respeto se convierten en rehenes de vínculos poco saludables con sus padres o relaciones de pareja. Por ejemplo, lazos demasiado estrechos con las madres, celos salvajes y desconfianza en el matrimonio.
  • Cuando el desarrollo es lo primero, vemos ante nosotros a un individuo maduro que no teme salir de su zona de confort para desarrollarse. Esta es la versión más aceptable de la priorización.
  • Las personas socialmente dependientes adquieren un gran número de amigos. No son plenamente responsables de sus vidas y acciones, piden consejo constantemente, temen tomar decisiones.
  • La necesidad de hacer el bien a los demás convierte a las personas en ardientes defensores de la naturaleza y los animales, personas que sirven en la iglesia, se dedican a la caridad. Son capaces de dedicarse por completo en detrimento de sí mismos. A menudo cruzan la línea y se convierten en víctimas en las relaciones con las personas.

Patrones de comportamiento habituales

La inercia nos hace permanecer inmóviles. El estado de quietud es una zona de confort. No podemos cambiar muchas cosas en la vida, su propia estructura obliga a todo el mundo a estar en su zona de confort. Y cuanto más empantanada está una persona en ella, más difícil le resulta salir de ella.

Piénselo, ¿a quién le resultará más fácil decidir mudarse a otra ciudad: a una persona hogareña que incluso los fines de semana prefiere el sofá al descanso activo o a un ferviente amante de la vida activa?

Cuando el cambio abunda y es constantemente una parte importante de la vida, una persona se acostumbra a él. El cambio constante puede convertirse en su zona de confort. Y entonces será difícil mantenerse quieto.

Lo ideal es regular la concentración de cambio y constancia en tu vida. Su justo equilibrio es la clave para una vida feliz sin dependencia de un orden determinado.

Perspectiva limitada

Cuando nos falta motivación para seguir adelante, los deseos parecen inalcanzables, tenemos las manos bajas. El único lugar donde encontrar consuelo es en la zona de confort. Un espacio familiar y protegido nos tranquiliza, nos hace salir parcialmente del estrés, relajarnos. Pero aquí también se crea otro peligro: estancarse en ese paraíso imaginario llamado «Zona de Confort».

Impacto negativo

El estrés te lleva a la zona de confort. Toda la negatividad del mundo circundante parece amenazadora, aterradora. Y la propia zona de confort también tiene una influencia negativa.

  • No te deja ir.
  • Limita a la persona en sus acciones.
  • Se desarrolla una fuerte inercia, como resultado de la cual una persona simplemente no encuentra la fuerza para salir de lo familiar y cómodo.
  • Se desarrolla el miedo a ir más allá de los límites de la zona de confort. Y esto conlleva malestar psicológico, complejos y fobias.
  • Llega una limitación en la comunicación. La persona empeora el contacto, se encierra en sí misma.
  • A menudo, malos hábitos como el alcoholismo, la adicción al juego y el tabaquismo contribuyen a permanecer en la zona de confort.

Todo esto puede evitarse si introduces un poco de caos en tu rutina habitual.

Influencias negativas

5 pasos para superar los límites internos

Piensa en formas de sacudirte, añade movimiento a tu vida para salir de tu zona de confort y pasar a la acción.

  1. Empiece poco a poco. Haz algo que se salga de lo habitual en ti. Rompe tu horario de sueño, cocina algo para cenar que no hayas hecho antes. Sal a dar un paseo sin ropa antes de acostarte. (Sólo con las ventanas cerradas y sin testigos). Cambia algo que estés acostumbrado a hacer. Haz una locura y sal a pasear en vez de ver la tele.
  2. Márcate un objetivo: haz algo que no te guste hacer todos los días. Así empezarás a bombear los debilitados músculos de tu fuerza de voluntad.
  3. Piensa en lo que no te gusta de tu vida. Escribe en un papel todas las cosas que te gustaría cambiar. Inventa los pros y los contras de cada cosa, sin basarte en si el cambio te resultaría cómodo. Todo cambio conlleva incomodidad. Por algo la sabiduría popular china dice: «La verdadera maldición es vivir en tiempos de cambio». Haz un plan de acción y empieza a aplicarlo ya. Nunca tendrás un «mañana». Eso es un mito.
  4. Una vez a la semana, ve a algún lugar en el que no hayas estado o hayas estado pocas veces. Puedes pasear por calles desconocidas, viajar en autobuses diferentes, dar un paseo en bicicleta. Este es un punto importante. Te sentirás incómodo haciéndolo, pero tienes que esforzarte. Caminar al aire libre fortalecerá tu inmunidad, mejorará tu figura, ampliará tus horizontes. Es una liberación psicológica necesaria. Puedes hacer fotos de estos lugares, coleccionar tus hazañas.
  5. Propóngase como norma decir siempre «Sí» a todo. Es una práctica muy útil. No sabes cuántas oportunidades pierdes, prefiriendo la zona de confort a las propuestas para quedar, divertirte. Llama a tus amigos para visitarlos más a menudo. Haced viajes juntos. Sea activo. Saca a tus seres queridos de su zona de confort. Declare la guerra a la inercia y la rutina. ¿No es un incentivo para empezar hoy mismo contigo mismo?

