El egotismo no tiene nada en común con el egoísmo. El primer concepto se caracteriza por el deseo de protegerse de cualquier contacto con el mundo exterior. Y el segundo, por adueñarse de absolutamente todo. Los egoístas intentan por todos los medios limitar la influencia del entorno sobre ellos mismos. Parecen personas alegres y amantes de la vida, atraen la atención sobre sí mismas. Pero en realidad rompen despiadadamente la relación, en cuanto se cruza la línea de cercanía establecida por ellos. ¿Por qué ocurre esto?
Tabla
Qué es el egoísmo
El concepto de «egotismo» se utiliza mucho en la terapia Gestalt. Combina varios significados a la vez:
- Defensa del yo interior de cualquier contacto.
- Inhabilitación, supresión de la creatividad, la espontaneidad, la sinceridad.
- Bloqueo del modo «sentir-pensar-deseo». En su lugar, se activan el «pensar-hacer» y el «pensar-hablar».
En pocas palabras, es un estado en el que una persona construye un muro impenetrable entre ella y el mundo que la rodea.
El egoísta no deja entrar nada de lo que hay en el mundo exterior. Su esencia — una especie de invernadero aislado de todo, en el que nutre la flor de su propia individualidad. A una persona con un egotismo desarrollado le da absolutamente igual lo que piensen sus contemporáneos sobre tal o cual libro, actriz, cantante, historia. No sigue las tendencias de la moda, no permite que nada ni nadie influya en él ni en sus creencias. Hay un dicho interesante al respecto: el egoísta ignora arrogantemente la modernidad. Algo parecido dijo Pasternak: «En un pañuelo, con la palma de la mano haciéndome sombra, gritaré a través de la ventana a los niños: «Qué bonito milenio tenemos aquí…».
El egoísta nunca busca unirse a la multitud. No tiene instinto de rebaño. Pero, al mismo tiempo, no sabe cómo evaluar adecuadamente el mundo que le rodea y reaccionar correctamente ante algo nuevo.
Para ilustrarlo, recordemos al héroe del cuento de Chéjov «El hombre del maletín». No quiere interactuar con el mundo que le rodea, influir en él de ninguna manera. También se protege a sí mismo de la misma influencia del exterior.
Quién acuñó el término
El concepto de «egoísmo» fue acuñado por Marie-Henri Bayle o Stendhal. Decía que un egoísta es una persona que no penetra en las posesiones ajenas, pero que tampoco deja que nadie traspase su propia puerta. Hay otra afirmación interesante: «Bueno llama sólo a lo que le gusta, correcto — a lo que en ese momento considera apropiado, despreciable — a lo que desprecia, y no le molesta en absoluto la posibilidad de estar solo en su opinión». Stendhal tiene incluso un libro titulado Memorias de un egoísta. En él, relata las desavenencias surgidas entre un joven escritor de mentalidad revolucionaria y su familia, que mantenía opiniones conservadoras sobre la vida.
F. Perls y P. Goodman ofrecieron una descripción más detallada del egoísmo. Lo consideraban un fenómeno normal que se produce en determinadas etapas de la vida humana.
¿Cuál es la diferencia entre egotismo y egocentrismo?
Stendhal llamó al egoísmo el hermano ilegítimo del egoísmo, el plebeyismo. Y esto es correcto, ya que estos dos pon yates son muy diferentes entre sí. El egoísta pretende apropiarse de todo, incluso de lo que pertenece a los demás. Se caracteriza por cualidades como:
- avaricia;
- insaciabilidad;
- la envidia;
- falta de generosidad;
- falta de altruismo.
En esencia, es un consumidor que se apropia descaradamente de todo lo que quiere.
El egoísta, como ya se ha dicho, no necesita nada. Vive en su propio mundo y no va a dejar entrar a nadie más.
¿Qué significa egotismo?
En la terapia Gestalt, el egotismo se combina con rasgos de personalidad como la excesiva atención a la propia persona y el narcisismo. También se conoce como hipertrofia del ego, una condición en la que una persona se cierra tanto al entorno que no puede escapar de ningún acontecimiento que le suceda.
El egotismo tiene una serie de características:
- Incapacidad de perder el control, de confiar en las experiencias, de unirse a la persona que el egoísta necesita.
- Falta de interacción, un patrón de «lo tomas o lo dejas». Detrás de esto suele estar el miedo al fracaso, un sentimiento de vergüenza por algunas de sus carencias y defectos.
- Autosuficiencia, fuerte sensibilidad a la distancia entre las personas. Ruptura del contacto cuando la pareja intenta reducir la distancia.
- Autoestima inestable, intolerancia a las críticas y a los comentarios negativos de los demás, deseo de devaluarse a sí mismo y a los que le rodean.
