La psicología de las multitudes estudia las diferencias entre el comportamiento de los individuos en multitudes y en relativa soledad. Es importante estudiar este apartado de la psicología social porque las aglomeraciones masivas pueden ser peligrosas e impredecibles.
Una multitud es un organismo que tiene un corazón, un ritmo, una respiración. Cuando un gran grupo de personas se deja llevar por una emoción, un objetivo, es casi imposible controlarlo. El comportamiento de las multitudes llama la atención no sólo por sus peculiaridades, sino también por los riesgos de lesiones. La historia conoce muchos casos de personas que murieron pisoteadas en grandes aglomeraciones.
Cuáles son los rasgos de la psicología de la multitud, cuáles son sus signos y características estructurales, tipos y formas de gestión — lo entenderemos en este artículo.
Tabla
La multitud desde el punto de vista de la psicología
El comportamiento humano se ha estudiado desde la antigüedad, y la psicología de la multitud y el desorden de masas ha causado y causa especial interés.
Características psicológicas de las multitudes
La masa de gente tiene un enorme poder, que es casi imposible de controlar. Esta es su principal peculiaridad psicológica: se puede hacer obedecer a cada individuo, pero es extremadamente difícil mandar a un gran grupo de personas.
En algunos casos, una gran reunión de personas es manejable si la gente sigue al líder. Por ejemplo, un regimiento de soldados que sigue a su comandante no puede considerarse una multitud. Una asamblea desestructurada de multitudes no es comparable a soldados disciplinados que obedecen órdenes. Sin embargo, un orador fuerte que es capaz de reunir seguidores es capaz de controlarlos.
Otro rasgo psicológico es la mutabilidad de la opinión. Por ejemplo, un hombre tiene ciertas opiniones sobre las relaciones familiares, según las cuales la mujer debe quedarse en casa y ocuparse del hogar. Pero llega a un mitin en el que exigen que se permita trabajar a las mujeres. No se excluye que esta persona pase de largo, pero existe una alta probabilidad de que se meta en la multitud enfurecida y apoye sus intereses.
Meterse en una multitud de gente puede ir acompañado de un deseo frenético de marcharse, ya que puede resultar extremadamente desagradable que te toquen, por muy casualmente que sea. Pero también existen esas categorías de personas a las que les gusta el movimiento social, y están dispuestas a participar constantemente en ese pandemónium.
El efecto multitud en psicología se considera con suficiente detalle, mientras se sigue estudiando este fenómeno.
El fenómeno del contagio mental
La palabra «contagio» se asocia no sólo a las enfermedades físicas, sino también a un estado mental. Así, el contagio mental es la transmisión del estado de ánimo emocional y psicológico de una persona a otra. A veces, la transmisión se produce de una persona a cientos de personas. El mecanismo del «contagio» es caótico y no obedece a ninguna ley. Sólo puede compararse con la empatía, la empatía emocional.
El contagio mental, como la empatía, puede transmitirse sin contacto personal entre individuos. Por ejemplo, un grupo de personas ha visto una película sobre el ataque de una araña y ahora todos sienten como si alguien se arrastrara sobre sus cuerpos. Este estado inusual se lleva al extremo, cuando la ensoñación normal se convierte en pánico.
La función integradora del contagio mental se utiliza para la formación de equipos. Por ejemplo, por las mañanas hay una reunión en el trabajo, durante la cual los jefes establecen un estado de ánimo positivo para los empleados para todo el día. Esta función también se utiliza para aumentar la sugestionabilidad de las personas: los grupos reciben discursos persuasivos del agitador y, con el tiempo, todos los participantes empiezan a creer de buena gana cada palabra.
La función expresiva se utiliza en actos multitudinarios. Por ejemplo, se reúne un grupo desestructurado de personas: cada uno con sus propias emociones y experiencias, problemas y dificultades. Los anfitriones de la fiesta/reunión/concierto contagian a los asistentes su buen humor y, al cabo de 20 minutos, el público canta inconscientemente las canciones y se mueve al ritmo de la música. Cuando se entra en una multitud, es importante mantenerse adecuado y entender a qué se ha venido.
Pérdida del control racional
Al estar en una multitud, una persona se contagia de su estado de ánimo. No importa el estado emocional que tuviera antes de unirse a la nueva sociedad. Un individuo alegre y relajado, al entrar en una multitud enfurecida, recoge las consignas gritadas y repite después de todos. Un individuo hosco y alterado, al entrar en una multitud alegre y positiva, se contagia de su estado de ánimo positivo.
