A nadie le gusta estar enfermo. Pero hay personas que sienten pánico ante cualquier enfermedad. Sufren nosofobia. Esta afección va acompañada no sólo de pánico, ansiedad, depresión, sino también de síntomas por parte de la salud física. Pero el principal peligro no está en esto. La fobia es difícil de diagnosticar, porque una persona puede encontrar un montón de manifestaciones de diversas enfermedades y visitar a decenas de especialistas antes de darse cuenta de lo que realmente está enfermo. ¿Cómo actuar en este caso? ¿Cuáles son las formas de vencer la nosofobia?
Tabla
Nosofobia — qué es
En psicología, la nosofobia es el miedo a enfermar. Según los expertos, este miedo es bastante común. En los adultos, se desarrolla en un contexto de estrés frecuente, neurosis y otros trastornos en los que hay un impacto negativo a largo plazo en la psique y el sistema nervioso.
Esta fobia no tiene un objeto de miedo específico. Combina dos condiciones:
- una persona tiene miedo a enfermar en general;
- una persona tiene miedo a una sola enfermedad.
Muchas personas llaman erróneamente hipocondría a la nosofobia, porque ambas patologías tienen manifestaciones similares. Pero tienen serias diferencias. La hipocondría es un trastorno mental asociado a la sospecha no de una, sino de muchas enfermedades. El miedo a enfermar suele asociarse a una enfermedad concreta.
En términos sencillos, en la hipocondría el paciente sospecha que está enfermo de todas las enfermedades a la vez. E incluso se tienen en cuenta aquellas sobre las que ha leído en Internet o de las que se ha enterado por conocidos. En la nosofobia, la persona se inventa una enfermedad y descubre sus síntomas.
Principales formas de nosofobia
Existen varias formas de nosofobia. Su nombre depende de la enfermedad que tema el paciente:
- cardiofobia — enfermedad del corazón;
- infartofobia — ataque al corazón;
- anginofobia: ataques de angina de pecho;
- carcinofobia/oncofobia — miedo al cáncer;
- diabetofobia — trastornos relacionados con la diabetes mellitus;
- speedofobia — SIDA;
- sífilofobia — sífilis;
- dementofobia: demencia.
Según los psicólogos, las más comunes son la cardiofobia y la carcinofobia.
Causas de la nosofobia
Existen 6 causas principales de la nosofobia. También hay una serie de factores que provocan su desarrollo.
Así pues, las causas de la nosofobia:
- Recuerdos traumáticos de su propia enfermedad u observación prolongada de lo enfermo que está un ser querido. El impacto negativo es causado por el dolor, la pérdida de la capacidad de movimiento, el tratamiento prolongado o su coste e inaccesibilidad, la necesidad de cuidar a alguien. La situación empeora si la enfermedad acaba conduciendo a la muerte.
- Experiencias negativas con el diagnóstico y el tratamiento. Y estos casos no son infrecuentes. Hay muchas historias en los medios de comunicación y en Internet sobre cómo se hizo un diagnóstico equivocado, se eligió un tratamiento inadecuado, como resultado de lo cual el paciente sólo empeoró.
- Miedo a la muerte. Según los psicólogos, la nosofobia es una de las variantes de la tanatofobia. Una persona cree que cualquier enfermedad puede convertirse en la causa de su muerte.
- El deseo de ser el centro de atención. Hay niños que recibían cuidados y afecto de sus padres sólo en los momentos en que estaban enfermos. De ellos y crecen adultos nosofóbicos, excesivamente preocupados por su salud.
- Sobreprotección. Si mamá y papá intimidan al niño, se preocupan demasiado por su salud, muestran un cuidado excesivo, el niño crece desconfiado y débil.
- Una imaginación bien desarrollada, imaginativa. Una persona impresionable puede inventar y encontrar fácilmente síntomas de cualquier enfermedad. Bajo la influencia de anuncios y malas noticias, se considera extremadamente vulnerable. Por lo tanto, las manifestaciones de enfermedades graves se sienten físicamente incluso cuando no lo son. Esto se denomina psicosomática.
