La codependencia es una condición en la que una persona literalmente no puede vivir sin otra. No se trata de una cuestión económica. Se trata de la dependencia emocional. Las personas codependientes están tan absortas en su pareja, ya sea su marido o su mujer, un amigo o un pariente, que se olvidan por completo de sí mismas. ¿Es peligroso? ¿Cómo protegerse de este trastorno?
Tabla
Qué es la codependencia
La codependencia en psicología es un patrón de comportamiento en el que una persona depende fuertemente de otra. Centra toda su atención en él, incluso se puede decir que está obsesionado. En el primer lugar de su vida están los intereses, pensamientos y deseos de su pareja. Sus propios asuntos quedan relegados a un segundo plano.
Una persona codependiente intenta controlar las acciones y el comportamiento de su «víctima», la manipula, muestra una atención obsesiva, intenta reeducarla. Pero la víctima se considera a sí misma una víctima, culpando a su pareja de todas las desgracias.
El término «codependencia» apareció en los años 70-80 del siglo pasado. Según una versión, surgió con las sociedades de alcohólicos y drogadictos anónimos. Se cree que sus autores son Robert Sabby y Ernie Larsen.
Inicialmente, la codependencia se definía como el impacto negativo que reciben los individuos que conviven con personas que sufren alcoholismo y drogadicción. Con el tiempo, el concepto se ha ido ampliando. Hoy en día, la definición de codependencia es la siguiente: es un estado de profunda preocupación y dependencia emocional, física y social de otra persona.
Afección o enfermedad mental
La codependencia no figura en la Clasificación Internacional de Enfermedades. No se utilizan signos especiales para designarla. Por tanto, no hay motivos para denominarla oficialmente enfermedad.
Aunque, si miramos más a fondo, difícilmente podremos llamar sanas a las personas codependientes. Volvamos al ejemplo anterior con alcohólicos y drogadictos. ¿Cómo son las personas que viven cerca de ellos? Las esposas, las madres y los hijos suelen sentirse intimidados y experimentan una sensación permanente de ansiedad, miedo y tristeza. Sus vidas están desprovistas de alegría y de cualquier emoción positiva. La permanencia prolongada en tal estado conduce al desarrollo de diversas enfermedades, tanto mentales como somáticas.
Cómo nos volvemos codependientes
Como muchos problemas psicológicos, la codependencia se forma en la infancia. Lo más frecuente es que se desarrolle si uno de los padres padece alcoholismo o drogadicción, trastornos mentales o enfermedades crónicas graves.
Un niño se vuelve codependiente cuando sus padres le educan de forma demasiado estricta, le castigan incluso por pequeñas meteduras de pata. Así, por ejemplo, es traumática la situación cuando se amenaza a los niños con separarlos de la familia. Tal vez también le dijeron en la infancia que en caso de desobediencia será entregado a algún tío o puesto en un orfanato. Este es el principal error. Los padres son personas importantes en la vida de cada niño. La amenaza de separación para ellos — un gran susto, que siempre permanecerá en la memoria.
En una familia con una educación estricta siempre hay algunas normas y leyes, cuya violación siempre se castiga. A los niños se les prohíbe absolutamente todo: tomar decisiones, mostrar sentimientos y emociones, hablar de deseos e incluso de necesidades. Tienen más responsabilidades que derechos. Y la principal es adaptarse al estado de ánimo de los padres u otros adultos.
Tipos de codependencia
Convencionalmente, la psicología distingue 3 tipos de codependencia:
- Familiar. Implica una gran preocupación por el estado de alguien cercano y querido. Puede tratarse de hijos, padres, hermanos, etc. Imaginemos una situación en la que un hijo sufre alcoholismo. Naturalmente, la madre está preocupada por él, está emocionalmente unida a él. Por eso, todos los pensamientos giran exclusivamente en torno al hijo problemático. La mujer tiene que resolver sus problemas, sus propias dificultades y casos en este caso, se mueve a un segundo plano. Y si de repente y se acuerda de ellos, inmediatamente se siente culpable. De tal cuidado sufre y ella misma, y el hijo. Este último puede empezar a beber aún más, tratando de esta manera de deshacerse del amor maternal sofocante.
- Conyugal. Como se deduce de su nombre, se desarrolla entre personas que mantienen una relación romántica. Se trata de marido y mujer, o de amantes. Como en el caso de la codependencia familiar, a menudo uno de los miembros de la pareja consume alcohol o sustancias ilegales. El otro se esfuerza por ayudarle, por reeducarle. En la mayoría de los casos, la persona codependiente es manipulada. Piense en los ejemplos de cómo los alcohólicos o drogadictos empujan hábilmente a la compasión o imputan culpabilidad a quienes en realidad intentan ayudarles.
- Amistad. Se da entre amigos que pasan mucho tiempo juntos, como ir al mismo trabajo, vivir juntos o ir al mismo colegio. Este tipo de codependencia es más común entre adolescentes y adultos jóvenes.
