El trastorno de personalidad dependiente es uno de los trastornos mentales que se caracteriza por la falta de voluntad de la persona para asumir la responsabilidad de sus actos y decisiones, indefensión, excesiva maleabilidad y sacrificio en relación con sus seres queridos. Tiene mucho miedo de romper los contactos existentes con la gente, ya que está seguro de que sin su apoyo no sobrevivirá.
Tabla
Definición del trastorno
El trastorno de personalidad dependiente es un estado mental doloroso que se expresa en manifestaciones constantes de la propia impotencia, la dificultad para tomar decisiones, incluso sencillas, y la necesidad de apoyo continuo por parte de los demás. La persona se siente invivible, teme existir de forma autónoma de otras personas, siente constantemente la necesidad de estar subordinada a otra persona. Como consecuencia, suele entablar relaciones destructivas, por ejemplo, tolera la violencia en la familia en relación consigo misma o considera los insultos de los superiores como algo imprescindible. Al mismo tiempo, si se rompen las relaciones significativas, se deprime gravemente. El trastorno de personalidad dependiente es tratado por un psicólogo clínico, un psiquiatra o un psicoterapeuta.
Clasificación
Pueden distinguirse cuatro tipos de trastorno de personalidad dependiente:
- Asténico.
- Inadecuado.
- Pasivo.
- Autosupresivo.
Causas
El trastorno de personalidad dependiente tiene causas internas y externas. Las primeras suelen incluir características innatas relacionadas con el carácter y el temperamento: mayor sensibilidad emocional, ansiedad, baja tolerancia al estrés, indecisión, inseguridad. Los factores externos incluyen razones procedentes de la familia y la sociedad:
- Privación psicológica y emocional antes del año de edad. Se refiere a la falta de satisfacción de las necesidades vitales a esta edad, que en la edad adulta conduce a una falta de autonomía y a una sensación constante de no poder vivir.
- Sobreprotección. El niño, acostumbrado a su propio desamparo, se convierte en un adulto no autosuficiente.
- El comportamiento inestable y bruscamente cambiante de los padres hace que el niño no sepa qué esperar de un adulto significativo. Como consecuencia, el niño mira constantemente al progenitor: si está enfadado o disgustado, si le regañará o le elogiará…. Más tarde, este comportamiento se arraiga y la persona ya no puede hacer de forma independiente lo que tiene que hacer sin esperar una opinión externa.
- Padres ansiosos. Desde la infancia, al niño se le enseña que el mundo es peligroso, por lo que, antes de hacer algo, debe asegurarse de pedir la aprobación para su hazaña a personas mayores y con más experiencia.
- La presencia de fobias. Por ejemplo, si una persona tiene miedo de perder un trabajo o a un ser querido, entonces mirará constantemente la opinión de los demás e intentará leer su actitud ante sus actos.
Síntomas
Los síntomas del trastorno adictivo de la personalidad incluyen los siguientes signos:
- La persona es muy susceptible a la influencia de otras personas. Deja que decidan por él en cualquier caso conveniente, ya se trate de la elección de la marca de leche en la tienda o del lugar de estudio y trabajo.
- El miedo siempre presente a ser abandonado en la vida. Siempre le parece que una persona cercana está a punto de darle la espalda, que sus amigos le traicionarán y que la dirección del trabajo está esperando a que cometa un error para despedirle.
- Trasladar la propia responsabilidad a los demás. Normalmente, una persona con un trastorno adictivo se acostumbra a que todo se decida por ella. Como resultado, en la edad adulta dice: «Mi madre no me dejó ir a la facultad de veterinaria, así que me quedé sin estudios», «Mi amigo no me ayudó a conseguir trabajo, así que me quedé sin trabajo», «Mi colega no me cogió el teléfono para ayudarme, así que cometí errores en el informe».
- Baja autoestima. Esta persona se compara constantemente con los demás, normalmente no a su favor.
- No puede tomar sus propias decisiones. Antes de decidir algo, consultará con todos los que le rodean para conocer la opinión de los demás. Su elección estará influida por la opinión de la mayoría o de las personas más importantes de los entrevistados.