- Acceso a la literatura médica. Así, un joven que estudia para ser médico puede buscar en sí mismo signos de la enfermedad objeto de estudio.
Vale la pena decir que están en riesgo los individuos propensos a la manipulación. Con la ayuda de enfermedades artificiales, provocan en sus familiares un sentimiento de culpa, los utilizan para sus propios fines egoístas o simplemente se aprovechan de su atención.
Pasemos ahora a los factores que pueden provocar el desarrollo del trastorno:
- Depresión prolongada debida a una epidemia y a un aumento del número de enfermos.
- Enfermedades complejas arrastradas en la infancia, cirugías. Un nosófobo puede tener miedo a la repetición de la situación.
- Diversos trastornos mentales, astucia, aumento de la ansiedad.
- Violaciones en el trabajo del cerebro. Se trata de patologías que afectan al deterioro del bienestar general, aparición de fatiga, así como delirios.
- Baja autoestima, incapacidad para encontrarse a sí mismo y su lugar en la sociedad, problemas en la vida personal, incluso en la esfera íntima.
Los requisitos previos para el desarrollo de la nosofobia son los mismos que para otras fobias. A lo anterior cabe añadir la predisposición genética y el estrés crónico.
Signos
La nosofobia se manifiesta con síntomas psicológicos y somáticos. Los primeros incluyen
- ansiedad excesiva;
- pánico ante situaciones que puedan provocar el desarrollo de la enfermedad (en opinión de la persona)
- depresión, apatía, abatimiento;
- dificultades para comunicarse con los demás;
- limitación de los contactos.
De los signos somáticos de la nosofobia, los más comunes son:
- falta de apetito
- insomnio;
- alteraciones del ritmo cardíaco;
- palpitaciones;
- dificultad para respirar;
- nudo en la garganta;
- aumento de la tensión arterial;
- Temblor de las extremidades;
- sudoración profusa;
- escalofríos;
- dolor de cabeza;
- náuseas;
- malestar estomacal;
- Mareos;
- ganas frecuentes de orinar.
Cuantas más de estas manifestaciones, más fuerte es la creencia en la presencia de una enfermedad en particular. Incluso la fatiga banal, una persona considera un signo de patología grave.
Un nosófobo se identifica fácilmente por su comportamiento:
- acude con frecuencia y sin motivo a reconocimientos médicos;
- realiza a menudo procedimientos higiénicos, se caracteriza por una limpieza excesiva;
- evita a los enfermos;
- pasa mucho tiempo leyendo literatura médica o viendo programas de televisión relevantes;
- muestra un alto grado de atención a su bienestar;
- se preocupa siempre por la ropa y la selecciona estrictamente en función del tiempo;
- se autodiagnostica y prescribe tratamientos.
Estos síntomas no aparecen inmediatamente, sino que se desarrollan por etapas. Así, al principio hay una ligera ansiedad por la posibilidad de que algo se infecte. Después viene la sospecha de la presencia de algunas enfermedades. Todo ello va acompañado de depresión y añoranza. Los pensamientos intrusivos se hacen cada vez más fuertes. Pronto ya van acompañados de acciones encaminadas a ponerse completamente a salvo. Se utilizan métodos de la medicina clásica y popular.
Diagnóstico
Diagnosticar la nosofobia de forma independiente es casi imposible. Lo más probable es que pase más de un mes antes de que el paciente, al no encontrar ninguna enfermedad, busque la ayuda de un médico-psicoterapeuta.
Durante la conversación con el paciente, el médico evalúa su estado y determina la presencia de rasgos característicos de los nosofóbicos:
- alfabetismo, buena lectura, alto nivel de inteligencia;
- emotividad, sensibilidad, imaginación bien desarrollada;
- capacidad para discutir cualquier enfermedad, deseo de mostrarse como especialista en temas médicos;
- deterioro del bienestar general en el proceso de discutir una enfermedad;
- uso de métodos de medicina popular;
- visionado de programas médicos, interés por las novedades en este campo;
- visitas al médico al menor cambio en el bienestar.
