El concepto de las neoplasias de la crisis del 1er año y lo que incluyen

foto 15788_1

La vida de cualquier persona es una alternancia de etapas de crisis.

La esencia de cada una de ellas es la formación de nuevas formaciones — conocimientos, destrezas, habilidades, destrezas que son de utilidad práctica para el crecimiento, el desarrollo de una persona.

La crisis se produce en el momento en que los recursos disponibles no satisfacen las exigencias del entorno. Es necesario adaptarse, adaptarse, dominar nuevos modelos de comportamiento, formas de reaccionar.

¿De qué se trata?

En circunstancias favorables, las crisis no duran mucho: unos pocos meses. Son cambios rápidos en el desarrollo que contribuyen a alterar drásticamente la salud mental del niño. La crisis comienza imperceptiblemente, alcanzando una expresión más vívida sólo hacia su mitad. Los síntomas desaparecen en la fase de adquisición, la formación de neoplasias especiales.

Estos incluyen :

  • mentales;
  • emocionales;
  • cambios sociales en la conciencia del niño, que caracterizan su actitud hacia el entorno externo y hacia sí mismo.

La aparición de propiedades mentales fundamentalmente nuevas modifica significativamente el comportamiento: los adultos suelen llamar al niño caprichoso o llorón.

¿Por qué es necesaria una reestructuración mental?

La crisis del primer año de vida se asocia a un aumento de las capacidades del niño, a la aparición de nuevas exigencias que se le plantean. El auge de la independencia, la aparición de reacciones afectivas ante la incomprensión de los adultos… son los signos más evidentes del inicio del periodo de crisis.

foto 15788_2

En el primer año de vida, el niño

  1. se adapta a la realidad que le rodea
  2. empieza a sentirse independiente
  3. se esfuerza por autoafirmarse;
  4. persevera;
  5. protege sus límites personales.

Si antes los adultos se encargaban de organizar su tiempo, ahora sus propios deseos e intereses se han hecho más conscientes e importantes.

Las nuevas oportunidades destruyen la imagen habitual del mundo y provocan fuertes sentimientos. Es necesario encontrar nuevas formas de interactuar con los demás: la formación de nuevas formaciones.

Nuevos avances en el desarrollo mental y emocional al año de edad

Además de dominar la marcha, la formación del habla autónoma, el niño desarrolla activamente la motricidad fina y gruesa (como medio de conocimiento del mundo), el pensamiento, la imaginación. El lenguaje en el que habla el niño, con el tiempo se hace comprensible, cercano al de los adultos. El bebé aprende a hacer preguntas, a repetir palabras después de los adultos.

Incluso en ausencia de las habilidades necesarias, el niño intenta hacerlo todo de forma independiente. Hay una selectividad en la comunicación: rechazo a los extraños o excesiva exigencia a los seres queridos. Es natural que a las nuevas oportunidades de movimiento y conocimiento de la realidad circundante se añadan las primeras prohibiciones que determinan la preocupación de los padres por la salud del bebé.

Cuando el niño no está fundamentalmente de acuerdo con las condiciones impuestas, empieza a reaccionar de forma aguda :

  • llorar
  • pelear;
  • pisando fuerte;
  • gritar.

Esta protesta tan peculiar se emite con fines de manipulación, para obligar a los adultos a plegarse a los deseos del niño. Incluso el bebé más tranquilo y sosegado se vuelve desobediente, testarudo y resentido. Al mismo tiempo, desarrolla una mayor sensibilidad no sólo al estímulo, sino también a la censura.

La fuerza y la gravedad de las reacciones negativas del niño durante la crisis de la edad dependen del entorno familiar.

Al final del periodo de crisis, las nuevas formaciones características son:

  • marcha autónoma;
  • habla autónoma;
  • conceptos motivacionales;
  • autoconciencia;
  • cambios en la situación social del desarrollo.

