El resentimiento hacia los padres obstaculiza la autorrealización de una persona. Según la psicología, la naturaleza de la relación del individuo con el mundo entero, y en especial con sus hijos, depende del tipo de relación con mamá y papá. Muchas víctimas de familias disfuncionales se niegan a tener hijos porque temen parecerse a sus padres. Pero aún más a menudo transfieren el resentimiento en las relaciones amorosas, abandonándolas o encontrando a alguien que se parezca lo más posible al tirano de la infancia. ¿Cómo perdonar el resentimiento hacia los padres, dejar atrás el pasado y empezar a vivir felizmente el presente? Empecemos por aclarar las causas del resentimiento infantil. Así sabrá cómo perdonar y por qué no debe esperar para pedir perdón.
Tabla
Causas del resentimiento hacia los padres
El resentimiento es un sentimiento negativo que surge en respuesta a un insulto inmerecido, una humillación, una violación de los límites personales, un Ego herido. Nos ofendemos cuando sentimos que alguien nos trata injustamente, mal. El resentimiento es un complejo de emociones. Sin embargo, su componente principal es la agresión reprimida. Estamos enfadados con quien nos agrede, pero si por alguna razón no podemos expresar esta ira, se transforma en resentimiento.
En el caso de las ofensas a los niños podemos nombrar tales razones (situaciones de transformación de la ira en ofensa):
- Malos tratos al niño (palizas, castigos);
- Incumplimiento de los deberes parentales;
- maltrato emocional, psicológico o físico
- vivir en la pobreza o la indigencia (aunque los padres se porten bien y quieran al niño);
- críticas y exigencias exageradas, expectativas;
- comparaciones negativas con otros niños
- frialdad emocional y desapego de los padres;
- amor por un hijo y odio por otro;
- traspaso de las responsabilidades parentales al niño (infancia arrebatada);
- adicciones y estilo de vida antisocial de los padres;
- hiperpaternidad y manipulación del tipo «¿No te doy pena?», «Me siento mal por tus travesuras».
Y puede ocurrir que una persona apenas recuerde a su madre o a su padre, pero esté resentida por haber sido abandonada. Y no se trata sólo de los casos en que los hijos son abandonados o apartados de la familia. A veces el resentimiento surge como respuesta a la muerte de un ser querido.
Importante! Hay cientos de variantes de ofensas infantiles y sus tipos, pero todas están relacionadas con una cosa: la necesidad insatisfecha de amor. Un niño se ofende cuando no se siente querido, valorado, significativo, y cuando no tiene una sensación de estabilidad y seguridad. La persona puede tener 20, 30 o 50 años, pero hasta que no se resuelva este problema, psicológicamente sigue siendo un niño resentido.
Resentimiento contra los padres de los hijos adultos
A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de ofensas infantiles en la edad adulta: hacia la madre y hacia el padre. Según la psicología, cada uno de los resentimientos paternos del hijo adulto tiene sus propios peligros y consecuencias psicológicas. Comprender estas consecuencias le indicará cómo afrontar el trauma, a qué debe prestar atención.
Ofensa a la madre
La desconfianza hacia la madre lleva a que en el futuro un hombre o una mujer no confíe en nadie. Una persona está segura de que todo el mundo quiere ofenderle, engañarle, traicionarle. En este caso, las niñas suelen masculinizarse (niegan su parecido con la madre), y en los hombres la ofensa a la madre se convierte en odio a todas las mujeres. El odio de los hombres se materializa en dos escenarios: un hombre trata a las chicas como prescindibles o de segunda clase, o un hombre encuentra a una mujer tan mandona y fría como su madre, y la agresión adopta más a menudo formas pasivas.
Resentimiento hacia el padre
Cuando una mujer está resentida con su padre, suelen aparecer problemas en su vida personal. La mayoría de las chicas se niegan a construir una vida personal, se convierten en mujeres mandonas y frías. O, por el contrario, buscan a un hombre que pueda convertirse en un papá para ellas, que les dé lo que su padre no les dio.
