Cambios en la vida: cómo tratarlos y si los necesitamos o no

Los cambios en la vida son el motor del desarrollo humano. Incluso si se trata de cambios desagradables e inesperados, que todavía contribuyen a la formación de la personalidad, dar una valiosa experiencia y conocimiento. Y si son cambios intencionados y positivos, organizados por la propia persona, no cabe duda de su utilidad. El desarrollo es imposible sin salir de la zona de confort. Y los cambios sólo ayudan a salir de ella. Y ahora consideremos en detalle qué son los cambios en la vida de una persona, en qué pueden consistir y por qué son necesarios.

Por qué se necesitan cambios en la vida

Por qué es necesario cambiar en la vida

¿Qué son los cambios en la vida de una persona? Hagamos una definición. Los cambios en la vida son puntos de inflexión, etapas decisivas. Sea cual sea el tono con el que se coloreen (positivo o negativo), son estresantes. A menudo, los cambios se asocian a situaciones de elección, a tomar decisiones difíciles y a responsabilizarse de ellas.

¿Por qué y para qué necesitamos cambios en la vida? Las situaciones que conducen al cambio se convierten en lecciones de vida. A veces el cambio hace que una persona se sienta débil e indefensa. Algunas situaciones parecen desesperadas, las soluciones disponibles no convienen. Pero es necesario y se puede superar.

Se necesita una gran resistencia, sabiduría y madurez personal para adaptarse a las condiciones cambiantes de la vida. Es importante aceptar el hecho de que siempre habrá cambios en la vida. Son necesarios para que una persona se desarrolle y madure como individuo y como persona.

Presta atención La psique, como cualquier otro sistema, busca la estabilidad. Por eso, la gente se opone tanto a los cambios en la vida y no quiere salir de la zona de confort. Es normal tener miedo a lo desconocido y a lo nuevo, pero no puedes permitirte convertirte en rehén de los miedos.

A qué se pueden asociar

¿Cuáles son los cambios en la vida de una persona? Pueden estar relacionados con el trabajo, la salud (mental y física), la vida personal, la educación, el nivel de vida, los intereses, etc. — Los cambios afectan a todos los aspectos de la vida, externos o internos a la persona.

Además, hay cambios vitales naturales (normativos) y privados. Un ejemplo de los primeros: todas las personas pasan por ciertas etapas de crecimiento y posterior envejecimiento. Y esto se aplica tanto a los cambios físicos como a los psicológicos y sociales: el ciclo «jardín de infancia — escuela — universidad — trabajo». En el caso de los cambios privados, hablamos de cambios en la vida de una persona concreta. Y éstos, a su vez, pueden ser tanto especialmente organizados por la propia persona como independientes de sus deseos y acciones.

Cómo relacionarse con los cambios en la vida

Uno puede tratar los cambios en la vida como sorpresas, o puede tomarlos como algo natural. Uno puede trasladar la responsabilidad a las fuerzas superiores (suerte/desgracia), o puede responsabilizarse de uno mismo. Uno puede dejarse llevar por la corriente, o puede convertirse en el amo del cambio.

Lo que no se puede cambiar en nuestra vida

No puedes cambiar a los demás

Para mantener el equilibrio mental y físico, es importante distinguir lo que está dentro de nuestra área de responsabilidad, control e influencia de lo que no podemos cambiar.

¿Qué hay en nuestra vida que no podemos cambiar? Hay muchas cosas que no podemos cambiar:

  • los demás,
  • las leyes del desarrollo humano como organismo, individuo, persona;
  • las leyes del desarrollo de la sociedad;
  • otras leyes relacionadas con el orden mundial;
  • el paso del tiempo (por ejemplo, no podemos retroceder en el tiempo);
  • el ciclo de las estaciones y el clima;
  • el temperamento y otros rasgos innatos;
  • el envejecimiento y la muerte;
  • nuestras elecciones y nuestros errores;
  • etc.

Importante: todos los cambios son neutros en sí mismos, sólo son hechos. Son las personas las que los califican de buenos o malos. Todo depende de cómo nos sintamos respecto a los cambios en nuestras vidas.

A qué pueden conducir

¿A qué conducen los cambios en la vida? El cambio es una experiencia. El cambio revela a una persona algún aspecto de sí misma. A veces, lo que parece una tragedia puede conducir a resultados positivos. Por ejemplo, una persona fue despedida y luego encontró su verdadera vocación. Sin embargo, incluso los cambios positivos conllevan cierta carga de energía destructiva. Analicemos el impacto negativo de los cambios en la vida.

Impacto negativo del cambio

impacto del cambio

El cambio asusta. Cualquier cambio en uno mismo supone el rechazo de una parte de uno mismo. Es decir, primero te quitas algo, durante un tiempo te encuentras en el vacío, y luego lo adquieres. Por ejemplo, renuncias a un círculo social tóxico, a malos hábitos, a un trabajo sin futuro, a una relación amorosa destructiva, etc.

Un cambio de vida supone una fuerte agitación emocional. La persona se encuentra en un estado de inquietud, lo que la expone a un alto riesgo de tomar decisiones equivocadas, precipitadas y emocionales. Intenta mirar los cambios recientes con ojos nuevos y frescos, como si no te estuvieran ocurriendo a ti. Adopte el papel de observador.

Los cambios en la vida siempre llevan a una persona a un estado de estrés, inestabilidad. Cuanto más tiempo permanezca en este estado, es decir, cuanto más lentamente se adapte y tome decisiones, actúe, mayores serán los riesgos y el peligro. La vida en condiciones de constante incertidumbre e inestabilidad está plagada de neurosis, enfermedades psicosomáticas.

