La autoagresión en un niño es una violación del comportamiento y del estado mental, en la que se inflige daño físico o mental a sí mismo bajo la influencia de fuertes emociones negativas. Las primeras manifestaciones pueden producirse a partir de los 2-3 años de edad. Las causas del desarrollo de tal violación suelen ser las relaciones disfuncionales en la familia, la falta de calidez y comprensión mutua. Los síntomas son diversos: desde golpearse en la cabeza y arrancarse las pestañas hasta autoacusarse y autohumillarse. El diagnóstico y la corrección de la autoagresión suelen correr a cargo de un neurólogo y un psicólogo. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mayor será la probabilidad de alivio completo del trastorno.
Tabla
- Causas de la autoagresión en un niño
- Patogénesis
- Clasificación
- Síntomas de autoagresión en un niño
- Complicaciones
- Diagnóstico
- Tratamiento de la autoagresión en un niño
- La opinión de Komarovsky
- Prevención y pronóstico
- Errores de crianza
- Cómo reaccionar y reprimir el ataque de ira
- Mis recomendaciones como psicólogo
- Conclusión
Causas de la autoagresión en un niño
La autoagresión se produce en un contexto de dificultades de adaptación del niño al entorno y a la sociedad. En un bebé, suele estar asociada a violaciones de las relaciones en la familia entre adultos y consigo mismo.
Las principales causas de la autoagresión incluyen los siguientes factores:
- Características psicológicas individuales del niño. Los niños con alta sensibilidad emocional, aislamiento, autodirección y baja autoestima suelen ser más propensos a comportamientos agresivos hacia sí mismos.
- Castigos inadecuados y sesgados. Cuando los adultos son injustos, el niño, por su edad, no puede responder a los insultos ni a los castigos físicos. En este caso, algunos niños también descargan sus emociones sobre los más débiles: hermanos pequeños o animales. Otros empiezan a hacerse daño a sí mismos como único objeto sobre el que descargar su resentimiento y su ira.
- Conflictos familiares entre adultos. Cuando uno de los padres ofende al otro, el niño experimenta sentimientos de miedo, impotencia y resentimiento, y a veces su propia culpa. Las emociones no pueden expresarse de otra forma que no sea lastimando su propio cuerpo.
- Sentimientos de falta de atención. Cuando los padres están constantemente ocupados y no muestran interés por los aspectos positivos de la vida del niño, éste empieza a hacer intentos de llamar la atención mediante autolesiones.
- Exigencias exageradas al bebé. Si un niño se da cuenta de que no cumple los requisitos y exigencias de sus padres, desarrolla una baja autoestima, miedo al fracaso y a los errores, y sentimiento de culpa. Para castigarse, se hace daño o le resulta desagradable.
- Ejemplo de los padres. Si los padres muestran autoagresión, el niño copiará su patrón de conducta.
Patogénesis
La autoagresión en los niños se forma como resultado de un conflicto intrapersonal en relación con un bajo nivel de adaptación social. Implica la reorientación de la actividad destructiva desde objetos externos hacia el yo. El objeto externo suelen ser personas de las que depende el bienestar del niño de forma indirecta o directa. En la estructura de la personalidad chocan dos motivos multidireccionales: hacer daño al agresor y descargar toda la negatividad y mantener una buena relación para seguir recibiendo recursos significativos, por ejemplo, amor y cuidados.
Debido a las peculiaridades de la psique, algunos niños resuelven el conflicto intrapersonal existente descargando los sentimientos negativos sobre sí mismos, mientras que la relación con una persona significativa sigue siendo benévola. El niño no tiene que preocuparse por la violación de las relaciones y la pérdida de posición en la familia y la sociedad. La autoagresión es una forma patológica de preservar la armonía psicológica y fisiológica en condiciones de violación de la adaptación a la sociedad.
Clasificación
La autoagresión en los niños puede clasificarse según diferentes signos, cada uno de los cuales es esencial. Según el tipo de violación, se eligen las tácticas de corrección más adecuadas.
Según el contenido, el comportamiento autoagresivo en los niños es de los siguientes tipos:
- Autolesiones. En los niños pequeños, este tipo incluye golpearse, arañarse, arrancarse el pelo y las pestañas.
- Trastornos de la conducta alimentaria. El niño puede empezar a rechazar la comida o, por el contrario, comer en exceso, sin conocer los límites.
- Dependencia de sustancias químicas. El tabaquismo, el alcoholismo o el abuso de sustancias se dan hoy en día en niños desde la escuela primaria.
- Comportamiento autista. El niño intenta aislarse de la sociedad, se castiga a sí mismo con la falta de comunicación y la negativa a participar en sus juegos y entretenimientos favoritos.
En la forma de manifestarse:
- Verbal. Se realiza a través de la humillación y la culpabilización.
- Físico. Supone una tendencia a causar daño al propio cuerpo.