- Falta de espontaneidad, inhibición, incapacidad para dejar de pensar, analizar y evaluar lo que ocurre.
A primera vista, los egoístas parecen personas sociables. Se mueven con gracia, hablan libremente y muestran sentimientos y emociones, aunque parecen un poco extraños o distraídos, mantienen cierta distancia. Este misterio les atrae, les promete una relación brillante. Y el egoísta le sigue la corriente. Pero, cuanto más fuerte se hace la conexión y más profundo el contacto, más frío se vuelve el hombre mismo. Es como si no quisiera o no pudiera cruzar la frontera trazada por él mismo.
Es interesante que en el egoísmo el individuo no se controle a sí mismo. Intenta controlar lo que sucede a su alrededor: determina el número de participantes en la relación, la profundidad del contacto, la fuerza de los sentimientos que se le muestran. Detrás de esto suelen estar estos factores
- Miedo a que todo no salga como debería y como le gustaría. Miedo a parecer poco ideal, a violar la imagen perfecta creada por él.
- Miedo a no poder parar a tiempo, a perder el momento en que es necesario romper el contacto.
- Miedo a que, una vez finalizado el contacto, tenga que pasar por toda una serie de emociones desagradables, como la decepción, el dolor de la pérdida, etc.
- Falta de voluntad para experimentar la vergüenza que ya se ha experimentado en relaciones anteriores.
Y quizá el mayor temor en la vida de un egoísta sea volverse dependiente de otra persona, darle la oportunidad de que se utilice para fines personales, de que se manipule.
Consecuencias del egoísmo
El egoísmo reduce significativamente la calidad de vida de una persona. La situación es la siguiente:
- Primero se produce un déficit de recursos emocionales, sensuales, existenciales, creativos y otros tipos de recursos internos.
- La persona no tiene ni fuerzas ni ganas de hacer nada.
- Primero aparece la apatía y luego la depresión. Además, se crean con sus propias manos.
- La energía vital, y, en consecuencia, y la actividad se hace cada vez menor.
- Comienza el proceso de regresión personal. La persona vuelve cada vez más a menudo a las experiencias del pasado. Las experimenta mientras le es posible. Pero no obtiene experiencia de ello.
- El miedo al contacto con la gente se hace cada vez más fuerte. La persona evita hacer nuevas amistades. Mantiene a distancia a los viejos amigos y conocidos, sin permitirse entablar relaciones profundas y sinceras.
En algún momento, el egoísta está solo. Inconscientemente atrae a la gente, prometiéndoles intimidad emocional. Pero en cuanto ésta llega, o bien la evita por todos los medios, o bien rechaza tajantemente a la pareja, devalúa sus acciones. Lo más interesante es que el egoísta confía sinceramente en que tiene razón. Él cree que es el oponente se comporta de alguna manera equivocada. Pero luego se pone su propia armadura ante la «amenaza» de la intimidad.
Es de destacar que la necesidad de egoístas cercanía emocional satisfacer. Ocurre con la ayuda de la contra-dependencia. Establecen contacto con personas que dependen emocionalmente de ellos. Estas últimas intentan hacer todo lo posible para estar más cerca, alimentando así el yo interior del egoísta. Éste, a su vez, consigue lo que quiere y rompe agresivamente el contacto como de costumbre. Puede marcharse solo o simplemente alejar a su pareja.
Ejemplos de la vida
Ejemplos de manifestación del egoísmo a nuestro alrededor hay muchos. Tal vez entre los hombres que conoces haya algunos que salen exclusivamente con mujeres que les rechazan. Las cortejan, las consiguen y, en cuanto las consiguen, dan un paso atrás. De repente se desinteresan, desaparecen sus sentimientos.
O, por ejemplo, piensa en las mujeres que son cortejadas por varios hombres dignos a la vez. Y, al parecer, eso es la felicidad. Pero no, se aburren con tales pretendientes, carecen de interés, quieren huir de la cita.
Así se manifiesta el egoísmo. Un hombre desarrolla el contacto hasta cierto punto, y luego simplemente lo rompe, sin abrirse, sin acercarse a la pareja.
Conclusión
Por un lado, parece que el egoísmo no conlleva nada malo. ¿Es malo ser una persona autosuficiente que no necesita nada ni a nadie? Pero, por otro lado, tiene muchas consecuencias desagradables. Entre ellas, la neurosis, la depresión y la soledad. Por lo tanto, notando en ti mismo manifestaciones de egoísmo, no dudes en pedir ayuda a un psicólogo. Él le ayudará a establecer contacto consigo mismo y con las personas que le rodean.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023