Miedo a los coches — amaxofobia: cómo superar el miedo a conducir, viajar y estar en un coche

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Desconocida para mucha gente, la palabra amaxofobia significa un miedo al coche bastante común en las personas.

Hay que distinguir entre un miedo sensible y un miedo patológico. El primero es natural en personas que no tienen práctica al volante o que han tenido experiencias traumáticas con la conducción.

Se trata de un miedo irracional y excesivo que paraliza por completo la voluntad y las acciones de una persona. Los estudios realizados en el mundo demuestran que la fobia a los coches afecta a cerca del 33% de la población, con un 6% que ha perdido por completo la capacidad de conducir de forma autónoma. Se trata sobre todo de personas de entre 30 y 40 años, con predominio de las mujeres.

¿Qué es la amaxofobia?

La amaxofobia es un miedo patológico irracional a encontrarse en una situación peligrosa relacionada con el transporte (coches, metro, autobuses, trolebuses, tranvías, etc.). En la mayoría de los casos, incluso la sola idea de que un amaxofóbico suba a un vehículo le provoca trastornos físicos. Esta fobia es inherente tanto a hombres como a mujeres, sufriéndola estas últimas en mayor medida.

En la vida se dan casos de amaxofobia con sintomatología muy acusada, cuando el miedo cubre a su portador hasta tal punto que no le permite utilizar ningún medio de transporte, ni siquiera el público. Las personas que padecen una patología de este tipo deben recibir apoyo terapéutico profesional a tiempo para vivir una vida plena.

El lugar de la patología en la psicología y la psiquiatría

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La amaxofobia es tratada tanto por psicoterapeutas como por psiquiatras, dependiendo del grado de la enfermedad, las formas de su manifestación y la necesidad de terapia farmacológica.

En este último caso, sólo un psiquiatra puede tratarlo con medicación.

Psiquiatras y psicólogos coinciden en que las formas leves de esta fobia no necesitan tratamiento, ya que cumplen una función protectora minimizando el riesgo de accidentes y siniestros viales.

Por el contrario, en este caso la persona será más cuidadosa a la hora de elegir un medio de transporte motorizado, llevará siempre puesto el cinturón de seguridad y no conducirá bajo los efectos del alcohol.

La amaxofobia debe tratarse cuando no permite a una persona llevar una vida plena. El complejo de tratamiento se prescribe individualmente, teniendo en cuenta la gravedad de la manifestación de la fobia.

Para una forma leve basta con visitar a un psicólogo y sesiones de grupo. Pero si aún así el miedo se vuelve obsesivo, irracional y progresa constantemente, entonces se aplica una psicoterapia compleja, con sesiones hipnóticas y medicamentos.

¿Cómo se llaman los conceptos relacionados?

En la práctica, hay muchas manifestaciones fóbicas:

  • Miedo a un determinado tipo de transporte;
  • miedo a cualquier vehículo de motor;
  • miedo a estar en un vehículo;
  • miedo a la velocidad;
  • miedo a tener un accidente;
  • miedo a conducir;
  • miedo a viajar como pasajero;
  • miedo a aparcar.

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Los miedos más comunes de los amaxofóbicos:

  • La autofobia es el miedo a ponerse al volante y conducir. Las personas que padecen esta fobia experimentan una ansiedad extrema cuando se ponen al volante de un coche. Normalmente, este miedo les surge tras sufrir un accidente de tráfico. En estos casos, la persona también puede sufrir un trastorno de estrés postraumático (TEPT) y, si no se trata, se transforma en amaxofobia.
  • La amaxofobia es una afección inherente a quienes temen conducir rápido. Si a una persona le da miedo la velocidad, no importa dónde (en coche, en transporte público o incluso en bicicleta), entonces tiene taquifobia. Esta fobia es inherente tanto a hombres como a mujeres. La mayoría de las veces, su desarrollo está provocado por experiencias negativas que causaron un fuerte estrés durante un viaje en coche. A menudo, la taquifobia es el resultado de la manifestación de la tanatofobia, es decir, el miedo a la muerte. En este caso, una persona tendrá miedo a la conducción rápida no sólo conduciendo independientemente el vehículo, sino también estando en el coche como pasajero.

Hay bastantes conceptos relacionados que dificultan establecer con precisión la amaxofobia.

A veces, el conductor desconfía no del coche en sí, sino del espacio cerrado que hay en él. Este miedo se define en psicología como claustrofobia.

Causas del desarrollo

La principal razón para el desarrollo de la amaxofobia es el trauma psicológico. La participación personal en un accidente de tráfico como autor, testigo o víctima, la muerte de un ser querido bajo las ruedas de un coche, un vídeo impactante de un accidente… todo esto puede provocar un trauma y el desarrollo de la fobia.

