La hipercompensación es un tipo de compensación en psicología, cuando una persona trata de desarrollar inconscientemente una cualidad en sí misma, que considera inferior, mientras cuenta a todos los que le rodean sus éxitos y trata de reafirmarse a costa de humillar a otras personas. La hipercompensación se basa en un complejo de inferioridad, que en la mayoría de los casos se forma en la infancia y la adolescencia.
Tabla
Qué es la hipercompensación
La hipercompensación en psicología es un tipo de compensación mental, que permite a una persona sentirse mejor que los demás en presencia de cualquier deficiencia. En este caso, la atención se centra precisamente en las cualidades inferiores, que la persona intenta desarrollar en sí misma hasta tal punto que demuestre su valía. Por ejemplo, una persona con falta de audición escribe la música más bella.
Pero no siempre la hipercompensación ayuda a una persona, a menudo es perjudicial, especialmente cuando se trata de cualidades personales. Por ejemplo, siendo rígido y tímido en esencia, un individuo, sabiéndolo y sintiéndolo, desarrolla en sí mismo cualidades brillantemente opuestas y se vuelve muy obsesivo y hablador. Compensar a la persona opuesta puede no sólo defectos reales, sino también ficticios, que, como le parece, le impiden vivir una vida plena. Muy a menudo, el fenómeno de la hipercompensación es inconsciente: una persona simplemente busca ocupar su lugar en la sociedad, pero lo hace a costa de alguna humillación de otras personas.
Causas de aparición
La principal fuente de hipercompensación es el complejo de inferioridad. Una persona que siente que no es lo suficientemente buena en algo intenta demostrarse lo contrario a sí misma y a los demás. El complejo de inferioridad, a su vez, procede de dos grupos de causas:
- Discapacidades físicas realmente existentes. Puede tratarse tanto de discapacidades como de problemas menos importantes: dientes que no están lo suficientemente rectos, marcas de nacimiento, peso corporal excesivo. No son causas de hipercompensación en sí mismas, pero surgen si estos problemas son criticados por los demás y como resultado de los propios sentimientos de una persona al respecto. Por ejemplo, si un niño es objeto de burlas en el colegio por ser demasiado bajo, él, tratando de demostrar su valía, se pasa a la sección de baloncesto y se convierte en un atleta profesional en este ámbito.
- Desventajas ficticias. Un ejemplo de ello puede ser, por ejemplo, la sensación de una niña de estar gorda, cuando en realidad tiene un físico normal según los indicadores médicos y físicos. Estas deficiencias también suelen surgir como consecuencia de las críticas de personas ajenas o de compararse con otras que no le favorecen.
Estrechamente relacionado con el complejo de inferioridad, el motivo del desarrollo de la hipercompensación son las deficiencias en la educación familiar. Los padres autoritarios, que constantemente hacen comentarios y hacen hincapié en los defectos del niño desde una edad temprana, contribuyen a la formación de un complejo de inferioridad y, como consecuencia, a la hipercompensación.
La misma historia ocurre en las familias en las que el niño es sobreprotegido o rechazado: el niño crece inseguro, a una edad más avanzada empieza a darse cuenta de ello y se hipercompensa, por ejemplo, se vuelve agresivo o demasiado arriesgado, destacando constantemente la atención de los demás en sus cualidades «mejoradas».
En la formación de la hipercompensación también influyen las personas que tienen autoridad para una persona. Por ejemplo, una chica reacciona con absoluta tranquilidad a las afirmaciones de los demás de que no pronuncia bien el sonido «p», hasta que su persona favorita se lo dice. A partir de ese momento puede empezar a preocuparse y a hipercompensar, por ejemplo, puede ir a trabajar a la radio para demostrar que incluso con esa forma de hablar es muy rica, y tratará de contar a los demás con la mayor frecuencia posible lo bien que lo hace.