Viajar

Siguiendo estos puntos, te darás cuenta de que cada segundo en tu zona de confort era tiempo perdido.

Si tienes miedo

Los miedos acompañan a una persona durante toda su vida.

Responde a estas preguntas curvando los dedos por cada respuesta afirmativa.

  1. ¿Te hicieron daño de niño de una manera que te hizo sentir miedo?
  2. ¿Te resultaba difícil llevarte bien con tus compañeros en el colegio?
  3. ¿Te sentías como una oveja blanca?
  4. ¿Sientes ansiedad antes de hablar con un desconocido?
  5. ¿Se siente incómodo con sus colegas (compañeros, compañeras)?
  6. ¿Le gusta más la soledad que la compañía?
  7. ¿Has estado en una situación de conflicto con alguien que te da miedo?
  8. ¿Ha sido intimidado, amenazado o golpeado en su vida adulta? (Agresión manifiesta)
  9. ¿Tenías miedo de tus padres cuando eras joven o niño?
  10. ¿Tienes complejos o fobias?

Miedos

Cuantos más puntos obtengas, más necesitas confiar.

  • Confía en el mundo.
  • Confía en la gente que te rodea.
  • Confía en la vida, en su flujo.

Prácticas útiles

  • Recuerda a todos los que te han hecho daño y confía en ellos. Reconcíliate si todavía estáis peleados. Perdónales. Recuerda: todos somos humanos.
  • Reevalúa las situaciones en las que te han acosado. Cuando una persona grita, está pidiendo ayuda. Es un signo de debilidad, no de fortaleza. Una persona fuerte no grita, está tranquila. Tus agresores eran simplemente débiles, temían no poder superar las circunstancias.
  • La vida es demasiado corta para guardar rencor. Déjalo estar. Y aférrate a algo más agradable. Como la felicidad, la alegría, la despreocupación. No te acostumbres a recordar quién te hizo daño y cómo. El pasado debe seguir siendo pasado. Fue y fue.
  • A una persona le gusta recordar todas las faltas de la escuela, guardarlas en la memoria, atesorarlas. Acostúmbrate a borrar esos recuerdos. En lugar de eso, recuerda tus mejores momentos. Puedes organizar una reunión con amigos en la que os contéis los mejores momentos de vuestra vida tomando una copa de vino.

Salir de tu zona de confort es la única forma de crecer. Hazlo más a menudo, involucra a tus amigos y a tu familia. Tampoco dejes que tus hijos se estanquen en la rutina.

Nota para los padres

Hoy en día, los escolares e incluso los preescolares ya tienen su pequeña zona de confort. Crecen aferrándose a ella y se limitan a ella.

Cuáles son los atributos de la zona de confort para un niño.

  • Los juegos de ordenador.
  • Los dibujos animados y la televisión. (Sobre todo telenovelas).
  • Teléfono o tableta.
  • Quedarse en casa sin salir.
  • Estar todo el tiempo al aire libre.

En otras palabras, todo lo que es demasiado en la vida eventualmente se convertirá en un hábito. Y el hábito crea una zona de confort alrededor de una persona. Si un niño pasa todo el tiempo con sus amigos, será imposible llevarlo a casa. La zona de confort estará fuera de casa. Y si a un niño no se le permite salir con sus amigos en absoluto, crecerá retraído, y la zona de confort estará en casa.

Libertad

El secreto de la libertad humana reside en la ausencia de apegos. Es imposible no estar apegado a los hijos, al cónyuge, a los padres. Pero la gente necesita espacio personal. Es imposible no amar el propio hogar. Pero no hay que convertirlo en una fortaleza: no debe ser el único lugar donde uno pueda estar seguro y protegido.

Hay que cambiar de actividad, tener aficiones, amigos, familia y trabajo. Todo debe cambiar, todo debe estar en tu vida en dosis dosificadas. De lo contrario, se desarrolla un hábito doloroso. Ocurre con el alcohol, con la comida, con los cigarrillos, con la gente. Si empiezas a excederte con algo, es difícil parar. Aquí actúa la ley de la inercia.

Conclusión

Sobre cómo forzarte a salir de la zona de confort, piensa en ello cuando ya estés metido hasta las orejas en ella. Y no es nada fácil hacerlo. De hecho, sólo tienes que darle una orden a tu cerebro: ahora actuamos como lo hacemos, no como estamos acostumbrados. Establezca un objetivo y luego pase a la acción. El control constante sólo es necesario al principio. Una vez que empieces a hacer algo inusual todo el tiempo, cada día te resultará más fácil. El paso más difícil es el primero. ¡A por ello!

Fecha de actualización: 11-16-2023