Los hombres rencorosos con el padre suelen tener más problemas en el ámbito laboral. Sin embargo, la vida personal también se resiente: los hombres se vuelven débiles y vulnerables o, por el contrario, se dotan de una masculinidad hipertrofiada basada en estereotipos (rudeza, autoridad, frialdad, crueldad hacia las mujeres).
¡¡¡Interesante!!! La mayoría de las personas que se sienten ofendidas por sus padres no quieren tener hijos. Además, a menudo se comprueba que cuando se ofende a la madre, las mujeres y los hombres temen tener una niña, y cuando se ofende al padre, los hombres y las mujeres temen tener un niño.
Cómo perdonar las ofensas a los padres
Entonces, ¿cómo deshacerse del resentimiento contra los padres, cómo perdonarles las ofensas de la infancia? Los psicólogos recomiendan seguir las siguientes recomendaciones para deshacerse del trauma:
- No juzgues, no intentes perdonar suprimiendo. Intenta comprender a tus padres. ¿Por qué actuaron así? Nota: no se trata de una excusa, sino de una explicación. Intenta rechazar las evaluaciones y las emociones, trabaja con hechos concretos.
- Expresa tu resentimiento. Puedes hablar directamente con los padres, pero el problema es que no todos los padres están dispuestos a admitir sus errores, no todos están dispuestos a un diálogo constructivo. Si no es posible hablar directamente, escribe una carta. Especifica el destinatario, vierte sobre el papel todo lo acumulado y destruye la carta. O puedes enviarla a tus padres (si no vives con ellos) sin remitente. Si quieres hacer alguna pregunta a tus padres para entender los motivos de sus actos, deberías intentar hablar en persona. Es posible que los padres también guarden rencor a los hijos: una conversación pondrá cada cosa en su sitio.
- No intentes cambiar ni salvar a nadie. A menudo, los hijos traumatizados intentan curar a sus padres del alcoholismo o ayudarles a mejorar su calidad de vida, por ejemplo, haciendo reparaciones u otras cosas. Pero si los propios padres no quieren eso, no hay nada que puedas hacer para ayudarles. Acepta el hecho de que es su derecho y su elección. No disculparse, no cambiar o no admitir errores también es su elección. Prepárate para ello.
- Acepta todas tus emociones y estados. Si quieres llorar, llora. Si quieres estar triste, ponte triste. Si quieres enfadarte y gritar, enfádate y grita, etc. Habla con tu niño interior, cálmalo.
Perdonar o no perdonar, regodearse en la autocompasión o seguir adelante, echarle la culpa de todo a la infancia o afrontar el pasado de una vez por todas… todo esto es decisión tuya. Pregúntese: «¿Estoy preparado/dispuesto a decir adiós a esto?». Si no es así, sigue destruyéndote, encerrándote en ti mismo, replegándote en la agresividad o las lágrimas, pero recuerda que es tu elección.
Cómo superar el resentimiento hacia tus padres
¿Cómo superar y dejar ir el resentimiento hacia los padres? Para trabajar los resentimientos de la infancia, es mejor acudir a un psicólogo. Es un proceso muy difícil y doloroso, al que se resistirá tu subconsciente. Sin embargo, puedes hacer algo por tu cuenta para deshacerte de los traumas paternos y dejarlos ir:
- Date cuenta de que es tu niño interior el que está herido. Las personas maduras y autosuficientes no se ofenden.
- Recupera tu posición de adulto. Tu niño interior necesita curación, cuidados, amor. Tu adulto interior puede dártelo. Para recuperar tu posición de adulto, escribe en un papel todas las cualidades y áreas de la vida que la reflejan. Refiérete a estas cualidades tan a menudo como te sea posible. Por ejemplo, la determinación y el compromiso de un adulto pueden ayudarte a dejar un trabajo que no te gusta y a encontrar la ocupación con la que soñabas de niño. La moderación y racionalidad de un adulto te permitirán consolar a tu niño interior. Con su ayuda, dejarás de culparte y reprocharte cada pequeña cosa, empezarás a entenderlo todo con detalle, etc.
