Presión psicológica: métodos y cómo resistirse a ella

La presión psicológica se ejerce sobre una persona para influir en sus acciones, decisiones y pensamientos. Lo más frecuente es que detrás de ella haya motivos egoístas que favorecen al manipulador, no a ambos participantes en la conversación. Los métodos que utiliza son muy sofisticados y bien pensados. A menudo es difícil incluso adivinar que alguien está intentando ejercer presión. Por eso, siempre hay que estar preparado para contraatacar y saber qué técnicas y métodos ayudarán a resistirse a este fenómeno.

Qué es la presión psicológica

Qué es la presión psicológica

La presión psicológica es una influencia sobre las personas que te rodean, que una persona lleva a cabo para cambiar sus juicios, creencias, opiniones y decisiones.

A primera vista, parece un acto de buenas intenciones, que sólo pueden llevar a cabo personas fuertes e independientes. Pero estas personas son capaces de expresar sus opiniones directamente, sin trucos.

Pero las técnicas de presión psicológica son utilizadas por personas inseguras y sin poder real. Este tipo de presión hace que la víctima se sienta herida y le provoca ansiedad. Es muy indeseable utilizar este tipo de técnicas también porque sólo producen un efecto temporal. Todo indica que se trata de un fenómeno extremadamente negativo. Pero para saber de qué se trata y cómo resistirse a la presión psicológica, todo el mundo debería ser capaz de resistirse a las manipulaciones de los demás.

Tipos de presión psicológica

Antes de considerar las formas de protegerse contra la presión psicológica sobre una persona, es necesario tener en cuenta qué tipos y métodos de presión psicológica existen. De ello depende qué estrategia de comportamiento debe elegir la víctima para resistir al manipulador.

Coacción

Coacción

Esta forma se utiliza cuando en algún ámbito una persona tiene más influencia que otra. Por ejemplo, la presión psicológica suele darse en el trabajo, cuando un jefe obliga a un subordinado a hacer algo que no quiere y que ni siquiera está obligado a hacer, sólo que no puede negarse sin que haya consecuencias. Cualquier subordinado necesita conocer la coacción para saber cómo resistirse a la presión psicológica en el trabajo.

Se puede confundir la coacción con la manipulación, pero la diferencia entre la primera es que el provocador no necesita poner condiciones ni pretextos para dar información.

Humillación

Es una forma de aplastar moralmente a una persona con la ayuda de comentarios y afirmaciones desagradables sobre su aspecto, carácter y acciones. Al fin y al cabo, la crítica de las cualidades personales es lo que más duele y afecta negativamente a la autoestima.

En cuanto se oye algo poco halagador sobre uno mismo, inmediatamente surge el deseo de refutar y demostrar a los demás que en realidad no todo es así. El agresor se aprovecha de ello y se ofrece a hacer lo que le favorece. La víctima de la situación, por supuesto, acepta.

Evasión

Uno de los tipos más sofisticados de violencia psicológica. A veces, para evitar la manipulación, uno de los participantes intenta inmediatamente aclarar los puntos incómodos y hace preguntas de frente, pero el interlocutor las evade hábilmente, cambia de tema o simplemente ignora las afirmaciones incómodas. Llega un momento en que esta persona empieza a resentirse porque se le estipula y se le retuercen las palabras.

La víctima cae en un estado de estupor: todo parece ir bien, pero en su interior hay una sensación de confusión y ansiedad.

Sugestión

Compulsión

Muchos han conocido en su vida a tales maestros de las palabras, que fueron capaces de inspirarles cosas completamente ridículas e innecesarias. No es fácil conseguirlo, pero a los agresores se les restriega hábilmente la confianza y se ganan el respeto del oyente. Después, es posible ejercer cualquier tipo de presión sobre la persona.

El ejemplo más evidente de este tipo de violencia es la hipnosis, con cuya ayuda los gitanos extorsionan a los transeúntes. Pero cabe señalar que hay personas que no sucumben a la hipnosis, por lo que este tipo de presión psicológica no funcionará con ellas.

Persuasión

A primera vista, se trata de una forma muy racional de persuadir al interlocutor para que haga algo. El iniciador aporta argumentos de peso, hechos, presenta sistemáticamente toda la información: es difícil resistirse a unos argumentos tan lógicos. Además, la víctima se siente muy halagada al ser considerada una persona profundamente culta e intelectual.