- Alto nivel de ansiedad. Está constantemente preocupado, contemplando el fracaso y pensando en lo que ocurrirá si algo sale mal. Puede desarrollar tics, comportamientos compulsivos y rituales.
- Infantilismo. Cuando surgen pequeños problemas, la persona «cae en la infancia». Puede empezar a llorar, a dar pisotones y a intentar que los demás «lo arreglen enseguida».
- Falta de capacidad para tolerar la soledad. Una persona con trastorno adictivo de la personalidad no puede estar sola, porque, en primer lugar, no hay nadie que le apoye y, en segundo lugar, empieza a agobiarse y a abatirse.
- Tendencia a la depresión.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realiza un psiquiatra o psicoterapeuta basándose en las quejas, la recogida de anamnesis del paciente y su entorno inmediato.
Para un diagnóstico de trastorno de personalidad dependiente, el paciente debe cumplir al menos cuatro puntos:
- Tiene una tendencia persistente a trasladar la responsabilidad de las decisiones o elecciones a los demás;
- tiende a estar de acuerdo con sus allegados en todo, cede y se adapta a sus condiciones, aunque no le convengan
- no puede exigir lo suficiente a su pareja;
- no tolera la soledad, ya que teme no poder hacer frente a su propio soporte vital;
- tiene un miedo excesivo a la pérdida
- tiene dificultades para tomar decisiones domésticas sencillas sin el apoyo de otras personas.
Además, el médico realiza diversas pruebas estandarizadas y proyectivas, establece distinciones con otros tipos de trastornos, determina el grado de abandono de la enfermedad.
Tratamiento
El tratamiento del trastorno adictivo de la personalidad lo prescribe un médico, y el trabajo psicoterapéutico suele ser el pilar del tratamiento. En las sesiones de asesoramiento individual, un psicoterapeuta ayuda a una persona con trastorno adictivo de la personalidad a darse cuenta de que la autonomía y la toma de decisiones propias no excluyen el mantenimiento de buenas relaciones con los seres queridos. La terapia de grupo tiene como objetivo el apoyo mutuo de los participantes y la toma de conciencia de que una persona no está sola en el mundo con un problema de este tipo, y que puede solucionarse gradualmente.
En caso de estados depresivos concomitantes o trastorno de ansiedad generalizada, a la persona también se le prescribe terapia con medicamentos, siendo los principales los antidepresivos y los tranquilizantes.
No debe esperarse una recuperación total en un trastorno de este tipo, los síntomas persisten durante toda la vida, pero con un trabajo psicoterapéutico adecuado y oportuno es posible una compensación a largo plazo.
Cómo librarse por sí mismo del trastorno adictivo de la personalidad
Si una persona se da cuenta de que tiene problemas de independencia de otras personas, puede intentar ayudarse a sí misma por sí misma:
- Aprender a decir «no», a defender sus necesidades y deseos;
- intenta superar el miedo a la independencia: compra entradas de cine o pide una pizza por tu cuenta, sin delegar estas acciones en otra persona;
- Asume responsabilidades. Puedes empezar con tareas domésticas sencillas: preparar una comida o pagar las facturas;
- aprender a asumir responsabilidades es una forma estupenda de ayudar a las mascotas, si no hay nadie que se ocupe de ellas. Puedes empezar por intentar tener un hámster o un pez.
Si hay una falta prolongada de cambios positivos o los síntomas empeoran como resultado del autotratamiento, la persona con trastorno adictivo de la personalidad debe acudir al médico.
Conclusión
El trastorno de personalidad dependiente impide a una persona vivir una vida plena y, lo que es más importante, su propia vida. Constantemente tiene que hacer lo que le mandan, ir a la escuela donde le mandan y trabajar donde la mayoría de la gente cree que es prestigioso. No consigue escuchar sus deseos, necesidades y protestas, flota mansamente río abajo. Esta situación provoca tarde o temprano una depresión grave que requiere hospitalización. La ayuda psicoterapéutica oportuna a una persona así es necesaria para estabilizar el estado y la toma de conciencia gradual y la aceptación de la propia esencia, en lugar de las opiniones y órdenes de otras personas.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023