La racionalización es el proceso de encontrar explicaciones y justificaciones para todo lo que le ocurre a una persona. Se aplica a algunas situaciones, emociones, pensamientos y acciones. De este modo, las personas protegen la psique de las experiencias traumáticas. Desde fuera parece que todo es lógico. Sin embargo, de hecho, a menudo es un intento de ocultar los verdaderos motivos y sentimientos. ¿Es esto siempre bueno? ¿Cómo afecta este comportamiento a la vida de cada uno de nosotros?
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¿Qué es la racionalización?
La racionalización en psicología es un mecanismo de defensa en el que una persona busca una explicación lógica para sus acciones, comportamientos, pensamientos y sentimientos, protegiendo así su autoestima y amor propio del impacto de las emociones negativas. Podemos decir que la racionalización es un intento inconsciente de justificar lo que es contrario a la opinión pública. Es decir, el individuo quiere explicar sus acciones, inaceptables para la sociedad, con argumentos y argumentos que esta sociedad aceptará. Resulta que mata dos pájaros de un tiro: la gente queda satisfecha y la autoestima se mantiene en el nivel adecuado.
El Diccionario Oxford ofrece una interesante explicación del término. Según él, la racionalización es el proceso de hacer claras y racionales acciones extrañas e incomprensibles. Resulta útil cuando es necesario ocultar a los demás los verdaderos motivos y sentimientos.
Si decimos qué es la racionalización en palabras sencillas, la definición será la siguiente: es una búsqueda de motivos que expliquen un patrón indeseable de comportamiento humano y ayuden a una persona a mantener un estado de comodidad y armonía interior.
He aquí un ejemplo. Una persona no consideró oportuno ayudar a un pariente cercano en una situación crítica. Justifica su acto por el hecho de que su ayuda no habría dado el resultado deseado, sino que, por el contrario, habría empeorado las cosas. Hay otro ejemplo. Un alcohólico justifica su adicción diciendo que el médico le recomendó consumir pequeñas dosis de alcohol para tratar su enfermedad.
La forma en que una persona se justifica a sí misma se elige inconscientemente. Las verdaderas razones de la autojustificación también son inconscientes. El individuo simplemente elige aquellas palabras que le presentarán bajo una luz favorable ante la sociedad y le ayudarán a mantener el respeto ante sus propios ojos.
A veces ocurre que al final del proceso de absolución una persona reflexiona sobre su comportamiento. Y se da cuenta de que algunos de sus razonamientos y palabras son sólo parcialmente ciertos. Pero incluso para eso encuentra una excusa, porque rebajar su autoestima no entraba en sus planes. En este punto, la tarea principal es estar totalmente a la altura del ideal que ha inventado para sí mismo.
La racionalización inconsciente no puede calificarse de engaño, pero se considera el mecanismo de defensa psicológico más peligroso. El peligro es que la vida se vuelve demasiado predecible, porque cada paso y cada acción siempre están justificados y justificados.
Dejando a un lado lo anterior, el proceso de racionalización tiene algunos aspectos positivos. Así, los psicólogos lo llaman una forma de estar entre la multitud, pero al mismo tiempo seguir siendo una persona diferente de los demás. E incluso en una situación desagradable, con la ayuda de la racionalización una persona conservará la dignidad a sus propios ojos y a los de los demás.
Variedades y métodos
La racionalización, considerada como un mecanismo de protección psicológica, es de dos tipos:
- directa — el individuo justifica sus propias acciones, pensamientos y sentimientos;
- indirecta — en la justificación intervienen objetos extraños.
La psicología también distingue varios subtipos de este proceso:
- Racionalización personal o grupal. En el primer caso, el individuo se defiende exclusivamente a sí mismo. En el segundo, a un grupo de personas con las que se asocia.
- Racionalización tópica. Actúa durante un breve período de tiempo.
- Racionalización anticipatoria. Todavía no se ha producido una situación desfavorable, pero la persona empieza a buscar excusas para sus actos por anticipado.
La racionalización como método de defensa psicológica se caracteriza por el uso de diferentes métodos. En total son 6:
- Deterioro del objetivo. Perder en una competición se explica por los malos premios, por los que sería una tontería esforzarse.
- Desacreditar a la víctima. Supongamos que una persona ha ofendido a otra. En su defensa, dirá que el oponente tuvo la culpa y que habría hecho lo mismo en una situación similar.
- Reforzar el papel de las circunstancias. En la racionalización, las circunstancias siempre se utilizan para justificar lo ocurrido.
- Dañar para bien. Muchas personas creen sinceramente en la rectitud de sus actos hacia los demás. Las explican con las palabras: «será mejor para ellos», «lo intenté por su bien».
- Desacreditarse a uno mismo. Una persona se convierte en víctima de sí misma. Acepta desafiante que ha cometido una mala acción y habla de lo mal que le hace sentir. ¿Quién discutiría con un enfermo así?
- Autoengaño.
Cada uno de los métodos de racionalización anteriores causa algún daño a la personalidad humana.
Grupos de riesgo
La racionalización como forma de proteger la psique de emociones no deseadas es bastante popular. Muchas personas recurren a ella. Pero la mayoría de las veces son aquellos que realmente necesitan ayuda psicológica. Hay 2 categorías en el grupo de riesgo:
- Personalidades obsesivas. Dudan de todo. Y no importa lo que sea: la propia persona, sus capacidades, la gente que le rodea, el trabajo, etc. Todas las dudas que surgen en ellos con el tiempo se convierten en pensamientos obsesivos.
- Sociópatas. Estas personas tienen dificultades para establecer relaciones adecuadas con la sociedad, así como para aceptar las reglas y normas generalmente aceptadas. Suelen mostrar agresividad e impulsividad.
