La megalomanía es un estado morboso en el que una persona sobrestima sus talentos, recursos, logros y poder de influencia. De lo contrario, esta enfermedad se denomina delirios de grandeza, megalomanía y gran locura. Desglosemos con más detalle lo que significa.
Tabla
Delirios de grandeza: qué es
¿Qué es la megalomanía en las personas? La megalomanía es un trastorno mental que se manifiesta mediante distorsiones cognitivas y conductuales, así como distorsiones de la conciencia de sí mismo.
Una persona así se considera increíblemente rica, popular e influyente, una persona con autoridad. Muchas personas con delirios de grandeza creen que tienen superpoderes o una misión especial, que han sido elegidas por poderes superiores.
Pueden distinguirse varias etapas de desarrollo de la patología:
- Al principio, la persona intenta destacar al menos un poco y algo sobre el fondo de los demás. Está constantemente comparándose con los demás, buscando algo en sí mismo que le exalte por encima de los demás.
- Entonces, a falta de capacidades sobresalientes y logros reales, una persona se los inventa. Se aficiona tanto a fantasear que él mismo empieza a creer en ello.
- Cada día, cada mes, cada año, una persona se ve más y más arrastrada a una vida ficticia. El individuo siempre está inmerso en el narcisismo, esperando que aumente la atención y la admiración de los demás. Si alguien se niega a admirarle, a apoyar sus delirios, el paciente se vuelve agresivo. A menudo, en este contexto, el megalómano desarrolla ideas sobre conspiraciones mundiales y manía persecutoria. Cuando la manía persecutoria y la megalomanía se combinan, se suele hablar de un síndrome parafrénico. Se trata de una afección en la que una persona está segura de que alguien sólo está ocupado pensando en cómo matarle o hacerle daño.
- Si el paciente no consigue reunir un círculo de admiradores a su alrededor, entonces se nota el último estadio: la decepción. El individuo se siente frustrado porque el mundo no le comprende ni le acepta. El individuo se siente traicionado, innecesario, poco apreciado. En este contexto, se desarrollan tendencias depresivas y adicciones. Muchos megalófobos prefieren aislarse de la sociedad.
¡¡¡Interesante!!! Aunque la megalomanía se denomina trastorno mental, es más a menudo un síntoma de otro problema psicológico, una enfermedad.
Causas
La megalomanía, al formar parte de otras enfermedades, puede tener un carácter congénito o adquirido. En el primer caso, se debe a la herencia. Es decir, si alguien de la familia padeció enfermedades mentales acompañadas de megalomanía, las personas de generaciones futuras pueden heredarla.
Ejemplos de enfermedades con las que se combina la megalomanía:
- Esquizofrenia;
- paranoia;
- síndrome maníaco;
- trastorno bipolar;
- demencia paralítica;
- sífilis;
- adicciones;
- neurosis y psicosis;
- daños cerebrales;
- envenenamiento por drogas y efectos secundarios de ciertos medicamentos.
Además, la megalomanía puede desarrollarse en un contexto de psicotraumas y estrés prolongado. Están en riesgo las personas inseguras con baja autoestima, los niños de familias disfuncionales y autoritarias. Si desde pequeño el niño oye frases como «No eres nada», «No eres capaz de nada» o se siente inútil, innecesario, privado de atención, entonces, como resultado de la hipercompensación, puede desarrollar delirios de grandeza.
Es interesante. En algunos casos, la megalomanía es causada por las peculiaridades de la crianza de una persona del tipo «ídolo familiar». Estamos hablando de aquellas familias en las que el niño desde pañales adoctrinado con la idea de su peculiaridad y singularidad, gran destino.
Signos
Signos de megalomanía:
- egocentrismo, fijación de la persona en sí misma;
- necesidad exacerbada de atención y especial atención a uno mismo (intereses, necesidades, peculiaridades, problemas de otras personas pasan a un segundo plano);
- postura «sólo existe mi opinión y estoy equivocado» (defiende celosamente su punto de vista, sus pensamientos);
- conflictualidad;
- convicción en su propia genialidad y exigencia a los demás de que confirmen estos pensamientos.
A menudo con la megalomanía aparecen problemas notables como hiperactividad y aumento de la excitabilidad mental, problemas de sueño.
Atención La tensión psicofísica e intelectual constante conduce tarde o temprano al agotamiento. Debido a ello, la persona desarrolla tendencias depresivas y suicidas.
En psiquiatría se acostumbra a distinguir siete tipos de megalomanía. Se diferencian en las manifestaciones:
- Un delirio de origen especial. El signo principal es la convicción de la persona de que en ella fluye sangre azul. Algunos pacientes afirman ser parientes cercanos de una celebridad. Otros afirman tener ascendencia noble.
- Ilusión de riqueza. El signo principal es la certeza de que uno posee riquezas incalculables, y el gasto imprudente de dinero en el presente.
- Delirio de Alejandro Magno (Alexanderismo). El signo principal es la atribución de uno mismo a una serie de grandes científicos, generales, artistas, políticos, etc. La persona está convencida de que posee capacidades y talentos excepcionales.
- Reformismo (delirio de invención). El signo principal es que el paciente está seguro de haber hecho un gran descubrimiento teórico o práctico que cambiará el mundo. Por supuesto, para otras personas su «descubrimiento» parece un episodio de una película fantástica, un juego de niños.
