Miedo a la radiación — radiofobia

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El rápido desarrollo del progreso tecnológico contribuye a simplificar considerablemente la vida.

Sin embargo, junto con esto, da lugar a nuevos miedos incontrolables, por ejemplo, a la radiación y a las radiaciones. Este trastorno mental se denomina radiofobia.

Esta afección se caracteriza por trastornos neuroansiosos y requiere la intervención inmediata de especialistas. Los métodos psicoterapéuticos son eficaces. En los casos más graves, se recurre además a la medicación.

Definición del concepto

La radiofobia es un trastorno neuro-somático fisiológico y mental acompañado de miedo irracional a la radiación. En palabras sencillas, una persona con esta fobia no sólo tiene miedo a las radiaciones ionizantes, sino también a cualquier objeto, fuente de campo electromagnético no ionizante.

Por ejemplo, un radiofóbico puede sentir miedo tanto a la vista de centrales nucleares como ante simples televisores, hornos microondas, teléfonos móviles y otros objetos domésticos.

La radiofobia se refiere a trastornos mentales, por lo que no ocupa el último lugar en el campo de la psiquiatría y la psicología. El tratamiento de la enfermedad debe estar a cargo de un psiquiatra, psicoterapeuta o psicólogo.

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La radiofobia no tiene sinónimos . A conceptos relacionados se puede atribuir la carcinofobia, cuando una persona teme en principio contraer cáncer, y los requisitos previos para ello suelen ser las radiaciones radiactivas y electromagnéticas.

También pueden distinguirse la nosofobia (miedo a enfermar) y la tanatofobia (miedo a morir). Muchas personas creen que recibir una dosis elevada de radiación también es la causa de enfermar o morir.

Se empezó a hablar de radiofobia durante la Guerra Fría, cuando los medios de comunicación difundían activamente información sobre el uso de armas nucleares a las masas. Sin embargo, la enfermedad alcanzó su máxima difusión tras la tragedia de la central nuclear de Chernóbil.

Causas del desarrollo

Los miedos más peligrosos son los miedos abstractos, es decir, miedos que una persona no puede sentir ni ver. En este grupo también se incluye el miedo a la radiación. La mayoría de las personas que sufren radiofobia simplemente no entienden para qué se utiliza la radiación y qué daño puede causar al organismo.

Sobre esta base, es posible identificar el principal factor que provoca la aparición de la fobia: la falta de información. Los medios de comunicación presentan hechos espeluznantes sobre las consecuencias de la radiación, las empresas farmacéuticas anuncian suplementos milagrosos que ayudan a prevenir los efectos de la radiación. Las personas más impresionables sucumben fácilmente a esta influencia y creen esta información.

Otras causas comunes de la radiofobia son las siguientes:

  1. El ejemplo de los padres . Por ejemplo, un niño puede haber oído una historia de miedo de un adulto o haber sido testigo de la ansiedad de uno de sus padres relacionada con la radiación. Para la psique de un niño, esto puede ser suficiente para empezar a desarrollar una fobia.
  2. Impresionante . En las clases de OBG se incluye un programa para informar a los niños sobre los peligros de la exposición radiactiva. Además, es necesario llevar un delantal especial mientras se realiza un examen radiológico. La oncología se trata con radiaciones, lo que a menudo provoca enfermedades por radiación. Basta con escuchar tales historias, ver un documental sobre la radiación, y una persona, especialmente una impresionable, tiene pánico.
  3. Experiencia personal negativa . El desarrollo de la radiofobia se da en casi todas las personas que han tenido que hacer frente a un cáncer. Además, el miedo se produce en aquellos cuya actividad profesional está asociada con la producción nociva, lo que llevó a la irradiación.
  4. Miedo a la enfermedad, a la muerte . De hecho, el miedo de los radiófobos está más relacionado con la enfermedad por radiación. Es tratable pero a veces mortal.
  5. Vivir en una región con condiciones desfavorables . Una situación social y política inestable, el miedo a que estalle una guerra y se utilicen armas nucleares… todo esto crea pánico y se convierte en causa de radiofobia.

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Otros factores son la aparición de todo tipo de artilugios. El miedo a la radiación electromagnética obliga a la gente a negarse a utilizarlos, a dedicar el mínimo tiempo a las conversaciones telefónicas.

El accidente de la central nuclear de Chernóbil desempeñó un papel igualmente importante en el desarrollo de la fobia. A pesar de que han pasado muchos años desde entonces, la gente sigue intentando evitar esta zona. Además, temen que la situación pueda repetirse en otra ciudad.

¿Quién está predispuesto a la fobia?

En la mayoría de los casos, la radiofobia afecta a hombres y mujeres adultos. A veces, el pánico a la radiación se da entre la población infantil.

El grupo de riesgo está formado por personalidades ansiosas y desconfiadas. También los más propensos a este trastorno mental mentalmente inestable, estar en un estado de estrés crónico personas.

Síntomas de la enfermedad

Reconocer a un radiófobo no es difícil. Por regla general, una persona así no utiliza electrodomésticos modernos, teléfonos móviles. En los casos más graves, incluso rechaza la electricidad. Además, asegura a los demás su rectitud, a menudo se le puede pillar viendo un programa temático o leyendo información sobre los peligros de cualquier radiación.

Una persona que sufre este tipo de fobia se preocupa por las medidas preventivas. Por ejemplo, en su casa se puede ver un gran número de cactus, ya que cree que esta planta es capaz de absorber la radiación. También lleva un gorro de papel de aluminio y toma un gran número de suplementos dietéticos.