Síntomas de autoagresión en un niño
En los niños pequeños y preescolares, los síntomas de la autoagresión se manifiestan de forma impulsiva: pueden golpearse la cabeza con las manos, arrancarse el pelo, las cejas y las pestañas, arañar, morder, pellizcar y, a veces, golpearse la cabeza u otras partes del cuerpo contra la pared. Esta reacción suele producirse involuntariamente en relación con una sobreexcitación emocional inmediatamente después de un impacto negativo: un castigo, una prohibición, la rotura de un juguete, la anulación brusca de un estímulo o un acontecimiento positivo. En este caso, el bebé no tiene tiempo de pensar conscientemente en lo que hace, no puede retroceder en el tiempo o cambiar a emociones más positivas. En los niños de esta edad también existe la autoagresión verbal, por ejemplo, la autoinculpación en peleas con los padres o conflictos entre ellos.
La autoagresión en un niño de 5-7 años o más se convierte en una forma de manipular a los adultos. Por ejemplo, intenta cortarse o hacerse daño para que sus padres se compadezcan de él y le permitan no ir a un examen.
Cada niño puede tener un espectro diferente de síntomas autoagresivos. Su criterio principal es la autolesión en sentido físico o psicológico.
Complicaciones
La autoagresión no permite al niño formar formas adecuadas de resolución de conflictos y salir de situaciones estresantes. Como resultado, al crecer, el niño no puede aprender a construir una conversación competente, tiene dificultades para formular y expresar opiniones personales, limita su comportamiento, intentando ajustarse constantemente a las reacciones de las personas que le rodean. El niño desarrolla desconfianza, ansiedad y dificultad para adaptarse a grupos desconocidos. En las situaciones más graves, el niño adulto es incapaz de recibir una educación decente y entablar relaciones adecuadas con miembros del sexo opuesto.
Diagnóstico
La autoagresión en los niños puede diagnosticarse desde una edad temprana, a partir de los 2-3 años. Se manifiesta claramente en situaciones de conflicto y frustración, cuando lo deseado por el bebé no coincide con lo real. Con la edad, el niño aprende a retroceder en el tiempo y a ocultar los síntomas autoagresivos. El diagnóstico suele realizarlo un psicopedagogo con la ayuda de métodos y técnicas especiales. He aquí algunos de ellos:
- Anamnesis. El especialista entrevista a los padres y adicionalmente al niño, si éste tiene más de 7-8 años. El contenido de la conversación suele consistir en preguntas sobre los principales síntomas de autoagresión, peculiaridades de las relaciones familiares y de la vida en las organizaciones educativas, aficiones e intereses del niño.
- Pruebas y cuestionarios especializados. Pueden estar dirigidos sólo a la detección de conductas autoagresivas y exhaustivos — para el estudio de la personalidad en su conjunto.
- Pruebas proyectivas. Suponen la identificación de síntomas de autoagresión en los dibujos del niño y en su interpretación de las situaciones estándar representadas.
Tratamiento de la autoagresión en un niño
En el tratamiento de los niños pequeños, los métodos de corrección de las relaciones e interacciones dentro de la familia son los más utilizados. A medida que el niño crece y se desarrolla, se conectan otros métodos y formas de trabajo:
- Psicoterapia familiar. Se trabaja con los niños y los padres, con el objetivo de excluir de la vida situaciones en las que el niño muestra autoagresión, el desarrollo de la capacidad de mostrar amor y cuidado, la formación de formas adecuadas de resolución de conflictos.
- Terapia emocional y creativa. El psicólogo alivia la tensión emocional y mental, la ansiedad y la agresividad del niño con la ayuda de actividades activas y creativas: dibujo, modelado, juegos de móvil. El psicólogo también demuestra métodos seguros de control de la ira: hacer garabatos en un papel, golpear una almohada, hacer algunos ejercicios físicos.
- Terapia farmacológica. Se utiliza cuando las autolesiones del niño se vuelven realmente graves, por ejemplo, cuando el niño se golpea violentamente la cabeza contra la pared, se hace moratones y sangra. En tales situaciones, se prescriben tranquilizantes, neurolépticos y antidepresivos en dosis adecuadas.
La opinión de Komarovsky
Evgeny Olegovich cree que la agresividad del niño, dirigida hacia sí mismo, no puede ignorarse. También sugiere el siguiente algoritmo de acciones durante una agresión:
- Detener físicamente al niño. Por ejemplo, si se balancea para golpearse, sosténgale la mano con confianza.
- Ofrézcale una forma adecuada de desahogarse, como golpear un sofá blando hasta que se sienta mejor.
- Exprese los sentimientos del niño: «estás enfadado», «estás herido».
- Cuando el niño se haya calmado, mantenga una conversación tranquila sobre las consecuencias del enfado consigo mismo y las formas de responder adecuadamente en un lenguaje accesible para él.
Prevención y pronóstico
Cuanto más a tiempo se inicie la corrección del comportamiento y la psicoterapia, mayores serán las posibilidades de formar una personalidad sana. También influye en el futuro el momento de aparición de la autoagresión: las infracciones que aparecieron en la primera infancia y se trataron a tiempo, dan menos consecuencias que los problemas que empezaron en la adolescencia.