La hipercompensación también puede producirse en el contexto de la influencia de estereotipos. Por ejemplo, una persona creció en una familia de artistas y está segura de que todo individuo que se precie debe saber dibujar. Él, sin tener ninguna habilidad real, intenta desarrollarla en sí mismo, haciendo una enorme cantidad de trabajo, diciéndole a todo el mundo lo genial que es pintando cuadros. Al mismo tiempo, por ejemplo, tiene un oído maravilloso y podría ser músico, pero su concentración en la actividad visual le impide desarrollar plenamente el talento que realmente tiene.
Signos
La hipercompensación presenta tres signos principales:
- Egocentrismo. La persona está absolutamente segura de tener razón, no reconoce ninguna otra opinión procedente de los demás e intenta convencer a todo el mundo de la corrección de sus pensamientos y acciones.
- Arrogancia. La persona intenta demostrar a los demás que es mejor que ellos, porque se esfuerza mucho en sí misma y consigue un éxito «sin precedentes».
- Fanfarronería. Una persona hipercompensada intenta contar sus logros a todos los que conoce, exagerando y embelleciendo la situación real.
Una persona hipercompensada suele sentirse cómoda sólo en el entorno de aquellas personas sobre las que consigue elevarse, imponerse a costa de ellas.
Formas de deshacerse de
La forma más eficaz de corregir la hipercompensación es la psicoterapia dirigida a liberar el propio potencial de la persona. Es mejor si se trata de sesiones de grupo. La persona podrá ver que cada uno es especial en algo diferente, y no tiene por qué esforzarse por alguien y autoafirmarse a costa de los demás. Además, un psicoterapeuta ayudará a descubrir las propias habilidades, capacidades y talentos de una persona, gracias a lo cual también se dará cuenta de su propio valor, dejará de humillar a los demás y empezará a desarrollarse para su propio placer en lugar de para demostrar su valía a los demás.
Mis recomendaciones
Siempre es más fácil prevenir el desarrollo de un complejo de inferioridad y de una reacción de hipercompensación que corregirlo, especialmente en la edad adulta. Al principio, los padres deberían intentar hacerlo. Es bueno que el niño sepa desde pequeño que no necesita perseguir a nadie, que él es bueno, independientemente de los talentos y capacidades de los niños de su entorno. Es bueno que los padres le ayuden a decidir cuál es su verdadero abanico de intereses y no traten de imponerle actividades en las que ellos mismos se establecieron o, por el contrario, no pudieron realizar.
Si una persona ha notado signos de hipercompensación, es mejor que acuda a un psicoterapeuta para identificar las causas y seguir con la corrección psicológica. Si no hay deseo o posibilidad de acudir a un especialista, puede intentar resolver el problema por su cuenta:
- intenta darte cuenta de las causas de tu complejo de inferioridad;
- deje de fijarse en los demás
- niéguese a demostrar constantemente lo acertado y correcto de sus pensamientos;
- empieza a buscarte a ti mismo: ¿qué es lo que realmente te gusta? ¿qué es lo que realmente consigues? ¿qué es lo que aún no has podido probar, pero tienes ganas de hacer?
- Intenta rodearte de personas seguras de sí mismas que no te humillen, pero que tampoco permitan la autoafirmación a su costa.
Conclusión
Así pues, la reacción de hipercompensación suele tener consecuencias negativas:
- una persona no puede sentirse cómoda sin la presencia de personas a su alrededor, a expensas de la humillación de los cuales puede afirmarse;
- persigue constantemente el éxito en el desarrollo de sus debilidades, aunque podría hacer hincapié en sus cualidades fuertes;
- no es bien visto en las empresas, ya que es desagradable socializar con él y ser humillado.
La forma más eficaz de deshacerse del complejo de inferioridad y la hipercompensación es la psicoterapia. Ayuda a la persona a darse cuenta de su propio valor y a dejar de perseguir logros estereotipados.
Fecha de publicación: 4-23-2022
Fecha de actualización: 4-23-2022