La indefensión aprendida hace que una persona sea inactiva. ¿Con qué frecuencia te consideras inadecuado, incapaz de resolver incluso una tarea sencilla? ¿Justifica sus fracasos por herencia o por las circunstancias? Si es así, ha aprendido a ser impotente. Es una condición que te impide ver el mundo con colores brillantes. Es pesimismo constante, abatimiento, depresión. ¿Es posible cambiar la situación?
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¿Qué es la indefensión aprendida?
En psicología, la indefensión aprendida es un estado en el que una persona no quiere ser activa, ve la vida a través del prisma del pesimismo, simplemente flota. No quiere cambiar nada, ni siquiera cuando se le presenta la oportunidad. Y si emprende alguna tarea, la abandonará rápidamente por considerarla demasiado difícil. En el discurso de la gente, según la teoría de la indefensión aprendida, prevalecen este tipo de frases:
- «No puedo cambiar o demostrar algo a los demás» — el individuo siente malestar interior, se considera un completo perdedor
- «No quiero hacer nada» — la persona simplemente tiene miedo de volver a ver sus debilidades, su incompetencia, su estupidez.
- «Siempre llego tarde, reacciono con fuerza ante las cosas» — con tales palabras la gente suele enfatizar que bajo ninguna circunstancia no cambiará.
- «Nunca pido ayuda a nadie» — esta expresión delata la confianza en la propia impotencia. Si algo no funcionó antes, no funcionará ahora.
- «Todos en nuestra familia son exactamente así»: así intenta explicar una persona por qué no cambia. Según él, la culpa es de la genética. Y, por regla general, es inútil discutir con ella.
Es interesante que las mujeres se enfrenten más a menudo que los hombres al fenómeno de la indefensión aprendida. La razón: excesiva impresionabilidad, tendencia a preocuparse incluso por pequeños fracasos.
Definición del síndrome en psicología
El síndrome de indefensión aprendida fue descubierto por Martin Selingman en 1966. Fue un accidente. El científico planeaba repetir un experimento relacionado con los reflejos condicionados en perros. A diferencia de Pavlov, utilizó descargas eléctricas en lugar de comida. Sustituyó la luz por el sonido. El objetivo del estudio era inducir miedo cada vez que sonara una señal. Dos grupos de perros participaron en los experimentos:
- Los animales del primer grupo podían evitar la electrocución pulsando la palanca.
- El segundo grupo tenía que soportar el castigo.
Según Selingman, los perros deberían haber huido del recinto libre a la primera señal. Pero, para su sorpresa, no fue así:
- Los animales del primer grupo no pararon hasta encontrar la palanca.
- Los perros del segundo grupo estaban muy estresados, deprimidos, resignados a su situación. Incluso en recintos normales, no intentaban liberarse, a pesar de que la salida siempre se dejaba abierta.
El científico decidió que muchas personas también tienen este comportamiento. Si fracasaban en un área de la vida, cesaban sus actividades en otras. Salingman creía que la indefensión aprendida, al igual que el conductismo y el psicoanálisis, privan a la persona de su propia voluntad. Ya que su vida depende en gran medida de las circunstancias.
Julius Kuhl realizó un experimento similar. Sólo que esta vez los sujetos no eran animales, sino personas. En sus clases, planteaba a los alumnos un problema que no tenía respuesta. Naturalmente, los sujetos no podían resolverlo. Estaban nerviosos, ansiosos y desesperados. E incluso cuando Kuhl les daba el problema con una respuesta al final, fracasaban.
¿Qué conclusión se puede sacar? El estrés constante, la agitación, las circunstancias que no se pueden cambiar de ninguna manera deprimen tanto a una persona que muestra pasividad incluso en condiciones más favorables. Según la teoría de Selingman, desarrolla una fuerte convicción de su propia inferioridad, indefensión.
Resulta que la indefensión aprendida se caracteriza por el hecho de que un individuo con los recursos que necesita no cree en sí mismo ni en su valía, mientras que se apoya en las experiencias negativas del pasado.
