La subpersonalidad es un modelo de comportamiento y pensamiento, que es percibido por una persona como algo separado de ella, ajeno. En palabras sencillas, la subpersonalidad es una personalidad alternativa, en pocas palabras, el segundo yo de una persona. Y a veces no se trata de un yo, sino de varios. Conozcamos mejor qué son las subpersonalidades en psicología, quiénes son, por qué surgen, por qué trabajar con ellas y quién lo hace.
Tabla
- Definición del concepto de subpersonalidad en psicología
- Por qué trabajar con ellas
- Cuáles son los peligros de las subpersonalidades humanas
- Cómo surgen las subpersonalidades humanas
- Tipos de subpersonalidades
- Cómo se manifiestan las subpersonalidades en la vida
- Ejercicios para trabajar con las subpersonalidades
- Conclusión
Definición del concepto de subpersonalidad en psicología
El concepto de subpersonalidad humana fue introducido por el psicólogo y psiquiatra italiano R. Assagioli. En psicología es habitual utilizar la siguiente definición de subpersonalidad, dada por Assagioli: «Se trata de un cierto conjunto de actitudes, estereotipos de comportamiento, creencias, impulsos, etc., que adquiere una forma completa distinguible sólo en nuestra conciencia».
¿Te has dado cuenta de que a veces reaccionas de forma diferente ante los mismos acontecimientos? ¿Y que te comportas de manera diferente en circunstancias similares? Así es como se manifiestan nuestros otros yo. Se expresan en nuestros actos, palabras, acciones, pensamientos, cualidades, habilidades y destrezas. Están vinculados a roles y estatus sociales. Cada persona desempeña muchos papeles. A veces entran en conflicto, en esos momentos nos volvemos hacia nosotros mismos, hablamos con nosotros mismos, o más bien con personalidades alternativas.
¡Interesante! El término «subpersonalidad» en psicología es una metáfora psicológica que los psicólogos utilizan para simplificar, reducir la descripción de un determinado conjunto de hábitos, creencias, cualidades de la personalidad. Además de los cambios internos, al cambiar de subpersonalidad también se aprecian cambios externos. La postura, el tono de voz, la velocidad del habla, las expresiones faciales y los gestos de una persona pueden cambiar.
Las subpersonalidades no son una patología, sino una norma. El mundo interior de una persona está formado por muchos yos. Ayudan a satisfacer necesidades y deseos, protegen al yo principal. Hay una pregunta lógica: si esto es normal e incluso bueno, ¿por qué la psicología presta tanta atención a este fenómeno, por qué es tan importante trabajar las subpersonalidades? Entendámoslo todo en orden.
Por qué trabajar con ellas
Las personalidades alternas pueden vivir pacíficamente, o pueden perjudicarse mutuamente y entrar en conflicto. Es necesario trabajar en esto para que una persona controle sus subpersonalidades, no que ellas le controlen a él. También es importante asegurarse de que todos los Yoes alternativos coexisten en armonía. Si un determinado Yo es perjudicial para la persona y su entorno, hay que deshacerse de esa subpersonalidad.
Recuerda. Es necesario trabajar con las subpersonalidades para que no se descontrolen.
Cuáles son los peligros de las subpersonalidades humanas
Creo que, al llegar a este punto del artículo, ya te habrás preguntado: «¿Dónde está esa delgada línea que separa la normalidad de la patología en forma de trastorno de identidad disociativo (doble personalidad)?». Sí, éste es el peligro de los yos alternativos: pueden engullir el verdadero yo de una persona. Y el trastorno mental es una variante extrema de las complicaciones.
Hay otro peligro: una persona no pierde el contacto con la realidad, pero hay tantas personalidades alternativas que llevan al individuo cada vez más lejos de sí mismo, le desvían de su verdadero camino y le impiden encontrar su propósito. En pocas palabras, una persona vive según el guión de otra y no puede realizarse plenamente.
Por eso es tan importante llevar esto a un nivel de conciencia y control sobre el proceso, para poder cambiar de una personalidad a otra, entender por qué necesitas cada una, cuándo son útiles, etc.
Recuerda. Hay subpersonalidades útiles y negativas. Las primeras ayudan a la persona en su desarrollo, las segundas obstaculizan el desarrollo de la personalidad.
Cómo surgen las subpersonalidades humanas
Todos los yoes alternativos están desconcertados por lo mismo: la protección del niño interior. En realidad, así es como surgen. Protegen al niño del impacto negativo del entorno externo, le ayudan a desarrollarse y a conseguir objetivos.
