Actitud psicológica — qué es en psicología, ejemplos

Las actitudes psicológicas son patrones inconscientes de pensamiento y comportamiento que se basan en la experiencia de una persona. Las creencias determinan la reacción de una persona en situaciones similares. En palabras sencillas, son lo que hacemos en «automático», nuestras reacciones habituales ante circunstancias iguales o similares. Veamos ahora con más detalle qué son las actitudes psicológicas.

Qué es una actitud psicológica

Qué es una actitud psicológica

Una actitud psicológica es una especie de programa para el cerebro. Nos dice cómo actuar en situaciones familiares. Por ejemplo, cuando nos despertamos, no nos decimos a nosotros mismos que tenemos que lavarnos los dientes y la cara, porque es importante para nuestra salud, y no nos lo recordamos, sino que simplemente lo hacemos.

Las actitudes salvan nuestro cerebro de la sobrecarga. La mayor parte de nuestra actividad se realiza de forma inconsciente, es decir, con el piloto automático. En cuanto a la actividad física, casi todo se basa en el piloto automático. Por ejemplo, no piensas en cómo caminar. Una vez que dominas esta habilidad, la repites muchas veces y ahora lo haces automáticamente.

Peculiaridades de las actitudes psicológicas:

  1. Todo el mundo las tiene. Desde los primeros días de vida comienza a formarse un sistema de creencias y percepciones de una persona, es también un sistema de actitudes psicológicas.
  2. Ninguna persona ve el mundo objetivamente. Cada uno tiene su propia verdad, que se basa en su sistema personal de actitudes.
  3. El sistema de actitudes es una estructura móvil. Cambia bajo la influencia de factores externos o cuando una persona influye conscientemente en sus propias creencias. Por ejemplo, una persona está acostumbrada a resolverlo todo a la fuerza y a gritos, y de repente se encontró con alguien que no renunció a sus creencias ni siquiera bajo tanta presión. Más tarde la situación se repitió. Y la persona empezó a dudar de la corrección de su postura.
  4. Las creencias psicológicas determinan el rumbo de la vida. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué personas con datos iniciales condicionalmente idénticos (por ejemplo, hijos de la misma familia) viven vidas diferentes (alguien se emborracha y otro se hace empresario)? Todo tiene que ver con actitudes psicológicas. Puede que en su día fueran las mismas para esos niños, pero luego uno de ellos empezó a desarrollarse por un camino diferente.

El principio de las actitudes psicológicas se utiliza en psicología para corregir el pensamiento y el comportamiento, en el deporte para lograr mejores resultados y en cualquier tipo de actividad. Al fin y al cabo, de hecho, estamos hablando de la formación de hábitos: habilidades llevadas al automatismo. Una actitud es un algoritmo habitual y probado por múltiples repeticiones. Es un patrón determinado que estamos acostumbrados a utilizar en una situación concreta. El sistema de actitudes forma la visión del mundo de una persona.

Las actitudes ayudan a ahorrar energía y tiempo. Sin embargo, es importante tener creencias psicológicas de este tipo que contribuyan al desarrollo de la vida y no lo obstaculicen.

Variedades de actitudes

Las creencias psicológicas impregnan todas nuestras vidas. Varían en alcance y escala. Por ejemplo, el hábito de lavarse la cara antes de acostarse y el hábito de responder a un grito son dos ejemplos de actitudes psicológicas, pero son completamente diferentes. Veamos más de cerca lo que pueden ser:

