Cómo salir de una situación conflictiva

Situaciones de conflicto

¿Cómo salir del conflicto y lo que categóricamente no se puede hacer en una situación de conflicto? Personas de todas las edades se enfrentan a un fenómeno tan desagradable. Los niños pequeños se pelean entre sí a causa de los juguetes, la atención de los padres. Los adultos no están de acuerdo en sus puntos de vista sobre la vida, los momentos de trabajo o las cuestiones de ocio y entretenimiento.

Algunos conflictos se resuelven con una conversación seria. Otros se prolongan durante semanas, meses, años. ¿Cómo actuar en estos casos?

Motivos

Los conflictos y disputas surgen por muchas razones:

  1. Falta de algún tipo de recurso. Ejemplo: una familia que lleva mucho tiempo ahorrando dinero. Cuando se reúne la cantidad necesaria, la mujer decide comprar un lavavajillas. El marido sueña con comprarse un ordenador nuevo. Esta falta de coincidencia de puntos de vista y deseos provoca el desarrollo del conflicto.
  2. Dependencia de los demás. A menudo hay que resolver tareas de trabajo junto con otras personas. En cualquier equipo alguien estará insatisfecho con la forma de trabajar de un compañero.
  3. Diferencia en los métodos para alcanzar los objetivos. Una situación similar a la anterior. A veces se habla de varios métodos de trabajo a la vez. Sin embargo, en realidad se utiliza uno o, como mucho, dos. Otro ejemplo son unos amigos que deciden pasar juntos unas vacaciones. Uno quiere ir a una discoteca, mientras que el otro prefiere pasar el tiempo en casa viendo una película nueva.
  4. Objetivos diferentes. En este terreno surgen conflictos tanto entre individuos como entre grupos.
  5. Información incompleta o inexacta. Aquí los psicólogos suelen citar el ejemplo de dos hermanas que no podían compartir una naranja. Recurrieron a un sabio en busca de ayuda. Resultó que no había ningún problema. Una necesitaba el zumo y la otra la cáscara.

Por banal que parezca, a menudo la causa de los conflictos son peculiaridades del carácter y el estado emocional. En la mayoría de los casos, estas situaciones surgen entre personas que viven o trabajan juntas.

Tipos

Los conflictos son de tres tipos. Cada uno tiene sus propias características y rasgos distintivos.

Conflicto explícito

Tipos de conflictos

Tiene un motivo claramente expresado. Todas las partes saben lo que quieren. Aquí podemos recordar el ejemplo de una disputa entre cónyuges a causa del dinero acumulado.

Conflicto oculto

Los participantes en el conflicto no comprenden la razón por la que se produce. Por ejemplo, un profesor de clase suele regañar a un alumno por su aspecto desaliñado. Sin embargo, la causa del descontento es un disgusto personal.

Falso conflicto

Se desarrolla sobre el trasfondo de malentendidos o información inexacta. Por ejemplo, una madre regaña a un niño por querer acariciar a un perro callejero. Sin embargo, el niño ni siquiera pensó en hacerlo. Simplemente se acercó durante el paseo.

Métodos de resolución de conflictos

Hay muchas formas de salir de situaciones conflictivas. Ayudan a resolver el problema inmediatamente después de que se produzca o a detener su desarrollo.

Rivalidad

Se da con más frecuencia que otros métodos. Supone la defensa de sus intereses hasta el final victorioso. Los participantes en el conflicto están dispuestos a todo para no ceder el uno ante el otro. En el proceso, es posible utilizar diversos tipos de presión.

Este método se utiliza cuando la vida de las personas y el éxito de la empresa dependen de la decisión que se tome. Un ejemplo podría ser una situación en la que uno de los miembros de la familia quiere ir de vacaciones a un país con una situación política compleja, la amenaza de un golpe militar. Aquí se puede y se debe dar la razón al adversario.

Este método también es aplicable en los casos en que es necesario resolver un conflicto entre un superior y un subordinado. El primero puede obligar al segundo a aceptar su punto de vista.