El psicólogo Sh. Schwartz describió paso a paso el mecanismo de aparición de los yoes alternativos:
- Una persona recibe un psicotrauma, surgen subpersonalidades para protegerle de sentimientos y emociones negativas: miedo, vergüenza, culpa, dolor. Se denominan exiliados.
- Para controlar al exorcista, surge un gestor. Éste hace todo lo posible por proteger a la persona de la negatividad. Por ejemplo, si el dolor y la decepción de la madre han sido desterrados, el gestor puede proteger a la persona mediante la frialdad emocional, el desapego de la gente, la desconfianza.
- A veces los gestores fallan, una persona vuelve a meterse en una situación desagradable, entonces los bombero s-otro grupo de subpersonalidades- vienen a apagar todos esos sentimientos. Eligen las formas más agresivas, hacen todo lo posible para embotar el dolor. Así es como el alcohol, las relaciones sexuales promiscuas, los deportes extremos, la rabia, la grosería, etc. entran en la vida de una persona.
La persona no sólo crea inconscientemente otros yos, sino que este proceso puede hacerse consciente. Un psicólogo puede crear subpersonalidades para ayudar a un cliente a afrontar un problema actual. La propia persona puede crear subpersonalidades que mejoren su calidad de vida.
El desarrollo de otros yos depende de las peculiaridades de la personalidad y la imaginación de cada persona. El número y la especificidad de los yoes alternativos difiere de un caso a otro, cada individuo tiene un conjunto diferente de subpersonalidades.
Tipos de subpersonalidades
En psicología se acostumbra a distinguir subpersonalidades conscientes (claras) e inconscientes (sombra):
- Explícitas. Son aquellos roles, cualidades, estatus, programas con los que una persona se identifica: «Soy padre», «Soy una persona muy paciente», etc.
- Escenarios de sombra. Son aquellos escenarios de los que la persona no se da cuenta, pero que la conducen constantemente por la vida: «No sé qué me ha pasado», «A veces estallo sin motivo», «A veces me siento tan mal que no puedo levantarme de la cama. No sé por qué me pasa».
La unión de las subpersonalidades explícita y sombra suele denominarse personalidad catedral. Por regla general, una persona asocia esta imagen con su nombre.
Además, es posible distinguir subpersonalidades principales (entre ellas una dominante) y auxiliares. Las que pertenecen a las principales son explícitas, se incluyen más a menudo que otras. Las auxiliares se manifiestan según los casos, tienen más a menudo un carácter inconsciente. Y aún más raramente hay subpersonalidades accidentales. Pueden arraigar y convertirse en principales o auxiliares.
Cómo se manifiestan las subpersonalidades en la vida
En la vida, lo más frecuente es encontrarse con esta lista de subpersonalidades de una persona (en lo específico del comportamiento y en las cualidades principales):
- lobo — se manifiesta en la ira y la agresividad;
- zorro — se manifiesta en la astucia, la astucia, la adulación, etc;
- liebre — se manifiesta por la cobardía, numerosos miedos en todas las esferas de la vida (y a veces una persona se da cuenta de que ya es hora de cambiar algo, pero no se atreve a hacerlo);
- a caballo — notablemente a través de la codicia en todos los ámbitos de la vida, a veces toma formas patológicas, por ejemplo, se convierte en un ansia de acaparamiento;
- Carnero — se expresa en estupidez, incapacidad para escuchar a los demás y percibir argumentos racionales, terquedad;
- Alcohólico — se expresa en la embriaguez y un estilo de vida de borrachera;
- glotón — se manifiesta por comer sistemáticamente en exceso, incapacidad para controlar sus actos, sensación constante de hambre;
- fumador — se manifiesta por una necesidad compulsiva de fumar, inventando razones para no dejarlo («El trabajo me pone nervioso», «Así quiero comer menos», «Si lo dejo, engordaré»).
En psicología no existe una única clasificación de las subpersonalidades por su nombre, hay miles de ellas. Por ejemplo, además de las que ya hemos nombrado, existen las siguientes:
- egoísta,
- paciente,
- hombrecillo,
- fantasioso,
- bonachón,
- descarado,
- más santo que tú,
- perdedor,
- mojigato,
- muchos, muchos otros.
La propia persona pone nombre a sus subpersonalidades, a veces su entorno le ayuda en ello.
Es importante¡ En cada persona viven al menos tres subpersonalidades: adulto, niño, padre.
