El test del malvavisco es un método inusual de trabajo psicológico con niños. Su creador, el profesor de la Universidad de Stanford Walter Michel, realizó por primera vez un experimento con malvaviscos en niños a finales de la década de 1960.
El científico descubrió que ciertos rasgos del carácter de un niño pueden ayudarle a alcanzar el éxito en la vida. Veamos hasta qué punto es cierta esta afirmación, cómo detectar tales rasgos y qué papel desempeñan los malvaviscos.
Tabla
Cómo se realizó el experimento
El experimento de los malvaviscos de Stanford se llevó a cabo con la participación de 8 investigadores y 32 niños de entre 3 y 5 años. Cada uno de los pequeños participantes tenía la misma tarea: demostrar la capacidad de autocontrol.
El experimento del malvavisco es bastante sencillo. Un adulto lleva a un niño a la habitación y lo sienta en una silla, y sobre la mesa, frente a él, hay un dulce malvavisco. Cuando el niño se da cuenta de la golosina, el científico le dice: «Tengo que irme durante 15 minutos, y tú me esperarás. Puedes comerte este malvavisco en mi ausencia, pero si me esperas y no te lo comes, tendrás otro malvavisco como recompensa por esperar. Tú decides».
La prueba del malvavisco de Walter Mischel determina si un niño pequeño es capaz de predecir la recepción de un dulce de tamaño doble y frenar su deseo de comérselo de inmediato.
Resultados del experimento del malvavisco
El experimento del malvavisco y los niños concluyó con éxito. Cuando un adulto explicaba a un niño las reglas de la espera y la recompensa, el 90% de los niños accedía a esperar. Sin embargo, sólo un tercio de los sujetos fue capaz de resistirse al tentador malvavisco durante 15 minutos. El resto se comió el dulce casi de inmediato.
El resultado del experimento del malvavisco de Walter Mischel se publicó en 1972. El proyecto a largo plazo duró hasta 2011, y durante todo este tiempo los investigadores siguieron observando a sus participantes. Se eligió esta vía para demostrar una relación directa entre el autocontrol y la consecución del éxito.
Otros destinos de los participantes
Los niños que se sometieron a la prueba del malvavisco crecieron. El experimento ha llegado por fin a su fin. Durante todos estos años, los investigadores observaron a los participantes y constataron la misma relación entre el autocontrol en la infancia y el éxito en la vida posterior.
Los participantes que mostraron mayor resiliencia superaron el examen final de fin de curso. Sus niveles de CI eran un orden de magnitud superiores a los del resto de la población escolar. Todo ello les permitió entrar en las universidades y continuar sus estudios.
Los niños alcanzaron el éxito no sólo en el ámbito de los estudios. Los participantes en el experimento del malvavisco resultaron ser menos propensos a las adicciones, los malos hábitos y la inestabilidad emocional.
Aquellos niños que no pudieron evitarlo y comieron malvaviscos mostraron resultados menos significativos. Obtuvieron puntuaciones medias o bajas en los exámenes finales y un bajo rendimiento académico. Entre ellos había niños con malos hábitos, algunos mostraban signos de depresión y no podían hacer frente al estrés.
Los investigadores del primer experimento estaban seguros de que el éxito en la vida depende directamente de la capacidad del niño para ejercer el autocontrol.
Refutación del experimento del malvavisco
Walter Michel y su prueba del malvavisco para niños atrajeron el interés de muchos psicólogos. Profesores universitarios de Nueva York llegaron a la conclusión de que 32 participantes eran muy pocos para confirmar la teoría.
Entonces llevaron a cabo un experimento con 900 niños de distintas edades y de diferentes condiciones sociales. Tras repetir la prueba con un mayor número de participantes, llegaron a la conclusión de que las posibilidades de éxito en la vida son exactamente las mismas para todos los niños.
Conclusión
El autocontrol es un rasgo de carácter útil tanto para niños como para adultos. Sin embargo, el nivel de su desarrollo no es capaz de determinar con precisión qué trayectoria vital le espera al niño. La prueba del malvavisco para niños es un entretenimiento interesante y una especie de juego, pero no hay que tomarse en serio el resultado del experimento.
Si tu bebé no está preparado para posponer el placer o no le gustan nada los malvaviscos, no te enfades, porque esto no prueba nada. Cada persona es única y nadie puede predecir su destino. Lo principal es querer al niño y ayudarle a convertirse en una personalidad armoniosa.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023