- Recupera lo que no tuviste de niño. Haz tu lista de agravios y necesidades y deseos insatisfechos y empieza a compensarlos. Conviértete en un padre afectuoso contigo mismo. Intenta ser lo más específico posible en tus pensamientos. Por ejemplo, en lugar del abstracto «No había suficiente amor» escribe qué quieres decir con esto, qué manifestaciones de amor necesitas.
- Deja ir a tus padres. Puedes estar resentido con ellos, enfadado, no aceptarlos, pero debes dejar de esperar que te compensen. Consciente o inconscientemente (más a menudo lo segundo) ellos ya han hecho su elección. Es hora de que tú tomes una decisión: dejar tu resentimiento aquí y ahora.
Si te das cuenta de que para tu felicidad y tu salud necesitas dejar de comunicarte con tus padres, hazlo. No estás obligado a sumergirte una y otra vez en el infierno que ya has vivido, a luchar una y otra vez con insultos, humillaciones, violación de los límites personales. No les debes nada a tus padres. Tu nacimiento es su elección. Cuidarte («criarte, alimentarte, herrarte, vestirte») es responsabilidad directa de ellos.
Mis recomendaciones
No tienes que perdonar, aceptar o justificar a tus padres. Pero sí tienes que encontrar una explicación a sus actos para liberarte. Probablemente te parezca que tu madre o tu padre pudieron elegir: pegarte o no pegarte, abrazarte o no hacerte caso, ser amables o exigentes, beber o no beber, etc. Pero en realidad en ese momento esa elección no existía. Esos padres viven inconscientemente. Cada uno de sus actos está dictado por sus traumas, resentimientos, miedos, trastornos mentales, adicciones, etc. (depende de cada caso). (depende de cada caso).
Tienes que aceptar el hecho de que tus padres no pudieron satisfacer tu necesidad de seguridad, amor, respeto, atención, etcétera. No son capaces de hacerlo. No saben cómo hacerlo. En consecuencia, no debes esperar de ellos ese comportamiento, que es atípico para ellos, que les es desconocido. Este es el secreto para deshacerse del resentimiento hacia los padres.
Lo único por lo que puedes estar enfadado y resentido es por el destino, por el hecho de haber nacido en esta familia. Pero, de nuevo, no dependía de ti en modo alguno. Resulta que no hay nadie con quien resentirse ni nada de lo que culparse. Entonces, ¿qué te queda? Darte a ti mismo lo que te faltó de niño. Cría un adulto sano dentro de ti y habla con tu niño interior. Sí, probablemente tampoco sepas aún cómo amar, cuidar y hacer valer los límites personales. Pero todo esto se puede aprender. La clave es querer hacerlo.
Importante: si tuviste una infancia difícil, es normal que te sientas resentido y enfadado con tus padres, pero no es normal que te sientas culpable por ello. No te culpes ni te reprendas.
Conclusión
Algunas personas preguntan: «¿Cómo puedo olvidar las ofensas de mi infancia a mis padres?». No puedes olvidarlas, pero puedes aprender a tratarlas de otra manera. El resentimiento hacia tus padres es uno de los sentimientos más destructivos y peligrosos. Mientras vivas en el poder del resentimiento, irás por mal camino. Cada una de tus elecciones, palabras y acciones son impuestas, impulsadas por un deseo de venganza o de hacer «por despecho».
Si quieres liberarte del pasado y recuperarte a ti mismo, tienes que empezar por trabajar las ofensas contra tus padres. Sólo así podrás reconocer y liberar tu potencial, convertirte en un especialista de éxito, una persona feliz, un padre de familia atento, un miembro digno de la sociedad. Sólo así podrás encontrarte a ti mismo, el propósito y el sentido de la vida, los intereses. Sólo así podrás dejar de destruirte y castigarte por lo que no pudiste influir de ninguna manera.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023