Síndrome de la rana hirviente: cómo no empantanarse en un pantano de problemas

El síndrome de la rana en ebullición es una situación en la que una persona no se da cuenta de las dificultades que le rodean. Vive, resuelve problemas, hace algo. Pero en una situación crítica resulta que simplemente no tiene fuerzas para seguir actuando. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es posible romper este círculo?

Información general

rana en agua hirviendo

La historia fue contada por primera vez por el filósofo y escritor francés Olivier Clerc. Se basa en una experiencia realizada en el siglo XIX. Se introdujo una rana en un recipiente con agua. Después se calentó poco a poco. La rana no mostró ninguna inquietud. El agua se calentaba lentamente, así que sólo tenía que adaptarse a las condiciones cambiantes. Cuando se hizo imposible permanecer en la trampa, la rana simplemente no pudo saltar, ya que había gastado toda su energía en adaptarse.

En el mismo experimento, se colocó una rana en un recipiente con agua calentada a 50ºC. Y saltó inmediatamente.

El síndrome de la rana en psicología

Según la psicología, el síndrome de la rana hirviente hace que una persona tolere los problemas y las dificultades siempre que no traigan peligro consigo. Es probable que empiece a actuar inmediatamente cuando aparecen algunos obstáculos en el camino de la vida. Esto se llama instinto de conservación. Te empuja a buscar opciones para remediar la situación.

Pero hay problemas con el efecto acumulativo. Al principio, aparecen pequeños malentendidos a los que no prestas atención. Poco a poco te adaptas a ellos, te ajustas. Pero los problemas no se resuelven. Se agravan cada vez más.

añadir responsabilidades en el trabajo

Hay muchos ejemplos de este tipo de situaciones. He aquí algunos de ellos:

  1. En el trabajo, se te añaden responsabilidades. Al principio te lo tomas con normalidad, pasa lo que pasa. Pero luego te llevas el trabajo a casa y te quedas despierto hasta medianoche. Y así hasta que sufres un ataque de nervios o tu salud se deteriora.
  2. Digamos que el marido reprocha constantemente algo a su mujer. O viceversa. El síndrome de la rana en agua hirviendo se manifiesta en el caso de que se silencien las ofensas. Curiosamente, sólo uno de los miembros de la pareja guarda silencio. El otro se comporta cada vez con más dureza.
  3. Imagine a un joven empleado en una empresa. Tiene que adaptarse a un equipo que no tiene en cuenta su opinión. El recién llegado no se resiste, hace concesiones y sigue trabajando. Y la situación es cada día más difícil.
  4. A una persona le molestan síntomas desagradables. Pero no va al médico, pensando que todo pasará por sí solo. Pero nada desaparece, las pastillas no ayudan. Aun así, decide ir al hospital. Y de repente resulta que es demasiado tarde para el tratamiento. Sólo una intervención quirúrgica puede mejorar su salud.

Si todas estas personas se hubieran evaluado a sí mismas adecuadamente, no se aferrarían ni un minuto a su compañero de vida o a su trabajo. Como una rana, saltarían del agua caliente. Pero la situación es justo la contraria.

Por qué toleramos

Por qué toleramos

Entonces, ¿por qué la gente vive en condiciones que no le gustan? La respuesta es sencilla: las dificultades se acumulan poco a poco, como se calienta el agua en la experiencia de la rana. Al principio parece que todo es normal y que los problemas son pasajeros, que son fáciles de resolver. A veces lo son.

Pero después aparecen otras dificultades. Luego vienen las siguientes. Pero la persona no se preocupa. Si ha podido con las anteriores, podrá con éstas. Y éste es el error más importante. El tiempo pasará, y pronto simplemente no se verá a sí mismo detrás de la montaña de problemas. Su principal tarea será buscar soluciones.

Cómo cambiar tu situación

Haz un plan de acción

En primer lugar, pregúntate: ¿me gusta todo lo que hay en mi vida? ¿Has respondido afirmativamente? Estupendo, porque tú eres el dueño de tu vida. Pero, ¿qué hacer si la respuesta es negativa? He aquí un plan de acción:

  1. Piensa en qué cosas concretas no te hacen feliz. Escríbelo en un papel.
  2. Intenta recordar cuándo te surgieron los primeros problemas.
  3. Busca las relaciones causa-efecto. Analiza el pasado y relaciónalo con lo que ocurre ahora en tu vida.
  4. Elabora un plan de acción. Piensa en cómo puedes «saltar fuera del agua» mientras aún tengas fuerzas.
  5. El último punto es el más importante: ¡actúa!

Qué lecciones podemos aprender

acumulación de problemas

¿Qué lecciones podemos aprender de la historia de la rana en el agua hirviendo? Hay varias:

  1. En la mayoría de los casos, una persona no ve o no quiere ver el peligro.
  2. Intentar adaptarse a las condiciones que a uno no le gustan es una pérdida absurda de energía vital.
  3. Al adaptarse a las condiciones negativas que le rodean, una persona pierde la vigilancia. Y esto puede acarrear consecuencias muy desagradables.
  4. Los problemas no pueden dejarse para más tarde. Deben resolverse inmediatamente después de su aparición.
  5. ¿Demorar la solución del problema? Prepárese para que con el tiempo le salga más caro.

Recuerda también otra lección: a menudo un problema crece tanto que resulta imposible resolverlo. ¿Por qué?

Un ejemplo

En mi vida hubo un ejemplo del síndrome de la rana en el agua hirviendo. Acabó trágicamente. Uno de mis conocidos, llamado Alexei, notó que empezaba a sentirse peor. Tenía debilidad, la temperatura ligeramente elevada. Pero, como muchos de nosotros, no se apresuró a ir al médico. La visita se prolongó durante algo más de seis meses. El diagnóstico fue decepcionante: oncología. Según el médico, si Alexey se hubiera presentado 3-4 meses antes, todo podría haberse corregido. Pero ahora ni siquiera la cirugía ayudaría. Dos meses después el hombre había muerto.

Hay otros ejemplos del síndrome de la rana en el agua hirviendo. Recuerda al menos cuántos de tus amigos o amigas toleran faltas de respeto flagrantes en la vida familiar, pero siguen viviendo con un marido o una mujer. Es poco probable que sean felices. Es sólo que están acostumbrados a luchar contra su problema y no se imaginan otra vida.

Conclusión

No dejes que el síndrome de la rana hirviendo te arruine la vida. Aprende a decir «no», a negarte a hacer el trabajo de otros, a rechazar el deseo de los demás de trasladarte la responsabilidad a ti. No dejes que nadie, ni siquiera las personas más cercanas, te humille. Si ocurre algo así, no te quedes callado, habla de lo ocurrido. Es la mejor manera de no depender de su sufrimiento.

Fecha de actualización: 11-16-2023