El resentimiento en psicología es un sentimiento negativo que se produce cuando una persona siente que alguien ha herido su Ego. Es un complejo de sentimientos y emociones: frustración, ira, miedo, inseguridad, autocompasión, irritación. En psicología sigue habiendo un debate sobre cómo trabajar con las ofensas. Los expertos dicen que es normal ofenderse, que se puede y se debe expresar esta emoción con viveza. Otros aconsejan «dejarlo pasar», lo que de hecho equivale a reprimir las emociones, a apisonarlas en lo más profundo del subconsciente. Hay una tercera opción: aceptar tu estado, comprender los orígenes de la ofensa y deshacerte realmente de ella. Veamos con más detalle qué es la ofensa en psicología y cómo afrontarla.
Tabla
Qué es la ofensa
Vamos a dar una definición del concepto. El diccionario psicológico da una definición de este tipo (en dos sentidos):
- «Ofensa es un insulto, pena causada a alguien injustamente, inmerecidamente».
- «El resentimiento es un sentimiento causado por un insulto, un disgusto».
Oculta un desajuste entre la realidad y las expectativas de la persona que se ha sentido ofendida. Ejemplo: una persona creía que estaba en buenos términos con otra y esperaba que le invitaran a una fiesta de cumpleaños. No le invitaron. Por eso se ofendió.
¡Atención! En la inmensidad de Internet se puede encontrar una definición de ofensa en psicología: es una reacción negativa a un insulto REAL o IMPLÍCITO, a una humillación. De hecho, en todos los casos el sentimiento de ofensa está relacionado con el mundo interior del ofendido, con su actitud ante todo lo ocurrido. La persona reacciona no al hecho, sino a sus pensamientos sobre todo lo ocurrido.
Causas
El sentimiento de ofensa es familiar a todas las personas. Los niños se ofenden muy a menudo. Pero cuanto más mayores nos hacemos, más pensamos en lo apropiado de la ofensa. Y cada vez más a menudo queremos entender las razones por las que se produce.
Entonces, ¿por qué surge el resentimiento? Según la psicología, la causa de la ofensa son las expectativas equivocadas del ofendido. El mecanismo de desarrollo de la ofensa es el siguiente:
- percepciones y expectativas sobre una persona determinada;
- hechos (acciones y hechos reales que son típicos de esta persona);
- análisis de estas acciones y comparación con las expectativas;
- respuestas (pensamientos, actitudes, acciones, sentimientos).
Resulta que las personas se ofenden por sus propios errores. Se dejan ofender porque esperan de sus oponentes lo que ellos no son capaces de hacer.
Las personas menos resentidas y traumatizadas, en caso de discrepancia entre las expectativas y la realidad, intentan comprender a su oponente, ponerse en su lugar, construirse una idea adecuada de él a partir de lo sucedido.
Bajo intentos de comprender a otra persona se entiende el deseo de justificar sus acciones, de entender las peculiaridades de su pensamiento, personalidad. Esto no significa que debas aceptar la posición de otra persona, permitir que te humillen. Por otra parte, usted tiene todo el derecho a estar enojado, pero es necesario entender todo para no repetir el mismo error y poner expectativas adecuadas sobre esta persona.
Los que están programados para el papel de víctima y tienen la psicología correspondiente, se cierran en banda, siguen acumulando negatividad, disfrutan de su ofensa. Al sentirse ofendido, es como si esa persona preguntara: «¿Cómo se atreve alguien a ofenderme?». La ofensividad está asociada a la insatisfacción interna, a la desconfianza en el mundo. Una persona ofendida está segura de que todo el mundo a su alrededor sólo se preocupa de cómo ofenderle, de cómo hacerle daño.
Importante: el resentimiento como rasgo del carácter está relacionado con los traumas infantiles y los costes de la educación familiar. Por regla general, se vuelven resentidos los que carecieron del amor y la atención de su madre (el delito es la manipulación para llamar la atención) y los que, por el contrario, crecieron en un ambiente permisivo (los padres no explicaron al niño que otras personas tienen sus propios límites, intereses, necesidades).
