Eritrofobia — cómo deshacerse del miedo a ruborizarse

¿Qué es la eritrofobia? Es el miedo a ruborizarse. Parece que no tiene nada de aterrador. Ocurre a menudo. En parte, sí. Pero no para los eritrofóbicos. En esos momentos, experimentan toda una gama de emociones. Además, de la excitación y la ansiedad, su salud física se deteriora. Y en casos especialmente graves, la autoestima cae y aparecen pensamientos suicidas. ¿Es realmente tan grave? ¿Hay alguna forma de remediar la situación?

Qué es la eritrofobia

Qué es la eritrofobia

La eritrofobia es el miedo a ruborizarse en presencia de otras personas. En otros casos, el trastorno se denomina síndrome del rubor y eritema idiopático. Este miedo no puede calificarse de inmotivado, ya que las personas que sufren eritrofobia tienen predisposición al enrojecimiento de la piel de la cara e incluso de todo el cuerpo.

De vez en cuando, todo el mundo tiene rubor en las mejillas. Esto se debe a las peculiaridades del cuerpo humano. Los capilares se encuentran cerca de la superficie de la piel, por lo que en situaciones de estrés, con vergüenza y pudor, la sangre se precipita literalmente a las mejillas. Y es claramente visible para los demás. A veces, esta afección va acompañada de una sensación de calor.

Las personas que sufren eritrofobia sufren un aumento de la excitabilidad de la parte simpática del sistema nervioso autónomo. Por lo tanto, la sangre se precipita a la superficie de la piel con más frecuencia de lo habitual. Y se nota no sólo en la cara, sino también en los brazos y el cuello.

Hasta cierto punto, la eritrofobia no causa molestias. Pero en la adolescencia, el niño se da cuenta de que su aspecto hace que sus amigos y conocidos le hagan muchas preguntas. Empieza a sentirse cohibido. Mientras la persona está sola consigo misma, no sufre ataques. Pero en cuanto se mete en una multitud, la situación se repite. Lo provoca el miedo a convertirse en el hazmerreír o causar desconcierto.

Según las estadísticas, con eritrofobia se enfrenta el 0,2% de todas las personas que viven en el planeta. Son datos condicionales, porque pocas personas buscan ayuda médica y psicológica.

Un claro ejemplo de eritrofobia entre los famosos es Renee Zellweger. Sufre enrojecimiento asimétrico de la piel, pero aun así aprendió a convivir pacíficamente con él. No sin la ayuda de un psicoterapeuta, claro. Además, este trastorno se ha convertido en parte de su imagen. La actriz recibió varios Oscar por sus papeles.

Causas de la eritrofobia

Causas de la eritrofobia

En la cara hay muchos músculos mímicos pequeños, que requieren un mayor riego sanguíneo. Por eso hay tantos capilares. Si no fuera por algunas características fisiológicas, la piel de la cara estaría casi constantemente roja. Pero en la capa de fibra grasa subcutánea hay líquido intersticial, gracias al cual el enrojecimiento es menos pronunciado. Pero ni siquiera ella puede eliminar por completo la hiperemia. Por lo tanto, con estrés, excitación, vergüenza, bochorno o, por ejemplo, mucho calor, una persona se sonroja.

Con la eritrofobia, la situación es algo diferente. El sistema nervioso se excita más rápidamente que en otras personas. Y para ello no es necesario que una persona haga algo o experimente emociones fuertes. Puede ruborizarse incluso en un estado de calma.

Las personas que sufren eritrofobia están en tensión constante porque saben que pueden ruborizarse en cualquier momento. Por ello, sienten miedo, lo que desencadena la liberación de adrenalina. La adrenalina hace que el sistema nervioso se excite aún más. Lo que ocurre es lo que el eritrofóbico tanto teme: aparecen manchas rojas lacrimosas en la cara y el cuerpo. Con el tiempo, estos «ataques» van a más, por lo que el miedo aumenta.

Resulta que la cara se pone roja porque la persona tiene miedo de que la cara se ponga roja. Un círculo vicioso.

Sintomatología

Como se deduce del nombre, el síntoma principal de la eritrofobia es el enrojecimiento de la piel ante cualquier experiencia, incluso las más débiles. La persona siente que están a punto de aparecerle manchas rojas en la cara, y se preocupa por ello, temiendo que sean vistas por los demás. Esto aumenta la ansiedad. Con el tiempo, se desarrolla un agotamiento nervioso que hace que la persona se sienta ansiosa incluso cuando no está ocurriendo nada. Está constantemente esperando a excitarse y ruborizarse.

A medida que se desarrolla la eritrofobia, aumentan sus manifestaciones. Los síntomas incluyen:

  • Aumento de la ansiedad;
  • pánico y miedo incontrolable;
  • temblor en las manos;
  • escalofríos, sudores fríos;
  • dificultad para respirar, falta de aliento;
  • palpitaciones;
  • dolor de cabeza;
  • mareos;
  • pérdida de contacto con la realidad.

Con el tiempo se desarrolla un ataque de pánico. En el caso de la eritrofobia, esto no hace sino intensificar la experiencia y acentuar la manifestación del trastorno. A veces, la tensión interna es tan fuerte que la persona no puede soportarla y se desmaya.