Cómo reaccionar con calma ante los cambios en la vida: recomendaciones prácticas

nuevas oportunidades

En algunos cambios de la vida podemos influir más, en otros menos. Y algunos cambios escapan a nuestro control, sólo nos queda aceptarlos. Entonces, ¿cómo aprender a tratar con calma los cambios de la vida? Sigue las siguientes reglas:

  1. Considere el cambio como una oportunidad. Piensa en lo que puedes aprender de la situación, qué beneficios y lecciones puedes extraer de ella. Nuestro cerebro funciona de tal manera que, sin darnos cuenta, nos centramos primero en lo negativo, porque las emociones negativas tienen más energía que las positivas. Pero intenta cambiar tu visión del mundo y desarrollar un pensamiento positivo.
  2. No te obsesiones con los planes y los marcos. Sí, la vida es más productiva cuando una persona tiene planes, objetivos, horarios. Es normal e incluso útil. Pero deje siempre espacio para lo inesperado o, mejor aún, organice usted mismo pequeñas sacudidas con regularidad. Por ejemplo, vaya al trabajo andando o en coche por rutas diferentes. Intente dominar algo nuevo con regularidad, aprenda algo. No te quedes estancado en tu zona de confort: entonces los cambios de la vida no podrán sacarte de tu rutina.
  3. Escucha tu voz interior. No sólo habla a nivel del alma, sino también a nivel del cuerpo. En psicología hay toda una sección (psicosomática) que te enseña a comprender tu mundo interior a través de los síntomas corporales. Si te duele algo, experimentas otras molestias, significa que hay un conflicto interno sin resolver. En periodos de cambio, escúchate con especial atención.
  4. Recuerda que siempre hay una elección y una decisión. La inacción también es una decisión. Es una decisión de no hacer nada, de no cambiar nada, de no asumir responsabilidades. Sí, a veces no estamos satisfechos con las salidas disponibles a las situaciones, pero aun así tenemos que elegir. Recuerda que todo lo que tienes en el presente es el resultado de tus acciones y reacciones pasadas.
  5. No dejes que los miedos, los complejos y otros problemas psicológicos te quiebren. Lucha contra todo lo que bloquea tu desarrollo, impide tu autorrealización.

A veces, para conseguir más y mejor, hay que sacrificar algo. Por ejemplo, algunas personas renuncian a un trabajo estable para ganar dinero trabajando como autónomos o abriendo su propio negocio. Se dan cuenta de que pierden su historial laboral, las mensualidades y cualquier garantía. Pero al mismo tiempo están seguros de que su potencial y sus recursos internos serán suficientes para construir una nueva vida. Sienten que necesitan estos cambios, necesitan libertad.

Mi experiencia

Sé a ciencia cierta que en la vida hay rayas negras, grises y blancas, he notado ciclos en mi vida. Por ejemplo, se nota claramente en el ámbito laboral. El trabajo como redactor publicitario autónomo no puede calificarse de estable. En pocas palabras, es así: durante algún tiempo encuentras varios clientes fijos, puedes planificar tu horario de trabajo y tu rutina diaria, tienes al menos algunos puntos de referencia para un determinado periodo de tiempo.

Al mismo tiempo, sabes que estos proyectos terminarán y tendrás que buscar otros nuevos. En consecuencia, durante algún tiempo (nadie sabe cuánto) los ingresos disminuirán, el ritmo de vida y el estado interior cambiarán. Y también cambiará el tipo de actividad. Patrullar todo tipo de fuentes de vacantes y comunicarse con diferentes personas no es lo mismo que el ritmo habitual de cooperación con aquellos con los que ya se ha trabajado.

Y luego están los parones laborales inesperados que se producen. Por ejemplo, durante la pandemia de 2020 perdí dos clientes, pero al cabo de un tiempo encontré un sustituto.

Estos son los cambios para los que puedes prepararte y aceptar, siempre que quieras trabajar desde casa como autónomo. Al principio era inquietante, pero ahora sé que al periodo de menor carga de trabajo, rechazos y búsquedas infructuosas le seguirá sin duda otro periodo brillante. Realmente ocurre que no encuentras trabajo durante un mes o incluso dos, y luego encuentras varios clientes en una semana. O ellos te encuentran a ti. Lo principal es no desesperarse.

Sin embargo, los periodos ligeros tienen su propio peligro: puedes relajarte y olvidarte de un posible «día negro». Hay que recordar siempre que nadie es inmune a las sorpresas, no hay que perder la cabeza.

He observado una tendencia similar a la ciclicidad en la vida en general. Sucede que en todos los frentes (trabajo, bienestar, vida personal) hay problemas. Y luego las cosas mejoran. No por sí solas, claro, sino gracias a mi resistencia y mis acciones.

Conclusión: todo llega a su fin tarde o temprano. Por lo tanto, no percibo los cambios negativos como algo terrible, pero tampoco dejo que los cambios positivos me quiten la cordura. Es importante mantener siempre la compostura y la mente sobria.

Conclusión

No tengas miedo a los cambios en tu vida. Intenta ser un iniciador del cambio, sal de tu zona de confort. ¿Cómo decidirse a cambiar? Haz una lista de las limitaciones en las que estás atrapado por miedo al cambio, y una lista de privaciones. Imagina, siente lo que sueñas pero no te decides a hacer. Rodéate de personas interesadas en el cambio positivo, que te motiven a avanzar, no que te hagan retroceder.

Recuerda que la felicidad y la armonía son las directrices principales. Decídete a hacer cualquier cambio si mejora la calidad y el nivel de tu vida, te hace feliz, sano y exitoso. Respétate y quiérete, guíate por tus necesidades personales y libera tu potencial personal. Cambia, conviértete en la mejor versión de ti mismo.

Fecha de actualización: 11-16-2023