Métodos de resolución de conflictos

Acomodación

También conocida como maleabilidad. Es la decisión de sacrificar los propios intereses en aras de preservar unas relaciones normales. El método será eficaz en varios casos:

  • las buenas relaciones son mejores que la causa del conflicto;
  • al adversario le importa más el resultado
  • la situación no merece la atención que merece;
  • las posibilidades de victoria son críticamente pequeñas.

También es posible hacer concesiones si una persona admite el error.

Compromiso

Se trata de una situación en la que los participantes en el conflicto hacen concesiones, satisfaciendo sólo parte de sus propios intereses. Hay casos en los que es necesario recurrir a esta salida:

  • las partes tienen las mismas posibilidades de ganar
  • una solución temporal conviene a ambas
  • la meta u objetivo inicial puede modificarse.

Se puede llegar a un compromiso cuando es la única manera de mantener una buena relación.

Cooperación

Permite satisfacer los intereses de todas las partes en conflicto. Sin embargo, llevará más tiempo resolver el problema.

Este método será más eficaz si

  • los oponentes quieren evitar una disputa y, al mismo tiempo, mantener sus propios intereses;
  • es necesario preservar la relación entre las partes en conflicto;
  • hay tiempo de sobra para resolver el problema;
  • las partes en conflicto están dispuestas a explicar su postura con calma.

La cooperación es adecuada si las partes en conflicto hablan de igual a igual. De lo contrario, no habrá resultado.

Evitación de conflictos

Retirada

Desapego del conflicto o el llamado método del avestruz. Una persona simplemente se aparta, dejando el problema sin resolver. Especialmente eficaces serán estas acciones en el caso de que el visavee no tenga buenos modales, provoque especialmente una pelea o sea un completo desconocido. Esto también incluye situaciones en las que el resultado no es tan importante.

Para los asuntos graves, evitar el conflicto se considera un método inadecuado. Con el tiempo, el resentimiento se irá acumulando y acabará provocando un escándalo.

Conflicto y control de las emociones

Controlar los sentimientos en una situación de conflicto es difícil, pero merece la pena aprenderlo. Las emociones negativas no resolverán el problema. Empeorarán las relaciones con el adversario, el estado de ánimo y la salud.

A los ataques y al impacto emocional del interlocutor hay que responder con la mayor calma posible. Este es el principal consejo. No se puede ceder ante el «enemigo» y actuar de la misma manera. Es mejor parar, hacerse tres preguntas: «¿Por qué una persona se comporta así?», «¿Qué quiere conseguir?», «¿Cuál es la razón principal de la manifestación de emociones negativas?». Esta táctica tiene muchas ventajas:

  1. Se activa el trabajo de la conciencia. Se activa la defensa contra el sobreesfuerzo emocional.
  2. El oponente puede desahogarse.
  3. Es posible distraerse de la información innecesaria y ofensiva al menos durante unos instantes.
  4. La reflexión y la búsqueda de respuestas permiten evaluar la situación desde fuera, averiguar la causa del conflicto.

El segundo consejo se refiere al diálogo constructivo, durante el cual puedes compartir tus experiencias, expresar emociones. A menudo, la negatividad es una especie de reacción protectora de una persona ante un comportamiento grosero o un grito. Por lo tanto, es necesario hablar con calma, intentando evitar afirmaciones incorrectas, frases humillantes.

Y, por último, el tercer consejo. Afecta a la autoestima. En ningún caso se debe subestimar ni la propia autoestima, ni la del oponente. La conversación debe desarrollarse en pie de igualdad.

Reglas de comportamiento en situaciones de conflicto

Para resolver el conflicto y preservar las buenas relaciones, hay que atenerse a un determinado algoritmo de actuación.

