Hidrofobia — miedo al agua, causas de aparición

La hidrofobia — miedo al agua, fue descrita en los siglos pasados. Se trata de una fobia bastante común en niños y adultos. Una persona no puede reaccionar adecuadamente ante un vaso de té, la lluvia al otro lado de la ventana o grandes masas de agua. El miedo irracional al agua provoca pánico, liberación de adrenalina y otros síntomas físicos. Las personas con esta fobia no pueden vivir una vida plena, porque el agua constituye el 70% de nuestro cuerpo, está en todas partes y es simplemente necesaria para una persona.

Qué es la acuafobia

La acuafobia se caracteriza por la presencia de miedo a la vista del agua, a su mención o incluso a su pensamiento. Se produce como reacción a un trauma psicológico.

Sobre cuál es el nombre de la fobia — miedo al agua, escriben los psicólogos. El nombre oficial es hidrofobia o acuafobia.

El miedo provoca reacciones vegetovasculares. Así, un paciente, al ver una bañera llena, puede experimentar mareos, ataque de pánico. La reacción inadecuada del cerebro provoca un reflejo de defensa: se libera adrenalina en el torrente sanguíneo, lo que ayuda a escapar del peligro. El corazón empieza a latir con más frecuencia, la tensión arterial aumenta.

Entre los síntomas de la acuafobia están: frialdad de las extremidades, temblor del cuerpo, respiración rápida. Puede haber sensación de falta de aire, hormigueo en manos y pies. El malestar puede producirse sin contacto con el agua, pero sólo al pensar en ella. El cerebro no tiene que recibir una imagen o un contacto, basta con dar una señal de que «se acerca el peligro», y se producirá una reacción.

Variedades del trastorno

Las formas de hidrofobia presentan diferencias, ya que el agua es una sustancia polifacética. Alguien puede tener miedo a la lluvia. Alguien tiene miedo de estar en la orilla del mar, pero se siente a gusto en la bañera. Y hay personas a las que incluso el té en una taza les provoca miedo.

  • La cionofobia es una manifestación del miedo al hielo o la nieve. La reacción la provoca el agua en estado sólido. Es un fenómeno bastante raro.
  • La talasofobia es el miedo al mar abierto, al océano. Suele darse en niños que leen cuentos de hadas sobre monstruos marinos.
  • La ablutofobia es el miedo a los procedimientos médicos en los que interviene el agua.
  • Batofobia — miedo a grandes volúmenes de agua: lagos, ríos y océanos. Se produce debido a una situación traumática.

Las formas son diferentes pero los síntomas son similares.

Causas del miedo al agua

La causa de la hidrofobia suele ser un trauma psicológico. Puede tratarse de un suceso desagradable ocurrido en tiempo de lluvia. A menudo, la hidrofobia se produce en personas que en una u otra circunstancia se ahogaron, cayeron bajo el hielo. La fobia al agua puede estar asociada con manipulaciones médicas, donde el agua está presente: enema, inyecciones. Si el enema causó dolor, otra vez incluso la visión de la misma causará un ataque de pánico en el niño: ablutofobia.

Cuando la gente es testigo de cómo otros se ahogan, cómo alguien se ahoga — esto también se convierte en la causa de la acuafobia. Cualquier evento negativo que ocurre en el agua, causa una asociación con ella.

Ejemplo. Una chica intentó ahogarse. Tiene miedo al agua, no se baña en ningún sitio excepto en la ducha. El miedo carece de lógica porque es irracional. El agua no es una amenaza, sino el hombre que intentó hacerle daño. Pero es al agua a lo que la niña tiene miedo ahora. Puede mirar tranquilamente a su malhechor, pero no se acerca al agua. Esta es la peculiaridad de la psique.

En la práctica psicológica hubo casos en que una persona, habiéndose atragantado, tuvo miedo del agua en una taza. Al mismo tiempo se baña tranquilamente en el mar. Teóricamente, incluso si una chica rompe relaciones con un chico mientras se baña en el río, puede provocarle hidrofobia.

Causa no psicológica de la fobia

La hidrofobia también es un signo de una enfermedad mortal: la rabia. Así es como se suele analizar a los animales que han enfermado: bebe agua, así que no es rabia.

En la rabia, la hidrofobia se produce cuando el cerebro se ve afectado por el virus. Es tan fuerte que una persona empieza a temblar si está cerca de un vaso de agua o ve una gota en la mesa. Se producen convulsiones, pánico. A los enfermos de rabia se les aísla, se les mantiene en habitaciones donde ni siquiera hay tubos de calefacción. El sonido del agua también puede provocar una reacción de este tipo.

¡Recuerden! La rabia es incurable. Proviene del contacto con un animal enfermo. Es más probable que provenga del contacto con su sangre o de una mordedura. Si te muerde un animal, ya sea un zorro, un conejo o un gato doméstico, debes ir al hospital. Sólo tiene unos días para hacerlo.

Cómo reconocer la hidrofobia

Si tu hijo llora siempre en el baño, es probable que padezca algún grado de hidrofobia. Si el niño ya habla, puedes preguntarle por el miedo. Si aún no, basta con observar su reacción.

