La depreciación en psicología se considera una forma de proteger la psique del impacto negativo de situaciones traumáticas. Y en algunos casos realmente funciona, por ejemplo, cuando se necesita hacer frente a una pérdida o al miedo. Pero la mayoría de las veces, la devaluación tiene malas consecuencias tanto para la persona como para quienes la rodean.
Tabla
Definición del concepto
En psicología, la devaluación es un mecanismo de defensa psicológico en el que una persona resta importancia a las personas que la rodean y a sus acciones, así como a sí misma. Por un lado, le ayuda a proteger su psique de experiencias negativas innecesarias en los casos en que pierde en comparación con los demás o no consigue lo que quiere. En tales circunstancias, la devaluación se manifestará en forma de indiferencia ostentosa, decepción, críticas excesivas y burlas. Por otra parte, a veces este modo de defensa se convierte en manipulación.
Entonces, ¿qué afecta a una persona cuando se devalúa?
- En los deseos. Por ejemplo, si no puede comprar algo que ha deseado durante mucho tiempo, dice que en realidad no lo necesita. Así protege su psique de la decepción por no poder conseguir lo que desea.
- El yo y sus talentos y esfuerzos (devaluación de la persona). En este caso, el razonamiento es el siguiente: si no puedo conseguir lo que quiero, significa que no valgo nada, que soy malo. Muy a menudo tal devaluación se produce en aquellas personas que están acostumbradas a controlar siempre y todo. Para ellos es más fácil hacerse culpables de lo ocurrido que admitir que algunas circunstancias pueden no depender de ellos. Lo más interesante es que de esta forma reducen su nivel de ansiedad. En cierto modo se convencen a sí mismos: es culpa mía que no saliera bien, la próxima vez me esforzaré más y las cosas serán diferentes.
- Un entorno que no ayuda a conseguir lo que se desea. El individuo está convencido de que, para ser feliz, necesita que se cumpla un deseo concreto. Si no ocurre nada, la vida pierde su sentido y todo lo demás se vuelve insignificante.
En psicología, las personas que practican a menudo técnicas de devaluación no pueden vivir una vida plena. Son incapaces de darse cuenta de las alegrías sencillas, de compartir las emociones agradables de los demás, de comprender los sentimientos incluso de sus familiares y personas cercanas. Además, no aceptan la atención y el amor del exterior, considerándolos inútiles. Creen que la gente no sabe lo que realmente necesitan.
Según muchos psicólogos, la devaluación es el tipo más peligroso de defensa psicológica. Está diseñada para proteger la psique humana de la negatividad, pero en realidad juega en nuestra contra. Algunos incluso la llaman una especie de violencia psicológica. ¿Cómo funciona así?
La devaluación resta importancia a los valores de una persona, sus opiniones, creencias, normas en las que se basa su vida. Se devalúan las capacidades y los talentos, las oportunidades e incluso la propia personalidad. Este proceso es similar a la destrucción. Una persona pierde todo lo que tiene valor para ella, lo que es importante para ella, lo que la sostiene.
Cualquier frase desvalorizadora penetra profundamente en el subconsciente, «germina» allí y afecta al comportamiento. Cuanto más cercana es la persona que ha pronunciado las palabras ofensivas, menos filtra el subconsciente la información recibida. Esto significa que la devaluación consigue su objetivo: destruir.
Expresar insatisfacción también puede hacerse de otras formas, como juzgando o criticando. En estos casos, o bien se pide un castigo por la falta cometida, o bien se señalan los defectos. La desvalorización, en cambio, puede denominarse una operación de eliminación. Lo que se ha devaluado no debería existir y, por lo tanto, habría que eliminarlo a él o a alguna parte de la persona, de su mundo interior. Como resultado, se desarrolla la apatía, desaparece el deseo de hacer algo, de realizar las propias capacidades y talentos. La persona pierde el sentido de la vida y se hunde cada vez más en el hastío.
Causas de la devaluación
¿Por qué se activa en algún momento el mecanismo de la depreciación? La razón principal radica en una educación equivocada. Mamá y papá son personas como los demás. Tienen sus propios sentimientos y emociones, puntos fuertes y débiles, traumas psicológicos, fobias, etc. A menudo opinan que si se señala constantemente al niño sus malos rasgos de carácter, se le repite que puede ser mejor, más inteligente, hará todo lo posible para que así sea. Los propios padres fueron educados así, por lo que no ven en ese comportamiento algo malo.
También ocurre que los adultos construyen las relaciones con los niños sobre la devaluación. Y el niño cree que ése es el único modelo correcto de comportamiento.
Existe otro escenario. Ante la baja autoestima y la inseguridad, los padres quieren que sus hijos sean mejores de lo que son. Y entonces entra en acción otro mecanismo. Intentan aumentar la autoestima. Pero utilizar a los adultos para este fin no tiene mucho éxito. Los niños siempre están cerca, son indefensos y es poco probable que les respondan. Esto les anima a decir a los niños frases que devalúan todos sus esfuerzos. «¿Qué has construido? Tu castillo está a punto de derrumbarse». «¡Todos los niños son normales, pero tú eres un imbécil! Deberías estar haciendo los deberes. No sirves para nada».
Podemos estar de acuerdo con las últimas palabras. La desvalorización vuelve al niño amargado, inseguro. A su alrededor ve traidores, jóvenes descerebrados, lerdos inútiles. Y sólo con el tiempo se da cuenta de que todo es normal con esa gente, y que el problema está en él. Ellos son felices, y él se pasa las tardes solo. Entonces, ¿quién es el descerebrado y el tonto? Suena, tal vez, grosero, pero refleja el estado real de las cosas.
