El mutismo electivo en los niños se desarrolla debido a un conjunto de causas diferentes: la herencia, las peculiaridades del embarazo y el parto, el estilo de educación familiar, las características individuales y personales. Se manifiesta por el hecho de que el niño puede hablar y comprender el habla, pero guarda silencio en determinadas situaciones o con desconocidos.
El nemota se produce a nivel físico, una persona no puede cambiarlo conscientemente por sí misma. El mutismo electivo requiere un tratamiento obligatorio y la supervisión de especialistas: neurólogo, psiquiatra y logopeda.
Tabla
Qué es el mutismo electivo
El nombre se traduce del latín como «mudez selectiva». Con el mutismo electivo, se conserva la capacidad de hablar, pero en determinadas situaciones o con determinadas personas se silencia y no se puede pronunciar una palabra. Esto suele deberse a la aparición repentina de ansiedad. Al mismo tiempo, en otros caso s-con personas cercanas, en familia, con amigos- se comunica libremente, está relajado, a veces incluso charlatán.
Manifiesta mutismo electivo con mayor frecuencia en la infancia y la adolescencia, muy raramente se da en adultos.
Tipos de la enfermedad
- Pasivo-agresivo — el bebé intenta con su silencio influir en los adultos para sus propios fines. Por ejemplo, si la madre se niega a comprarle un juguete, el niño deja de hablarle durante varias horas. Con ello intenta demostrar sus sentimientos: resentimiento, enfado, ira, frustración.
- Simbiótico: el niño tiene lazos muy fuertes con las personas más cercanas, como los padres. Con ellos se comunica e interactúa libremente. Al mismo tiempo, la conversación con otras personas no le sale bien. Entiende su discurso, pero no está dispuesto a responderles.
- Reactivo — se forma como resultado de un trauma psicológico.
- Fobia al habla — el motivo de este mutismo es que el bebé tiene miedo de oír su voz o le preocupa decir algo incorrecto.
Síntomas
El principal síntoma del mutismo electivo en los niños es la desaparición del habla en algunas situaciones concretas. Por ejemplo, el niño puede enmudecer en presencia de un gran número de personas o a la vista de médicos con bata blanca.
Lo más frecuente es que el niño se quede callado en las organizaciones educativas y de formación: en la guardería o en la escuela. En este caso, el niño puede comunicarse libremente con sus compañeros o compañeros de clase, pero cuando aparecen los educadores en general o algún profesor en particular, el niño se calla. Si es necesario evaluar el nivel de desarrollo del niño, es mejor realizar con él un diagnóstico por escrito.
Normalmente una persona que sufre mutismo electivo, intenta interactuar con los demás con la ayuda de la comunicación no verbal: a través de expresiones faciales y gestos. Pero hay niños que en determinadas situaciones y no puede moverse: congelar, trate de no contacto táctil, esconder la cabeza.
El comportamiento del niño en situaciones de estrés se vuelve incomprensible para la mayoría de las personas que le rodean. Se producen movimientos compulsivos: se hurga en los dedos, se roe las uñas o la piel de los dedos, se retuerce el pelo, ordena los objetos según signos sólo comprensibles para él, se lava las manos constantemente. Con estas acciones, la persona intenta aliviar la tensión interna y la ansiedad.
En la escuela, el alumno puede ser tímido y apocado, y en casa puede descargarse psicológicamente con ayuda de la agresividad, la desobediencia y la terquedad.
A menudo, un niño de preescolar o de primer grado que padece mutismo electivo está demasiado apegado a su madre, no puede distanciarse psicológicamente de ella. En un contexto de ansiedad y tensión nerviosa constante, se desarrollan otros síntomas: retraso en el desarrollo del habla, tics nerviosos, problemas con el aparato articulatorio.
Enfermedades asociadas
Debido a que el aparato del habla no funciona durante mucho tiempo, sufre espasmos, en el contexto del mutismo electivo, surgen otras enfermedades y trastornos.
- Retraso en el desarrollo mental. El niño no pronuncia información importante, no puede dominar plenamente las operaciones lógicas: análisis, síntesis, comparación, clasificación. Esto ocurre cuando los padres, por la razón que sea, no se ocupan del niño en aquellas condiciones en las que se encuentra cómodo y puede hablar.