Cabe señalar que los nosófobos rara vez acuden voluntariamente a un psicoterapeuta. En la mayoría de los casos, son llevados allí por familiares o dirigidos por otro médico.
Cómo deshacerse del miedo a enfermar
El tratamiento de cualquier fobia, incluida la nosofobia, debe ser integral e incluir la toma de medicamentos, la psicoterapia y la lucha independiente contra la enfermedad.
Terapia farmacológica
Normalmente el médico prescribe 2 grupos de fármacos:
- Tranquilizantes. Se toman durante no más de 2 semanas. Ayudan a hacer frente a la tensión mental.
- Sedantes. Calman, eliminan los problemas de sueño, alivian la sobrecarga del sistema nervioso y ayudan a hacer frente a la irritabilidad.
Conviene recordar que sólo el médico tratante puede elegir el fármaco, la dosis y la duración del tratamiento. La automedicación es peligrosa.
Psicoterapia
Los métodos cognitivo-conductuales han demostrado ser los mejores de todos. Su esencia es la siguiente:
- El paciente debe darse cuenta de la existencia del problema, aceptar la nosofobia como una enfermedad real.
- El psicoterapeuta ayuda a identificar las razones del desarrollo del miedo a enfermar y trabaja con ellas para que dejen de tener un efecto traumático en la psique.
- El médico forma actitudes positivas en la mente del paciente y también cambia su actitud ante las enfermedades y la salud.
En las sesiones de psicoterapia, la persona aprende a controlar las emociones negativas y las manifestaciones somáticas de la nosofobia.
Trabajo independiente
¿Qué es la nosofobia? Son pensamientos obsesivos, miedo a contagiarse de algo. Resulta que en la lucha contra ella, en primer lugar, es necesario aprender a deshacerse de estos pensamientos. ¿Cómo hacerlo?
- Concéntrese en la recuperación. Preste atención a la mejora del bienestar, no a la aparición de síntomas imaginarios de la enfermedad.
- Encienda su imaginación y visualice una limpieza y restauración completas del cuerpo.
- Imagine cómo el cuerpo se satura de oxígeno.
Además, hay que hacer todo lo posible para mejorar la salud día a día. Se trata de una alimentación adecuada, deporte, paseos regulares al aire libre. Es importante elogiarse por el cumplimiento de tales recomendaciones.
¿Qué más puede ayudar en la lucha contra la nosofobia?
- En cuanto sientas pánico y una ansiedad creciente, haz ejercicios de respiración. Respire hondo, contenga la respiración y haga una exhalación aguda. Haz varias repeticiones.
- Relájate mientras te tensas. Este ejercicio también ayuda a combatir el pánico. Tensa todo el cuerpo, aguanta la respiración un par de segundos y relájate.
- Habla con tu interior. Mantén el diálogo durante al menos 5 minutos. Háblale de tus emociones, miedos, sensaciones corporales. Intenta tranquilizarte como si lo hicieras con un desconocido.
Y recuerda lo más importante: la conciencia acelera enormemente la recuperación. Así que no intentes excusarte. Sigue al pie de la letra las órdenes de tu médico.
Conclusión
La nosofobia o miedo a enfermar afecta enormemente a la calidad de vida. Y no es de extrañar, porque una persona realmente piensa que tiene una enfermedad grave o que se va a infectar con algo. Al mismo tiempo, dedica mucho tiempo no a una vida feliz, sino a estudiar literatura médica y procedimientos higiénicos. Sólo un psicoterapeuta puede ayudar en este caso. Por lo tanto, si nota signos de este trastorno en usted o en sus seres queridos, no dude en pedir ayuda a un especialista.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023