- Ilusión de enamoramiento. Signo — el paciente está seguro de que es amado y deseado apasionadamente por alguien de los grandes, estrellas, políticos, etc.
- Síndrome del Mesías. El signo principal es la convicción de una persona de que su misión es salvar a toda la humanidad. A menudo, estas personas se convierten en fundadores de sectas.
Interesante. Entre las personas con delirios de grandeza, a veces hay personalidades verdaderamente destacadas. Sin embargo, por regla general, no se dan cuenta de ello y centran su atención en otra cosa, fantástica.
Síntomas
Los síntomas y signos de la megalomanía en hombres y mujeres prácticamente no difieren:
- actividad excesiva y aumento de la eficacia;
- excentricidad en las emociones;
- locuacidad;
- Intolerancia a las críticas (ignoran al oponente o muestran agresividad si oyen críticas);
- cambios de humor;
- acusar a otras personas de ser formulistas, equivocadas en sus pensamientos y opiniones;
- empatía subdesarrollada.
Sin embargo, se pueden nombrar algunas peculiaridades entre las manifestaciones en hombres y mujeres.
En las mujeres
En las mujeres, la megalomanía se manifiesta más a menudo de forma leve. Las mujeres megalómanas rara vez recurren a la agresión, a la violencia. Y entre los delirios prevalecen las ideas de belleza y atractivo, los delirios de enamoramiento. Una mujer con delirios de grandeza cree que todo el mundo la desea, y las personas famosas y prominentes en particular. Además, intenta demostrar que tiene mejor aspecto que otras mujeres, que es superior a ellas en todo (trabajo, hogar, crianza de los hijos, etc.). En general, la megalomanía es menos frecuente en las mujeres que en los hombres.
En los hombres
Los hombres son más propensos a mostrar agresividad, especialmente cuando sus ideas no son reconocidas y el propio hombre no es percibido por los demás. Los hombres megalómanos son propensos a la violencia física, se caracterizan por la tiranía y el despotismo. Además, como señalan los psiquiatras, en los representantes del sexo fuerte el trastorno es más agudo. Los hombres suelen estar más convencidos de su propósito especial o de su riqueza.
Diagnóstico
Sólo un psiquiatra puede diagnosticar la megalomanía. Un psicólogo sólo puede sospechar un problema y remitir a un médico. El principal método de diagnóstico es una conversación con el supuesto paciente. Además, el médico se comunica con familiares y amigos del paciente, recoge una anamnesis completa. Junto con esto, el médico prescribe un examen instrumental del cerebro. Es importante tener en cuenta la dependencia de los síntomas de la megalomanía de otras enfermedades, por ejemplo, cuando se combina con esquizofrenia.
Atención Los propios megalófobos rara vez buscan ayuda. Por regla general, son personas cercanas las que les remiten al psicólogo. Los pacientes no ven ningún problema en su comportamiento y autopercepción, intentan con todas sus fuerzas demostrar y probar su singularidad.
Cómo deshacerse de la megalomanía
¿Cómo deshacerse de la megalomanía? Es imposible hacerlo por uno mismo. Para tratar la megalomanía se utiliza un enfoque integral: medicación (neurolépticos, tranquilizantes, sedantes) y psicoterapia (psicoterapia cognitivo-conductual, hipnosis, terapia Gestalt). Si la persona no supone un peligro para sí misma ni para los demás, se le trata de forma ambulatoria. En caso contrario, está indicada la hospitalización y el tratamiento en régimen de ingreso.
El objetivo de la psicoterapia es trabajar las creencias destructivas del paciente y corregir la imagen que tiene de sí mismo. Es importante ayudar al cliente a prestar atención a sus capacidades, oportunidades y logros reales, para que recupere la sensación de valía y significación propias. Sin embargo, el tratamiento debe empezar por identificar la causa raíz y corregir el problema subyacente.
¿Qué puede hacer el entorno inmediato del paciente? No apoyar sus ideas, pero al mismo tiempo expresar respeto, escuchar atentamente todas las ideas del megalómano. Es necesario prestarle toda la atención posible, interesarse sinceramente por sus planes. Sin embargo, en ningún caso no puede ayudar, apoyar y desarrollar ilusiones. De lo contrario, se le puede «contagiar» de ilusiones, y ello no beneficiará al propio paciente.
¡Importante! Tras la estabilización, el paciente recibe un tratamiento de apoyo. El hecho es que la megalomanía puede reaparecer.
Conclusión
Los delirios de grandeza son una afección peligrosa. Por ejemplo, al imaginarse inmortal, una persona puede saltar de un tejado y estrellarse o resultar herida en una pelea. Independientemente del tipo de delirio, el individuo se desorienta y se desocializa, desconectándose de la sociedad. Tiene problemas en su vida personal, laboral y en sus relaciones con los amigos.
La dificultad estriba en que la propia persona no siente estos problemas, son otras personas las que sienten el malestar. Aunque ocurre que el megalómano llega a darse cuenta de la desesperanza. Depende mucho del estadio de la enfermedad y de las características del delirio. De un modo u otro, la megalomanía se presta bien al tratamiento.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023