La psicología identifica otras razones y factores que desencadenan el mecanismo de la desvalorización:
- Falta de interconexión con el propio mundo interior, necesidades, deseos, valores. Si una persona no se valora a sí misma, los éxitos de los demás le provocan ansiedad y otras emociones desagradables.
- Falta de sentido de los límites personales y de los ajenos. Quienes practican la devaluación simplemente se olvidan de ella.
- Miedo a ver los propios defectos, a conocer los malos rasgos de carácter, las capacidades no desarrolladas, etc.
- Reticencia a volver a tocar sus emociones, experiencias, ofensas. Una persona tiene miedo no tanto de volver a experimentar estrés como de no entender qué hacer con él.
Otro motivo de desvalorización es un sistema de valores, prioridades y orientaciones vitales no del todo formado. Por este motivo, las personas suelen cuestionarse lo que ocurre a su alrededor.
Beneficios de la devaluación
A pesar de que este mecanismo de defensa psicológica conlleva algunos perjuicios, también tiene sus beneficios. Veámoslo más de cerca.
Participa en la autorregulación emocional
Imaginemos, por ejemplo, que un niño está muy preocupado por la pérdida de un juguete. Para ayudarle, basta con devaluar este juguete a sus ojos. Los padres saben hacerlo mejor. Sólo podemos decir que, en este caso, el proceso de devaluación ayuda a sobrellevar el dolor de la pérdida y la ansiedad.
Este mecanismo de defensa también ayuda a afrontar el miedo. Supongamos que un adolescente es acosado por un compañero de clase. Esto sucederá hasta que aparezca alguien más fuerte en la clase. A los ojos del chico ofendido, el agresor se devalúa inmediatamente, y el miedo desaparece.
Ayuda con la competencia
Desde la devaluación de los problemas — un tipo de defensa psicológica, a veces todavía realiza sus funciones directas. Se trata de proteger la autoestima y luchar contra la envidia. Se trata de un fenómeno bastante común. El cuadro es más o menos así:
- ¿Qué haces tú que sea tan especial? Todas las mujeres tienen bebés y cuidan de la casa.
- No eres ninguna heroína, no es ninguna proeza mantener una familia. Todos los hombres lo hacen.
Son dos ejemplos entre cientos de miles. Un hombre simplemente resta importancia a lo que hace su compañera, colega, etc. Y después de eso se ve menos patético frente a sus antecedentes.
Elimina el miedo a volverse dependiente
La infravaloración no dará el desarrollo de la dependencia de otras personas. Y esto es muy importante en materia de autoestima y lucha competitiva. Si alabas constantemente los éxitos de los demás, restas importancia a los tuyos. Si devalúas sus logros, puedes verte mejor frente a ellos.
En el caso de la adicción, la devaluación es un proceso que ayuda a mantener un delicado equilibrio en el comportamiento propio y ajeno. La clave está en no alterarlo, ya que esto conducirá a una devaluación de la propia personalidad.
Ejemplo de vida
Tomemos como ejemplo las relaciones. A menudo, por miedo a perder su importancia, la gente devalúa su contribución a una ruptura. Pregunte a cualquiera que haya pasado recientemente por una ruptura por qué terminó la relación. El 100% empezará inmediatamente a enumerar los errores de su pareja. Oirá que no le apreciaba, que sólo pensaba en el trabajo, que le faltaba al respeto, que le engañaba, etc. Nadie dirá una palabra sobre el hecho de que también contribuyó a lo ocurrido, que, por ejemplo, no prestó suficiente atención.
La admisión de culpa golpeará duramente el ego y la autoestima. Para evitarlo, la gente devalúa sus acciones. Y esto es malo, porque no reconocer los errores ralentiza o incluso detiene por completo el autodesarrollo. Y si una persona no aprende de sus errores, éstos se repiten una y otra vez.
Cómo dejar de desvalorizarse y desvalorizar a los demás
Los psicólogos recomiendan seguir una serie de reglas sencillas pero eficaces:
- Acéptate como eres realmente, con ventajas e inconvenientes. Estudia tu verdadero yo. No pienses que eres el peor, pero tampoco te idealices. Desarrolle una autoestima adecuada.
- Lleva un diario personal en el que anotes todos tus éxitos. Elógiate por ellos.
- Crece. ¿Qué significa eso? Forma tu propio sistema de valores, establece tus prioridades, decide lo que es «bueno» y «malo» para ti. Aprende a no depender de las opiniones de los demás. Este tipo de dependencia es lo que lleva a la devaluación. Primero idealizas a una persona y luego, tras la decepción, la devalúas. Pero eso no significa que sea mala. Sólo significa que esperabas demasiado de él. La misma regla funciona con nosotros mismos.
- Cuando conozcas a gente que intente devaluar tus logros, simplemente limita tu comunicación con ellos. Si es necesario, haz saber a la persona por qué lo has hecho. Describe tus sentimientos y tu malestar. Recuerda que la tendencia a devaluar es inherente a las personalidades inseguras y débiles.
Un último consejo: recuerda que todo el mundo tiene derecho a tener su propia opinión. Y puede diferir de la tuya.
Conclusión
El deterioro como método de defensa psicológica no siempre cumple su finalidad directa. Sí, a veces ayuda a proteger la autoestima del impacto negativo, a presentarse favorablemente frente a los demás. Pero en otros casos es violencia psicológica, destruye la personalidad. Por lo tanto, no te devalúes ni a ti mismo ni a los demás. Recuerde sus cualidades positivas y sus éxitos.
Fecha de publicación: 4-4-2022
Fecha de actualización: 4-4-2022