La codependencia se divide en tipos y por el patrón de comportamiento de las dos personas:
- Sufridor. Las personas codependientes luchan obstinadamente contra todas las dificultades mientras se hacen pasar por víctimas.
- Acosador. Intenta cambiar las cosas, a veces utilizando amenazas o mostrando agresividad hacia el alcohólico o drogadicto.
- Indulgente. La persona no reconoce que su ser querido tiene algún tipo de adicción. Y si lo hace, oculta este hecho. Además, puede contribuir a agravar la situación con sus propias manos.
- Cómplice. Tratando de mantener buenas relaciones con un alcohólico o un drogadicto, una persona codependiente empieza a consumir sustancias ilegales o bebidas alcohólicas.
- El último tipo se asocia a una indiferencia total. Las personas codependientes están tan cansadas de la lucha inútil que se encierran en sí mismas, ocultan sus emociones a los demás o las suprimen por completo.
Signos de codependencia
Cada situación es individual. Pero aún así es posible identificar varios signos de que una persona es muy dependiente de otra.
- Asumir voluntariamente los problemas de los demás. Volvamos al ejemplo de una madre y su hijo alcohólico. Ella no sólo puede estar dispuesta a cubrir sus ausencias, explicándolas por su mala salud. A veces se endeuda o pide préstamos para cubrir sus deudas.
- Teme ser abandonada. Aquí conviene recordar la situación de la infancia, cuando el niño oye constantemente amenazas de separación de sus padres. Por eso, de adulto, está dispuesto a absolutamente todo para conservar a su pareja. Y a veces no se da cuenta de que sus acciones pueden tener el efecto contrario.
- Centra la atención en lo que siente el «pupilo». Una persona codependiente se enfrenta a la alexitimia. Se trata de una condición en la que es incapaz de comprender y expresar sus propias emociones. Tampoco es capaz de distinguirlas de los sentimientos y emociones de su pareja. Resulta que la persona se sumerge emocionalmente al 100% en quien tiene cerca. Al mismo tiempo, intenta controlar su vida.
- Se olvida de sus propias necesidades. Por supuesto, pensar y preocuparse por la pareja es bueno. Pero las personas codependientes llegan a extremos. Su autoestima baja si en algún momento no pueden proporcionar al otro una vida próspera. Además, por este motivo caen en graves depresiones.
- Sacrifica sus principios. Ni siquiera sacrifica, sino que descuida. Al principio, una persona puede intentar establecer algunos requisitos y restricciones. Pero después, temeroso de perder el favor y el aparente amor de la pareja, relega sus principios a un segundo plano.
- Controla absolutamente todas las esferas de la vida. Las personas codependientes dicen que lo hacen únicamente por el bien de los demás, quieren estar seguras de que sus familiares y amigos están bien. Pero a veces el cuidado se convierte en control total, en vigilancia. La persona codependiente exige informes casi minuto a minuto.
- Da consejos constantemente. A las personas codependientes les gusta la estabilidad. Por eso, interfieren en todos los asuntos que ocurren en su familia. Al mismo tiempo, no les importa en absoluto que nadie necesite consejos y recomendaciones.
- Evitan los conflictos. Una persona que sufre codependencia nunca expresará abiertamente su opinión y sus emociones. Teme provocar la insatisfacción de su pareja, agresiones o groserías por su parte.
Y una señal más: causarse daños a sí mismo y a su salud. Según investigaciones realizadas por científicos, existe una relación directa entre la codependencia y los trastornos alimentarios.
Cómo es una persona codependiente
La codependencia se reconoce por una serie de síntomas característicos:
- Baja autoestima. La persona depende mucho de la opinión de los demás, está segura de su inferioridad, inferioridad.
- Esfuerzo por alcanzar el ideal, perfeccionismo.
- Intentos de complacer a los demás en detrimento de uno mismo.
- Límites personales débiles o ausencia total de los mismos.
- Problemas para expresar sus pensamientos, sentimientos, emociones. Incapacidad para expresar con precisión sus deseos y necesidades. Uso frecuente de lenguaje soez al hablar.
- Miedo a la soledad.
- Darse cuenta de que la relación de pareja es tóxica. Pero falta de voluntad para aceptarlo.
- Celos infundados.
- Control total no sólo sobre sí mismo, sino también sobre las personas que le rodean. Tendencia a dar consejos e interferir incluso cuando no es necesario.
- Obsesividad.
- Presencia de adicción al alcohol, a las drogas o al comportamiento.
Además, los compañeros constantes de una persona codependiente son los sentimientos de vergüenza, ansiedad, miedo, culpa, desesperación e impotencia. Lo más frecuente es que se encuentre en un estado de depresión.
Causas
Como ya se ha dicho, una de las razones del desarrollo de la codependencia es una educación demasiado estricta en la infancia, la prohibición de expresar sentimientos y emociones, la amenaza de la separación de los padres.
En la edad adulta, una persona se vuelve codependiente bajo la influencia de las normas y estereotipos sociales. Hay varios ejemplos:
- «Nos llevaremos bien, nos llevaremos bien».
- «Los golpes significan amor».
- «No hagas lío».