Causas
Los experimentos realizados por Julius Kuhl han demostrado que la indefensión aprendida se caracteriza por el hecho de que puede desarrollarse en cualquier persona independientemente de su edad o circunstancias vitales. Esto se debe a varias razones
- enfermedad prolongada
- parálisis parcial o total;
- cumplimiento de condena en prisión;
- esclavitud o cautiverio;
- desempleo, rechazo de posibles empleadores sin explicación;
- un jefe directo, un cónyuge que se guía en la comunicación por su estado de ánimo;
- un traumatismo grave que priva a la persona de actividad.
Si una persona no puede controlar la situación, se vuelve insegura. Y éste es un camino directo hacia la indefensión aprendida. Muy a menudo, la indefensión se asocia a una mentalidad de víctima. Normalmente estos estados se desarrollan en la infancia. En este caso, se cree que sus causas son:
- El autoritarismo o la tutela excesiva en la familia, que priva al niño de independencia, de iniciativa.
- Herencia. Quizás suene ridículo, pero el síndrome de indefensión aprendida se transmite de padres a hijos. En la mente del niño rápidamente y durante mucho tiempo se asimila ejemplo de mamá y papá, que toleran malestar, miedo al cambio, flotando río abajo.
- Críticas frecuentes, castigos, énfasis en los defectos y las meteduras de pata. Repetición de las frases «No puedes hacerlo», «De todas formas no lo conseguirás».
- Mentir para quedar bien, adular. Muchos adultos dudan de que los niños lo entiendan todo. Y para nada. El niño ve enseguida cuándo los padres le elogian sinceramente y cuándo para consolarle. En el segundo caso, se sienten inútiles.
- Comparación con los demás, ya sea un niño o un adulto.
- Educar a las niñas como representantes del sexo débil y a los niños como representantes del sexo fuerte. Las diferencias de género no permiten que una persona sea flexible. Como resultado, las niñas crecen convencidas de su debilidad e impotencia. Y los chicos suelen ser incapaces de resolver ni siquiera los problemas domésticos menores.
- Diferentes puntos de vista sobre la crianza en mamá y papá, inconstancia de sus exigencias.
Este tipo de educación hace que el niño sufra de impotencia aprendida ya en la edad escolar. Se considera estúpido, inútil. Para deshacerse de tales actitudes ayudará sólo un especialista, por ejemplo, un psicoterapeuta.
Síntomas de la indefensión aprendida
La experiencia de observar a personas indefensas ha demostrado que en su discurso suelen aparecer frases sobre el fracaso, la falta de voluntad para cambiar y hacer algo en general. Y éste no es el único signo de indefensión aprendida:
- Baja autoestima, inseguridad.
- Timidez.
- Ansiedad, agresividad, inquietud.
- Pesimismo, pasividad, prevención al cambio.
- Reacciones lentas, indiferencia ante lo que ocurre a su alrededor.
- Aversión a la creatividad.
- Presencia de estereotipos de comportamiento y pensamiento.
- Falta de voluntad para realizar tal o cual trabajo ante la aparición de las primeras dificultades.
- Fatiga excesiva, lasitud, apatía.
- Procrastinación o aplazamiento de cosas importantes para «más tarde».
En ausencia de un tratamiento adecuado, la indefensión aprendida conduce al desarrollo de diversas adicciones y patologías psicosomáticas.
Síndrome de indefensión aprendida — cómo librarse de él
La indefensión aprendida y su superación sólo dependen de ti. Para empezar, tiene que darse cuenta de la existencia del problema. A continuación, busque la ayuda de un especialista. La terapia incluye
- cambiar tu forma de pensar (de negativa a positiva);
- desarrollo de una autoestima adecuada, confianza en uno mismo;
- darse cuenta de lo bueno y lo malo de uno mismo, de su yo interior;
- explorar las propias capacidades, tomar las riendas de la propia vida, utilizar el potencial personal disponible.
¿De qué otra forma se puede superar la indefensión aprendida?