Signos
- Evitación de los encuentros, la comunicación y cualquier contacto con el que ha ofendido;
- taciturnidad y reticencia;
- frases con doble sentido y otras manifestaciones de agresión pasiva;
- agresión directa.
Características de una persona ofensiva (psicología de la personalidad del tipo ofensivo):
- Imaginatividad,
- indecisión,
- dependencia de las opiniones ajenas (hábito de compararse con los demás);
- fijación en el pasado y poca disposición a desprenderse de las cosas;
- visión pesimista del mundo;
- autocompasión;
- agresividad reprimida.
Una persona maltratadora tiene miedo al conflicto. En lugar de contar directamente sus sentimientos, necesidades, emociones y conocer la posición del adversario, prefiere huir, guardar silencio, ser caprichoso y resentido.
Tipos de ofensa
En psicología no existe una clasificación oficial de las ofensas. Condicionalmente es posible distinguir tales tipos:
- Delito de manipulación. Una persona se ofende a propósito para hacer que la otra se sienta culpable. Con esta técnica, la persona ofendida consigue sus objetivos.
- Resentimiento mezquino. Es una ofensa frecuente por cualquier motivo. Está causada por el resentimiento de una persona.
- Ofensas profundas o de larga duración. Por regla general, se trata de un conflicto específico en las relaciones con una persona concreta.
En psicología existe el concepto de «ofensa mental». Se trata de un estado en el que una persona se siente ofendida por alguien o algo a cada minuto. Suele decirse de esas personas: «Ofendidas con el mundo entero». Y los «resentidos» hablan constantemente de la injusticia de la vida, la crueldad de la gente, la insolencia de los conocidos, etc. Este tipo de pensamiento está relacionado con traumas infantiles y resentimiento hacia los padres.
La ofensa es una emoción o un sentimiento
En psicología, el resentimiento es un sentimiento. Los sentimientos se diferencian de las emociones en la profundidad, intensidad y duración de la experiencia. El resentimiento es un sentimiento fuerte y destructivo que puede persistir durante años.
Este sentimiento surge por primera vez en los años de la infancia, e incluso en la edad adulta es una manifestación del niño interior. Una persona puede tener 10, 20 o 50 años, pero si se ofende, demuestra que su niño interior está insatisfecho.
¿Merece la pena tolerarlas?
No se puede tolerar el resentimiento, porque reprimirlo sólo lo empeora. Al cóctel negativo que ya existía, se añade un sentimiento de culpa («Qué clase de persona soy, ni siquiera puedo perdonar a nadie»). En el trasfondo de las ofensas crónicas se desarrollan enfermedades mentales y somáticas secundarias.
Es importante¡ Alguien que acumula resentimientos, no puede ser feliz, no puede ser feliz y disfrutar de la vida.
Cómo tratar la ofensa
La clave de la liberación es el pensamiento sanógeno. Esto se refiere a la gestión de las emociones a través de la reflexión (autoanálisis). El concepto fue introducido por el psicólogo Y. M. Orlov (1993).
Así que, ¿cómo librarse de la ofensa en el contexto del pensamiento sanógeno?
- Reconocer el problema. Durante años la gente niega el hecho de sentirse ofendida por alguien. Algunos temen parecer vulnerables, otros no quieren parecer débiles, otros se avergüenzan de sus reacciones. En cualquier caso, es importante reconocer el hecho y descomponer el resentimiento en sus componentes. ¿Qué sientes exactamente (miedo, rabia, sentimientos de inferioridad, etc.) y a quién van dirigidos todos estos sentimientos? Sé sincero contigo mismo. Sí, puede ser la persona más cercana, por ejemplo, alguien de tu familia.
- Averigua el mecanismo de tu resentimiento. A primera vista, tus reacciones parecen desafiar la lógica. Sin embargo, si empiezas a llevar un diario personal en el que anotes todos los momentos ofensivos, pronto te darás cuenta de que todo tiene una base común. Tal vez se trate de una interacción con una persona o un ámbito de la vida en particular, un tema de conversación concreto, etc. Analiza detenidamente todo lo que te incomoda y registra los momentos en los que aparece el resentimiento.