  1. Generales y diferenciadas. Por las primeras hay que entender los estereotipos. Por ejemplo: «Todas las rubias son tontas», «Conducir un coche no es cosa de mujeres», etc. Las creencias diferenciadas incluyen juicios más específicos. Por ejemplo, un alumno de una universidad concreta dice de un profesor determinado: «Subestima las notas todo el tiempo». Tanto los juicios generales como los diferenciados se basan en la experiencia individual de alguien o en la opinión de una persona autorizada.
  2. Significativos, intencionados y operativos. Los primeros reflejan la comprensión que una persona tiene de algunas cosas: «¿Para qué voy a estudiar biología si de todas formas no la voy a necesitar en mi vida?». Las segundas determinan la actividad de una persona: «No puedes emprender algo nuevo hasta que no domines perfectamente lo anterior». Las creencias operativas determinan las particularidades de la realización de las acciones: «Primero tengo que resolver mis tareas laborales y luego puedo ocuparme de mis asuntos personales». Así pues, estas actitudes determinan por qué, qué y cómo hace las cosas una persona.
  3. Conscientes e inconscientes. Sí, antes decíamos que las creencias son inconscientes, pero a veces son perfectamente conscientes. Por ejemplo, si una persona se dice a sí misma: «Tengo que dedicar una hora cada día a aprender un idioma extranjero para poder conseguir una entrevista en la empresa de mis sueños». Y he aquí un ejemplo de actitud inconsciente: los padres no insultaban directamente al niño, pero le apartaban todo el tiempo, le criticaban mucho, a raíz de lo cual se formó la creencia «soy malo, nadie me necesita».
  4. Limitar y estimular el crecimiento. Por ejemplo, si a un niño se le adoctrina en que con los dedos cortos no puede ser pianista, ni siquiera tocará el instrumento, a pesar de tener un fuerte deseo. Y si una persona sabe que el éxito es un 1% de talento y un 99% de trabajo, empezará a tocar un instrumento musical. Puede que no llegue a ser un gran músico, pero tendrá un pasatiempo favorito, una fuente de fuerza y una válvula de escape.

Tipos de ajustes por función:

  1. Instrumental. El objetivo es obtener una recompensa o evitar problemas.
  2. Informativos. El objetivo es ampliar horizontes o aprender algo nuevo.
  3. De valores. El objetivo es mantener el compromiso con el propio sistema de valores, la autoestima y el respeto por uno mismo.
  4. Protección. El objetivo es preservar la salud y la vida, el honor y la dignidad, los límites personales y el estatus.
  5. Social. Su finalidad es mantener la pertenencia a un grupo o pasar a formar parte de un determinado grupo, encontrar el propio lugar en el mundo, resolver el problema de la autoidentificación.

Además, las creencias psicológicas tienen orientaciones diferentes: en relación con la propia persona y en relación con el mundo. E. Berne escribió mucho sobre esto. También identificó las siguientes variantes de actitudes (escenarios vitales):

  1. Yo soy bueno y tú eres bueno — esta es la actitud de un líder, un ganador en la vida.
  2. Yo soy bueno y tú eres malo: es la actitud de los egocéntricos, los arrogantes y los manipuladores.
  3. Yo soy malo y tú eres bueno es la actitud de la víctima, del perdedor en la vida.
  4. Yo soy malo y tú eres malo es la actitud de los asociales, los nihilistas.

La actitud de una persona hacia sí misma y hacia el mundo se forma en la primera infancia y se basa en la relación del niño con sus padres. Ellos son el prototipo de toda la sociedad para el niño. Son los padres los que dicen con sus palabras y su actitud cómo es el niño. También dejan claro cómo son ellos, es decir, todo el mundo.

Además, las creencias pueden ser a largo y a corto plazo. Por ejemplo, si una persona vive según el principio «Los hombres no lloran» o «Las lágrimas son debilidad» y siempre se prohíbe a sí misma tal demostración de sentimientos, se trata de una actitud a largo plazo. Y si en una situación concreta una persona se insinúa a sí misma: «Lo principal es no echarse a llorar al decirlo», se trata de una actitud a corto plazo.

Estructura

Creencias psicológicas

Las creencias psicológicas son un guión de vida. Las creencias determinan nuestra actividad. Toda la vida se reduce a demostrar que la actitud principal es cierta. Y aquí es donde es importante comprender el significado de la naturaleza de la actitud. Por ejemplo, si una persona cree que nadie la necesita, se pasará la vida sola, porque inconscientemente, para confirmar la corrección de su creencia, ella misma alejará a la gente y arruinará las relaciones.

Atención La estructura de las creencias incluye 3 componentes: cognitivo (pensamientos), emocional (sentimientos y emociones) y conductual (acciones). Si necesitas corregir alguna actitud, tienes que trabajar en las tres áreas.

Analicemos con más detalle cuáles pueden ser las actitudes psicológicas según su estructura.

Fijas

La estructura de una creencia incluye la experiencia y las necesidades de una persona. En una situación determinada, una persona actúa como ya ha actuado alguna vez en circunstancias similares.

Social

estructura social

En el núcleo está la necesidad de contacto social. La creencia social es la actitud de una persona ante la sociedad, los procesos y los acontecimientos que ocurren en ella.

