Puntualidad: qué significa, cómo llegar a ser una persona puntual

La puntualidad es una cualidad del carácter que se asocia con la pulcritud y la exactitud. Para muchos, la puntualidad es el hábito de controlar el tiempo. Sí, esta actitud ante el tiempo es lo primero, pero la puntualidad se refleja en algo más: exactitud en el juicio, pasión por las formalidades y preocupación por las normas, las instrucciones.

La puntualidad no siempre es una cualidad positiva. A veces la amistad, el trabajo o la convivencia con una persona puntual se convierte en un infierno. Entendamos qué es la puntualidad en una persona y qué puede ser.

Qué es la puntualidad

Qué es la puntualidad

¿Qué significa la palabra «puntualidad» y en qué consiste en una persona? El nombre deriva de la palabra latina punctum, que se traduce como «punto». Seguro que ha oído alguna vez la expresión «sí que tiene punctum en este tema». De hecho, este es el significado de la palabra «puntualidad»: una persona puntual tiene uno o más puntos. La intensidad de la puntualidad es diferente y se refleja directamente en el comportamiento de una persona. Cuando hay demasiadas puntualizaciones, se convierte en un aburrido.

¡Interesante! Desde el punto de vista de la psicología, la puntualidad excesiva es el resultado de una mayor necesidad de control y un signo de mayor ansiedad, neurosis.

Reglas de una persona puntual

El comportamiento de una persona puntual es diferente, todo depende de las «puntualizaciones». Sin embargo, también hay rasgos comunes, reglas de vida:

  1. Hacer un horario para el día, la semana, el mes. Muchas personas puntuales no se separan de una agenda y recordatorios en el teléfono.
  2. Rechazar los casos innecesarios. Esto incluye no sólo la obvia exclusión de las redes sociales, sino también, por ejemplo, negarse a cumplir la petición de un amigo si no encaja de ningún modo en el horario.
  3. Hacer las maletas y pensar las cosas con antelación. Una persona puntual prefiere llegar pronto a una reunión que tarde.

La puntualidad está estrechamente relacionada con el sentido del deber, de la responsabilidad. La persona puntual evalúa racionalmente sus capacidades y no sobrepasa el límite personal de tareas para el día

Puntualidad en el trabajo

La puntualidad en el trabajo

Una persona con una puntualidad sana se convierte en un excelente trabajador y jefe. Sin embargo, mucho depende de la esfera de trabajo — en la creatividad tal persona será difícil. Pero se siente muy bien en la producción, en el trabajo con papeles, informes, máquinas. Por ejemplo, siendo cocinero, nunca se desviará del mapa tecnológico. Persona puntual nunca llegará tarde al trabajo, sino también para demorarse en él o trabajar en el fin de semana no será.

Las personas con excesiva puntualidad se convierten en jefes opresivos y malos trabajadores. No saben desviarse de las normas e instrucciones, por lo que a veces paralizan el proceso o retrasan la realización de las tareas. En la práctica, suele ocurrir que hay que ser astuto, desviarse del curso primario, burlar el sistema de normas. Creo que sobre el trabajo con un horario libre o inestable no se puede hablar — la puntualidad no le dará a una persona para conseguir un trabajo en una vacante de este tipo.

Consideremos otras ventajas e inconvenientes de la puntualidad en un párrafo aparte.

Ventajas e inconvenientes de la puntualidad

Precisión, organización, responsabilidad, eficacia, diligencia: estos son los sinónimos que la gente elige para la palabra «puntualidad». Sin embargo, todo es bueno con moderación. Hay momentos en que una persona se convierte en esclava de la puntualidad. Por ejemplo, cuando el manejo cuidadoso de las cosas y el amor por la limpieza se convierten en TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). O cuando por llegar unos segundos tarde, una persona está dispuesta a abandonar un trato, a arremeter contra un ser querido.