Un adulto puede reconocer la hidrofobia por los siguientes signos:

  • ante un determinado tipo de agua se produce un ataque de miedo;
  • cada vez que la idea de ir al baño o a la playa le provoca una reacción desagradable;
  • si ha tenido situaciones traumáticas en el pasado relacionadas con el agua, esto es un factor que contribuye, una predisposición;
  • a veces sueña con alguien que se ahoga.

Sólo un especialista puede hacer un diagnóstico preciso. Si una persona no tiene un factor físico, manifestaciones vegetovasculares de acuafobia, entonces probablemente no exista. O procede de forma leve. Independientemente, se puede encontrar cualquier cosa en uno mismo: la mayoría de las veces la gente se equivoca, porque no ve el cuadro completo. Para comprender si la dolencia está presente, tendrá que recurrir a un psicoterapeuta o psicólogo profesional.

Hidrofobia en niños: cómo ayudar a un niño a superar el miedo al agua

Los miedos de los niños pequeños son profundos, hasta el punto de la desesperación. El niño no tiene una imagen completa del mundo. Si un adulto puede entender el sesgo de sus miedos, en un niño el miedo es parecido al de un animal, primario. Por eso, los miedos infantiles casi siempre se convierten en trastornos mentales: hipocondría, TOC, neurosis.

La mejor opción es la ayuda de un psicólogo. Así se obtendrán los resultados más rápidos. Otra opción: ayudar al niño de forma independiente a afrontar el problema.

  • Explíquele que este miedo es temporal y que pronto pasará.
  • Sustituya el miedo por emociones positivas cada día.
  • Puedes mostrar fotos de niños retozando en el agua, mostrar a los habitantes del mundo submarino. Dibujos animados y documentales que muestren el agua de forma positiva.
  • Mostrar que el agua no es peligrosa.
  • Enseñe a nadar, para que el niño se convenza de la seguridad del agua. Hazlo con cuidado para no provocarle un ataque de pánico. Sólo si el niño está de acuerdo en intentarlo.

Lo principal es no hacerle daño. La hidrofobia es un trastorno complejo. Y es mejor consultar a un psicólogo. Si no es posible acudir, siempre se puede llamar al teléfono de ayuda. En todas las ciudades hay números gratuitos del servicio de ayuda psicológica. Allí un psicólogo cualificado le dirá lo que los padres pueden hacer por su cuenta en cada caso concreto. Para un niño, nadar en la piscina le servirá para librarse de la hidrofobia, y otro puede iniciar una forma más grave del trastorno. Todo es individual.

Características de la hidrofobia en adultos: cómo vivir con hidrofobia

El miedo al agua tiene sus propias consecuencias. Una persona parece estar sana físicamente, pero el trastorno no le permite llevar una vida normal.

  • Cuando las vacaciones de los amigos se celebran en un parque acuático, hay que inventar razones para su ausencia.
  • La persona no va a la playa.
  • Se enfrenta constante o periódicamente a ataques de pánico y manifestaciones de fobia vegetovascular.
  • Llevar a su propio hijo a la piscina, enseñarle a nadar también es un problema.

Cualquier fobia nos limita. Y la hidrofobia nos impide vivir con normalidad, porque el agua está en todas partes: baño, cocina, bañera, frigorífico. Hospital, tienda, fuente en casa. Acuario. Enormes charcos después de llover. Chubascos otoñales. Nieve y hielo cuatro o cinco meses al año. Estás hecho de agua. Y sin ella no hay vida, el agua es vida. Y es necesario desarrollar una actitud normal hacia ella.

Cómo tratar el miedo al agua

Las fobias se tratan con ayuda de la psicoterapia. No hay que tener miedo de esta palabra. La psicoterapia es una conversación con una persona que entiende los mecanismos del dispositivo de la psique. Ayudará a encontrar la causa del miedo y a eliminarla. Es como encontrar y desenredar un nudo interior. La psique ya no reaccionará ante el agua como un peligro.

Además de la psicoterapia, se utilizan sedantes para aliviar el trastorno. Pueden ser sedantes suaves a base de hierbas o antidepresivos. Depende de lo fuertes que sean los miedos.

Recuerde: las fobias no son seguras para la salud. La adrenalina, liberada constantemente en el torrente sanguíneo, mina la salud. Debilita el corazón y los vasos sanguíneos. Y superar el miedo es una necesidad.

Conclusión

La hidrofobia es un fenómeno frecuente. Es muy versátil, cada caso es diferente. Las manifestaciones fisiológicas de la fobia y los acontecimientos que provocan el miedo difieren. Alguien tiene miedo a beber agua, alguien tiene miedo a nadar. Alguien se desmaya al ver el mar o un río ancho.

Los miedos pueden haber sido provocados por acontecimientos traumáticos de la infancia profunda o del pasado reciente. Para entender esto ayudará un psicoterapeuta experimentado. Si recuerda qué provocó el desarrollo de la acuafobia, concierte una cita. Por su parte, puede dedicarse al autoanálisis, provocar asociaciones positivas con el agua. Recuerde: no es culpa del agua que la gente se ahogue en ella. Es la vida. El agua sólo trae la muerte si se usa incorrectamente.

Fecha de actualización: 11-16-2023