La teoría de Uznadze

Según la teoría de Uznadze, la estructura de una creencia incluye una necesidad y una situación capaz de satisfacerla. La actitud predetermina el comportamiento consciente de una persona y sólo puede surgir cuando una persona está en contacto con el entorno.

Barrera psicológica

Las creencias negativas sobre uno mismo junto con una baja autoestima forman una barrera psicológica. Esto también puede considerarse una creencia, una actitud de guardar silencio, de encerrarse en uno mismo en situaciones de interacción social. Y también tal actitud se manifiesta en forma de pasividad a la hora de realizar cualquier trabajo de responsabilidad.

Positivo

estructura positiva

Estas creencias consisten en creer en la amistad, el amor, la lealtad, la fidelidad, la devoción y la buena actitud de una persona hacia sí misma y hacia el mundo. Las actitudes positivas hacen feliz a una persona y ayudan a alcanzar el éxito en la vida.

Negativas

Estas creencias consisten en la actitud negativa de una persona hacia sí misma y hacia los demás, así como la creencia en la injusticia del mundo. Las actitudes negativas hacen que una persona sea infeliz y obstaculizan su desarrollo personal. Las personas con una actitud negativa hacia sí mismas y hacia el mundo suelen estar enfermas.

Métodos de influencia

emociones positivas

Cómo entender que te guías por una actitud psicológica:

  • en tu discurso prevalecen las palabras «debería» y «debo» en lugar de «quiero»;
  • reaccionas emocionalmente a todo lo que ocurre (de forma positiva o negativa);
  • tiendes a generalizar (metes a todo el mundo en el mismo saco);
  • te gustan los juicios de valor y hablas con estereotipos y refranes.

Si te das cuenta de que los patrones de conducta aprendidos y habituales no te están llevando adonde quieres, tienes que cambiar tus creencias. Recuerda que de ellas depende la calidad y el nivel de tu vida, así como tu felicidad y satisfacción con tu vida. Existen métodos especiales o tipos de influencia sobre ti mismo o sobre otra persona para cambiar actitudes.

Tipos de influencia

Veamos los principales tipos de influencia psicológica para corregir actitudes. Tengamos en cuenta que la influencia puede ser involuntaria, por ejemplo, cuando una persona se convierte en modelo a los ojos de otra, e intencionada, por ejemplo, cuando un padre explica a un hijo lo que es bueno y lo que es malo. Y también cualquier influencia puede ser tanto negativa como positiva para quien adopta actitudes.

Persuasión o razonamiento

creencia

La persuasión es la influencia de una persona sobre las emociones, pensamientos y acciones de otra mediante la presentación de hechos indiscutibles que son significativos para el objeto de influencia. Es decir, es un cambio en las creencias de una persona mediante argumentos a favor de nuevas actitudes. La influencia se lleva a cabo en el proceso de conversación, discusión, debate, diálogo.

Contagio

La infestación es una influencia directa sobre el estado y las emociones de una persona, pasando por alto el componente cognitivo. Con la ayuda de su energía, una persona anima a otras a hacer lo mismo que ella. Esta técnica funciona especialmente bien en una multitud. Entonces la gente empieza a contagiarse entre sí, no sólo del líder. En este caso no importa lo que diga una persona, sino cómo lo diga. Cuanto más fuerte sea la carga, mayor será la probabilidad de que los demás empiecen a repetir las acciones del líder, sin entrar en la esencia y el contenido.

Sugerencia

La compulsión es la influencia sobre los pensamientos, las emociones y el comportamiento de una persona a través de la percepción acrítica. Es decir, a una persona no se le da tiempo para analizar, evaluar juicios o se le prohíbe analizar críticamente lo que se dice, y en su lugar se le obliga a tomarlo todo a pies juntillas. Por regla general, primero se juega con las emociones de la persona a la que se quiere inculcar alguna actitud, y luego, una vez alcanzado el estado deseado, se empieza a «echar a los oídos».

Para la autoinserción son adecuadas las afirmaciones, es decir, las afirmaciones positivas que una persona se dice a sí misma. Por ejemplo: «Soy fuerte», «Soy guapa», «Soy valiente», etc.

