Las compulsiones hacen que una persona haga cosas a veces sin sentido. Alguien cambia nerviosamente las cosas de sitio, retuerce un bolígrafo en sus manos o se acaricia. Algunas personas se autolesionan, por ejemplo arrancándose el pelo. También hay quien arriesga deliberadamente su vida, se pone a dieta o, por el contrario, sufre de glotonería. Todos estos son intentos de hacer frente al estrés. En algunos casos, el descanso ayuda. Pero, ¿qué hacer si el trastorno no hace más que empeorar y la persona se causa daño a sí misma y a los demás?
Tabla
Qué es la compulsión
La compulsión (traducido del inglés significa «apremio») es una acción compulsiva que comete una persona para evitar sentimientos de ansiedad y miedo. Según los psicólogos, de este modo intenta ocultarse de pensamientos y deseos que han resultado incompatibles con su estilo de vida y sus principios, o de sus características personales.
Según las estadísticas, las compulsiones son bastante comunes. Las padece el 2-3% de la población de nuestro planeta. La mayoría son
- personas con intelectos muy desarrollados;
- individuos con dos o más títulos universitarios;
- personas con un alto nivel social;
- hombres y mujeres que no tienen familia;
- los que sufren adicción al alcohol;
- los que padecen insomnio;
- los adolescentes.
Y algunas cifras más:
- Las compulsiones relacionadas con el miedo a contraer alguna enfermedad o a ensuciarse se desarrollan en el 45% de los pacientes.
- Las dudas constantes están presentes en el 42%.
- El miedo a las enfermedades somáticas se desarrolla en el 33% de los pacientes.
- El miedo a la asimetría y al desorden se observa en el 32% de los individuos que sufren compulsiones.
- En el 26% de los pacientes, el comportamiento compulsivo está asociado al miedo a la agresión o al deseo de agresión.
El 24% de los individuos experimentan miedo en el ámbito sexual.
En palabras sencillas, en psicología las compulsiones son rituales peculiares, un cierto conjunto de acciones elaboradas hasta el automatismo. Sin realizarlas, la persona siente malestar. Al mismo tiempo, se da cuenta de lo inútiles y, a veces, incluso perjudiciales que son sus acciones. Sin embargo, no puede renunciar a ellas.
Tipos de compulsiones
Las compulsiones se dividen en tres grupos diferentes. Los parámetros para la división son las características del curso, los comportamientos y la naturaleza de la acción.
Así, según el curso de las compulsiones se distinguen estos tipos de compulsiones
- Temporales o esporádicas. Se observan una vez cada varios meses, y a veces incluso años.
- Episódicas. El comportamiento compulsivo se alterna con períodos de remisión.
- Compulsiones crónicas. No cesan. En ocasiones, los síntomas de la patología se intensifican.
Según las peculiaridades del comportamiento, existen estas variedades:
- Compulsiones simples — parpadear, tocarse y otros movimientos no complicados.
- Complejas — una persona como si realizara un ritual, en el que las acciones siguen una secuencia estrictamente definida.
También hay compulsiones mentales y físicas. En el primer caso, el paciente cuenta los árboles, las ventanas de las casas, varias veces dice algunas frases. En el segundo — decenas de veces comprueba si cerró el agua o la puerta principal.
Causas
¿Qué es la compulsión? Es el intento de una persona de hacer frente a la ansiedad. Este sentimiento desagradable surge en situaciones como las siguientes
- Fatiga excesiva, gran tensión emocional, estrés frecuente;
- Obsesiones: pensamientos e ideas intrusivas que aumentan la ansiedad;
- el paciente padece trastornos anankásticos de la personalidad causados por disfunciones en el trabajo de ciertas partes del cerebro, cambios hormonales, peculiaridades de la educación y herencia desfavorable.
Las compulsiones se han estudiado durante muchos años. Sin embargo, aún se desconocen las causas exactas de su aparición. Pero los psicólogos siguen identificando algunas de las más probables:
- La genética. Según los científicos, la propensión a las compulsiones es hereditaria. Así, en el estudio de gemelos, se reveló una herencia moderada. Sin embargo, para encontrar un gen que provoca el desarrollo de la patología, no fue posible.