- Cambia la situación o tu actitud ante ella, tu imagen del mundo. El plan de acción posterior depende de lo que hayas descubierto por ti mismo en las etapas anteriores. Te propongo que desgloses las tres opciones con un poco más de detalle.
Por ejemplo, si te das cuenta de que te ofendes en el lugar equivocado a causa de tus antiguos traumas, entonces tienes que trabajar para superarlos. Ejemplo: te ofendes con tu amigo porque está de vacaciones sin ti o en compañía de otras personas. Pero es normal, es un hombre libre. Probablemente estés resentido porque tienes miedo a estar solo, necesitas atención constante, tratas a las personas como si fueran una propiedad. Esto, a su vez, puede estar relacionado con la frialdad de tus padres, la falta de atención y cariño por su parte.
Si te sientes ofendido por los insultos de alguien, es razonable que te preguntes en qué medida se aplican a ti. Si no te consideras un tonto, un necio, etc., entonces ningún insulto te afectará. Y si lo hace, es que hay complejos, inseguridad.
Pero hay otras circunstancias. Por ejemplo, cuando un amigo íntimo cuenta a todo el mundo tu secreto o utiliza tus debilidades en tu contra. O cuando un ser querido te engaña. O cuando los padres humillan, pegan, castigan así y constantemente. No, sus actos tienen una explicación: su dolor, su debilidad, su rabia, su insatisfacción consigo mismo, sus ofensas personales, etc. salen así. Puedes entender por qué una persona actuó así, pero no te tortures con la pregunta «¿por qué me hizo esto?». De ninguna manera, no te lo merecías, simplemente estabas en el lugar equivocado en el momento equivocado.
En este caso es mejor utilizar la técnica de la escritura. Escribe en un papel todo lo que piensas, todo lo que te ofende, todo lo que quieres decirle a esa persona. Identifica al destinatario. Escribe, lee en voz alta y destruye la carta. Asegúrate de formular algunas conclusiones a partir de esta situación, encuentra algo que agradecer a la persona (qué lección has aprendido de todo esto). Y con eso, excluya a esa persona de su vida. Por supuesto, siempre que el oponente no vea nada malo en sus acciones y no quiera trabajar en sí mismo, en vuestra relación.
Importante: hay muchas otras formas de liberarse del resentimiento. Si no puedes afrontarlo por ti mismo, ponte en contacto con un psicólogo. El especialista elegirá un plan individual de corrección.
Conclusión
La ofensa desde el punto de vista de la psicología es uno de los fenómenos más ambiguos. Por un lado, en el marco de este tema, las situaciones en las que las personas inconscientemente se ofenden entre sí y están dispuestos a pedir disculpas, para resolver el conflicto, si el oponente va a lo largo. Y en este caso basta con aplicar la técnica del «yo-digo». La esencia consiste en hablar sólo en nombre propio sobre lo que no te gusta. Por ejemplo, no «No me quieres», sino «Me siento poco querido cuando no me haces cumplidos. Por favor, dedícame palabras cariñosas. Es importante para mí».
Por otro lado, a veces tenemos que hacer frente a heridas y traumas de la infancia. Por regla general, en este caso, los miembros de la familia que causaron el daño y el resentimiento no están dispuestos a dar la cara y no comprenden el horror de su comportamiento. Entonces es necesario trabajar exclusivamente con el mundo interior de la víctima, la técnica de la autoconversación no es suficiente. Pero hablaremos más de esto en otro artículo.
Y ocurre que una persona se ofende y ofende a los demás porque carece de habilidades comunicativas, porque es insegura, etc. En resumen, el niño interior se impone constantemente al padre y adulto interior. En este caso, hay que trabajar la armonía interior. En general, el resentimiento en psicología es un fenómeno complejo, pero en todos los casos es posible y necesario combatirlo.
Fecha de publicación: 3-21-2022
Fecha de actualización: 3-21-2022