- Retraso en el desarrollo del habla. Cuanto menos entrenados estén el aparato del habla y las estructuras cerebrales responsables del habla, mayor será el retraso del niño con respecto a sus compañeros en el desarrollo del habla. La situación se agrava en los niños cuyos padres no pueden o no quieren comunicarse con el niño con la mayor frecuencia posible.
- Tics nerviosos. Un niño que sufre mutismo electivo suele estar ansioso y tenso. El sistema nervioso, en un esfuerzo por aliviarse, pone en marcha mecanismos que realizan independientemente de la persona sacudidas de algunos músculos o grupos musculares.
- Enuresis. Los niños ansiosos sufren a menudo este trastorno, que no depende de su elección consciente de ir o no al baño.
Causas
El mutismo electivo se forma como resultado de la influencia de un conjunto de características psicológicas básicas y factores ambientales. Se pueden distinguir las siguientes causas de la dolencia:
- Conflictos intrafamiliares. El niño puede experimentar ira o miedo inconscientes asociados a las relaciones dentro de la familia. El niño recurre a este estilo de comportamiento para demostrar sus sentimientos, aunque, la mayoría de las veces, no es consciente de ello.
- Refuerzo negativo. Suele referirse al comportamiento durante el periodo de adaptación a una nueva institución. El niño intenta influir en las actitudes de los demás con su silencio. Por ejemplo, en su percepción, si no habla, la carga de estudio se reducirá para él. También se trata de un proceso inconsciente, el niño no se calla a propósito. En este caso, el mutismo está relacionado con un aumento de la ansiedad más que con un comportamiento manipulador consciente.
- Rasgos de personalidad-emocionales. Lo más frecuente con mutismo electivo son niños con ansiedad aumentada, mal humor, fobias. Los niños vulnerables, impresionables, introvertidos y con agresividad reprimida también corren el riesgo de sufrir mutismo.
- Las anomalías del desarrollo mental también contribuyen a la formación del trastorno. Estos trastornos incluyen retrasos en el desarrollo mental y del habla. Si el bebé no está seguro de sus capacidades mentales o se da cuenta de que su habla no es suficientemente clara, a menudo se calla y no habla cuando está rodeado de personas que, en su opinión, pueden burlarse de él u ofenderle por este motivo.
- Trastornos neurológicos como lesiones cerebrales, tumores o hematomas provocan el silencio del niño en determinadas situaciones.
- El tipo de educación desarrollado en la familia determina el comportamiento del niño. El mutismo electivo se da tanto en familias con padres muy ansiosos e inseguros en relación con la hiperopecia, como en familias con un estilo de crianza de control total y autoritario en relación con los miedos del bebé.
- Las situaciones estresantes que han afectado fuertemente a la psique pueden desencadenar el mecanismo del mutismo. Esto suele ocurrir tras accidentes, divorcio de los padres, violencia o traslado a otra ciudad y país.
El mutismo electivo suele desarrollarse debido a rasgos innatos, que se vieron influidos por circunstancias externas: la relación de mamá y papá, el estrés, la ansiedad, el comportamiento de otras personas.
Diagnóstico
El mutismo electivo lo determina un neurólogo o psiquiatra basándose en un examen exhaustivo y en las conclusiones de otros especialistas.
En primer lugar, el médico entrevista a los padres para recabar información primaria: cómo fue el parto, qué problemas hubo durante y después del embarazo, si se han detectado trastornos neurológicos, psicológicos o del habla durante la vida del niño. El médico también se interesa por si se han producido traumatismos craneales o tumores.
Durante la consulta, el médico observa el comportamiento del joven paciente: evalúa sus necesidades de comunicación, el nivel de interacción con los demás, la capacidad de establecer contactos. También identifica si está preparado para participar en actividades conjuntas con alguien, si intenta comunicarse con la ayuda de expresiones faciales y gestos y si presenta malestar psicológico visible.
Para obtener una imagen más completa, un psiquiatra participa en el examen. Realizará técnicas diagnósticas estandarizadas y proyectivas para descartar enfermedades psiquiátricas graves, como la esquizofrenia.
Según la nomenclatura de los trastornos mentales, hay varios criterios especiales que indican la presencia de mutismo electivo junto con otras pruebas diagnósticas. Estos signos deben observarse durante al menos un mes.
