La autoafirmación es «el deseo de un individuo de alcanzar y mantener un determinado estatus social» (definición del Diccionario de Psicología Práctica, de S.Y. Golovin, 1998). La necesidad de autoexpresión pertenece al quinto nivel de necesidades de la pirámide de Maslow, las necesidades espirituales. No todas las personas alcanzan este nivel de desarrollo y, entre las que lo hacen, no todas se autoexpresan de forma saludable. Examinemos con más detalle qué es la autoafirmación de la personalidad en palabras sencillas.
Tabla
Qué es la autoafirmación
En psicología, la autoafirmación es el deseo de una persona de obtener reconocimiento social y respeto. La autoafirmación puede darse tanto en actividades prácticas con la ayuda de logros reales, como a nivel verba l-hablando de logros reales o imaginarios.
La autoafirmación está estrechamente relacionada con la autoestima. Una persona que se autoafirma quiere recibir una alta valoración de la sociedad y de sí misma.
Por regla general, eligen una esfera para autoafirmarse, por ejemplo, el trabajo, la familia (maternidad, paternidad) o la creatividad. Pero algunos intentan ser los mejores en todo. Y algunos incluso se autoafirman a costa de los demás. Este último método no puede calificarse de constructivo y saludable. Se trata de un mecanismo de defensa psicológico, tras el cual una persona esconde su dolor.
En psicología se toman como base los siguientes juicios sobre la autoafirmación:
- la autoafirmación es el deseo de sentir el valor y la importancia de la propia personalidad;
- existen diferentes modelos de comportamiento en el marco de la autoafirmación;
- uno de los modelos destructivos es la autoafirmación a costa de los demás.
Interesante. La necesidad de autoafirmación puede ser de rango o dominante. A veces se convierte en el propósito y el sentido de la vida de una persona, determina el pliegue de su personalidad. Este tipo de personas se caracterizan por el egocentrismo.
Rasgos
Consideremos las características de la autoafirmación a través de sus componentes:
- Interacción social. La autoafirmación es imposible fuera de la sociedad.
- Interacción con el yo y formación del autoconcepto. La autoafirmación está relacionada con otros «yoes»: autorrealización, autorrespeto, autoestima, autoaceptación, autoconocimiento, autorrealización, autodeterminación (profesional y vital), etcétera. A veces, en la confluencia del primer y el segundo elemento se produce un conflicto. Por ejemplo, a una persona puede resultarle difícil lograr el respeto por sí misma y por los demás.
- Jerarquía de motivos y necesidades, sistema de valores. En el proceso de autoafirmación estos elementos pueden transformarse (una persona puede cambiar sus valores cuando sea necesario), pero al mismo tiempo la base inicial determina la especificidad de la autoafirmación.
- El comportamiento. La necesidad de autoafirmación dicta a la persona qué hacer, cómo vivir. Sin embargo, existen diferentes tácticas: defensiva, compensatoria, dominante, constructiva.
Además, la autoafirmación está relacionada con la autoestima. La autoafirmación es un deseo de declararse a uno mismo, su individualidad, su singularidad.
Signos
Un signo de autoafirmación sana y constructiva es el autodesarrollo y la superación continuos de la personalidad. Con este enfoque, una persona se compara sólo consigo misma y se convierte en la mejor versión de sí misma. Supera las dificultades trabajando en sí mismo, no menospreciando a los demás.
Si por alguna razón una persona se considera peor que los demás, tiene problemas de autoestima y autopercepción, elige formas destructivas de autoafirmación. Por ejemplo, la autoafirmación a costa de los demás. Hablaremos más sobre esto en otro artículo, pero por ahora consideraremos las principales manifestaciones (signos) de la autoafirmación a expensas de los demás:
- insultos;
- humillación;
- intimidación;
- discusiones destructivas (para discutir, no para encontrar la verdad);
- provocaciones;
- organización de «montajes»;
- críticas injustificadas;
- cotillear y hablar de una persona a sus espaldas;
- juzgar;
- centrarse en los defectos y fallos de una persona;
- autoritarismo;
- importancia demostrativa.
