El comportamiento adictivo en adolescentes es un comportamiento adictivo. La dependencia puede formarse sobre diversos objetos — sustancias psicoactivas, máquinas tragaperras, redes sociales, tabaco, alcohol y mucho más. La peculiaridad de un adolescente es que su actividad principal es la comunicación. Para él es importante ser aceptado en el grupo, por lo que, sobre todo teniendo una psique inestable, se deja llevar fácilmente por la propuesta de intentar hacer algo en contra de las normas previamente existentes.
Tabla
Formas de adicción
Las adicciones de los adolescentes son de dos tipos:
- Químicas. Esta forma incluye el uso de cualquier sustancia química que afecte a la psique. Tales sustancias incluyen alcohol, drogas, tabaco, narguile, rapé, mezclas para fumar, ciertos tipos de medicamentos y venenos.
- No químicos. Aquí — diversas desviaciones en el comportamiento que conducen a la destrucción de la psique del adolescente. La forma no química de las adicciones incluye un gran número de tipos de desviaciones, las más populares de las cuales son la adicción a los juegos, la adicción a las redes sociales, los trastornos del comportamiento sexual, la adicción al trabajo, los trastornos alimentarios, las actividades extremas y el masoquismo.
Los comportamientos adictivos de los adolescentes suelen acarrear graves consecuencias, como, por ejemplo, tendencias suicidas u homicidas, enfermedades mentales o degradación personal. Es importante comprender las causas del comportamiento desviado a tiempo para proporcionar al adolescente la ayuda adecuada.
Factores provocadores
Cualquier acto de una persona, incluido un adolescente, siempre está condicionado por algunos motivos. En el grupo de riesgo para la formación de conductas adictivas en la mayoría de los casos se encuentran los niños expuestos a la violencia en la familia, demasiado vulnerables, que se lo toman todo a pecho, educados en el excesivo rigor o crueldad. Con su comportamiento el adolescente inconscientemente llama la atención y pide ayuda. Es posible distinguir 4 grupos de factores que provocan la formación de adicciones.
Socioeconómicos
Se trata de factores relacionados con la oferta excesivamente intrusiva de diversos estímulos para el desarrollo de conductas adictivas en el mercado económico mundial. Los gadgets, el alcohol, las drogas se difunden activamente, y esto hace que los adolescentes miren el mundo desde un determinado ángulo: empiezan a querer probarlo todo. También en nuestro país hay un gran número de grupos sociales en los que se fomenta la tolerancia al alcohol, al tabaco, al embarazo precoz y a las drogas fáciles. Un adolescente criado en un entorno así percibe el comportamiento adictivo como algo normal.
Constitucional y biológico
Este grupo de razones para la formación de conductas adictivas incluye peculiaridades del desarrollo mental adolescente. Los niños con diversas lesiones cerebrales — traumas, hemorragias, conmociones cerebrales, aumento de la presión intracraneal, bajo nivel de desarrollo de la esfera emocional-volitivo, retraso mental — están en riesgo. En el mismo grupo de factores se puede atribuir a los adolescentes con acentuaciones pronunciadas de carácter hiperíntimo, epileptoide, histeroide, hiperexcitable e inestable tipo. El tipo de acentuación más común a esta edad es el inestable; les resulta difícil pasar de estados de ánimo negativos a emociones positivas, y empiezan a consumir sustancias psicoactivas (SPA) con este fin.
Social
Las causas sociales de las conductas adictivas incluyen la desventaja de los grupos en los que se incluye el adolescente. En primer lugar, se trata de la familia, además de — la escuela, las compañías de amigos, los grupos de interés. La sociedad en su conjunto también influye en la formación del comportamiento del adolescente a través de ejemplos de la vida real, los medios de comunicación, Internet y otras fuentes.
Entre todos los factores sociales, la familia es el que más influye. En la familia existe un alto riesgo de formación de adicciones en un niño:
- con ejemplos personales de abuso de drogas, alcohol y otros tóxicos por parte de los padres;
- Sobreprotección, que conduce a una falta de voluntad propia por parte del niño.
- Un estilo de crianza liberal, en el que al adolescente se le permite todo, pero no se le presta atención ni amor paterno, lo que le hace sentirse no querido;
- estado psicológico inestable de uno o ambos progenitores, así como una educación incoherente. Un niño resulta ser bueno cuando los padres están de buen humor, y malo — cuando están en un estado negativo, independientemente del comportamiento real del niño. Hoy el niño es elogiado por una determinada acción, y mañana — por la misma regañado, como resultado, el adolescente no entiende cómo comportarse para que la familia feliz con él. No siente estabilidad, cuidado y afecto, por lo que cuando se encuentra en una compañía desagradable, es fácil que caiga en las sugerencias de probar el abuso de sustancias o cometer un delito menor.
Individual-psicológico
Estos factores incluyen el deseo del adolescente de ajustarse a un grupo de referencia, es decir, un grupo que sea significativo para él. Cuando un adolescente con una personalidad débil se encuentra en un grupo en el que es habitual consumir alcohol, drogas o cometer delitos, puede empezar a imitarlos en un intento de demostrar su pertenencia, ya que de lo contrario existe un alto riesgo de acoso por parte del grupo. La desventaja de personalidad se justifica la mayoría de las veces por los rasgos de carácter anormales existentes: autoestima inflada o baja, psique inestable, hedonismo, aventurerismo, curiosidad excesiva, mayor nivel de conformismo. El mismo grupo de razones para la formación de conductas adictivas incluye la protesta contra la presión de padres, profesores y otros adultos.
Etapas de la formación
La formación del comportamiento adictivo en los adolescentes se produce en cuatro etapas:
- Primera etapa. Es cuando el niño prueba por primera vez el alcohol, los tensoactivos, las máquinas tragaperras, los juegos de ordenador u otros comportamientos adictivos. Este es el punto de inflexión: el adolescente permite que se violen las inhibiciones y los límites previos.
