Síndrome de las expectativas exageradas: ventajas e inconvenientes, cómo librarse de él

En la práctica psicológica existe el síndrome de las expectativas exageradas. Puede que cada uno de nosotros nos enfrentemos a él en diferentes momentos de la vida. Nos exigimos algo a nosotros mismos o a los demás. Nos esforzamos por conseguir algo, por cumplir unos requisitos, por ser perfectos. Y al principio todo ello incluso nos causa cierta excitación. Pero llega un momento en que nos cansamos y nos damos cuenta de que ya no hay fuerzas para seguir adelante, y de que no hay por dónde cogerlas. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo deshacerse de las expectativas infladas y obtener felicidad de la vida?

Qué es el síndrome de las expectativas infladas

síndrome de sobreexpectativa

El síndrome de expectativas exageradas en psicología es uno de los trastornos cognitivos. En términos sencillos, se trata de una desviación de las normas aceptadas de comportamiento y pensamiento. Las personas con este diagnóstico suelen tener ataques maníacos. No sólo no disfrutan del proceso de alcanzar un objetivo, sino tampoco del objetivo en sí. Ni siquiera obtener el resultado final deseado les produce alegría.

Al mismo tiempo, una persona con expectativas infladas se caracteriza por la eficacia y la determinación, la capacidad de describir claramente cada paso. Sólo hay un problema: ninguna acción le produce la satisfacción adecuada, porque no puede evaluar sobriamente sus capacidades. En cambio, hay envidia, agotamiento, exigencias demasiado elevadas no sólo para sí mismo, sino también para los demás.

Como cualquier otro trastorno, el síndrome de sobreexpectativa presenta una serie de síntomas característicos:

  1. Aumento de la ansiedad interna acompañada de un deterioro de la salud física. Aparecen palpitaciones e insomnio, y se pierde el apetito o, por el contrario, aparece. Además, se producen frecuentes cambios de humor. Así, la apatía es sustituida por ansiedad e irritabilidad. Y tras ellos llega la depresión.
  2. El deseo de tomar bajo estricto control no sólo a uno mismo, sino también a los que le rodean.
  3. Concentración en el trabajo y ausencia total de vida personal.

Convencionalmente, las expectativas personales exageradas se dividen en emocionales y sociales. Las primeras se refieren al entorno cercano, por ejemplo, familiares y amigos. Supongamos que un hombre entabla una relación con una chica, cuya primera prioridad en la vida es la promoción profesional. Se sienta en la oficina hasta altas horas de la noche, rara vez cocina, pide comida a domicilio, recurre a los servicios de empresas de limpieza. ¿Debe un hombre esperar que en los próximos años su potencial esposa siente la cabeza, se convierta en una cordial anfitriona que cada día pone la mesa de varios platos? No lo creo. Pero por alguna razón nos obstinamos en no perder la fe en que cambiaremos de pareja. Y esto se aplica no sólo a los hombres, sino también a las mujeres.

Con las expectativas sociales, la situación es aún más grave. Mira en una página web o en un periódico las ofertas de empleo. ¿Quién busca trabajo? Lo más frecuente es que los empresarios busquen empleados ambiciosos, proactivos y dispuestos a trabajar día y noche. Y, por un lado, parece que esto es bueno. Este tipo de personas son necesarias en cualquier sector. Pero imagine por un momento qué pasaría si todo el mundo cumpliera los requisitos anteriores. Sólo quedarían ejecutivos en el mundo y nadie que pusiera en práctica sus planes e ideas.

Razones

El efecto de las expectativas infladas se desarrolla debido a varios factores:

  1. Las exigencias impuestas por los padres en la infancia. Seguro que también te dijeron que no sólo debías hacerlo bien, sino ir bien en el colegio, ocupar los primeros puestos en olimpiadas y competiciones deportivas. En general, ser mejor que los demás. Y si al principio esos deseos desarrollan en el niño un espíritu competitivo y le animan a esforzarse por conseguir algunos logros, luego, en la edad adulta, se convierten en un verdadero problema. En la mente humana, la relación entre las condiciones iniciales, los logros, los elogios y la sensación de amor de los demás está firmemente fijada.
  2. Los eslóganes publicitarios llaman a ser el mejor siempre y en todo. Desde las pantallas de televisión, las páginas de las revistas y los carteles se nos dice que las pestañas alargadas, los cosméticos y una determinada marca de coche cambiarán nuestra vida a mejor. Pero, ¿es realmente así? ¿Determina realmente la longitud de las pestañas, por ejemplo, el crecimiento profesional o la vida personal?

Otro motivo para tener grandes expectativas es la envidia. Puede que sientas envidia de tu vecino, que se ha comprado un coche para el que tú aún no has podido ahorrar. Pero al mismo tiempo te justificas con el hecho de que otro vecino se desplaza al trabajo en bicicleta. Pero vale la pena mirar la situación desde otro ángulo, y el panorama aparece bajo una nueva luz. El primer vecino se llevó el coche a crédito durante varios años, y el segundo sólo intenta ponerse en forma y gozar de buena salud.