Una persona devalúa, humilla, suprime a los demás para parecer mejor en su fondo, en lugar de trabajar en sí mismo y realmente en algo para pasar por encima de otras personas o para corregir la autoestima, para desarrollar y establecerse a la par con alguien. Tales personas se caracterizan por su rudeza, agresividad. A veces aparentan confianza en sí mismos, pero en realidad no es así.
Causas
Si hablamos de autoafirmación sana, la razón es la necesidad natural de aceptación por parte de la sociedad y el deseo de armonía interior. Si una persona no encuentra una forma sana de autorrealización, se encontrará desconectada de la sociedad.
Una persona que se autoafirma a costa de los demás lo hace por autoprotección. Le parece que sólo hay enemigos a su alrededor. Para que los demás no ataquen, no reprochen, no critiquen, él da el «golpe» primero. Las razones de esta actitud ante el mundo: falta de amor, atención, aceptación, seguridad en la infancia. Al principio los padres no aceptaban al niño, más tarde se convirtió en no aceptación del propio niño.
La aparición del deseo
El deseo de autoafirmación aparece pronto. Aparece en la primera infancia, alrededor de los tres años. A los tres años, el niño tiene una crisis de edad, que en psicología se denomina «yo soy yo mismo». Es a esta edad cuando el niño se da cuenta por primera vez de su importancia, su valor, su independencia e intenta defender todo esto, hacerse valer. Quiere que se le escuche, que se le respete. En general, busca expresarse y reafirmarse. Sin embargo, el punto álgido de la autoafirmación se alcanza en la adolescencia.
La autoafirmación saludable implica un despliegue gradual del potencial personal, la interacción con la sociedad a través de las capacidades y oportunidades disponibles. Sin embargo, a veces las personas utilizan otras estrategias.
Autosupresión
Es el bloqueo del potencial y las capacidades personales, la prohibición de la autoexpresión. Se basa en miedos, ansiedades, dudas, complejos y conflictos. Por ejemplo, la autosupresión suele producirse en un contexto de miedo al fracaso, inseguridad, baja autoestima, desconfianza en la sociedad, miedo a la crítica y al juicio social.
Es difícil calificar este comportamiento de estrategia de autoafirmación. Es un rechazo de la autoafirmación y una reacción malsana. Es necesario deshacerse de ella, es decir, buscar la raíz de la inseguridad, los complejos y otros problemas, y luego deshacerse de ellos. Es necesario eliminar todos los bloqueos que impiden la autorrealización.
Autonegación
Se trata de la autoafirmación en favor de la sociedad. Es decir, una persona renuncia a su individualidad, deseos e intereses. No vive su vida. En su lugar, se convierte en lo que la sociedad acepta que sea.
Este modelo tampoco puede calificarse de saludable, ya que desencadena el desarrollo de conflictos intrapersonales. El rechazo de una persona a sí misma conduce al desarrollo de neurosis, depresión y otros trastornos mentales.
Una variante alternativa de la abnegación es imitar a alguien. Una persona llega a imitarse tanto a imagen y semejanza de otra que asume los méritos del ídolo. Él mismo empieza a creer que tiene algo que ver con aquello por lo que es conocido el sujeto elegido.
Estrategia compensatoria
Se trata de la autoafirmación de una persona en la esfera que puede no interesarle mucho, pero que está disponible. Es decir, le gustaría hacer una cosa, pero es capaz (tiene habilidades y oportunidades) de hacer otra. Este enfoque puede calificarse de saludable, pero es importante entender que la persona sigue estando insatisfecha.
Para qué es necesaria
La autoafirmación es importante para la armonía interior de la personalidad. Ya hemos dicho que de ella depende la actitud de una persona hacia sí misma. Además, el reconocimiento público y la autoafirmación dan sentido a la vida, motivan para nuevos logros.
El autodesarrollo y la autorrealización son imposibles sin la autoafirmación. De lo contrario, surgen conflictos intrapersonales, depresión, adicciones, agresividad, que se dirige tanto a la propia persona como a otras (a veces adopta formas pasivas).