Consecuencias de la eritrofobia

complejo de inferioridad

Si ignora las manifestaciones de la eritrofobia y no inicia el tratamiento, puede enfrentarse a una serie de consecuencias extremadamente desagradables. Y no se trata sólo de ataques de pánico y desmayos:

  • inseguridad, complejo de inferioridad;
  • apatía, falta de voluntad para tomar decisiones, para luchar contra los problemas;
  • miedo a hablar, incluso cuando se está seguro de tener razón;
  • preferencia por trabajos en los que no es necesario un contacto frecuente con la gente;
  • insatisfacción al darse cuenta de que no era posible hacer realidad los conocimientos, las competencias y las capacidades;
  • incapacidad para ascender en la carrera profesional.

En casos especialmente graves, aparece la fobia social, en la que la persona limita completamente la comunicación con los demás. Esta afección se caracteriza por neurosis, depresión, sensación de desesperanza e incluso pensamientos suicidas.

Tratamiento

Para empezar, hay que darse cuenta de que las sensaciones desagradables son eritrofobia, un trastorno que requiere tratamiento profesional. Ése es el primer paso. El segundo es una visita al médico de cabecera. Éste le prescribirá un examen que excluirá la hipertensión y los trastornos tiroideos, que también provocan un aumento del enrojecimiento facial.

El tratamiento de la eritrofobia debe ser complejo. Suele incluir varias etapas.

Terapia farmacológica

La medicación debe ser seleccionada por un terapeuta, psiquiatra o neurólogo. En ningún caso se debe recurrir a la automedicación. Debido a ello, la situación sólo puede empeorar. Además, algunos remedios son adictivos, y exceder la dosis afecta negativamente al trabajo de otros órganos y sistemas.

Lo más frecuente es que al paciente le receten este tipo de fármacos:

  1. Tranquilizantes o potentes fitopreparados — ayudan a hacer frente a la ansiedad.
  2. Nootrópicos — calma, ayuda a hacer frente a la ansiedad.

El objetivo principal de la terapia con medicamentos — para reducir la excitabilidad y la actividad del sistema nervioso simpático, responsable de la expansión de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo a la superficie de la piel.

Incluso los cursos cortos de medicación mejoran notablemente la condición. Además, el paciente se vuelve más receptivo a otros tratamientos.

Psicoterapia

psicoterapia

En el caso de la eritrofobia, es importante que el psicoterapeuta convenza al paciente de que es normal que la cara se ponga roja durante las emociones fuertes y la excitación. Para ello, se lleva a cabo una terapia cognitivo-conductual. Este es el primer paso. El segundo consiste en restablecer la autoestima y recuperar la confianza en uno mismo.

Intervención quirúrgica

La cirugía llamada simpatectomía es probablemente la forma más eficaz de tratar la eritrofobia. Durante ella, el médico extirpa el tronco nervioso simpático del tórax, responsable del proceso de circulación sanguínea en la zona facial. En pocas palabras, se pinzan las fibras nerviosas cuya actividad provoca el flujo sanguíneo a la cara tanto en estado de calma como durante el estrés.

La operación dura unos 40 minutos, y la recuperación tras ella, aproximadamente una semana.

La simpatectomía es una forma bastante eficaz de deshacerse de la eritrofobia. Pero debe formar parte de un tratamiento integral, ya que a nivel psicológico el problema sigue existiendo.

Trabajo personal

Junto con la medicación y la psicoterapia, se recomienda seguir una serie de sencillos consejos que ayudarán a sobrellevar la eritrofobia más rápidamente, sin recurrir a medidas radicales. He aquí algunos de ellos:

  1. Aprende algunos ejercicios de respiración. Te ayudarán a calmarte cuando tengas que comunicarte con un gran número de personas, por ejemplo, antes de hablar en público. Inspira y espira profundamente 5 veces. Concéntrate en cada una de ellas. Cambia tus pensamientos a algo que te distraiga.
  2. Medite antes de acostarse. Esto le ayudará a reducir la agitación del sistema nervioso, a liberar su cabeza de pensamientos extraños, a conciliar el sueño más rápidamente y a dormir más profundamente.
  3. Intente dominar el sueño yóguico. Esta es otra técnica para reducir la ansiedad en la eritrofobia.

Las afirmaciones y el autoentrenamiento pueden ayudar a reducir los niveles de tensión. Ambas técnicas sirven para sustituir las actitudes traumáticas por las correctas. La repetición regular de afirmaciones positivas programará tu cerebro para emociones positivas y te ayudará a deshacerte del miedo.

Conclusión

Todo el mundo se ruboriza de vez en cuando por vergüenza, pudor u otras emociones. Pero las personas que padecen eritrofobia lo tienen más difícil que otras. Tienen tanto miedo a ruborizarse en presencia de amigos y conocidos que entran en pánico, experimentan dificultad para respirar, mareos e incluso se desmayan. Es posible librarse de este problema, pero hay un largo camino por recorrer. Si la eritrofobia le ha afectado, tenga paciencia y concierte una cita con un psicoterapeuta. Sigue todas sus citas y pronto verás cómo te resulta mucho más fácil relacionarte con lo que te ocurre.

Fecha de actualización: 11-16-2023