Efecto Dr. Fox

El efecto Dr. Fox es un fenómeno psicológico que muchos pseudoespecialistas utilizan para dar la impresión de personas increíblemente inteligentes y dotadas. En el proceso de diálogo es importante escuchar y oír al interlocutor, participar en las discusiones y expresar diferentes puntos de vista. La comunicación se basa en el principio de reciprocidad, si es constructiva. Pero ocurre que escuchamos en silencio al interlocutor con la boca abierta de admiración. Un camarada puede contar situaciones imposibles, fenómenos inexistentes o mentir deliberadamente. ¿Por qué a algunas personas les resulta fácil obligarse a escuchar, mientras que a otras les cuesta siquiera articular palabra?

Existe una categoría de personas que consiguen que todo el mundo les escuche. Al lado de tales interlocutores parece que sus pensamientos coinciden con los nuestros, y cada palabra — la pura verdad. Si cae bajo la influencia de un narrador tan encantador, enhorabuena: ha experimentado el efecto Dr. Fox.

Qué significa y cómo funciona el efecto Dr. Fox

interpretaciones de actores sobre el efecto Fox

El efecto Dr. Fox debe su nombre a un personaje ficticio interpretado por un actor profesional. Todo empezó cuando tres investigadores decidieron realizar un experimento con un público de personas cultas. Invitaron a psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y otras personas con conocimientos suficientes sobre el tema de la radiodifusión a una conferencia sobre la teoría de juegos. El acto fue concebido por D. Naftulin, J. Ware y F. Donnelly.

Se anunció a los asistentes que el conferenciante era un hombre culto y formado por las mejores mentes en el campo de la psicología. Se eligió un seudónimo acertado: Dr. Myron Fox. El propio «doctor» leyó unas horas antes del acto un artículo sobre el tema, y un grupo de experimentadores le hizo una lista de contradicciones y neologismos. Tal conjunto de informaciones extrañas y el actor dio a conocer a un público bastante numeroso en un discurso mal preparado.

Como resultado, las habilidades interpretativas de «Fox» impresionaron al público más que la información. Más importante no era el significado del discurso, sino la forma de su presentación. Al final de la conferencia, los instigadores del experimento realizaron una encuesta entre parte del público y comprobaron que les había gustado el acto. Al mismo tiempo, más de la mitad de los encuestados no notaron que hubiera algo malo en el discurso del Dr. Fox.

Los hechos ocurrieron en 1970 y, desde entonces, los conferenciantes han recurrido a una forma tan poco complicada de enganchar a la gente. Los entrenadores de negocios y los formadores de autodesarrollo modernos dan prioridad al dominio de la actuación en lugar de profundizar en el tema de la transmisión.

Las técnicas de presentación son un aspecto importante de toda empresa. Es más agradable satisfacer una petición cuando se expresa en un tono suave. Si una persona inicia una conversación con amenazas, insultos y comentarios airados, no querrás continuar el diálogo con ella. Se puede decir que, en el ámbito doméstico, el método Fox es utilizado por muchas personas sin ni siquiera darse cuenta.

El efecto Dr. Fox permite ganar mucho dinero a los oyentes de conferencias, sin molestarse en buscar información de calidad. Los estudiantes se enfrentan al mismo problema. Al principio de la clase el conferenciante cuenta información sobre el tema, pero al final nadie presta atención a otra historia sobre aventuras en la época soviética, por ejemplo. Es importante filtrar la información entrante, porque no se sabe qué tipo de narrador vendrá la próxima vez.

Experimento de E. Peer y A. Babad

Tras la publicación de los resultados del estudio, hubo escépticos que cuestionaron la exactitud de las conclusiones. Eyal Peer y Alisha Babad fueron los más interesados. Los investigadores de la iniciativa, de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad Hebrea, decidieron repetir el experimento con un nuevo grupo de oyentes tres años después de la primera experiencia. Al público invitado se le mostró una grabación de la actuación del «Dr. Fox», esta vez sin invitar personalmente al actor.

Al final de la videoconferencia, se entregaron cuestionarios a los participantes. Una parte recibió el cuestionario que se utilizó durante el primer experimento. Otra parte recibió un cuestionario con preguntas más precisas que el primero. Los investigadores utilizaron este método para comparar los resultados y excluir conclusiones falsas.

El experimento de E. Peer y A. Babad concluyó con el mismo éxito que el de D. Naftulin y compañía. El resultado fueron datos que confirmaban la validez del efecto del Dr. Fox. El informe sobre los resultados del estudio de seguimiento volvió a entusiasmar a los expertos en psicología de todo el mundo, pero esta vez hubo pocos escépticos.

Utilización del efecto Dr. Fox

utilizando el efecto Dr. Fox

El descubrimiento del efecto Dr. Fox en psicología causó sensación. La alegría embargó a estafadores y amantes del beneficio fácil. A día de hoy, este efecto es utilizado por conferenciantes que estudian oratoria para ganar dinero.

Hoy en día, las formaciones, conferencias, talleres y otros métodos de comunicación de masas atraen a un público diverso. Si la gente va en busca de conocimientos y acaba recibiendo información mundana, el efecto Fox les ha funcionado bien. En el caso de que al final queden satisfechos.

El efecto Dr. Fox no sólo se utiliza para influir en un público con fines lucrativos. También puede utilizarse de forma positiva: en el proceso de creación de equipos, fiestas de empresa y otras celebraciones multitudinarias. Los presentadores de bodas y aniversarios también utilizan el efecto Fox, y si lo hacen bien, los invitados recuerdan el evento durante mucho tiempo.

Conclusión

Algunas personas tienen la capacidad de filtrar cualitativamente la información, por lo que es difícil influir en ellas incluso con la ayuda de un efecto psicológico de este tipo. El mundo rebosa de discursos dulzones, que uno quiere creer. Una evaluación sobria de la situación ayudará a librarse de los falsos especialistas y a no perder tiempo y dinero en servicios inútiles.

Un alumno en una clase rara vez le dirá al profesor que ha empezado con mal pie. Pero una persona que ha pagado dinero por una formación tiene derecho a exigir la información prometida. Es difícil seguir el ritmo de los discursos, pero a veces es necesario. Estudie siempre la información sobre las próximas conferencias, especialmente las de pago, para evitar malentendidos. El efecto Dr. Fox está firmemente arraigado en el espacio actual y probablemente no lo abandonará en mucho tiempo

Fecha de actualización: 11-16-2023