La crisis de los 7 años coincide con la entrada del niño en la escuela. Es un periodo de gran responsabilidad para padres e hijos.
El entorno social cambia, el niño tiene más responsabilidades, en particular, hay una necesidad de aprender, asistir a una institución educativa.
Todo ello afecta al comportamiento, la autoestima y el carácter. El círculo social se amplía, ya que existe la necesidad de comunicarse con compañeros y profesores. La rutina diaria también cambia.
Tabla
¿Por qué es importante conocer las normas de comportamiento?
Un niño entra en una nueva etapa de su vida. Algunos niños están contentos de ir a la escuela, otros tienen miedo, otros se resisten a los cambios. El cambio de entorno también afecta al estado psicológico del niño adulto.
Antes, mamá y papá estaban siempre cerca. Ahora, en muchos casos, tiene que depender de sí mismo. Este es un periodo importante del crecimiento. Sobre la psique recae una fuerte carga, aquí se añade la necesidad de dedicar tiempo a las clases, obedecer al profesor, hacer los deberes. Los niños comparan sus logros con los de sus compañeros.
Antipático puede ser y la comunidad escolar. Si el niño es rechazado en el grupo, golpea duramente su autoestima.
La tarea de los padres durante la crisis de los 7 años — para apoyar al niño, para ayudarle a pasar a una nueva etapa de la vida, más compleja.
¿Consejos generales para sobrevivir?
Las medidas anteriores de influencia y educación ya no son eficaces. Los padres tienen que encontrar nuevas formas de controlar y dirigir al niño. Al mismo tiempo, se le da más autonomía.
Qué hacer :
- Pasar más tiempo con el niño.
- Permítele resolver los problemas que sea capaz de manejar. Esto desarrolla la independencia, la fuerza de voluntad y la motivación.
- Demuestre su cariño: apoyo, abrazos, conversaciones amistosas
- Acepta que el niño tiene su propia personalidad, es un individuo, con su propio carácter, deseos.
- Escuche si el niño quiere compartir algo: problemas o alegrías. No interrumpas, deja hablar al niño.
- No agobies, pero deja tiempo para jugar.
- Pasar tiempo juntos.
- Si un hijo o hija pide ayuda con los deberes, no hacer todo por él, sino sugerirle los puntos principales.
- Fomentar el sentido de la responsabilidad: niños y niñas deben tener sus propias responsabilidades, pero aquellas a las que sean capaces de hacer frente.
Los adultos deben discutir una táctica unificada de crianza. No es posible que uno mime, el otro regañe, uno prohíba, el otro permita. El niño debe entender claramente lo que se quiere de él.
Es inaceptable :
- levantar la voz
- la crítica si un alumno no consigue hacer frente a algo;
- la violencia física.
Todos estos factores afectarán negativamente a la formación de la personalidad.
Es importante explicar a la generación más joven lo que es aceptable hacer y lo que no, cuáles son las normas en la sociedad, cómo comunicarse con los compañeros y los profesores.
También es igualmente importante establecer y mantener la confianza en los padres. Un niño no debe tener miedo de informar de los problemas, pedir consejo y ayuda.
Se presta especial atención a los niños cuyos padres no viven juntos o están en proceso de divorcio. La crisis en este caso puede ser más vívida y dolorosa, ya que existe un factor de estrés adicional.
Reglas de interacción: ¿qué hacer?
Las principales normas que deben observarse:
- No levantar la voz. El estado de ánimo negativo de los padres no debe reflejarse en los niños.
- Explicar sus exigencias. Un niño de siete años es muy capaz de aprender las normas, y debe entender qué es exactamente lo que quieren de él, y no porque mamá o papá lo hayan decidido así.
- No rompa las normas ni cambie las reglas establecidas para el niño.
- No limitar la comunicación con los compañeros.
- No compares con los demás.
- Si hay problemas en la escuela, no puedes ignorarlos, debes encontrar la forma de ayudar.