¡Importante! El rechazo a afirmarse, la ausencia de tal necesidad indican que una persona no se acepta a sí misma y (o) tiene dificultades de socialización.
Cómo hacerse valer
Como ya hemos dicho, la autoafirmación sana consiste en descubrir el potencial personal. Es decir, una persona debe comprender de lo que es capaz y lo que quiere. También es importante comprender lo que el sujeto quiere hacer en la vida, lo que está dispuesto a dar al mundo y en qué el mundo está dispuesto a ayudarle.
¿Cómo entenderse a uno mismo? Debe empezar por definir sus intereses, valores y capacidades. Si no puede hacer una lista por sí mismo a través del autoanálisis, entonces utilice métodos de diagnóstico. Por ejemplo, puede utilizar este tipo de pruebas:
- Diagnóstico de la creatividad personal, autor — E.E. Tunik. La metodología le permite determinar el grado de desarrollo de la curiosidad, la imaginación, la complejidad (ansia de resolver problemas complejos pero interesantes), la propensión al riesgo.
- Todo tipo de tests de inteligencia. Es decir, no sólo el conocido test de CI de Eysenck, sino también el test de inteligencia social, musical, física, etc.
- La metodología «Orientaciones de valores» de M. Rokich. Ayuda a determinar la presencia y expresión de valores universales básicos.
Los valores terminales que determina el método de Rokich son:
- vida activa;
- sabiduría vital;
- salud;
- trabajo interesante;
- belleza de la naturaleza y del arte;
- amor;
- una vida económicamente segura;
- Tener amigos buenos y leales;
- reconocimiento social;
- aprendizaje;
- vida productiva;
- desarrollo;
- entretenimiento;
- libertad;
- vida familiar feliz;
- felicidad de los demás;
- creatividad;
- confianza en uno mismo.
Valores instrumentales que define la metodología Rokic:
- pulcritud;
- buenos modales;
- exigencia;
- alegría;
- diligencia;
- independencia;
- intolerancia a las faltas;
- educación;
- responsabilidad;
- racionalismo;
- autocontrol;
- valor;
- voluntad fuerte;
- tolerancia;
- honestidad;
- sensibilidad;
- amplitud de miras;
- eficacia a la hora de hacer las cosas.
Puede utilizar varias pruebas además de una. Por ejemplo, puedes utilizar el Cuestionario Multifactorial de Personalidad de Kettell. Con su ayuda, harás tu retrato sobre 16 factores:
- reticencia — sociabilidad;
- propiedades de la inteligencia (capacidad intelectual);
- estabilidad emocional — inestabilidad emocional;
- subordinación — dominancia;
- contención — expresividad;
- alta conformidad con las normas generales de comportamiento — baja conformidad del comportamiento con las normas;
- timidez — valentía
- crueldad — sensibilidad;
- credulidad — desconfianza;
- practicidad — ensoñación;
- franqueza — diplomacia;
- calma — ansiedad;
- conservadurismo — radicalismo;
- conformismo — inconformismo;
- alto autocontrol — bajo autocontrol;
- relajado — tenso.
Tienes que conocerte, reconocerte, comprenderte y aceptarte. Recuerda lo que querías hacer antes. Piensa a qué se siente atraída tu alma ahora. Piensa qué puede reconciliarte con la sociedad, convertirse en un puente entre tu individualidad y las normas del mundo que te rodea. Muchas personas se encuentran a sí mismas en una profesión y se autoafirman en su trabajo, convirtiéndose en maestros de su oficio.
Conclusión
La necesidad de autoafirmación es un deseo normal de toda persona. No es necesario atribuirlo al orgullo, la vanidad o algo similar de lo que la gente suele llamar manifestaciones negativas de la naturaleza humana. Sin embargo, merece la pena prestar atención a los medios con los que se intenta satisfacer la necesidad de autoafirmación. Sólo hay un modelo constructivo de comportamiento: la revelación gradual y confiada del potencial personal, la autorrealización en una esfera determinada.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023