Debido a las peculiaridades del desarrollo y la crianza, el entorno familiar y otra serie de factores, el grado de formación de las nuevas formaciones puede ser cualitativamente diferente.

Marcha independiente

foto 15788_3

A medida que los pies del niño crecen, experimentan cambios globales. El bebé aprende gradualmente nuevas habilidades asociadas a distintos tipos de actividad.

Al cumplir un año, comienza la etapa de la marcha independiente. Tras los primeros pasos, el ritmo de la marcha se adapta a su velocidad y el niño aprende a mantener el equilibrio.

Habla autónoma

Si antes el malestar emocional se transmitía mediante gritos o tarareos, con la edad el bebé empieza a balbucear, a repetir sílabas sueltas, a imitar los sonidos del habla adulta. Hacia el año de edad aparecen las primeras palabras con sentido.

Ideas motivadoras

Se trata de las principales nuevas formaciones del primer año de vida, que contribuyen a la formación de la personalidad y al surgimiento de la independencia. Las percepciones motivadoras son la imagen de un objeto que tiene el niño y que le incita a la acción. El bebé se vuelve capaz de actividad no sólo bajo la influencia de impresiones directas, sino también bajo la influencia de imágenes y representaciones que surgen en la memoria.

Las representaciones motivadoras cambian fundamentalmente el comportamiento del niño y su relación con la realidad circundante, lo convierten de objeto en sujeto de actividad.

Autoconciencia

foto 15788_4

A esta edad se produce una separación de las líneas de desarrollo mental de niños y niñas. Se hacen inherentes a distintos tipos de actividad rectora. En los chicos se forma la orientación objetal e instrumental :

  1. manipulación con objetos;
  2. ansia de construcción.

Esto contribuye al desarrollo del pensamiento abstracto y abstraído.

En las niñas, sobre la base de la actividad del habla, se forma la actividad comunicativa, que implica el dominio de la lógica de las relaciones humanas (pensamiento social).

Cambios en la situación social del desarrollo

Se caracteriza por la aparición de una actividad objetal conjunta del niño y el adulto. En el proceso de este tipo de actividad, el niño se apropia de formas socialmente desarrolladas de utilizar los objetos.

El adulto muestra al bebé cómo utilizar los objetos que le rodean, al tiempo que le explica por qué necesita el objeto.

¿Qué ocurre después de la crisis?

Tras la crisis del primer año de vida, el niño empieza a sentirse un individuo separado del adulto, adquiere control sobre su cuerpo, realiza movimientos y gestos arbitrarios. El niño aprende nuevas formas de interactuar con el mundo y empieza a utilizarlas activamente.

¿Por qué es importante que los padres lo sepan?

Los padres deben ser pacientes y dejar que el niño se familiarice con la independencia si es seguro hacerlo. Del comportamiento y las reacciones de los adultos depende directamente la fuerza y la gravedad de las reacciones negativas, la situación posterior del desarrollo.

Es necesario adherirse a un estilo democrático de crianza: fomentar la iniciativa, tener en cuenta las necesidades, proporcionar ayuda. Tampoco se recomienda repetir después las palabras inventadas por el bebé, de lo contrario se ralentizará gravemente el desarrollo del habla.

Conclusión

La esencia de la crisis del primer año es la contradicción entre el deseo de independencia y la dependencia de los adultos. En el transcurso de esta crisis, el niño aprende a interactuar con el mundo de manera que no viole los límites de los demás, se mantenga seguro, pero al mismo tiempo satisfaga sus deseos.

La búsqueda activa de formas de satisfacer el interés natural afecta favorablemente al desarrollo del bebé. Durante este periodo es erróneo hacer diagnósticos o conclusiones mentales, las manifestaciones de la crisis son propias de cualquier niño.

¿Te ha resultado útil el artículo? Valora

0 / 5. Número de valoraciones: 0

Fecha de actualización: 11-16-2023