Seguro que has oído estas frases más de una vez. Pero, ¿son realmente aplicables a nuestra vida? La respuesta es no. Este tipo de comportamiento es un camino directo hacia la codependencia.
Niveles de enfermedad psicológica
Existen 3 niveles de desarrollo del estado de codependencia.
Temprano
En esta fase aparecen los primeros síntomas de codependencia:
- Fuerte apego emocional. La base de su aparición es la lástima por una persona, el deseo de ayudarla, el apoyo.
- El deseo de gustar al objeto que causa lástima.
- Interés genuino por lo que ocurre en la vida de la pareja, largas conversaciones íntimas.
- Justificación de la persona tanto ante sí misma como ante los demás.
- Las personas codependientes no reconocen que existe un problema en la persona a la que cuidan.
- Copia de comportamientos y estados de ánimo.
La codependencia a este nivel es la más fácil de tratar. Lo principal es darse cuenta de que existe y dejar de sentir lástima por la persona «enferma».
Medio
Aquí la situación es más complicada. Este nivel se caracteriza por signos como
- intentos de no darse cuenta de la presencia del problema, así como ocultarlo a los demás;
- culparse a sí mismo de lo ocurrido;
- Socialización restringida;
- disminución de la autoestima;
- mayor control sobre la pareja dependiente;
- agresividad e ira dirigidas a los demás;
- intentos inútiles de cambiar las cosas;
- inestabilidad del estado psicoemocional.
Las personas con un nivel medio de codependencia prefieren no hablar del problema. Y a veces deciden no darse cuenta, para evitarlo.
Tardío
Representa una combinación de los síntomas descritos anteriormente y otros nuevos más graves. La persona codependiente se siente desolada. Está constantemente de mal humor, con un sentimiento constante de desesperanza. Quiere dejarlo todo.
Psicosomática
Sobre el hecho de que «todas las enfermedades provienen de los nervios», se dice desde hace mucho tiempo. De hecho, así es. Los problemas psicológicos, la tensión emocional constante tienen un fuerte impacto en la salud física. Como resultado, una persona codependiente se enfrenta a un mayor cansancio, fatiga, debilidad en los músculos, cambios repentinos en la presión arterial y violación del trabajo de los órganos gastrointestinales.
Tratamiento de la codependencia
Como ocurre con todos los problemas psicológicos, para tratar la codependencia es necesario reconocer su existencia. Y sólo entonces empezar a actuar. Los psicólogos recomiendan seguir 12 pasos:
- Acepta que tu vida ha empeorado y sigue empeorando. Piensa en las consecuencias.
- Encuentra algo que te dé fuerzas. Que sea un hijo, la familia y los amigos. Encuentra un hobby o pasatiempo que te ayude a ganar confianza y sentirte importante.
- Toma una decisión. Recuerda que, si te resulta difícil, siempre puedes recurrir a una fuente de fortaleza.
- Piensa si puedes ayudar a tu pareja. Si es adicto al alcohol o a las drogas, acude a un psicólogo o psicoterapeuta. Un psicólogo o psicoterapeuta también puede ayudar con la codependencia.
- Combate el sentimiento de culpa. Encuentra las razones de su aparición. Deshágase del complejo de víctima.
- Prepárate para actuar activamente. Hazte la promesa de no volver nunca a una relación tóxica.
- Actúa. Un consejo sencillo, pero tan difícil. Por supuesto, no te va a resultar fácil deshacerte de tu codependencia. Pero no hay otra manera. Si tienes que terminar la relación, termínala. Si tienes que irte, vete. No lo dudes ni un minuto.
- Date cuenta de que te has hecho daño a ti mismo y a los que te rodean. Encuentra la fuerza para pedirles perdón.
- Llena tu vida de nuevas emociones que sustituyan a las antiguas. Haz reparaciones, reorganiza los muebles, haz deporte o, por ejemplo, cambia de aspecto. Hay muchas opciones.
- Inicie el proceso de rehabilitación. Analiza tu vida en las últimas semanas, meses, años. Encuentra tus errores y trabaja en ellos. Conozca su interior.
- Dedique tiempo a su desarrollo personal. Desarrolla tus capacidades y talentos.
- Cree que eres una parte tan valiosa de tu familia y de la sociedad como cualquier otra persona. Eres un individuo con rasgos únicos e incluso especiales.
Siguiendo estos consejos, podrás deshacerte de la codependencia, acordarte de ti mismo, de tus deseos y necesidades. Dejarás de estar oprimido por los problemas de los demás, dejarás de estar manipulado.
Conclusión
La codependencia tiene consecuencias extremadamente desagradables. En este estado, la frase «no puedo vivir sin ti» se toma al pie de la letra. Y esto conlleva problemas tanto psicológicos como somáticos. Por lo tanto, en cuanto se dé cuenta de que se está convirtiendo en una persona codependiente, actúe con decisión. Detén inmediatamente en ti los intentos de interferir en la vida de otra persona y controlarla. Y al mismo tiempo no dejes que nadie te impute culpabilidad.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023