- Trata al alumno más joven como a un adulto.
Si la crisis y el comportamiento del niño están fuera de control, es mejor consultar a un psicólogo o pedir consejo a un profesor experimentado.
Los padres deben demostrar de todas las formas posibles su amor y respeto por la personalidad de la persona en crecimiento. Sin embargo, esto no significa que haya que complacer todos sus caprichos y satisfacer todos sus deseos. La persona en crecimiento debe entender que existen limitaciones, pero es necesario explicarle por qué.
Un niño de siete años está en una edad razonablemente consciente y es capaz de aprender y seguir muchas normas.
Una rutina diaria es buena y correcta, pero también debe haber tiempo para el descanso. Los fines de semana hay que darles la oportunidad de relajarse, de hacer sus actividades favoritas, de descansar.
Los niños están muy cansados del proceso educativo, sobre todo en los primeros meses de asistencia a la escuela, cuando se están acostumbrando a las nuevas normas, al régimen, a las actividades más activa s-mentales y físicas-. El exceso de trabajo provoca agresividad, rechazo a aprender y a seguir las normas establecidas.
Cuando las normas aceptadas están devaluadas
Cuando las normas están devaluadas, el niño suele ser maleducado, testarudo, discute por cualquier cosa, rompe los juguetes.
La tarea de los padres — insistir con firmeza y calma en el cumplimiento de las normas, explicar que es inaceptable ser grosero con adultos y niños. Se le puede decir al niño que ahora es un adulto, por lo que debe comportarse en consecuencia.
El ejemplo de los parientes cercanos es de gran importancia: el niño aprende el comportamiento de los adultos. Al mismo tiempo, es necesario aumentar la autoestima, no castigar, sino enseñar a comportarse mejor y más correctamente.
Si el niño quiere imitar a los adultos
Es una aspiración natural de un adulto comportarse como tal. Es necesario fomentar los momentos positivos: el deseo de trabajar, de estudiar. El deseo de ser como un adulto fomenta la fuerza de voluntad, el valor y la independencia. Los padres deben dejar de tratar al alumno más joven como a un bebé, de lo contrario provocará aún más resistencia.
Te consideras un adulto, así que tienes que cumplir ciertas normas. Mamá y papá trabajan, tu trabajo es estudiar.
Cuando se lucha por la independencia
Apoya al niño en su deseo de desarrollarse, de conocer el mundo, de ser más independiente, dándole tareas sencillas que sea capaz de realizar. El desarrollo de la independencia a esta edad es necesario para que el niño pueda desenvolverse con audacia y activamente en el mundo que le rodea, resolver los problemas y tareas corrientes sin depender de los adultos.
¿Podemos beneficiarnos?
La crisis de los 7 años — una etapa importante del desarrollo, por lo que no se puede perder muchos momentos. La personalidad de un niño en edad preescolar se está reconstruyendo, y los padres deben entenderlo. Ya no es posible tratarle como a un niño.
El desarrollo de la independencia es una de las cosas más importantes a las que los padres deben prestar atención. También se forman la fuerza de voluntad y la responsabilidad. Es importante mantener y desarrollar la motivación para el aprendizaje y la cognición. Es importante explicar la importancia de asistir a la escuela, hacer los deberes y seguir ciertas normas.
Las chicas suelen estudiar con más diligencia y crecen antes. Sin embargo, pueden compararse con sus compañeras, por ejemplo, en cuanto a la ropa. Inicio creativo, el deseo de estar guapa debe canalizarse en la dirección adecuada: elogios, inscripción en círculos (baile, labores de aguja), apoyo en los esfuerzos.
Los chicos intentan imponerse en el colectivo, conflicto con chicos y chicas, el trasfondo emocional es inestable, posibles brotes de violencia, peleas, hay dificultades en el trabajo monótono. El chico necesita diversificar la rutina escolar, apoyar el interés por el aprendizaje, inscribirse en secciones — natación, lucha, construcción, teniendo en cuenta los intereses y capacidades del niño.