A veces, la amaxofobia se combina con la hiperresponsabilidad y el deseo de controlarlo todo. El miedo a ser incapaz de prestar ayuda cuando se necesita desencadena el desarrollo del miedo al automóvil.

Una de las causas más comunes del miedo a los coches en los conductores noveles es la actitud incorrecta del profesor de autoescuela (gritos, críticas excesivas, etc.) junto con la inexperiencia y la falta de confianza en sus capacidades.

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Así, las principales causas de la amaxofobia incluyen:

  • desconfianza en uno mismo y en los demás;
  • traumas psicológicos pasados;
  • inseguridad y sugestionabilidad;
  • hiperresponsabilidad.

Síntomas por los que un amaxofóbico debe buscar atención médica:

  1. Ataque de pánico o estado de ansiedad inducido en un vehículo, como durante la conducción a alta velocidad o incluso durante una parada prolongada durante un «atasco» en la carretera.
  2. Las secuelas de un traumatismo en un accidente de tráfico.
  3. Estilo de vida aislado.
  4. Miedo a cualquier vehículo.

Síntomas

Un miedo normal a conducir o a la velocidad no indica amaxofobia. Pero si el miedo va acompañado de los siguientes síntomas, se clasifica como amaxofobia:

  • Síntomas de ataque de pánico (sensación de ahogo, falta de aliento, temblores, sudores fríos, palpitaciones, náuseas, mareos y desmayos, sequedad de boca);
  • pérdida de autocontrol que conduce a un shock emocional y pensamientos dramáticos;
  • excitación excesiva al contacto con los coches e incluso ante la idea de viajar.

Las primeras manifestaciones de esta fobia se detectan cuando el conductor opta por circular por autopistas sin carnet, después deja de conducir de noche y, finalmente, no se pone al volante en absoluto.

Las personas sin carné dejan de utilizar cualquier vehículo a medida que pasa el tiempo y los síntomas se agravan.

Diagnóstico

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Cuando los expertos hablan de amaxofobia, esta fobia se expresa por un miedo irracional, desproporcionado y desadaptativo a los vehículos.

Por lo tanto, es importante distinguir esta fobia de un miedo natural causado por la inseguridad ante la conducción (propia o ajena) a la hora de diagnosticarla.

En el primer caso es desproporcionado a la gravedad de la situación y no puede ser motivado por la persona que lo padece, escapa a su control y conduce a la manifestación de un comportamiento inadecuado. En esta situación, la propia persona no podrá hacerle frente, necesitará la ayuda de al menos un psicoterapeuta. En el segundo caso, el miedo pasará tras adquirir experiencia al volante o cambiar de conductor.

Hay una serie de signos para diagnosticar la amaxofobia:

  1. Reacciones de ansiedad incontrolables como temblores, dificultad para respirar y problemas digestivos.
  2. Reacciones exageradas y totalmente desproporcionadas con respecto al riesgo real.
  3. Aislamiento de la sociedad debido a un estilo de vida alterado.
  4. Duración de los ataques de pánico durante más de 6 meses.

El médico debe realizar una evaluación exhaustiva basada en pruebas, exploración física y entrevista para descartar otros síntomas similares como agorafobia, trastorno de pánico o trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Miedo a conducir en los famosos

Se trata de una fobia bastante común entre la gente y muchos famosos la padecen. Por ejemplo, Daniel Radcliffe, que se hizo famoso tras el estreno de las películas de Harry Potter, ha admitido en varias ocasiones que tiene miedo a conducir. Se sabe que el artista practicaba la conducción en las provincias de Londres, donde no hay tanta afluencia de coches. Es cierto que, además, nunca fue capaz de ponerse al volante.

Poca gente lo sabe, pero en los lejanos años 90 la actriz Barbra Streisand tuvo un accidente: su coche volcó y se fue a la cuneta. Después de aquello, no volvió a sentarse al volante.

Kate Beckinsale, conocida por la película «Alicia en el espejo», siempre quiso aprender a conducir, pero como suspendió el primer examen, nunca volvió a sentarse al volante.

Zoe Saldana, que interpretó con éxito el papel de la pirata Anne-Marie en «Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra» nunca se pone al volante, aunque tiene carné, conducir un coche para ella — un verdadero horror. Tampoco utiliza nunca el taxi, Zoya prefiere viajar sólo con familiares y buenos conocidos.

¿Cómo superar la fobia por uno mismo?

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No se recomienda tratar la amaxofobia por cuenta propia.

Por sus propios esfuerzos, puede superar sólo las condiciones previas para la formación del trastorno, cuando una persona tiene ataques episódicos de miedo leve que no se conviertan en ataques de pánico.