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El radiofóbico está en un estado de alta tensión todo el tiempo. Incluso una situación insignificante puede causarle pánico, que se caracteriza por las correspondientes manifestaciones somáticas:

  • ataques de náuseas;
  • arritmias;
  • dolores de cabeza y mareos;
  • aumento de la sudoración;
  • Falta de aliento;
  • pulso rápido;
  • temblores corporales;
  • dificultad para respirar.

El paciente siempre culpa a la radiación del deterioro de su bienestar. En este contexto, los ataques de pánico se intensifican, lo que agrava aún más su estado.

Diagnóstico

El principal método de diagnóstico consiste en mantener una conversación psicoterapéutica. En este punto, el médico evalúa el comportamiento y las quejas del paciente, el grado de gravedad de los síntomas y también establece hasta qué punto la persona intenta evitar el contacto con el sujeto-irritante. A partir de los datos obtenidos, el especialista elabora un diagnóstico y prescribe el tratamiento adecuado.

¿Cómo librarse del miedo por uno mismo?

La eficacia de la lucha contra la fobia por sus propias fuerzas se constata sólo en una fase temprana del desarrollo de la enfermedad. Para ello, los expertos aconsejan utilizar el método de decir afirmaciones, por ejemplo: «Estoy a salvo», «Estoy protegido», etcétera.

En caso de signos de pánico, también recomiendan ejercicios de respiración. Es importante respirar profunda y lentamente.

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También es necesario aprender a desviar la atención hacia otro objeto. Pueden ser olores, sabores, ciertos sonidos que provoquen emociones positivas.

Además, los psicólogos aconsejan conocer mejor el miedo. Es posible estudiar la literatura pertinente sobre este tema, para entender que la irradiación no sólo trae daño, sino también un cierto beneficio.

¿Cuándo se requiere la ayuda de un profesional?

Si la lucha independiente contra la fobia no da resultados positivos, es mejor acudir a un especialista. En el tratamiento de la radiofobia se utiliza un enfoque integral. Es importante trabajar el problema en su totalidad. Para ello, el médico establece primero la causa fundamental del miedo incontrolable y, a continuación, cambia la actitud de la propia persona. Para ello, se utilizan los siguientes tipos de terapia:

  1. Cognitivo-conductual . Su esencia radica en que en el proceso de trabajo, el especialista cambia el pensamiento del paciente y le da las actitudes correctas respecto a su comportamiento hacia el tema que le causa ansiedad.
  2. Grupal . Se utiliza para consolidar el efecto obtenido en las sesiones individuales. La comunicación con personas afines es en este caso más necesaria que nunca.
  3. Hipnosis . Esta técnica es más adecuada para la forma desatendida de la enfermedad, cuando el paciente se niega a establecer contacto, lo que se ve impedido por actitudes subconscientes demasiado fuertes.
  4. Terapia Gestalt . Ayuda a esclarecer las causas ocultas y los conflictos intrapersonales que provocan la aparición del miedo incontrolable.

La principal tarea de la psicoterapia es eliminar el miedo y devolver a la persona una vida plena. Al mismo tiempo, es necesario mantener una actitud normal ante la radiación.

La farmacoterapia se utiliza más para fortalecer el sistema nervioso y prevenir afecciones más peligrosas. Para la radiofobia se prescriben los siguientes medicamentos

  • tranquilizantes — ayudan con el trastorno de ansiedad nerviosa;
  • sedantes — para los problemas de sueño;
  • neurolépticos;
  • hipnóticos.

Tomar medicamentos sólo puede ser estrictamente de acuerdo con el esquema del médico seleccionado. Su uso independiente suele acabar con complicaciones imprevisibles.

Prevención

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La radiofobia puede desarrollarse en cualquier persona, pero en mayor medida está sujeta a las personas que se encuentran en un estado de fatiga o estrés constante.

Por eso, como medida preventiva, los expertos aconsejan dedicar más tiempo a la salud mental. Para ello, debería

  • Llevar un estilo de vida activo;
  • comer adecuadamente
  • descansar lo suficiente;
  • no exponer el cuerpo a situaciones estresantes privadas;
  • pasar más tiempo al aire libre.

Consecuencias y pronóstico

La detección oportuna del problema y el tratamiento garantizan la recuperación total y la vuelta a la vida normal. Ignorar la enfermedad acarrea graves consecuencias.

En primer lugar, la tensión constante contribuye al agotamiento del sistema nervioso. No se excluye el desarrollo de trastornos secundarios tales como:

  • neurosis;
  • paranoia;
  • ataques de pánico.

Con el tiempo, una persona radiofóbica deja de ver la realidad, se convierte en una personalidad antisocial. En un ataque de pánico, puede ser un peligro no sólo para sí mismo, sino también para los demás.

Vídeo útil

Vea el vídeo sobre la radiofobia:

Conclusión

La radiofobia es un trastorno mental grave que puede tratarse fácilmente con el enfoque adecuado y oportuno. Para prevenir el desarrollo de esta enfermedad, es necesario prestar mucha atención al sistema nervioso.

A los primeros signos de pánico, es mejor no retrasar con una visita a un especialista cualificado, porque la falta de medidas terapéuticas adecuadas puede conducir a consecuencias impredecibles y más graves.

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Fecha de actualización: 11-16-2023