La personalidad inmadura es un estado en el que el desarrollo psicológico y emocional de una persona está estancado en la infancia. Es irresponsable, no sabe tomar decisiones, critica a los demás y, como los niños, requiere una atención implacable hacia su persona. ¿Por qué una persona aparentemente adulta se comporta como un niño?
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Personalidad inmadura — definición del concepto
En psicología, la personalidad inmadura es la de una persona que se caracteriza por reacciones emocionales, comportamientos y pensamientos infantiles, mientras que hace tiempo que ha crecido. En esencia, se trata de infantilismo, un estado de «no crecimiento». Es subdesarrollo, falta de integridad, inferioridad.
La inmadurez se manifiesta en la inseguridad, el miedo a mostrar a los demás sus debilidades, el deseo constante de hacerse valer, de demostrar su necesidad e importancia.
Las personas psicológicamente inmaduras parecen estar atrapadas en sus emociones «infantiles». No pueden pensar con claridad ni tomar decisiones en situaciones críticas. En los momentos difíciles quieren «esconderse en una casa», como en la infancia, para escapar así de las dificultades. Las bebidas alcohólicas, las drogas, diversas organizaciones religiosas, el juego o incluso las personas son ese tipo de «casa» para los adultos. Y al principio parece que estas opciones ayudan a escapar de la realidad. En un momento dado, la persona se siente segura y fuerte. Pero esto no dura mucho. Con el tiempo, la euforia pasa y llega el momento de ajustar cuentas por el comportamiento equivocado.
A las personalidades inmaduras les gusta sufrir. Piensan constantemente en el pasado, se preocupan por su futuro, les gusta vivir momentos trágicos una y otra vez y se deprimen con el sentimiento de culpa. Además, a menudo se inventan algún escenario impensable de lo que debería ocurrir, y ellos mismos creen en él. Como resultado, experimentan constantemente ansiedad, estrés emocional y miedo.
Causas
La principal razón de la inmadurez de la personalidad es una educación equivocada. Piénsalo, ¿qué le ocurrirá a un niño al que sus padres no permiten dar un paso sin su control? Al crecer, los niños intentan realizar sus primeras acciones independientes. Pero a menudo los padres reprimen de raíz estos intentos. A menudo oyen frases como:
- «Todo irá bien si obedeces a papá y mamá».
- «Somos adultos, así que sabemos mejor cómo hacer las cosas».
- «Vete, ya lo haré yo/ya lo haré yo».
- «No puedes hacerlo bien, tienes las manos equivocadas».
A medida que pasan los años, en el subconsciente del niño se va formando la idea de que es un fracasado que nunca tendrá éxito. Cree sinceramente que sin la ayuda de los padres no será capaz de dar un paso. Así resulta que el niño, convertido en adulto, va a estudiar a la universidad que los padres eligieron, al trabajo que ellos consideran adecuado. Además, eligen a su compañero de vida según el mismo esquema.
Signos de personalidad inmadura
La personalidad inmadura es fácil de identificar por una serie de signos que la caracterizan.
Atención constante a uno mismo
Una persona con inmadurez psicológica carece de atención. Y la exige. No la pide, sino que la exige. No importa si usted está ocupado en ese momento, trabajando o simplemente descansando. Sin duda se hará notar mediante una llamada o un mensaje. Cualquiera de tus intentos de referirte al empleo fracasará. Sólo hay una personalidad inmadura, sus asuntos y problemas. Y, por cierto, estos problemas más a menudo no merecen atención en absoluto. Precisamente estas personas están acostumbradas a sentirse el centro del universo.
El hábito de entrometerse en nimiedades
Y a cosas tan pequeñas en las que ni siquiera se piensa. Imagina, por ejemplo, que no has puesto una carita sonriente al final del mensaje. Es una nimiedad, ¿no? Puede que ni siquiera pienses en ello. Pero una personalidad inmadura sí que le prestará atención. Es más, te lo recordará, y no una sola vez.
Irresponsabilidad
Para las personalidades inmaduras dar y no cumplir una promesa, pedir un préstamo es algo parecido a un juego divertido. Primero dicen, prometen, y luego se desentienden de la respuesta, sin sentirse culpables. No conocen la palabra «responsabilidad».
No es de extrañar que las personas psicológicamente inmaduras piensen que todo el mundo a su alrededor les debe algo. Ni siquiera creen que sus problemas y fracasos sean culpa suya. En su opinión, los culpables son los que les rodean. Por eso intentan con tanto ahínco rehacerlos y, si no funciona, presentar un montón de reclamaciones.
La vida a costa de los que les rodean
Los individuos inmaduros utilizan descaradamente a los demás para sus propios fines egoístas. Exigen, no piden, sino precisamente que se les cuide, que se les ayude en la dirección de los asuntos, que se les proporcione apoyo moral y material. Quienes les rodean están obligados a ponerse siempre de su parte, a transigir, a pensar en su psique, a aceptar y perdonar cualquier deficiencia o falta. Lo más interesante es la ausencia de tales exigencias hacia ellos mismos.
En ese comportamiento, se ve claramente cómo una persona inmadura busca una apariencia de padre o madre, sobre la que descargar la responsabilidad de su vida. Este tipo de personas suelen tener amantes a su lado por si su marido o mujer se cansa de cuidarlos y se marcha.
Incapacidad para expresar emociones
Una personalidad inmadura no suele ser consciente de sus emociones. Cualquier manifestación de las mismas queda enmascarada por mecanismos psicológicos de defensa como la proyección, la negación, la devaluación, etc. Así, por ejemplo, si les señalas su amargura, dirán que te lo estás inventando todo. Y si no consiguen lo que quieren, dirán que en realidad no lo querían.