Encontrar un denominador común

Comportamiento ante los conflictos

Una de las formas eficaces de salir de un conflicto. Tolerar una situación desagradable o evitar al adversario durante mucho tiempo no funcionará, así que hay que seguir hablando. Algunas recomendaciones eficaces ayudarán a evitar los «sacrificios»:

  1. Gritar e indignarse no te llevará a ninguna parte. Por supuesto, hay excepciones. Pero suelen tener el efecto contrario. Por lo tanto, hay que mantener la calma. Un comportamiento así calmará un poco al «rival», provocará respeto en él.
  2. Es importante comprender a la otra persona. Hay que pensar por qué el adversario se comporta así. Conocer el motivo ayudará a resolver el conflicto para no volver a él.
  3. Conocer una opinión externa. A menudo, las personas del entorno ofrecen una valoración más adecuada de lo que está ocurriendo. Por ello, es necesario describir la situación a un familiar cercano o a un amigo. Tal vez le muestre una salida directa a su conflicto o, al menos, le dé un buen consejo.
  4. Evalúe la actitud ante el adversario. Es necesario pensar si la causa del conflicto no es una actitud prejuiciosa hacia la persona? Si es así, conviene recordar que no hay personas idénticas en el planeta. Las disparidades de carácter y de puntos de vista sobre la vida no hacen que el adversario sea malo.
  5. Piense en lo que tienen en común los participantes en la disputa. Puede ser cualquier cosa: aficiones, música, películas, familia. Sucede que los mismos intereses anulan los desacuerdos, cambian fundamentalmente la naturaleza de la relación.

Para encontrar un denominador común y comprender a todos los participantes en una situación de conflicto, necesitamos dedicar más tiempo al diálogo en directo. En la era de la tecnología, esto se ha vuelto desastrosamente escaso. Las conversaciones ordinarias han dado paso a la correspondencia a través del correo electrónico o las redes sociales. Pero esta no es la forma de resolver el problema.

Establecer comunicación ayudará no sólo a entablar diálogos constructivos, sino también a hacer compras conjuntas, excursiones a la naturaleza, practicar deportes, etc.

Conflicto sin agresión

En la naturaleza, la agresión se combate fácilmente con agresión: con la ayuda de una demostración de fuerza. Así es como los machos defienden el territorio de residencia, las hembras, la comida. En la sociedad humana, todo es mucho más complicado.

Para que en una situación de conflicto no llegó a la agresión, ayudará a una serie de principios:

  1. Sonreír muestra que el oponente, a pesar de los desacuerdos y malentendidos, causa sincera simpatía y respeto. Un buen estado de ánimo se transfiere rápidamente a otras personas.
  2. Hablar en un tono elevado es una manifestación de agresividad. Por ello, la conversación debe ser tranquila, uniforme y sin prisas.
  3. El adversario tiene que hablar. Que diga lo que no le gusta. En esta fase, debe mostrar interés, hacer preguntas capciosas e intercalar comentarios.

También es importante mostrar voluntad de cooperación. No es necesario hacer concesiones ni sacrificar los propios intereses. Lo principal es mostrar un interés sincero por resolver el problema.

Conflicto y mantenimiento de la dignidad

Mantener la calma

No es fácil mantener la calma cuando un adversario se muestra abiertamente hostil. Sobre todo si el conflicto se prolonga. Sin embargo, contenerse, no llegar al grito y preservar la dignidad todavía es posible. Basta con utilizar uno de los consejos eficaces:

  1. No te olvides del objetivo y de tu posición. No hay que ceder a provocaciones, intentos de herir o confundir. El interlocutor puede caer en cualquier truco: acusaciones, recuerdos del pasado, persuasiones, amenazas. No hay que responder a ellos, justificar, argumentar o explicar algo. Es mejor dejar hablar a la persona, y luego expresar con firmeza tu postura.
  2. No te pongas personal. Hay que hablar del problema, no del otro. Si es necesario, hay que reconducir la conversación.
  3. Controla el comportamiento. No es necesario tomar el pelo al adversario. Para reducir el ardor, es mejor intentar adaptarse a su estado de ánimo. Si grita, también puedes subir el tono. Pero hazlo sin ira ni agresividad. Tal vez, viéndose desde fuera, la persona cambie su comportamiento.

Otro consejo: siempre debes seguir siendo tú mismo. No seas sarcástico, grosero en respuesta a las púas y amenazas. Es necesario estar por encima de todo, mostrando el nivel de educación, buenos modales.