Imitación

Imitación

La imitación consiste en copiar palabras, reacciones, comportamientos, aficiones, apariencia y todo lo demás de una persona a otra. La imitación suele hacerla alguien a quien se envidia o alguien a quien se admira. De cualquier forma, el que imita quiere tener algo que no tiene, pero el objeto de imitación sí.

Formas adicionales

Las técnicas de influencia psicológica descritas anteriormente son las más utilizadas por las personas, pero existen otros métodos menos populares para formar creencias.

Favorecer

El objetivo es aumentar la lealtad de una persona a una determinada creencia. Para ello, la persona describe todas las ventajas y beneficios de su actitud. Si la otra persona se imbuye de ella, es decir, se vuelve favorable, entonces adopta esta creencia.

Solicitar

Un ritmo tranquilo al hablar, un tono suave, una sonrisa, un par de cumplidos, una pequeña historia personal: un conjunto que aumenta las posibilidades de éxito si le pides algo a alguien. Puedes influir en el comportamiento de una persona con una petición, y ya sobre la base de ésta se formará una nueva creencia.

Autopromoción

Es una forma de influir en uno mismo. La esencia es que demuestres tus mejores cualidades, habilidades, conocimientos. De este modo, aumenta tu autoestima y consigues un mayor éxito.

Coacción

Coacción

Al igual que las dos técnicas siguientes, ésta es una técnica de influencia cruel y destructiva. La coerción consiste en cambiar las actitudes de una persona jugando con su instinto de supervivencia. La coerción implica el uso de la violencia, el chantaje, las amenazas y la restricción de la libertad.

Ataque

A partir de su propio dolor, una persona ataca a otra, intentando hacerle creer que es mala. Si hablamos de un ataque moral, se trata de gritos, insultos. Si hablamos de un ataque físico, se trata de intentar convencer a una persona de su debilidad física, de su inutilidad.

Manipulación

Hay docenas de técnicas de manipulación, pero todas tienen un objetivo: conseguir que una persona haga lo que favorece al manipulador.

Mi ejemplo de actitud psicológica

el pasado no determina el futuro

Ejemplos de mis actitudes psicológicas:

  • no hay lugar para la violencia y la agresión en las relaciones;
  • hay que expresar y elaborar las emociones y los sentimientos;
  • hay que hacer bien el trabajo, sea cual sea el estado en que se encuentre; de lo contrario, no acepte el trabajo;
  • una relación sana es la unión de dos personas independientes económica, moral y físicamente;
  • soy digno de amor y sé amar;
  • todo se puede cambiar mientras uno esté vivo;
  • el pasado no determina el futuro
  • cada persona tiene ventajas e inconvenientes;
  • es importante mantener el equilibrio interior, seguir la armonía entre pensamientos y acciones;
  • en cualquier situación desagradable hay que buscar oportunidades de crecimiento;
  • no hay situaciones desesperadas; no siempre estamos satisfechos con la solución visible.

Éstas son sólo una pequeña parte de las actitudes con las que convivo. De hecho, probablemente sean miles. Algunas son conscientes y otras inconscientes. Ya me he ocupado de algunas de las actitudes destructivas inconscientes. ¿Cómo? En psicología, se llama psicoterapia cognitivo-conductual. Primero identificas todas las situaciones problemáticas, luego inventas un nuevo algoritmo de acciones dentro de esas situaciones y empiezas a practicar. Repites lo mismo varias veces (normalmente muchas veces).

Al principio es difícil, pero cada vez resulta más fácil. Al cabo de un tiempo, tu cerebro se reorganizará y adquirirás un nuevo patrón de comportamiento. Este programa ya se habrá convertido en algo habitual para ti. Con la ayuda de esta técnica puedes combatir cualquier estado mental no deseado, como fobias, complejos, miedos y otros trastornos. En general, cambias tu forma de pensar de menos a más, tienes energía adicional para nuevos éxitos.

Conclusión

Las actitudes psicológicas de una personalidad pueden tener una carga positiva o negativa, ser peligrosas y perjudiciales para una persona o útiles. No hay que luchar contra todas las actitudes, el automatismo en sí no tiene nada de malo. Sin embargo, si entiendes que algunos patrones habituales de comportamiento y pensamiento te impiden vivir, trabajar, desarrollarte, entablar relaciones con la sociedad, entonces necesitas combatirlos. ¿Cómo? Sustituyendo las actitudes destructivas por otras constructivas.

Fecha de actualización: 11-16-2023