La puntualidad moderada y sana se valora en las relaciones de negocios. Por ejemplo, un candidato que llega puntual a una entrevista de trabajo se verá con mejores ojos que un competidor que llega tarde. Una llegada tardía podría hacerle perder el puesto.

Además, la puntualidad sana se valora en las relaciones interpersonales. De acuerdo, es desagradable esperar con un marido de cena fría, que prometió llegar pronto a casa hoy, pero por alguna razón se retrasó en el trabajo… Es desagradable esperar a una chica en el frío durante dos horas y ya perder la mitad de la actuación. Es desagradable para llegar a un amigo a visitar y esperar durante una hora para él en la entrada, porque él mismo aún no ha tenido tiempo de llegar a su casa de otros huéspedes, a pesar de que dijo que ya estaba llegando. Los ejemplos pueden continuar sin fin. La conclusión es la misma: a nadie le gustan las personas impuntuales.

Pero hay otro extremo: las personas excesivamente puntuales. No quieren ponerse en tu lugar y escuchar la explicación de que has llegado tarde por culpa de un atasco en la carretera. Al fin y al cabo, la misma persona con una puntualidad desarrollada siempre se da tiempo de sobra. No quieren tener en cuenta sus necesidades e intereses: si una persona puntual se levanta a las siete de la mañana, y luego cobra y desayuna, entonces toda la vida familiar se construye sobre un horario similar.

Las personas excesivamente puntuales critican mucho y a menudo, son propensas al conflicto. A menudo se sienten ofendidos e insultados, ya que todas las tardanzas, retrasos, descuidos de otras personas escriben en su propia cuenta. Pueden ser crueles y déspotas, sobre todo en las relaciones con los niños, intentando que éstos sean «convenientes».

Atención: a veces la puntualidad no se debe tanto a las peculiaridades del carácter como al ritmo de vida de una persona. Ocurre que la jornada se programa literalmente al minuto, y cada retraso está cargado de fracaso de casos importantes. Otras veces, al no estar tan ocupada, una persona puede permitirse llegar tarde a algún sitio.

Cómo convertirse en una persona puntual

planificación

La puntualidad es un rasgo del carácter, y él, a su vez, es perfectamente corregible. Esto significa que cada persona puede desarrollar la puntualidad en sí misma. Cómo hacerlo:

  1. Describir las consecuencias negativas de la falta de puntualidad. Describe todos los problemas (privaciones y limitaciones) que surgen por ello en la familia, en el trabajo, en las relaciones con los amigos. Esto te preparará para la lucha.
  2. Refiérete a ti mismo como una persona puntual. Por ejemplo, diga: Nunca llego tarde. Esto también ayudará a crear el ambiente adecuado.
  3. Empieza a conocerte a ti mismo. ¿Qué significa eso? Probablemente ni siquiera sepas aproximadamente cuánto tiempo dedicas a prepararte por las mañanas (lavarte los dientes, desayunar, etc.). Y es una buena idea observarte durante una o dos semanas y ser consciente de ello. O tal vez vivas según el principio de «cuando te despiertas, ya es por la mañana». Sería bueno hacer un horario de levantarse y acostarse. Y, sobre todo, vigila atentamente tu actividad en las redes sociales: son las principales devoradoras de tiempo (es decir, el desplazamiento sin rumbo por la cinta).
  4. Observa. Al principio, pon todo tu empeño en «medir»: cuánto tiempo dedicas a tareas de un solo tipo, cuánto tiempo pasas en la carretera y en qué momento se forman los atascos, cuánto tiempo conduces, etc. Y analiza también en qué situaciones se manifiesta más a menudo la impuntualidad. Quizá sea tu mecanismo de defensa ante los factores negativos del mundo exterior. Necesitas deshacerte de ellos.
  5. Aprende a planificar. Decide desde la noche qué ropa te pondrás mañana, decide la hora de salir de casa, haz un plan escrito para el día, al principio consulta constantemente tu reloj y pon recordatorios en tu teléfono.
  6. Establece prioridades. Identifique algunas áreas de su vida que sean importantes para usted y ordénelas de mayor a menor importancia. Acostúmbrese a analizar todas sus tareas a través del prisma de este sistema. Préstale especial atención cuando surja algún imprevisto, por ejemplo, de camino a una entrevista de trabajo te has encontrado con un viejo conocido que enseguida te ha ofrecido sentarse en una cafetería. ¿Por qué no le ofreces intercambiar números de teléfono ahora y quedar más tarde a una hora conveniente para cada uno?
  7. Ordena tu casa. El caos en tu cabeza es el caos en tu piso y viceversa. Acostúmbrate a poner las cosas en los mismos sitios, mantén el orden en el armario, en la mesa.
  8. Aprende a avisarte. Si llegas tarde por una buena razón o estás en proceso de lucha por un defecto, informa a quien te espera: «Me he metido en un atasco, llegaré tarde», «Aún no siempre soy capaz de controlar mi impuntualidad, hoy llegaré 10 minutos tarde. Lo siento».
  9. Estudie en profundidad la gestión del tiempo. Esta es toda una ciencia que tiene no sólo la teoría, sino también numerosos ejercicios para la práctica.