Es fácil pedir perdón y suavizar el conflicto

Es una forma muy eficaz de salir de situaciones conflictivas. Ayuda a evitar ofensas, reproches mutuos, clarificación de las relaciones.

Para disculparse correctamente, hay que seguir algunos consejos:

  1. No lo dejes para más tarde. La situación no se resolverá por sí sola. La dilación intensificará el conflicto, provocará una pérdida de respeto y confianza. Por lo tanto, es necesario llamar al oponente a una conversación lo antes posible.
  2. Discuta la situación exclusivamente en persona. Como ya se ha dicho, la comunicación en redes sociales o mensajeros no resuelve el problema. Si una persona no quiere verse, hay que esperar un tiempo y volver a intentarlo.
  3. Sea lo más sincero posible. El deseo de resolver el conflicto y cambiar la situación debe ser sincero. Es poco probable que algo funcione si cada palabra desliza falsedad.
  4. Elegir las palabras adecuadas. La conversación debe resolver el conflicto, no encender uno nuevo. Por lo tanto, no hay necesidad de poner excusas, empezar a discutir de nuevo un tema controvertido o recordar ofensas pasadas.

Las disculpas no garantizan que la relación vuelva a ser lo que era antes. Tendrás que esforzarte mucho para volver a ganarte la confianza.

Buscar una salida a la situación junto con tu oponente

Aquí todo es sencillo. Basta con pedir a tus oponentes que te digan cómo ven el resultado y qué les impide conseguirlo. También es necesario que sugieran salidas al conflicto. No es necesario averiguar quién tiene razón y quién tiene la culpa. Es mejor discutir juntos cómo proceder.

Encontrar una salida al conflicto

Reflejar las quejas

Aunque la esencia del conflicto y los puntos de vista de los participantes en el mismo estén claros, es necesario de vez en cuando aclarar los detalles y hacer preguntas. De este modo puedes mostrarte como un interlocutor atento, una persona interesada en la rápida resolución del asunto.

Reflejar las afirmaciones es una buena manera de reducir la agresividad.

Callar o no

Todo depende de la situación. Si una persona se ve arrastrada a una pelea en contra de su voluntad, es mejor callarse primero. Esta salida del conflicto anulará los esfuerzos del adversario por provocar la agresión u ofender.

Si el adversario ha dejado de hablar, no vale la pena callarse. Puede tomarlo por capitulación y victoria propia. Sin embargo, la conversación posterior debe ser tranquila, sin reclamaciones ni reproches.

Lo que está categóricamente prohibido hacer en un conflicto

Existen varias prohibiciones

  • criticar al adversario
  • atribuir malas intenciones
  • demostrar su superioridad
  • culpar únicamente al interlocutor de lo sucedido;
  • ignorar los intereses y la posición de la otra parte
  • tener en cuenta únicamente la propia opinión;
  • minimizar deliberadamente los méritos de un adversario;
  • provocar;
  • alzar la voz, gritar;
  • dar en el clavo.

No hay que pensar en estereotipos. Una persona puede tener una opinión diferente. No intentes encajar la solución del problema en el marco generalmente aceptado.

Si no puedes hacer frente a una situación conflictiva por ti mismo, acude a un psicólogo. ¿Cómo puede ayudarte?

  1. Mostrar cómo se ve el conflicto desde fuera.
  2. Elaborar un plan de acción.
  3. Enseñarte a expresar con calma tu opinión.
  4. Explicarle la mejor manera de comportarse en situaciones similares.
  5. Le apoyará en todo momento.

Además, el psicólogo enseñará cómo evitar conflictos en el futuro.

Conclusión

Hay muchos métodos para salir de un conflicto. Lo principal es comprender el punto de vista del interlocutor y, junto con él, encontrar una salida a la situación. Actúa con el mayor cuidado posible, tratando de no herir los sentimientos del oponente y, al mismo tiempo, de no relegar tu posición a un segundo plano.

Fecha de actualización: 11-16-2023