Ejercicios para trabajar con las subpersonalidades
En psicología hay muchas técnicas que son adecuadas para aplicar de forma independiente, ayudan a comprender el yo interior y a aprender a interactuar con ellas. Veamos algunos ejercicios para trabajar con subpersonalidades.
Hablar con el crítico interior
Todas las personas tenemos esta subpersonalidad. Algunos la tenemos más fuerte, otros más débil, pero todos nos criticamos y reprendemos de vez en cuando. Es bueno, si no se convierte en autocrítica. Si el crítico te está agotando, es hora de reunirse y hablar con él o ella.
Dibuja a tu crítico como una persona. Para que te resulte más fácil, responde a las siguientes preguntas:
- ¿Cómo es?
- ¿Cómo y cuándo se muestra?
- ¿Cómo influye en ti, en tus decisiones y acciones?
- ¿Cómo reacciona a tus contraargumentos, a tus comentarios racionales?
- ¿Qué critica más: a ti o al mundo que le rodea?
Conózcalo y, después, aprenda a comunicarse. La próxima vez que empiece a decir que no va a funcionar, pregúntale: «¿Y qué pasaría si…?». Si el crítico te obliga a hacer algo o te disuade de hacerlo, pregúntale: «¿Puedes asumir las consecuencias?». Dile lo que te gustaría oír en un momento difícil. Cuál de sus comentarios te ayudará en lugar de ahogarte en un abismo de autoabuso.
Y lo más importante, piensa si su crítica es apropiada, con qué voz habla. Muy a menudo el crítico habla en la voz de los padres, y cuando se analiza resulta que la mayoría de los comentarios son irracionales. Cuanto mejor entiendas a tu crítico, mejor podrás controlarlo.
Círculo de subpersonalidades
Esta técnica permite diagnosticar las subpersonalidades positivas.
- Escribe todos tus deseos intangibles. Escribe todo lo que se te ocurra. Necesitas tener al menos 20 elementos.
- Relee la lista y concéntrate en cómo te sientes con cada cosa. Puede que en alguno de ellos oigas una voz amenazadora y sentenciosa: «¿Qué pensará la gente?». O una entusiasta: «Cómo no vas a querer esto, todo el mundo lo quiere».
- Elige 5-6 deseos que sean más relevantes para ti que los demás.
- En un papel, dibuja un círculo de 20 cm de diámetro, con otro círculo dentro. El centro es tu verdadero yo. Coloca los 5-6 deseos seleccionados en el círculo pequeño. Distribuye el resto por detrás del primer círculo y hasta el segundo.
- Cada uno de tus deseos es una subpersonalidad. Dibújalos con lápices de colores (una imagen para cada deseo) y ponles nombre. Cada nombre debe ser claro y significativo para ti, tener un sentido.
- Piensa en qué otros lugares, además de los deseos, se expresan estas subpersonalidades, cuándo y cómo sucede.
Ahora ya conoces tus subpersonalidades positivas básicas. Rastrea cuándo se expresan, contribuye a su desarrollo.
Diario personal
Mucha gente piensa que llevar un diario personal es cosa de niñas de 12 años. Pero en realidad es un excelente método psicoterapéutico al alcance de todos. Los diarios pueden ser diferentes, por ejemplo, puedes llevar un diario de emociones y acciones. Anote los acontecimientos vívidos, especialmente aquellos en los que dice «no entiendo por qué todo es así».
Analiza las entradas. Muy pronto comprenderás que gran parte de tu comportamiento, tus estados y reacciones no son accidentales, sino naturales. Podrás identificar varias pautas de comportamiento. Sí, pueden ser directamente opuestos entre sí, pero todos son tú, o mejor dicho, son tus subpersonalidades. El siguiente paso es identificar los patrones destructivos (subpersonalidades) y trabajar sobre ellos.
Conclusión
Es importante trabajar para identificar y aceptar las subpersonalidades y, si es necesario, transformarlas. La identificación y unificación de las partes separadas del Yo es necesaria para el desarrollo armonioso de una persona, de su integridad.
Existen 3 niveles en la estructura de la psique: observaciones, subpersonalidades, Ego (equilibrio entre el primero y el segundo). Es importante hablar con tus subpersonalidades, llevarlas a un nivel consciente. De lo contrario, empezarán a controlarte, y esto puede acabar en conflictos, problemas en todas las esferas de la vida, con la sociedad y en tu interior.
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Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023