Criterios de presencia de mutismo electivo:
- Es capaz de hablar y comunicarse, pero se calla en determinadas situaciones o en presencia de determinadas personas;
- no existe correlación entre la incapacidad del niño para hablar y su escaso conocimiento de la lengua o del tema de conversación;
- la mudez temporal tiene un impacto negativo en el aprendizaje del niño o en sus relaciones con los demás;
- la mudez en determinadas situaciones no está asociada a una alteración del habla o a la exacerbación de una enfermedad mental.
A la hora de consultar a un médico, conviene tener en cuenta que es posible que no todos los profesionales de la medicina conozcan actualmente los signos y el tratamiento del mutismo electivo. Si hay dudas sobre el diagnóstico correcto, los padres deben intentar pedir más información a otro médico.
Cuál es la probabilidad de que un niño tenga mutismo electivo, prueba:
- Si tiene tiempo para adaptarse a nuevas personas o situaciones, ¿persiste su estado mudo?
- ¿Es cierto que el bebé es mudo sólo en ambientes incómodos o entornos educativos, pero se comunica con éxito en entornos familiares?
- ¿Interactúa con gestos y expresiones faciales, evitando las respuestas verbales a las preguntas?
- ¿Le ocurre que, al responder a preguntas sencillas (¿cómo te llamas?, ¿dónde estudias?), parece quedarse paralizado, aunque provengan de personas conocidas y en situaciones no amenazadoras?
- ¿Intenta evitar referencias verbales a personas conocidas aunque se sienta cómodo con ellas en situaciones que no requieren comunicación verbal?
- ¿La gente de su entorno le trata como si no hablara?
- ¿La falta de habla le causa dificultades para participar en actividades de grupo, expresar sus peticiones y manifestar su malestar?
- ¿Los signos de mutismo selectivo han estado presentes durante más de 1 mes o más de 6 meses si el niño acaba de entrar en primer curso?
Si los padres responden afirmativamente a 3 o más preguntas, existe la posibilidad de que el niño de preescolar o primer grado tenga mutismo selectivo. Pero esta prueba no es un criterio para un diagnóstico preciso, sólo puede determinarlo un médico — psiquiatra o neurólogo.
Tratamiento
Cuando los síntomas en los niños indican realmente la presencia de mutismo electivo, entonces el médico prescribe el tratamiento necesario. La terapia compleja incluye la toma de determinados medicamentos y, al mismo tiempo, la realización de un trabajo psicoterapéutico. Normalmente, para el tratamiento, el médico recomienda los siguientes grupos de fármacos:
- antidepresivos: alivian la ansiedad, la agitación mental y la calma;
- los neurolépticos reducen los síntomas de los trastornos mentales, incluidas las neurosis, el insomnio, las fobias;
- las benzodiacepinas se recetan para aliviar miedos, relajación física en caso de espasmos musculares, sedación general;
- los nootrópicos ayudan al organismo a resistir el estrés.
El tratamiento puede realizarse tanto en casa como en el hospital. La duración del tratamiento la determina el médico. Cuanto antes se inicie el tratamiento farmacológico, mayores serán las posibilidades de recuperación total.
Los medicamentos ayudan a restaurar el sistema nervioso, pero también es necesario restaurar la autoestima, la capacidad de interactuar, las habilidades del habla. Por lo tanto, en combinación con la medicación, es necesario recurrir al trabajo de un psicoterapeuta y un logopeda.
Normalmente se utilizan los siguientes tipos de psicoterapia para corregir el mutismo electivo en niños:
- Terapia conductual. Permite aprender a traducir los fenómenos de miedo y ansiedad en pensamientos y creencias positivas. El niño toma conciencia de su estado, llega a comprender cómo puede ayudarse a sí mismo y por qué es necesario: para interactuar, para comunicarse, para informar a alguien de algo importante.
- La arteterapia ayuda a aliviar las tensiones físicas y psicológicas, a sentir confianza en uno mismo y a aumentar la autoestima.
- La terapia del cuento le permite verse a sí mismo desde fuera, pensar en formas de superar sus miedos y ansiedades, relajarse emocionalmente y expresarse.
Cómo ayudar a un niño: consejos para los padres
- Procure no fomentar en el niño conductas evasivas desde la primera infancia. Por ejemplo, si una persona conocida de la madre pregunta al niño su nombre, no debes responder por él, aunque esconda la cara y guarde silencio. De lo contrario, el bebé se acostumbrará a que, en una situación de timidez y ansiedad, mamá lo dirá todo por él. Cuanto más se repita esto, más probable será que deje de hablar en situaciones incómodas. Es mejor informar al conocido de que la hija o el hijo no está preparado para comunicarse ahora, pero que tal vez pueda hacerlo más adelante.