Relacionar acciones y consecuencias
Si sufres el síndrome de indefensión aprendida, aprende a calcular las consecuencias en cualquier situación. Compare su objetivo con el resultado obtenido. Esto le ayudará a conseguir lo que realmente quería.
La capacidad de entender por qué salió así y no de otra manera, te permitirá corregir errores a tiempo. Podrás cambiar inmediatamente el plan de acción, en lugar de abandonar el movimiento.
Aceptar el fracaso
Recuerda: no se equivoca quien no hace nada. Todo el mundo puede cometer errores. Eso es un hecho. Y usted no es una excepción. No te enfades si no has acertado a la primera. Analiza lo ocurrido, saca conclusiones y sigue adelante.
Vuélvete optimista
El optimismo es la principal cura para el síndrome de indefensión aprendido. Para desarrollarlo te ayudará tener la actitud adecuada ante los acontecimientos que te rodean. Aprenda a explicarlos correctamente, relacione sus fracasos con las condiciones en las que se encuentra en ese momento.
Utiliza el método ABCDE
Sus autores son M. Selingman y A. Ellis. El método le ayuda a deshacerse rápida y eficazmente de la tendencia a mirar el mundo con un talante pesimista. Describe lo que te ha ocurrido según este esquema:
- A- una simple exposición de los hechos. Sin emociones ni epítetos. Si no pudiste llegar a tiempo, di: «Llegué tarde a la reunión».
- B- Di todo lo que piensas sobre el asunto. Aquí puedes mencionar que cogiste el transporte público y te pilló un atasco.
- C- Describe tus sentimientos y emociones. ¿Te sentiste culpable por lo ocurrido? ¿Te avergonzaste delante de tus jefes y compañeros por llegar tarde?
- D — realizar un análisis cognitivo. Piensa por qué se ha producido esta situación. Lo más probable es que no tuvieras en cuenta los posibles atascos. Saliste a tiempo. El conductor con el que viajabas tampoco cometió ningún error. Si hubiera conducido demasiado rápido o se hubiera metido en el carril contrario, podría haber habido un accidente.
- E — Describe cómo te sientes después de revisar la situación. ¿Te has dado cuenta de en qué te equivocaste? ¿Has aprendido la lección?
Si afrontas cada problema de esta manera, puedes aprender a pensar en positivo. Así te resultará más fácil deshacerte de la impotencia aprendida.
Deshacerse del síndrome postraumático
Se ha dicho anteriormente que una causa frecuente del desarrollo de la indefensión aprendida es el trauma, a causa del cual una persona se ve privada de actividad durante algún tiempo. ¿Cómo estar en una situación así? Hay dos consejos:
- No intente hacer más de lo que le permitan las circunstancias. Permítete cierto control sobre tu vida, toma decisiones, por pequeñas que sean. Salga a pasear, haga deporte, cocine un plato nuevo, reorganice los muebles del piso. Haga al menos algo.
- Recuerde las cosas buenas más a menudo. El cerebro humano se centra en los recuerdos negativos. Pero hay acontecimientos en tu vida en los que sin duda fuiste un ganador, ¿verdad? Recuérdalos. Siéntelos, revívelos.
Intenta también demostrarte a ti mismo que eres capaz de controlar tu vida. Comience un diario, haga un horario o un plan de acción, fíjese objetivos. Celebre incluso los pequeños logros y prémiese por ellos. Esto te ayudará a darte cuenta de lo que vales, a mejorar tu autoestima y a ganar confianza en ti mismo y en tus capacidades.
Conclusión
¿Te has diagnosticado el síndrome de indefensión aprendida? No se desespere, hay una salida. Aprende a ver las consecuencias de tus actos. No te reproches tus fracasos, eres tan humano como los demás. Cambia tus pensamientos negativos por pensamientos positivos. Un pequeño esfuerzo, y te convertirás en una persona completamente diferente, una persona segura de sí misma, que va hacia los objetivos marcados.
Fecha de publicación: 6-1-2022
Fecha de actualización: 6-1-2022