En otras palabras, una persona pierde el control racional sobre su estado mental y emocional, sucumbiendo fácilmente a las acciones de la mayoría. No se sabe muy bien cómo evitar esa maleabilidad. Lo único que evitará que imites a la multitud es evitar esas multitudes.
La pérdida del control racional no sólo conlleva cambios de humor, sino graves consecuencias. Un ejemplo son los antiguos ritos de quema de brujas. Incluso un hombre que está seguro de la inocencia de la mujer sucumbe a la ira general y arroja activamente palos al fuego. El arrepentimiento, la tristeza y la desesperación pueden instalarse tras el suceso, todo ello por influencia de la multitud.
Cada nuevo miembro de la comunidad aumenta la masa de la multitud y su poder destructivo, pero éste debe originarse en algún lugar.
Cómo se forman las multitudes
La formación de una multitud puede producirse de dos maneras: al azar o intencionadamente.
En el primer caso, un acontecimiento repentino provoca el pandemónium. Puede tratarse de un accidente, un atentado, una actuación de artistas callejeros, una venta de productos a bajo precio. Se sabe que una gran campaña de Black Friday de año en año provoca aglomeraciones de gente en los puntos de venta. Varias veces murieron personas pisoteadas en las «hordas» que se precipitaban hacia los descuentos.
En el segundo caso, los instigadores del pandemónium crean excitación con un propósito específico. Puede ser para recaudar dinero, para atraer la atención, para llevar información a las masas.
Quiénes forman la multitud
En el corazón de la multitud están los instigadores, que han formado la acumulación de personas. Esto puede ocurrir sin saberlo o a propósito. Por ejemplo, un incidente en plena calle atrae a muchos curiosos, mientras que el instigador no planeó la «actuación». O, por el contrario, varios líderes se reúnen en un lugar concurrido y atraen la atención de diversas maneras: un espectáculo, una vistosa actuación, eslóganes provocadores. Puede ser cualquier cosa, lo principal es reunir a la gente.
Así, la multitud está formada por la base y los mirones de alrededor. En el caso de la formación intencionada de multitudes, a los líderes pueden unirse personas que comparten la voz de los instigadores.
Constantemente se añaden nuevos miembros a la multitud, aumentando su fuerza. Es imposible controlar este proceso, porque un acontecimiento interesante siempre atrae la atención.
Etapas de la multitud
La multitud es algo caótico y desestructurado. Su formación se produce en varias etapas.
1.Formación del núcleo de la multitud:
- instigadores que acuden a propósito a reunir gente para atraer la atención o la acción;
- un acontecimiento que llame la atención.
Cuanto más dinámica es la actividad del núcleo, más rápido crece el público. La curiosidad y unos objetivos concretos, como participar en una manifestación, obligan a una persona a unirse a la masa.
Cuando se forma el público, todos sus miembros se vuelven más relajados y sensibles a la información del exterior. Esto se debe a que si se comportan de forma desafiante, brillante y agresiva, nadie se dará cuenta. Hay un gran número de personas, por lo que nadie prestará atención a palabras y acciones fuera de lo común.
3.Nuevo objeto de atención.
Inicialmente la multitud se forma por algún acontecimiento, que se discute dentro del grupo. La aparición de un nuevo objeto de atención provoca una unidad aún mayor de las personas reunidas, una nueva oleada de desarrollo del estado emocional.
4. activación de los participantes individuales.
La tensión creada por la concentración de la atención en un nuevo objeto requiere una liberación. Es lógico que algunos individuos no puedan soportar la presión y estimulen independientemente a la acción a todos los que les rodean. Como resultado, tales acciones conducen a diversas consecuencias, y a menudo — negativas.
Tipos de multitudes
El autor del concepto conocido como «psicología de las multitudes» es Gustave Lebon. El concepto de «inconsciente colectivo» fue propuesto por primera vez por Carl Jung, y después de él, otros científicos: Sigmund Freud, Elias Canetti, Gabriel Tarde se dedicaron al estudio del fenómeno.
El libro sobre la psicología de la multitud fue escrito por Lebon en 1984, pero la información que contiene sigue siendo relevante a día de hoy.
Los tipos de multitudes en psicología social se consideran desde diferentes perspectivas. Hay varias variedades principales, considerémoslas más detenidamente.