- Satisfacción con lo que ocurre. Al adolescente le gusta obtener placer sin esfuerzo y sentir que pertenece a un determinado grupo de personas.
- Adicción mental. En esta fase, en las adicciones no químicas, el niño, al realizar determinadas acciones, obliga a su cuerpo a producir cada vez más dopamina, la hormona del placer. En las adicciones químicas, la sustancia activa sustituye a los neurotransmisores naturales, destruyendo gradualmente las células cerebrales.
- Adicción física. Cuando se restringen las actividades adictivas, el adolescente empieza a experimentar un síndrome de abstinencia físico real.
Consecuencias
Es importante comprender que tal comportamiento adictivo de los adolescentes, independientemente del tipo, conduce a la destrucción de las células del sistema nervioso central, especialmente del cerebro. La psique se ralentiza en su desarrollo, se producen graves trastornos intelectuales, se pierde la capacidad de resolver incluso las tareas más sencillas. Los adolescentes con conductas adictivas se niegan a asumir cualquier responsabilidad, se mienten constantemente a sí mismos y a los demás. En las adicciones químicas se deteriora la salud en su conjunto, y lo peor es la muerte completa de órganos y sistemas individuales, lo que no permite llevar una vida normal. En la última fase de la adicción, la persona ya no siente satisfacción por el objeto de placer, sino que lo utiliza sólo para evitar el síndrome de abstinencia.
Métodos de tratamiento
El principal método para ayudar a los adolescentes con adicciones formadas es el trabajo psicoterapéutico. En casos graves de dependencia química, es posible la hospitalización para eliminar las toxinas peligrosas del cuerpo, ayudar a superar el síndrome de abstinencia y restaurar el organismo. Después, también se recurre a la psicoterapia.
Durante las sesiones, el psicólogo ayuda al adolescente a encontrar la verdadera causa de su comportamiento negativo. El psicólogo refuerza la psique trabajando diversos aspectos del pasado y el futuro, y enseña al niño a vivir de tal manera que la vida no le parezca una catástrofe. Aquí se utilizan la terapia cognitivo-conductual, la terapia Gestalt y métodos de trabajo en grupo. Es importante que el niño sienta el apoyo de los demás y se dé cuenta de que no está solo en esta vida.
Prevención
La prevención de las conductas adictivas de los adolescentes consiste, en primer lugar, en crear un entorno favorable en la familia. Un niño desde pequeño debe saber que en la familia se le acepta tal como es, se le ayuda a resolver problemas y se reacciona con calma ante los errores.
No está mal que los padres sepan siempre dónde y con quién va el adolescente. Esto no debe presentarse en forma de control abrumador, sino de atención discreta. Si la petición de llamar e informar sobre su ubicación y la composición de la compañía se extiende no sólo al hijo, sino a todos los miembros de la familia, entonces el adolescente estará más dispuesto a aceptarlo. Es decir, debe tener un ejemplo delante: papá llegó al trabajo y llamó a mamá para avisarle de que estaba bien; mamá fue a casa de una amiga y le dijo a papá dónde y con quién estaría.
Como medida preventiva, no debes hablar a tu hijo de los efectos negativos de las drogas, el alcohol, el tabaco y otras adicciones desde pequeño. Sólo debe hablar de estas cosas cuando el niño pregunte por ellas, sin entrar en detalles, y limitarse a responder a las preguntas con claridad.
Otra parte importante de la prevención es no fomentar el abuso de sustancias en la familia. Es mejor que el niño no oiga frases como «un trago no hace nada», «los cigarrillos no son más peligrosos que las emisiones de nuestra fábrica», «el tío Vasya bebe 200 gramos al día y está sano como un toro», «¡con tanto estrés cualquiera fuma!». Tales afirmaciones provocan la formación de estereotipos sobre la normalidad del comportamiento adictivo.
Mis recomendaciones
El comportamiento adictivo en los adolescentes es mucho más fácil de prevenir que de corregir. Por lo tanto, es necesario que el niño desde pequeño se dé cuenta de la importancia que tiene para sus familiares, que sienta sus cuidados y su amor, que sepa que están dispuestos a acudir en su ayuda en cualquier situación. Desde pequeño es necesario explicarle todo al niño: lo que es bueno, lo que es malo, cómo se puede actuar, y cómo — no vale la pena, porque habrá ciertas consecuencias.
También es importante mostrar al niño comportamientos positivos y no mostrar ejemplos de comportamientos adictivos. Si los padres fuman y dicen al niño que los cigarrillos no son peores que los caramelos, es muy probable que el niño adquiera el hábito en el futuro. Lo mismo ocurre cuando los padres fumadores justifican su comportamiento con el estrés o los problemas: el niño se forma el estereotipo de que en las dificultades de la vida es necesario recurrir al dopaje.
Si los padres se dieron cuenta de los errores de su educación demasiado tarde, y la formación de la conducta adictiva ya ha comenzado, la mejor solución es acudir a un psicólogo o psicoterapeuta en busca de ayuda. En este caso, es bueno que el trabajo se lleve a cabo con todos los miembros de la familia.
Conclusión
El comportamiento adictivo de los adolescentes tiene consecuencias negativas para ellos mismos y para la sociedad. Tienen una percepción distorsionada del mundo, las personas y las acciones. Lo principal que pueden hacer los adultos para reducir el número de adolescentes adictivos es llevar a cabo una prevención adecuada. Un adolescente que sabe y siente desde la primera infancia que es aceptado, querido y cuidado en su familia es menos propenso a involucrarse en malas compañías y a seguir el ejemplo de sus representantes.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023