Ventajas e inconvenientes

motivación para actuar

Aunque parezca sorprendente, el síndrome de las expectativas infladas tiene una serie de ventajas. La principal es que anima a la persona a seguir adelante, a perseverar en la consecución de sus objetivos. No se queda sentado a la expectativa, sino que elabora un verdadero plan de acción, considera cuidadosamente cada paso.

Si no puedes conseguir lo que quieres, no te enfades. Es mejor intentar averiguar qué falló y trabajar sobre los errores. ¿Quizá tu objetivo era demasiado alto e inalcanzable y tienes que cambiarlo? Recuerda a la protagonista de la película «Petrol Queen». Soñaba con bailar ballet sobre hielo. ¿Y qué acabó haciendo? Trabajar en la gasolinera en compañía de conductores masculinos y obtener de ello un placer incomparable. La chica no cambió su sueño. Simplemente se fijó otra meta y la alcanzó con éxito.

En cuanto a los inconvenientes, el síndrome también los tiene:

  • problemas para comunicarse con los demás;
  • agotamiento emocional y mental;
  • otros trastornos nerviosos;
  • trastornos de la salud física, como asma, alteraciones del ritmo cardíaco, etc.

Según los psicólogos, las expectativas infladas no son más que una consecuencia de la inseguridad y el retraimiento. A esto se añade el pensamiento estereotipado. Una persona quiere demostrarse a sí misma y a los demás que sólo los que alcanzan sus objetivos pueden ser felices. Se trata de un juicio erróneo.

Cómo deshacerse de las expectativas infladas

Basta con seguir una serie de sencillas recomendaciones.

Mírese desde fuera

Mírate a ti mismo

Preste atención a si sus colegas y amigos empiezan a decirle cada vez más a menudo que es usted demasiado impulsivo, que exige mucho de los demás, que se fija metas poco realistas… ¿Quizá se siente frustrado porque su rendimiento no es el ideal? Si es así, mírate a través de los ojos de otra persona. Pero no reprendas ni castigues: observa con calma tus pensamientos y acciones.

Date cuenta de que las expectativas son altas

Esta es probablemente la etapa más difícil. No es fácil darse cuenta y aceptar que tus expectativas sobre la vida son demasiado altas. Pero lo importante es que te has dado cuenta. Como se suele decir, más vale tarde que nunca.

Ahora elimine los objetivos demasiado serios, de lo contrario no conseguirá más que decepciones. Fíjate otros más pequeños pero más realistas, que sean asequibles.

Comprende lo que da la felicidad

qué te hace feliz

Se trata de ti, no de tus padres, tu cónyuge o tus amigos. Piensa qué actividad te produce placer y te hace sonreír. ¿La has identificado? A continuación, busca al menos algo de tiempo para ello. Si es posible, asista a un par de clases magistrales o seminarios, busque personas afines, reciba formación adicional. Esto te ayudará a hacer el llamado reboot, a conocer mejor tu yo interior.

Fíjese sólo objetivos alcanzables

Aprende a evaluar de forma realista tus capacidades, habilidades y aptitudes. Presta también atención a los plazos. Recuerde que no siempre todo va a salir bien. Conseguir un rendimiento perfecto es, la mayoría de las veces, un cuento de hadas.

Tenga en cuenta los casos de fuerza mayor

No olvides que la vida es imprevisible. Puede ocurrir cualquier cosa: una enfermedad, un cataclismo, un colapso económico e incluso un simple corte de luz. Y estos acontecimientos escapan a tu control. Ser consciente de ello te ayudará a reducir tus expectativas y a disfrutar de cada paso.

Experiencia personal

Hace un par de años, yo también vivía con expectativas infladas. Y sufría por ello. Quería demostrar a los demás y sobre todo a mí mismo que valía algo en la vida, que podía triunfar, etc. Realmente intenté actuar. Pero mis esfuerzos no conducían al éxito. Al contrario, empeoraba. Un día me di cuenta de que estaba cansado, dejé de disfrutar de la vida. Las acciones eran automáticas. Las hacía porque tenía que hacerlas.

Me di cuenta de que tenía que cambiar algo urgentemente. En primer lugar, pensé para qué hacía todo esto: ¿era para mí personalmente o lo hacía para la gente de fuera? Reflexionar sobre esta cuestión cambió mi vida. Me di cuenta de que en primer lugar debía darme placer a mí y no a otra persona, que no tengo que estar a la altura de las expectativas de otra persona. Después me di cuenta de que unos objetivos demasiado globales no me estimulan a moverme, sino que, al contrario, me sacan de la rutina. Así que los cambié un poco, los dividí en varias etapas. No, sigo avanzando hacia ellos, pero no al mismo ritmo que antes. Y me alegro de cada paso que doy.

Conclusión

A veces el síndrome de las expectativas infladas es bueno. Al fin y al cabo, una persona se fija objetivos, elabora un plan de acción y persevera. Pero sólo mientras esas aspiraciones no traspasen unos límites razonables. Al perseguir algo lejano e inalcanzable, se pierde a sí mismo, su fuerza moral y física. Y esto conlleva agotamiento. Por lo tanto, fíjese aquellos objetivos que sin duda podrá alcanzar. Gracias a ello disfrutará tanto del proceso como del resultado.

Fecha de actualización: 11-16-2023