A estas personas les resulta difícil hablar de lo que sienten. Para ellos, hacer una petición es una debilidad. Por eso, para conseguir lo que necesitan, recurren a la manipulación, tratan de imputar culpabilidad, se ofenden o dan ultimátums. Y si no es posible conseguir lo que desean, se muestran agresivos, gritan e incluso se pelean.
Esto también puede incluir la incapacidad y la falta de voluntad para pedir perdón.
Impulsividad, incapacidad para hacer planes
No puede terminar lo que ha empezado, cambia rápidamente de decisión, revisa a menudo valores, prioridades y hábitos: así es una personalidad inmadura. Estas personas se caracterizan por una tendencia a vivir según el estado de ánimo. Hoy aman y mañana ya no. Hoy les gusta vivir así, y mañana será diferente.
La impulsividad de una persona inmadura se manifiesta en sus acciones. Puede, sin pensárselo dos veces, gastarse todo el dinero en diversiones, y luego ir a pedir prestado o a pedir prestado dinero para hacer la compra. O rompe la relación para vivir para sí mismo, y pronto comienza una nueva, olvidándose por completo de sus intenciones.
Dependencia de la pareja
A las personas psicológicamente inmaduras les cuesta estar solas. Por eso, se pegan literalmente a su pareja. Se sumergen tanto en una persona que viven sus intereses, se hacen amigos sólo de sus amigos, comparten todas sus aficiones. Se convierten en una «sombra», olvidándose de sí mismos, de su «yo» y de sus necesidades.
Como resultado de este comportamiento, la personalidad inmadura se vuelve caprichosa, destemplada e irritable. Exige gratitud a la pareja por aquellas acciones que, de hecho, no necesitaba. Tal individuo se siente inferior, por lo que está dispuesto a tolerar golpes, engaños, humillaciones, sólo para permanecer en la relación.
Luz de gas
Este es uno de los tipos de manipulación, que consiste en la violencia psicológica. En este caso, la principal tarea de una persona inmadura es intimidar, humillar, devaluar los sentimientos de un ser querido, así como cuestionar la adecuación de su comportamiento. El Gaslighter rebaja la autoestima de la pareja, le imputa culpabilidad, le impone miedos y complejos, con ayuda de los cuales será fácil controlarle.
Por desgracia, la violencia psicológica es casi imposible de probar. En ello reside su principal peligro.
Falta de voluntad para madurar
¿Has visto adultos maquillados de forma chillona, con ropa de adolescentes, escuchando música rebelde? Seguro que está familiarizado con este tipo de personalidades. Podemos decir que se caracterizan por su inmadurez psicológica. Les gusta relacionarse con los que son mucho más jóvenes que ellos. No están preparados para una relación seria. La carrera para ellos es algo sin sentido.
Las personalidades inmaduras suelen cambiar de pareja, de trabajo, se niegan a vivir en el mundo real. A estas mujeres les gusta hablar con voz infantil y buscan hombres mucho mayores, «papás» en los que depositar la responsabilidad de cuidar de sí mismas. Los hombres, en cambio, se sumergen por completo en el mundo de los juegos de ordenador, olvidándose de la familia.
No escucha consejos
Las personalidades inmaduras siempre se quejan de los problemas. Pero al mismo tiempo no tienen ningún deseo de recibir consejos. En principio, no les importa lo que pienses al respecto. Y ésta es la primera razón de todos los problemas. La segunda es que siempre hay alguien o algo que tiene la culpa de lo que ocurre. Puede ser el mal de ojo o el estropicio, estrellas mal alineadas, el destino, etc. La tercera razón reside en el hecho de que aceptar el consejo de alguien significa asumir la responsabilidad de la propia vida. Las personas inmaduras no están preparadas para ello.
El test «¿Eres una persona madura?»
Para saber si eres una persona psicológicamente madura, responde honestamente a una serie de preguntas:
- ¿Estoy preparado para asumir la responsabilidad de mi vida y la de mi pareja? ¿No tengo miedo al matrimonio, a conseguir un trabajo, etc.?
- ¿Me esfuerzo por ser el centro de atención? ¿Experimento emociones negativas cuando toda mi atención está puesta en la otra persona?
- ¿Me asustan las dificultades? ¿Me hacen rendirme y abandonar lo que estoy haciendo?
- ¿Cómo me tomo las críticas hacia mí mismo? ¿No soy demasiado crítico con los que me rodean?
- ¿Soy consciente de que la mayoría de mis problemas se deben a mis defectos? ¿O culpo de ellos a los demás?
- ¿Me gusta tanto soñar despierto y fantasear que me olvido de hacer cosas importantes?
- ¿Justifico mis fracasos y errores?
- ¿Aprendo de mis errores? ¿O los repito una y otra vez?
- ¿Estoy dispuesto a aceptar mis defectos o me niego a hacerlo?
- ¿Me quejo de la vida la mayor parte de mi tiempo libre?
- ¿Intento competir con los demás en todo?
Responde con la mayor sinceridad posible. Y después compara tus respuestas con los signos de personalidad inmadura mencionados anteriormente.
Conclusión
La inmadurez psicológica de la personalidad es un gran problema tanto para la propia persona como para los demás. Estas personas viven en su propio mundo, lejos de la realidad. Les gusta quejarse, pero al mismo tiempo no quieren resolver problemas, exigen mucho a los demás, olvidándose de la responsabilidad personal. Por lo tanto, si observa signos de inmadurez, piense: ¿no es hora de madurar?
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023