- Aumentar la autoestima. Si un niño sabe desde pequeño que es bueno, que su voz suena agradable y nadie le regaña por hablar mal, no es probable que sufra mutismo. Es bueno cuando se le elogia, se le anima, a veces se le admira por lo que hace y dice. Cuando un niño escucha desde pequeño varias veces al día: «tienes la voz demasiado alta», «no grites», «no tergiverses las palabras», «cállate», «no te han preguntado», con el tiempo decidirá que es mejor no hablar que ser criticado constantemente. Tendrá miedo de equivocarse, de cometer un error o de que lo que diga resulte intrascendente.
- Introduzca al niño en la sociedad lo antes posible para que la presencia de mucha gente no sea una situación estresante para él. Llévelo a parques infantiles, reúnase con amigos, vaya a fiestas y círculos donde haya mucha gente. Si el mutismo ya está presente, al principio intente seleccionar compañías en las que se sienta cómodo: niños y adultos conocidos, ausencia de juicios y burlas, presencia de temas comunes para el diálogo. Más adelante, añada gradualmente compañeros menos familiares.
- En caso de mutismo electivo, no hay que esperar que el habla aparezca inmediatamente al principio del tratamiento. Esto debería llevar algún tiempo, dependiendo de las características individuales del curso de la enfermedad.
- Cuando se encuentre en un entorno nuevo o rodeado de extraños, debes dejar que se asiente un poco para que empiece a comunicarse. No debes forzarle inmediatamente a hablar con todo el que se le acerque: esto sólo puede agravar su estado.
Cómo crear un entorno escolar cómodo
- Para que un niño con mutismo electivo se sienta bien en el colegio, es fundamental informar al profesor sobre sus características. El profesor debe saber que el niño necesita tiempo para acostumbrarse al nuevo ambiente.
- Pide al profesor que al principio no le obligue a contestar en la pizarra, que le incluya en juegos y actividades conjuntas. Pero con el tiempo, a medida que se vaya acostumbrando, puede incluirle gradualmente en la vida de la clase. Al principio, ofrécele socializar y hacer algo juntos con los chicos que le atraen. Luego, incluye gradualmente a otros alumnos.
- Pregúntale sobre el material de aprendizaje individualmente o en presencia de un número muy reducido de compañeros, no más de 3-4 personas. Más adelante, si el niño de primer grado es capaz de hablar delante de ellos, añada gradualmente a otros oyentes. Si el niño guarda silencio en presencia únicamente del profesor, se puede acordar grabar las respuestas orales en vídeo.
- Al principio es mejor evaluar los conocimientos y las destrezas mediante trabajos escritos.
- Lo más importante es que el profesor haga que el niño de primer grado se sienta a gusto para que pueda abrirse a él y confiar en él. Un profesor que practique un estilo de comunicación autoritario difícilmente podrá encontrar un acercamiento a un alumno con este diagnóstico.
- Para acostumbrarse más rápidamente a los compañeros de clase, es útil que los niños practiquen juegos de vinculación. Hay muchos de ellos que no requieren comunicación verbal. El niño se familiariza con los compañeros, contacta con ellos táctil y físicamente. Como resultado, se convierten para él en el «círculo de personas» con las que puede estar y hablar cómodamente.
Rechazo del tratamiento: qué ocurre si no hay tratamiento
Si los padres pierden la oportunidad de tratar el Mutismo Electivo en la infancia, criarán a una persona que no podrá comunicarse con seguridad. A medida que crezca, será capaz de explicarse en las situaciones necesarias, pero con un poco de estrés, el habla volverá a desaparecer.
Además, se mantendrán los síntomas que acompañan al mutismo electivo: aumento de la ansiedad, inquietud, disminución de la autoestima e inseguridad. La persona será propensa a la depresión y a los malos hábitos en un contexto de tensión nerviosa constante.
El mutismo electivo es una afección en la que una persona entiende el discurso de los demás y es capaz de hablar, pero cuando se encuentra en determinadas situaciones, está tan ansiosa que pierde el habla.
Para que el niño se recupere, los padres deben ponerse en contacto con especialistas que puedan proporcionarle la terapia necesaria. Además, puede ser necesario cambiar su comportamiento para que el niño pequeño o escolar se sienta más cómodo con la comunicación verbal.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023