- Reacciones autoinmunes. Esta causa se refiere a los niños. El comportamiento compulsivo en ellos es más a menudo una consecuencia de la derrota por Streptococcus A. Esto también puede incluir el uso profiláctico de antibióticos. Compulsiones en este caso los pediatras llaman trastornos neuropsiquiátricos autoinmunes, que se combinan con la infección estreptocócica.
- Neurología. Los científicos han descubierto que varias partes del cerebro, como los ganglios basales, la circunvolución anteroposterior, el tálamo y otras, están implicadas en la aparición de las compulsiones. El trabajo de todos estos departamentos controla el comportamiento humano. La estimulación de toda la cadena provoca la repetición de determinadas acciones. Supongamos que has tocado algo desagradable. Te lavas las manos e inmediatamente pasas a otra acción. En las compulsiones, el cerebro no puede cambiar, por lo que la persona realiza el comportamiento compulsivo una y otra vez.
- Psicología. Aquí no vamos a decir nada nuevo. Los psicólogos creen que con la ayuda de las compulsiones una persona lucha con sus miedos y su ansiedad. Por un lado, esto es bueno, porque así se libra del malestar. Por otro lado, tales acciones provocan la aparición de comportamientos compulsivos en el futuro. La mayoría de las veces las compulsiones se observan en personas que se han enfrentado a situaciones de estrés, por ejemplo, han cambiado de trabajo, han perdido a un ser querido o simplemente están muy cansadas.
- Causas cognitivas. Existe la opinión de que las compulsiones son consecuencia de una evaluación incorrecta de uno mismo, de sus pensamientos y acciones. Algunos pensamientos no deseados aparecen en cada uno de nosotros. Hay quien los trata con neutralidad. Pero hay quien se fija en ellos, exagera su importancia. Esas personas, temerosas de esos mismos pensamientos, hacen todo lo posible por evitar situaciones en las que puedan aparecer. Así, se repiten acciones compulsivas e incluso rituales.
- Entorno. Como ya se ha dicho, lo más frecuente es que las compulsiones aparezcan en situaciones de estrés grave o, por ejemplo, después de traumas psicológicos, shocks. Según las investigaciones, en más del 50% de los pacientes el comportamiento compulsivo es consecuencia de influencias negativas del entorno. Se trata de violencia, groserías, enfermedades graves, problemas en la esfera personal y profesional, etc.
También hay una serie de factores que, en mayor o menor medida, provocan el desarrollo de compulsiones:
- agotamiento moral;
- tensión mental y emocional excesiva;
- estrés persistente;
- ideas y razonamientos que conducen a un aumento de la preocupación y la ansiedad.
También hay factores biológicos, como lesiones cerebrales, infecciones graves, lesiones sufridas durante el parto, epilepsia, etc.
Síntomas
Las compulsiones de cada persona se manifiestan a su manera. Y a menudo su comportamiento no difiere del habitual. Sobre todo en la fase inicial. Sin embargo, el propio paciente empieza a darse cuenta de que algo va mal.
Condicionalmente, los síntomas se dividen en tres grupos:
- Inofensivos. Una persona colecciona cosas y objetos innecesarios sin poder deshacerse de ellos. Al salir de casa, vuelve varias veces para comprobar si el gas, la luz, el agua están apagados. Hay casos en que la gente puramente por principio paso sobre las juntas de las baldosas en la carretera o grietas en el asfalto. Alguien está loco por la limpieza de su casa o gasta mucho tiempo y dinero en ir de compras.
- Nocivos. Hay pacientes que se arrancan el pelo, se cortan, intentan exprimirse los granos. Otros comen hasta sentirse mal o se matan de hambre.
- Maníacos. Aquí hablamos de adicción al juego, cleptomanía, ninfomanía, etc.
El síntoma principal de las compulsiones, que une a todos los grupos, es el aumento de la ansiedad, que no permite a la persona parar.
Tratamiento
Si el grado de expresión de las compulsiones no es muy elevado, puede intentar hacerles frente usted mismo. Hay varias maneras:
- Aprender a cambiar la atención de una acción a otra. Así, por ejemplo, si existe el deseo de cometer alguna acción, intente distraerse con una serie o un programa de televisión interesante, dé un paseo, lea.
- Dedique tiempo a descansar adecuadamente o incluso cambie su estilo de vida. Ayude a que su psique y su salud en general vuelvan a la normalidad.