La prevención de la formación de la autoagresión radica ante todo en la actitud benévola de los miembros de la familia entre sí y hacia el niño. El niño debe percibir a su familia y su hogar como un lugar seguro donde hay confianza, amor y comprensión. Es mejor rechazar los castigos demasiado duros, especialmente los físicos, para enseñar al niño las estrategias correctas de comportamiento en un conflicto: ceder, estar de acuerdo, intercambiar. En lugar de reprimir la agresividad del niño, hay que dirigirla en una dirección segura para él y para los demás, por ejemplo, arrugando papel o golpeando algo blando.
Errores de crianza
- Bajos niveles de confianza y cohesión en la familia. Si padres e hijos no se apoyan mutuamente, se critican y se controlan, el riesgo de autoagresión en los miembros más jóvenes de la familia aumenta considerablemente.
- Estilo desfavorable de educación familiar. La autoagresión se produce en familias autoritarias, hiperpedagógicas y aquiescentes, en las que el control sobre el niño es muy exagerado o está completamente ausente.
- Diferentes estilos de crianza de los padres. Por ejemplo, una madre autoritaria y un padre liberal pueden provocar un conflicto intrapersonal en el niño, que éste intentará resolver autolesionándose.
- Prohibición en la familia de mostrar emociones. Al prohibir al bebé que pise fuerte por rabia y resentimiento, los padres le provocan la autoagresión.
- Presencia en la familia de un modelo de comportamiento agresivo: papá es agresivo con mamá, mamá — con los animales, los padres — con los hijos. Observando el comportamiento de los padres, el niño también se vuelve agresivo, e inconscientemente se elige a sí mismo como objeto del estallido de ira.
- Falta de contacto emocional con el bebé. Si los padres no comprenden sus sentimientos, puede empezar a demostrarlos a través de la autoagresión.
- Comportamiento incoherente de los padres a la hora de comunicarse con el niño. El niño debe saber claramente lo que puede y no puede hacer. Cuando la prohibición o el permiso se anulan pocos minutos después de haberlos expresado, el bebé también tiene un conflicto intrapersonal.
Cómo reaccionar y reprimir el ataque de ira
La principal tarea de los padres es no «contagiar» las emociones del miguito. Cuanto más tranquilo y confiado sea el adulto que está cerca, más rápido terminará el ataque de autoagresión. Lo primero que hay que hacer es privar al niño de la oportunidad de autolesionarse gravemente. Evitar que se arranque el pelo, que se golpee contra la pared y que se arañe la piel con sangre. Lo segundo es darle la oportunidad de expresar sus emociones: hacer garabatos, romper o arrugar papeles, zapatear enérgicamente o incluso gritar con fuerza.
Cuando el fervor del niño se haya calmado, hay que nombrar sus sentimientos: «Veo que estás enfadado», «Comprendo que estés dolido». Cuando el niño se haya calmado por completo, puedes hablar con él sobre lo que le ha pasado, sobre lo que se podría haber hecho de otra manera. Lo principal es mantener la calma y ser amable con el bebé, para demostrarle que los padres le quieren y se preocupan por su estado y su salud.
Si sigues constantemente este algoritmo, con el tiempo el niño aprenderá a encontrar una forma adecuada de calmarse y podrá expresar sus sentimientos con palabras, no mediante actos de autolesión.
Mis recomendaciones como psicólogo
Prevenir la autoagresión, como otros trastornos, es mucho más fácil que corregirla. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es prestar atención a la situación en la familia. ¿Son todos los miembros de la familia amables entre sí? ¿Acude el niño a sus padres para compartir sus preocupaciones? ¿Están los padres dispuestos a apoyar al niño en cualquier situación y a intentar ayudarle en cualquier problema, ya sea una nimiedad o una tragedia grave?
- Si se produce una autoagresión, es importante minimizar o eliminar las situaciones en las que se produce. De lo contrario, puede afianzarse en un comportamiento habitual, y entonces la corrección será muy difícil.
- Durante una agresión, es importante seguir el algoritmo: proteger, dejar que el niño se desahogue, hablar de los sentimientos, hablar de lo sucedido.
- Si los padres sienten que no pueden hacer frente a la autoagresión del niño por sí solos, es necesario recurrir a especialistas. Con este problema, se puede acudir a un psicólogo, neurólogo, psicoterapeuta o psiquiatra.
- Es importante empezar a corregir el comportamiento autoagresivo lo antes posible, porque cuanto más tiempo viva el bebé con esta violación, más difícil será tratarla.
Conclusión
La autoagresión en los niños es una violación de este tipo, en la que el niño dirige todas las emociones negativas hacia sí mismo, causando daños en términos físicos y psicológicos. Las causas de tal comportamiento en un bebé por lo general deben buscarse en las relaciones intrafamiliares. El diagnóstico y la corrección de la autorregresión recaen en especialistas como neurólogos, psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas. Cuanto antes comience la corrección del comportamiento, mayores serán las posibilidades de deshacerse por completo del trastorno.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023