Pero en cuanto cometes un error o una discrepancia de hechos, toda la estrategia se vuelve inútil. Este tipo es una de las principales formas de presión psicológica del profesor. Para un alumno de primaria, el profesor es una autoridad incondicional. A menudo, en las conversaciones con los padres, el niño confía en las palabras de la profesora: «Y Maria Ivanovna dice que es necesario hacerlo».

Un profesor que trabaja sin deseo ni inspiración puede utilizar esto para sus propios fines egoístas.

Manipulación

Manipulación

Este es uno de los principales tipos de presión psicológica sobre una persona, que puede aplicarse de diversas maneras. Su rasgo distintivo es que el agresor intenta ejercer presión psicológica y obtener un beneficio personal a costa de los demás, de forma que éstos no adivinen los verdaderos motivos. En este sentido, no todos los manipuladores pueden utilizar este método: es necesario no sólo ser calculador, sino también tener sangre fría, ser una persona que entiende bien la psicología de las personas.

El ejemplo más obvio de manipuladores son los estafadores. Tienen una estrategia clara de cómo obtener beneficios de los demás, presionando hábilmente en los lugares más vulnerables. Limosna a los mendigos — manipulación de la bondad, la compasión y la empatía de la mayoría de la gente. Grandes ganancias en loterías y casinos en línea — manipulación de personas ávidas de dinero fácil.

El mismo tipo de violencia psicológica se utiliza en el marketing de redes: astutos métodos de cálculo muestran cifras atractivas para las víctimas, que pueden conseguirse con un mínimo esfuerzo.

Los manipuladores presionan activamente a la víctima a través de actitudes y creencias que se forman en la mayoría de las personas: «Debe compadecerse y ayudar a los demás», «Debe ser responsable de todo lo que ocurre», «Cualquier servicio debe pagarse con gratitud» y otras.

Pero el lugar más vulnerable de cada uno son sus propias emociones y sentimientos. Y la manipulación de los mismos es tan común en la sociedad que muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que están sometidas a presión psicológica. Los padres influyen en los hijos (es más fácil presionar psicológicamente a un hijo), los hombres en las mujeres y viceversa. Por ejemplo, muchas parejas piden un favor a su otra mitad con la frase: «¿No me quieres?».

Todo esto también se manipula en otros ámbitos: en el trabajo, en los negocios, en la política, en la publicidad. Por eso, casi todo el mundo se encuentra con presiones psicológicas

Exigencia de gratitud

Una forma de presión psicológica en la que el manipulador piensa sus acciones con varios pasos de antelación. Una víctima desprevenida recibe algún tipo de ayuda o favor que no ha pedido, como si fuera la mejor de las intenciones. Esto puede prolongarse durante bastante tiempo, hasta que la persona entra en confianza.

Pero llega un momento en que el manipulador le pide ayuda, presionándole para que devuelva la deuda. Si la víctima no está atormentada por la conciencia y no accede inmediatamente, entonces esas peticiones pueden convertirse en verdaderas amenazas.

Cómo resistir a la presión psicológica

Cómo resistirse a la presión psicológica

Si notas que alguien te presiona psicológicamente, hay que recordar que los manipuladores recurren a tales medidas por una razón. A menudo estas personas no son capaces de soportar el peso de sus problemas psicológicos, no soportan el estrés. Intentan de este modo trasladar la responsabilidad de sí mismos a personas ajenas para sentirse cómodos.

Puede haber varias razones para este comportamiento:

  • Un patrón de crianza en la familia, en el que todos fomentan el infantilismo del niño;
  • recuerdos marcadamente negativos de una infancia difícil, y otros.

Lo primero que hay que hacer para resistir la presión psicológica es contraatacar de forma directa. La víctima debe informar tranquila y directamente al manipulador de que sus exigencias no se cumplirán porque tienen un fin egoísta. Algunas personas se sentirán confundidas por esto y la situación se agotará. Pero las personas especialmente sofisticadas pueden continuar con sus acciones, ya más sofisticadas. Y entre las víctimas puede haber quienes no sepan cómo resistirse a alguien tan abiertamente, una conversación así puede aumentar su sentimiento de culpa y sumirles aún más en la situación.