Entre los héroes de los dibujos animados, los libros se pueden encontrar ejemplos de héroes positivos. Es necesario explicar por qué hacen lo correcto, mientras que otros héroes actúan mal.
Ejemplos de juegos conjuntos para toda la familia
Estudiar se está convirtiendo en la actividad principal, pero los juegos también desempeñan un papel importante en el desarrollo, la relajación y el descanso.
Si el niño tiene juegos favoritos, no es necesario prohibírselos: en el proceso de crecimiento, pasarán gradualmente a un segundo plano. Los juegos ayudan a cambiar la psique y a descansar del estudio.
Los juegos deportivos al aire libre son útiles: ayudan a deshacerse del exceso de energía y a descansar del proceso de aprendizaje. Los niños de esta edad se sienten más atraídos por los juegos de equipo.
Durante este periodo, los niños pueden interesarse por los juegos intelectuales y la creatividad. Representar obras de teatro infantil es un buen ejemplo de actividad lúdica. Los niños se desarrollan creativamente. Las representaciones son útiles para desarrollar la memoria y la imaginación.
Ejemplos de juegos:
- «Barbell». Permite relajarse, liberar tensiones. Imagina que hay una barra de pesas en el suelo. Tienes que agacharte, cogerla, tomar aire y levantarla. Imagina lo pesada que es. Luego bájala lentamente.
- Juego táctil. Sobre la mesa se colocan diferentes objetos: duros, blandos — un trozo de piel, papel, cepillo, cubo, etc. El adulto sostiene un objeto en la mano del niño y le pide que cuente sus sensaciones.
- «Congelarse en la figura correcta» . Entrenar la atención, la coordinación de movimientos. Es más interesante jugar en grupo. Todos se mueven en círculo, cuando el líder aplaude, es necesario congelarse en una determinada postura. Por ejemplo, una palmada — pose de cigüeña, dos — de oso, tres — reanudar el movimiento.
Los principales errores
Para no agravar el curso de la crisis, para no perder la confianza del niño, es importante que los padres no cometan una serie de errores:
- Castigo físico. El niño siente humillación, se vuelve temeroso de los padres y pierde la confianza. Los castigos físicos contribuyen a la disminución de la autoestima, un escolar de corta edad puede volverse tímido, inseguro, para evitar represalias, empieza a mentir a los padres, ocultando diversos hechos, por ejemplo, los fracasos en los estudios, los problemas en la escuela, con los compañeros, los errores cometidos.
- Críticas: «lo haces mal», «no lo haces bien», «eres un perdedor» — el niño se confirmará en esta opinión, porque la opinión de los padres sigue siendo importante para él. Como resultado, la motivación para estudiar cae, la personalidad se siente como un paria, indigno de recompensa, comienzan los problemas con la auto-identificación entre pares.
- Prohibir a comunicarse con un chico o una chica en particular, diciendo que es malo, indigno, su familia disfuncional.
- No se puede decir una cosa hoy y cambiar de opinión mañana: «Eres adulto, debes cumplir tales y cuales deberes», y al día siguiente: «Eres pequeño, no puedes hacer eso».
- Comparar con otros niños, decir que el niño aprende peor, se comporta peor, otros niños son mejores. Esto baja la autoestima, la motivación.
- No se puede ridiculizar los errores, las meteduras de pata. Si un niño ha hecho algo mal, hay que explicarle con calma cómo se debería haber hecho o por qué no se debería haber hecho.
- Levanta la voz. El niño se pone nervioso, disminuye la motivación para estudiar y pueden producirse rabietas.
Conclusión
La crisis de los 7 años no es fácil, pero supone un salto cualitativo e importante en el desarrollo. La personalidad entra en una nueva vida, el entorno cambia cualitativamente, hay más independencia. Es importante que los padres mantengan el deseo de aprender, de desarrollar al niño intelectual, física y emocionalmente.
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Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023