No olvide trabajar cada día en el desarrollo de la puntualidad, entonces en un mes notará los primeros cambios constantes. La puntualidad está estrechamente ligada a la autoorganización, el autoconocimiento, la autoestima y el respeto. Recuerda esto y el hecho de que el tiempo es lo más valioso que tiene cada persona.

Un ejemplo de persona puntual de mi vida

La puntualidad se manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo, a veces se nota en circunstancias concretas o en un ámbito. Tengo una conocida que no vive de horarios, no hace planes para el día, puede permitirse reuniones espontáneas u otras acciones espontáneas, pero con todo esto es muy puntual en cuestiones de trabajo:

  • es la primera en entregar los informes y siempre a tiempo;
  • sale de casa con tiempo de sobra;
  • responde a todos los mensajes con la rapidez del rayo (aunque, últimamente, lo hace cada vez menos en sus días libres y casi ha dejado de quedarse hasta tarde en el trabajo o de salir fuera de horas);
  • es exigente consigo misma y con los demás
  • mantiene un cierto orden en su mesa y regaña a cualquiera que mueva o coja algo de ella.

Es prácticamente inexistente en la vida cotidiana, sólo le queda el afán de ordenar objetos en las mesas. Y siempre lleva el reloj un poco adelantado.

A pesar de ello, puede llegar tarde a una reunión con amigos. Pero al mismo tiempo llegará con tiempo a un concierto o a otra reunión amistosa, que exige un estricto cumplimiento de los plazos. Así que la puntualidad también puede ser así.

Conclusión

Ahora ya sabe qué significa la puntualidad y cómo desarrollarla. Y también sabes lo que puede ser: sana y excesiva. Puedes trabajar en este último aspecto con la misma eficacia que en el desarrollo de la puntuación. ¿Cómo? Por ejemplo, ahora mismo, tira una de tus tablas o reorganiza tu escritorio. Utiliza también la técnica del reloj, pero al revés, es decir, muévelo ligeramente hacia atrás. O deja de reservar el tiempo extra habitual para viajar. Es como si te dieras permiso para llegar tarde, sin dejar de controlar la situación, y convirtieras el llegar tarde en parte de tu horario.

Y también tomar ejemplo de alguien menos puntual, es decir, adoptar su comportamiento: llegar y salir del trabajo junto con él, no discutir con el jefe cuando dice que es posible desviarse de las normas en la realización de la tarea, etc. Sin embargo, tenga cuidado: no se exceda en la puntualidad y no se deshaga por completo de esta valiosa cualidad.

Fecha de actualización: 11-16-2023