Una forma más ecológica de enfrentarse a los manipuladores es trabajar la propia autoestima. Su nivel está directamente relacionado con el grado de susceptibilidad a la presión psicológica: cuanto más baja es la autoestima de una persona, más fácil es obligarla a hacer algo que no quiere. Para elevarla, es necesario trabajar mucho incluso a nivel de pensamiento. Esto es especialmente difícil si el entorno, incluidos la familia y los amigos, está formado por personalidades tóxicas. En este caso, lo mejor es buscar la ayuda de un especialista.

Presión psicológica: defensa contra la manipulación en varias técnicas

defensa contra la manipulación

Es mucho más fácil superar la presión psicológica que defenderse de ella a tiempo. Después de todo, a veces es muy difícil reconocer este fenómeno, el manipulador puede elegir los tipos y tipos de acciones más sofisticados.

Pero si hay al menos una sospecha de tales acciones, es necesario utilizar las técnicas de defensa contra la presión psicológica.

Franqueza

Se puede declarar directamente a la cara del interlocutor que se comporta de forma demasiado asertiva y agresiva, ese comportamiento no permite sopesarlo todo y tomar una decisión. Algunos manipuladores retroceden cuando se encuentran con un desaire, pero con el resto hay que utilizar otras técnicas.

Posturas cerradas

Brazos cruzados

Brazos o piernas cruzados, barbilla hacia abajo: todo esto reduce el grado de presión psicológica. Tales posturas, a nivel subconsciente, dan a la pareja una señal de que no estás preparado para la cooperación y la percepción de la información.

Barreras mentales

A veces una gran confianza en sí mismo y sus habilidades dan pensamientos e imágenes ordinarias. Basta con imaginar que hay una barrera infranqueable entre usted y el manipulador: un muro invisible, un foso profundo, una barrera de fuego, una cúpula impenetrable o un traje espacial.

Distracción

bostezo

Para confundir a su adversario, puede distraerle de varias formas: tosiendo, bostezando, dando golpecitos en la mesa, pasando páginas, arreglándose la ropa o el pelo. Cualquier actividad de movimiento atraerá la atención, pero es importante que parezca natural y no se repita con demasiada frecuencia.

Cómo salir de la presión

pregunta

Existen varias técnicas que te ayudarán a tomar el control de la situación y a protegerte de la presión de los demás:

  1. Empieza a hacerte preguntas. Puedes preguntarte: «¿Necesito hacer esto? ¿Quiero hacerlo? ¿Me beneficiará? ¿Puedo negarme?». Las respuestas te ayudarán a prepararte para una posición defensiva, si es necesario. Y las preguntas aclaratorias a tu oponente te ayudarán a ganar tiempo e identificar puntos débiles. Es importante prestar mucha atención a sus gestos no verbales. Una persona puede renunciar a sus intenciones interesadas cuando escucha preguntas seguras: «¿Por qué iba a asumir semejante responsabilidad?», «¿Por qué estás seguro de que aceptaré?», etc.
  2. Identifique una ventaja de la que disfrute el interlocutor. Esto le ayudará a encontrar sus propios puntos fuertes para contrarrestar sus palabras. Si el manipulador presiona con su experiencia y conocimientos, debes mencionar tus grandes cualidades y méritos profesionales. Si se cubre con la autoridad de alguien, puedes cuestionarlo y afirmar que es algo subjetivo. Y se puede considerar una petición inesperada y urgente, refiriéndose a la ocupación y a un asunto más importante.
  3. Encuentra la forma de utilizar tus ventajas. Como ya hemos dicho, tienes que encontrar la misma estrategia que utiliza tu interlocutor. Sólo es importante construir tu defensa, no exagerar.
  4. Espera al momento en que las fuerzas estén igualadas. Es a partir de este momento cuando puedes realizar las siguientes acciones. Si te apresuras y pasas directamente al siguiente punto, el adversario puede considerarlo una debilidad. Y una clara preponderancia a su favor puede contribuir a aumentar aún más el conflicto.
  5. Encuentre un compromiso y avance hacia la cooperación. En el momento en que el interlocutor ya no confía tanto en su fuerza, puedes dictar tus condiciones y buscar una solución que sea conveniente para ambos. A veces puedes alejarte tranquilamente de la interacción con una persona así.

Conclusión

La presión psicológica es una forma de influencia traumática para el individuo. Para protegerse y protegerse de la influencia negativa, hay que saber utilizar técnicas y métodos de contrarrestación. Y si no puedes afrontarlo por ti mismo, no debes tener miedo de buscar ayuda y apoyo.

Fecha de actualización: 11-16-2023