La racionalización es peligrosa en cualquier caso, tanto si la persona está en peligro como si no.
Consecuencias
A veces parece que la racionalización no tiene nada malo en sí misma, porque, digamos, ayuda a «salvar la cara» y a salir con honor de cualquier situación. Sin embargo, todo es mucho más complicado. No es posible resolver el problema de esta manera. Una persona sólo lo enmascara e intenta protegerse de él. Intenta demostrar que es mejor de lo que realmente es, y esto sólo complica la situación.
Además, la racionalización lleva a etiquetar, a simplificar, a construir esquemas de comportamiento erróneos. Una y otra vez, la persona actúa según plantillas preparadas de antemano. Como resultado, su vida se vuelve aburrida y gris. Es difícil sorprender a un individuo con algo. No lo quiere, porque pierde interés por la realidad.
Pros y contras de la racionalización
Como cualquier otro método de protección psicológica, la racionalización tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas se incluyen:
- Preservación de la confianza en uno mismo.
- Eliminación de la ansiedad, el sobreesfuerzo.
- Preservación del nivel adecuado de autoestima y respeto por uno mismo.
- Dotar al mundo que le rodea de validez y previsibilidad.
- Ser capaz de justificar absolutamente todo lo que haces y no buscar el cambio.
Entre los inconvenientes de la racionalización destacan los siguientes:
- Como ya se ha dicho, el problema sigue sin resolverse. Sigue existiendo y hay que resolverlo.
- Debido a los intentos de parecer mejor que los demás, el crecimiento personal se ralentiza o se detiene por completo.
- El pensamiento está sujeto a patrones. Una y otra vez, una persona actúa según los mismos esquemas. Sabe de antemano lo que dirá y cómo se comportará en tal o cual situación.
- Una persona pierde la fe en algo imposible, porque en su cabeza todo tiene una explicación y una justificación.
El uso frecuente de la racionalización a lo largo del tiempo conduce al desarrollo de neurosis y diversos trastornos mentales, así como a la intensificación de los conflictos internos.
Cómo encontrar y trabajar la racionalización
Una persona racional tiende a analizar y evaluar rápidamente diversas situaciones. Desde fuera parece que incluso en las más difíciles no necesita tiempo para pensar, toma una decisión en segundos. Siempre sabe por qué las circunstancias se han desarrollado de esta manera y no de otra.
Hay varias formas de reducir el impacto de la racionalización:
- Piensa en lo rápido que eres capaz de analizar una situación.
- Presta atención a las conexiones que estableces entre los acontecimientos.
- Permítase, al menos a veces, sentir y vivir plenamente las emociones. Y no importa cuáles sean: positivas o negativas.
- No etiquetes ni expliques el comportamiento de las personas que te rodean. Limítate a observar.
- No intentes evaluar la situación inmediatamente después de que haya sucedido. No des consejos.
- Abandona el hábito de la sistematización y los patrones.
Y la regla más importante en la lucha contra la racionalización es percibir cada situación, emoción o sentimiento como algo interesante, algo que no se corresponde con ningún patrón ni estereotipo. Sólo así la vida también será interesante.
Ejemplos de la vida
Imagina a una chica que vive en un piso pequeño de un barrio dormitorio. Trabaja en el centro. Cada día tarda 2 horas en llegar al trabajo. El sueño de esta chica es comprarse un piso en el centro. Pero durante un año no consigue ahorrar el dinero necesario. Y llega un momento en que empieza a buscar excusas para las circunstancias. Al principio, se convence a sí misma de que en el nuevo piso sin duda tendrá que hacer reparaciones, lo que le costará mucho esfuerzo, tiempo y dinero. Además, aunque el piso estará en el centro, está lejos del metro. Por consiguiente, será incómodo ir a trabajar.
Con la ayuda de la racionalización y de este tipo de excusas, la chica intenta proteger su psique de la decepción y de la constatación de que, al menos por el momento, no puede cumplir su deseo y comprar un piso. En este caso, la racionalización es como alejar la realidad. Protege la psique, pero el problema persiste. La heroína necesita entender por qué no se acerca a su sueño. El problema financiero es lo primero. Así que, quizá en lugar de buscar excusas, sea mejor cambiar de trabajo por otro mejor pagado. ¿O abrir una cuenta de ahorros en el banco? ¿Qué opina al respecto?
Otro ejemplo de racionalización. Imagina a un hombre que va de compras con su mujer en busca de un vestido. Ella necesita uno bonito y caro, adecuado para una reunión de clase. La mujer se probó una docena de modelos diferentes, pero ninguno de ellos no le gustó a su marido. En todas partes encontraba algún defecto. Aquí el color no es adecuado, y allí demasiado corto. En este vestido, los botones están fuera de lugar. Como resultado, la mujer se queda sin compra.
¿Por qué ocurre esto? El hecho es que un hombre no puede permitirse el lujo de pagar por una cosa tan cara. Y lo entiende perfectamente. Pero para proteger la psique de esta desagradable constatación, busca defectos en cada cosa elegida por su mujer. Y cree sinceramente que las razones del rechazo son más que objetivas.
Conclusión
Al igual que otros métodos de defensa psicológica, la racionalización permite hasta cierto punto evitar emociones desagradables, así como preservar el respeto por uno mismo y una autoestima adecuada. Pero al mismo tiempo priva a la vida de colores brillantes. Una persona se acostumbra tanto a evaluar y analizar todo que empieza a vivir estrictamente según patrones. No lo permitas. Aprende a aceptar las emociones y los sentimientos tal como son, aunque sean negativos. No pongas etiquetas ni estimaciones. Simplemente viva.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023