Gelotofobia: qué es, consecuencias del miedo al ridículo

¿Cómo reacciona ante situaciones en las que le ridiculizan o se burlan de usted? Si su estado de ánimo se deteriora inmediatamente, su ritmo cardíaco aumenta, le duele la cabeza y tiene otros síntomas desagradables, padece gelotofobia. El miedo a hacer el ridículo parece paralizarte y te hace parecer aún más torpe. Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo aprender a no reaccionar ante el ridículo?

Qué es la gelotofobia

Qué es la gelotofobia

La gelotofobia o katagelofobia es el miedo al ridículo, el miedo a ser ridiculizado por amigos o desconocidos. Una persona con esta fobia espera que la gente que le rodea esté a punto de soltar en su dirección alguna broma. Y estos pensamientos no le abandonan ni un minuto. Y así ocurre, aunque no haya razones objetivas para hacer el ridículo.

Características

aislamiento de la sociedad

Con katagelofobia se enfrentan dos grupos de personas:

  1. Aquellos que han desarrollado en exceso la autocrítica. Una persona es tan exigente consigo misma que intenta ocultar todos sus defectos o rasgos antiestéticos. Se esfuerza mucho para que los demás no tengan la oportunidad de burlarse de él.
  2. Aquellos a los que el miedo al ridículo empuja a aislarse de la sociedad. Estas personas excluyen cualquier contacto sólo para que los demás no encuentren una excusa para ver el defecto y ridiculizarle.

La gelotofobia impide a una persona realizarse en la vida, alcanzar el éxito en el ámbito profesional, realizar sus deseos y cumplir sus sueños.

Causas

traumas infantiles

El miedo se considera una reacción de defensa innata que se desarrolla en situaciones peligrosas. En este caso, no importa si el peligro es inverosímil o real. Así, en la catagelofobia, una persona tiene miedo de parecer ridícula a los ojos de los demás. Así que protege su psique.

Hay varias razones principales para el desarrollo del miedo al ridículo:

  1. Por extraño que parezca, en primer lugar está la predisposición hereditaria. Si alguno de los familiares padecía el trastorno, aumenta la probabilidad de que se desarrolle en los niños.
  2. Traumas psicológicos infantiles. Puede que ya no los recuerde, pero están profundamente arraigados en el subconsciente.
  3. Una mala experiencia en el pasado. Si has hecho algo pero no has obtenido el resultado que querías, tendrás miedo de actuar la próxima vez.
  4. Miedos implícitos. Las personas son muy susceptibles a la influencia del mundo que les rodea. Por lo tanto, los amigos, los medios de comunicación, las películas, etc. pueden provocar el desarrollo de la catagelofobia.

Otra razón son los trastornos psicológicos. El estrés frecuente tiene un efecto perjudicial en el organismo. A una persona no le queda vitalidad para acciones activas. Como resultado, desarrolla fobias y miedos.

Síntomas

insociabilidad

En cada persona, la gelotofobia se manifiesta de forma diferente. En casos especialmente graves, el paciente experimenta ataques de pánico, sus extremidades se debilitan, su ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial se eleva. También se producen vómitos, mareos y asfixia. A estos síntomas se añaden problemas de orientación en el espacio y el tiempo.

La katagelofobia tiene otras manifestaciones. Están asociadas al estado emocional y psicológico:

  • risa «artificial» en respuesta a bromas o ausencia total de cualquier reacción;
  • presencia de complejos, insociabilidad;
  • agresiones gratuitas, intentos de ridiculizar cruelmente a los demás.

Normalmente, al final del día, los catagelofóbicos se sienten increíblemente cansados, provocados por una tensión emocional constante. Tienen baja autoestima, apenas participan en conversaciones, se limitan a escuchar lo que dicen los demás. La toma de decisiones también es difícil para estas personas, ya que siempre dudan de sí mismas y de la corrección de sus acciones.

Consecuencias

torpeza

Como ya se ha dicho, una persona que sufre gelotofobia tiene baja autoestima. Le cuesta fijarse objetivos y alcanzarlos. Se siente innecesario, privándose así de muchas alegrías en la vida.

Hay otras consecuencias:

  • Torpeza;
  • andar «de madera»;
  • dolores de cabeza;
  • tensión constante, rigidez;
  • problemas para dormir;
  • falta de espontaneidad;
  • emociones violentas incluso a la menor observación.

En ningún caso debe ignorarse la catagelofobia, ya que sus manifestaciones y consecuencias aumentarán con el paso de los años.

Diagnóstico y tratamiento

fuerza de voluntad

Con el diagnóstico, todo es sencillo. Si una persona ha notado los síntomas anteriores, es catagelofóbica. Con el tratamiento de la situación es un poco más complicado. La opción ideal es hacer frente al problema, utilizando la fuerza de voluntad. Pero no todo el mundo puede hacerlo. Por eso, la mayoría de las veces se requiere la ayuda de un especialista. Cabe señalar que en la mayoría de los casos para ir al médico gelotophobes se ven obligados por los familiares.

En algunos casos, están indicados varios medicamentos. Entre ellos, tranquilizantes, antidepresivos, hipnóticos y neurolépticos. Deben tomarse estrictamente según prescripción médica. La automedicación es peligrosa.

También en el proceso de tratamiento se utilizan métodos psicoterapéuticos. Así, por ejemplo, se puede aconsejar al paciente que haga de la risa su trabajo. Según muchos payasos famosos, en la infancia y la adolescencia fueron objeto de burlas. Y las soportaron muy dolorosamente hasta que empezaron a bromear ellos mismos. Esta forma de tratar la gelotofobia se llama hipercompensación.

También existe la compensación. En este caso, la persona tiene que empezar a luchar contra quienes se burlan de ella. Pero no mediante bromas, sino mediante la intimidación. Suena extraño, pero se trata de un método realmente eficaz. Para los gelotofóbicos funciona la afirmación de que la mejor defensa es un ataque. Con el tiempo, se volverán menos reactivos a las bromas en su dirección, lo que significa que el grado de síntomas de la katagelofobia disminuirá.

Por qué es importante poder reírse de uno mismo

Según los psicólogos, la capacidad de reírse de uno mismo sólo es inherente a los individuos maduros. Una persona así demuestra a los demás que tiene confianza en sí misma y que un error desafortunado es sólo una forma de mejorar. Al ver tal confianza, la gente simplemente no encontrará otra razón para ridiculizarse. Se desinteresarán.

Para quienes temen ser ridiculizados, la capacidad de bromear sobre sí mismos y sus defectos será una especie de escudo contra las púas y las burlas de los demás.

Conclusión

Entonces, ¿cómo se llama el miedo al ridículo? Gelotofobia. Como cualquier otro miedo, priva a la gente de muchas alegrías en la vida. A veces se intensifica tanto que a la tensión emocional se añaden problemas de salud física. Si no puede vencer la enfermedad por sí mismo, no dude en acudir a un psicólogo o psicoterapeuta.

Fecha de actualización: 11-16-2023