Para estos casos, los psicoterapeutas recomiendan:

  1. Llevar un diario especial, donde anotar todos los casos de ataques de miedo, sus causas y formas de manifestación, cuándo y cómo pasaron.
  2. Participar en la meditación diaria y auto-entrenamiento.
  3. Controla los pensamientos negativos, cámbialos por imágenes positivas.
  4. No se quede solo con sus miedos.
  5. Excluya los factores provocadores: si una persona tiene miedo a los coches, no debería conducir por una serpentina de montaña.
  6. Limite el consumo de cafeína en el té y el café, así como en algunas bebidas energéticas.

¿Cuándo contactar con un profesional?

En el caso de que los consejos anteriores no ayudan, amaxofobia comenzará a progresar, por lo que debe consultar a un psicólogo. Si esto no se hace, entonces comenzarán las complicaciones — ataques de pánico, neurosis, depresión y otros.

En el diagnóstico correcto y oportuno dependerá de la eficacia del tratamiento, por lo que tanto los psicoterapeutas y psiquiatras utilizan métodos sofisticados de diagnóstico moderno con elementos de prueba, entrevista clínica, y en casos particularmente difíciles — la hipnosis.

Métodos de terapia

Existen varias opciones de tratamiento que pueden utilizarse para ayudar a las personas con amaxofobia. Entre ellas se incluyen

  1. Medicación. Se prescribe a la persona afectada medicación, como antidepresivos y sedantes, para ayudarla a sobrellevar algunos de sus síntomas físicos y mentales. Estos medicamentos suelen ser más eficaces cuando se utilizan junto con psicoterapia.
  2. Terapia de exposición . Trabajando con un terapeuta, las personas descubren gradualmente el origen de su miedo practicando estrategias de relajación. Con el tiempo, el miedo empieza a disminuir o incluso a desaparecer.
  3. La terapia cognitivo-conductual (TCC) también puede utilizarse para abordar los pensamientos negativos o irracionales que a menudo contribuyen a la fobia. Las investigaciones demuestran que, en algunos casos, las técnicas de TCC para esta fobia son eficaces después de tan sólo una o tres sesiones.
  4. Yoga . Hay muchas posturas de yoga diferentes que pueden ayudar significativamente a las personas con amaxofobia, como el hatha yoga, el hot yoga y muchas otras. Esto se debe en parte al estado meditativo de la mente. Además de ayudar a reducir los síntomas de amaxofobia, también puede esperar ver un aumento de la fuerza y la flexibilidad.
  5. Reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR) . En este programa estructurado, una persona que sufre amaxofobia puede esperar aprender muchas habilidades diferentes que pueden ayudarle a reducir la intensa ansiedad asociada con esta fobia en particular.
  6. La meditación de atención plena sigue siendo una técnica muy eficaz, que ayuda a las personas a entrar en un estado mental más equilibrado, distrayéndolas del miedo al redirigir su atención hacia algo positivo.

Implicaciones y pronóstico

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El tratamiento conductual es bastante eficaz para tratar la fobia a conducir.

Si el tratamiento no se inicia a tiempo, la amaxofobia puede progresar: no sólo limitará las actividades cotidianas de la persona, sino que puede provocar diversas enfermedades, como las cardiovasculares.

El pronóstico de los pacientes con amaxofobia que utilizan métodos modernos de psicoterapia es positivo en la mayoría de los casos.

¿Qué hacer para prevenirla?

La prevención de esta enfermedad debe comenzar desde la infancia . Todo el mundo conoce casos en los que los padres y abuelos adoctrinan al niño en que los coches son un peligro. En este caso, la probabilidad de desarrollar una fobia aumenta. Por supuesto, hay que explicar a los niños las normas de comportamiento en la carretera y cerca de ella, las reglas de circulación, pero todo es bueno con moderación.

El diagnóstico de amaxofobia pertenece a la categoría de «fobias específicas» y es más frecuente en las mujeres porque su desarrollo psicológico está influido por prejuicios culturales muy extendidos.

Por lo tanto, la prevención en estos casos debe basarse en un enfoque terapéutico integrado que incluya:

  • el dominio de técnicas de relajación para tratar los síntomas de hiperactivación emocional, cognitiva y fisiológica;
  • la reexposición precoz a la situación peligrosa porque, como ocurre con cualquier fobia, evitar la situación tiende a reforzar el problema;
  • cambiar la forma de pensar sobre el problema.

Vídeo útil

Vea un interesante vídeo sobre la amaxofobia:

Conclusión

La amaxofobia es un miedo irracional a viajar en coche. A las personas que padecen esta afección les resultará extremadamente difícil viajar en él incluso durante un breve periodo de tiempo. La sola idea de hacerlo, tiene el poder de desencadenar un ataque de pánico.

Una persona que viva en una gran ciudad y padezca amaxofobia puede encontrar extremadamente difícil controlar su ansiedad, ya que la mera visión de un coche puede convertirse en su fuente de miedo. Por lo tanto, es necesario acudir a un profesional lo antes posible.

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Fecha de actualización: 11-16-2023