- Adapte su dieta. Si es posible, evite las bebidas estimulantes como las energéticas y el café fuerte. Consuma más productos que contengan triptófano. Por ejemplo, pescado graso, hígado, frutas y verduras de colores, setas, plátanos, etc.
Si no puede hacer frente a las compulsiones por sí mismo, no dude en consultar a un psicólogo, psicoterapeuta y, si los síntomas se intensifican, a un psiquiatra.
El tratamiento debe ser necesariamente complejo. Suele incluir varias etapas.
Para empezar, el médico prescribe antidepresivos, neurolépticos antipsicóticos, tranquilizantes-ansiolíticos. También en algunos casos se indican remedios para combatir el agotamiento nervioso.
Conviene recordar que ningún medicamento tendrá un efecto permanente. Por lo tanto, al final del curso de su recepción, algunos síntomas pueden reaparecer, aunque con menos fuerza. Por eso es necesario, además, someterse a sesiones de psicoterapia.
De los procedimientos psicoterapéuticos en el tratamiento de las compulsiones, la hipnosis, el psicoanálisis, el tratamiento cognitivo han demostrado su eficacia. Todo ello junto ayuda al paciente a ver la irracionalidad de sus actos, comprender las imágenes que surgen en la cabeza y darse cuenta de los errores.
También desempeña un papel importante el tratamiento familiar, durante el cual el especialista explicará a los familiares del paciente la esencia de su enfermedad, además de decirles cómo deben comportarse a su alrededor.
Y, por último, el tratamiento en grupo de las compulsiones. Durante la sesión, la persona se dará cuenta de que no está sola en su problema y dejará atrás sentimientos de inferioridad e inseguridad.
Ejemplos de compulsiones
Las compulsiones afectan a casi todos los ámbitos de la vida. Una persona puede inhalar y exhalar ruidosamente, fijar la mirada en algo, desplazar objetos de un lugar a otro, golpear con el puño una mesa o la pared un determinado número de veces. Hay acciones relacionadas con algunos presagios. Por ejemplo, un número par de pasos dados hacia el lugar de trabajo significa éxito. Una persona puede caminar exclusivamente por el lado derecho de la calle, comprar un billete sólo para un número par de asientos en un auditorio o autobús, llevar el teléfono sólo en el bolsillo izquierdo.
Son simples rituales y compulsiones. Los hay más serios. Veamos ejemplos ilustrativos.
Comer
Para hacer frente a la ansiedad y el estrés, una persona se abalanza sobre la comida o, por el contrario, la rechaza. En el primer caso, chocolates, pizzas, hamburguesas y otros platos parecen ayudar a olvidar. Pero el efecto no dura mucho. Además, con el tiempo, aparecen problemas de sobrepeso y metabólicos.
En cuanto a las dietas, las siguen sobre todo las chicas y las mujeres. Limitan la dieta, olvidando que después de la dieta el cuerpo necesita recuperarse. Como resultado, se produce una descompensación, y el peso vuelve a ser el que era antes. Comprobado.
Juegos de azar
Las compulsiones obligan a la persona a poner a prueba el destino más a menudo, a asumir riesgos. Por eso, muchos pacientes apuestan, perdiendo dinero y buenas relaciones con sus seres queridos. La situación empeora, la ansiedad y la inquietud interior no hacen más que crecer.
Trabajo
La actividad profesional también puede convertirse en una especie de manifestación de compulsión. Pero sólo cuando ocupa la mayor parte del tiempo. La persona no descansa, por lo que experimenta una gran fatiga y un estrés constante. En un intento de hacerles frente, lleva a cabo algunos rituales, acciones comprensibles sólo para él.
Conclusión
¿Qué son las compulsiones? Son acciones compulsivas que una persona realiza para aliviar la ansiedad y la inquietud interior. A menudo se realizan de forma inconsciente y no perjudican a nadie. Pero también puede ocurrir que las personas se traumen a sí mismas. Si observas un comportamiento de este tipo, no dudes en pedir ayuda. Si el descanso total y el sueño no te ayudan, acude a un psicólogo o psicoterapeuta. Ellos te mostrarán la inutilidad de tus rituales repetitivos y te enseñarán a combatirlos eficazmente. Recuerda que no estás solo en tu viaje.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023