Según el grado de actividad
La masa de gente, caracterizada por el grado de actividad, puede ser activa y pasiva:
- una multitud activa es un grupo de individuos emocionalmente excitados que están listos para la acción;
- una multitud pasiva es un grupo de personas menos emocionadas que no están dispuestas a actuar ni a dar pasos más serios.
Una multitud pasiva es fácil de gestionar porque las personas que la componen no son activas, aunque al mismo tiempo pueden experimentar emociones vivas.
Por la naturaleza de la emocionalidad
Toda multitud de personas se caracteriza por emociones comunes. Entre ellas
- euforia (concierto, vacaciones, feria);
- pánico (accidente, incendio, terremoto);
- agresividad (mitin, piquete).
Una multitud entusiasta es menos peligrosa que una multitud agresiva, pero la mayor amenaza es una multitud presa del pánico. En este caso, la gente corre indiscriminadamente en distintas direcciones para escapar del peligro. En este grupo, son frecuentes las lesiones y los traumatismos.
Por grado de espontaneidad
Una multitud es un fenómeno espontáneo en sí mismo, pero se distingue y divide en un grupo organizado y otro dirigido.
Una masa organizada de personas suele actuar dentro de un plan. Por ejemplo, una procesión festiva en la fiesta de la Primavera y el Trabajo el 1 de mayo o el «Regimiento Inmortal» el Día de la Victoria. Un grupo así es fácil de gestionar porque se ha reunido con un propósito concreto.
Una reunión dirigida de personas se forma como resultado de instigadores, a los que los participantes obedecen posteriormente. Si el líder detiene las acciones que excitan a la multitud, los espectadores y curiosos simplemente tendrán que marcharse, ya que no habrá nada que mirar.
Cómo gestionar una multitud
La gestión de multitudes es un proceso complejo e impredecible. Si se trata de una masa pasiva organizada de personas que realizan acciones según un algoritmo, no es difícil controlarla. Si el pandemónium se formó espontáneamente y tiene un carácter agresivo o de pánico, es casi imposible detenerlo.
Como cualquier fenómeno psicológico, la psicología de las multitudes se utiliza para lograr intereses personales de los instigadores. Tales intereses pueden incluir:
- Inducir la propia opinión;
- vender bienes o recaudar dinero
- atacar a las personas
- destrucción y vandalismo;
- llamar a la acción.
El estudio de los tipos de multitudes en psicología ha permitido a los científicos identificar algunas características que proporcionan herramientas para gestionar grandes multitudes.
- Demostración de fuerza y poder. Perdida entre la multitud, una persona comienza instintivamente la búsqueda de un participante fuerte. Una reunión no estructurada y espontánea de personas tiene un carácter bastante primitivo, por lo que el uso demostrativo de la fuerza y el poder ayuda a establecer la gestión de un grupo de personas.
- Expresividad de la actuación. La gente, accidentalmente atrapada en una reunión de masas, busca un objeto de atención, un líder en quien confiar. A menudo se convierte en un individuo expresivo, que declara en voz alta su opinión y expresa vivamente sus emociones.
- Discursos informativos. Un público emocionado exige acción, no declaraciones elocuentes sin sentido. Con la ayuda de eslóganes adecuadamente seleccionados, se puede corregir el estado de ánimo de la multitud y dirigirla en la dirección correcta.
A la hora de elegir a un líder capaz de someter a la multitud, es importante tener en cuenta sus dotes oratorias. La mayoría de las veces, son las palabras adecuadas las que ayudan a hacer frente a la tensión de la multitud.
Conclusión
La inconsciencia colectiva se ha investigado durante siglos, porque la reunión masiva de personas tiene un enorme poder. Caracterizar a las multitudes en psicología según ciertos rasgos nos permite elegir una herramienta de gestión en caso necesario.
La psicología de las multitudes, en pocas palabras, representa las características de comportamiento de las personas que se meten en una reunión emocional no estructurada de gente.
Una vez en la multitud, la persona parece perderse a sí misma y sucumbe a la influencia de los demás. Los instigadores desempeñan un papel importante en este proceso. Cuáles son el estado de ánimo y el propósito de los líderes, tal carácter de emocionalidad y será peculiar de las personas reunidas.
La psicología del comportamiento humano en la multitud es un área especial de estudio, porque tiene muchos matices. Cualquier masa de gente es un fenómeno peligroso, así que si te metes en ella al azar, deberías salir antes y estabilizar tu estado mental.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023