Manía persecutoria — qué es, síntomas y signos

La manía persecutoria se considera desde hace tiempo uno de los trastornos de la psique. ¿Siente que alguien le sigue? Quienes padecen manía persecutoria, parece que lo hacen constantemente. Y eso no es todo. Ven acosadores imaginarios en cada persona e incluso intentan confundir las pistas para librarse de ellos. ¿Se imagina lo difícil que es para estas personas vivir en sociedad? En este sentido, hay una pregunta bastante lógica: ¿por qué surge este trastorno y cómo combatirlo?

Qué es la manía persecutoria

delirios de persecución

La manía persecutoria (también conocida como delirio de persecución) es un trastorno mental en el que a una persona le parece que alguien le sigue para hacerle daño. Este trastorno tiene otro nombre: delirio de persecución (del latín persecutio, que significa persecución).

El paciente está seguro de que cierto grupo de personas quiere hacerle algo malo. Ve enemigos en vecinos, colegas e incluso amigos. A veces son animales u objetos inanimados. Según la persona, quieren matarle, envenenarle, robarle o simplemente acosarle.

He aquí un ejemplo. Supongamos que alguien diagnosticado de manía persecutoria acude al cine a ver su película favorita. Hay otros espectadores sentados a su alrededor. Naturalmente, se ríen, hablan y de vez en cuando lanzan una mirada a sus vecinos. Y no hay nada extraño en ello. Pero no para el paciente. Le parece que los que le rodean le absorben por completo. No sólo bromean con él, sino que hacen planes para hacerle algo malo. Tratando de evitar este destino, el individuo lo deja todo y abandona la sesión sin ver la tan esperada foto.

Éste es sólo un ejemplo. Los hombres y mujeres que sufren manía persecutoria están simplemente obsesionados con la idea de sacar a la luz a sus enemigos. Se vuelven retraídos y agresivos. Además, los pacientes suelen escribir denuncias sobre los supuestos malquerientes. También hacen todo lo posible por ocultarse cubriendo sus huellas, cambiando sus rutas habituales, apariencia, transporte, etc.

Ernest Charles Laseg

El delirio de persecución fue mencionado por primera vez por Ernest Charles Laseg, psiquiatra francés, en 1852. El fisiólogo Ivan Pavlov dio una explicación más detallada. Según él, esta enfermedad es consecuencia de una alteración en el funcionamiento de algunas partes del cerebro.

La Organización Mundial de la Salud considera la manía persecutoria una enfermedad. Según las estadísticas, este diagnóstico se ha confirmado en 44.000.000 de pacientes en todo el mundo. La mayoría de ellos son ancianos que padecen esquizofrenia o demencia. Además, la patología puede ser consecuencia de una intoxicación etílica.

Datos de interés

Jean Jacques Rousseau

La manía persecutoria se dio en muchos personajes famosos. Recordemos a algunos de ellos.

Jean Jacques Rousseau — escritor y filósofo. Veía conspiraciones secretas por todas partes, parecía que todos los amigos y conocidos estaban puestos en su contra. Especialmente fuerte enfermedad se manifestó después de la publicación de su libro «Emile, o la Educación», debido a lo cual hubo un grave conflicto con la iglesia.

Manía de la persecución fue y Edgar Poe. Tenía miedo de la oscuridad, porque creía que acechan monstruos y fuerzas de otro mundo que quieren matarlo.

La patología no pasó por alto a Sergei Esenin. Veía perseguidores por todas partes. El poeta intentaba ahuyentarlos, profiriendo insultos al público que le escuchaba.

Causas del suceso

Todavía no existe una opinión única sobre las causas del desarrollo de la manía persecutoria. Algunos médicos hablan de una violación del trabajo de algunas partes del cerebro, otros asocian la patología con anomalías mentales.

Y, sin embargo, es posible identificar una serie de razones que, de alguna manera, hacen que una persona sienta la mirada del acosador por todas partes:

  1. Predisposición genética. Si uno de tus familiares tuvo delirios de persecución, la probabilidad de que aparezca en ti aumenta considerablemente.
  2. Esquizofrenia paranoide, acompañada de alucinaciones auditivas y visuales.
  3. Psicosis. Se trata de estrés grave, pérdida de la armonía interior, estados obsesivo-compulsivos.
  4. Aumento de la ansiedad. La persona tiene tanto miedo de todo que sospecha que todos los que le rodean tienen malas intenciones con respecto a ella. Y los malos pensamientos se fijan firmemente en su cabeza.
  5. Sobredosis de medicamentos psicotrópicos.
  6. Drogadicción, consumo excesivo de bebidas alcohólicas. En casos especialmente graves o, por el contrario, con un fuerte rechazo de estas sustancias se desarrolla ansiedad y preocupación excesiva. Y este es un camino directo a la aparición de la manía persecutoria.
  7. Cambios relacionados con la edad, como la demencia senil asociada a la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos similares.
  8. Aterosclerosis, que se caracteriza por una disminución de la permeabilidad de los vasos sanguíneos.
  9. Lesiones craneoencefálicas en las que hay daños en el cerebro. Los delirios de persecución aparecen si se lesiona el hemisferio izquierdo, asociado a los procesos cognitivos.

También hay varios factores que provocan el desarrollo de la manía persecutoria:

  1. Complejo de víctima. La humillación y la crítica durante un largo periodo de tiempo convencen a una persona de que siempre y en todo está equivocada. Esta idea está tan firmemente fijada en su mente que simplemente tiene miedo de hacer cualquier cosa. Como resultado, no sólo se niega a tomar decisiones, sino que empieza a culpar a todos los que le rodean de sus problemas. Y eso a pesar de que, la mayoría de las veces, él mismo es el culpable de todo.
  2. Creencia en el destino. La manía persecutoria se desarrolla en aquellas personas que están seguras de que sus vidas están supeditadas a la previsión, a las circunstancias o a algunas fuerzas sobrenaturales. Esto se denomina locus de control externo.
  3. Indefensión aprendida. Es el sentimiento de impotencia que acompaña al complejo de víctima. La persona ni siquiera tiene en cuenta las circunstancias. Simplemente se ha convencido a sí misma de que no puede cambiar nada.

Aquí también se puede añadir una posición defensiva, en la que el individuo percibe cualquier palabra o frase que se le diga como una amenaza.

Síntomas

aislamiento

Como cualquier otro trastorno mental, la manía persecutoria tiene sus propios signos y síntomas. Hay varios:

  • agresividad inmotivada;
  • retraimiento;
  • deseo de aislarse de la sociedad;
  • ansiedad persistente;
  • problemas para dormir, falta de apetito;
  • certeza de que la gente alrededor — traidores, enemigos, malquerientes;
  • búsqueda de un significado secreto en cualquier situación;
  • incapacidad y falta de voluntad para reconocer la presencia de la enfermedad.

Como ya se ha dicho, otro signo son los intentos de confundir a los perseguidores cambiando de ruta, encriptando registros y otras acciones similares.

Tipos de manía persecutoria

Se distinguen siete variedades de la patología. Para mayor claridad, las colocaremos en la tabla:

Tipo Manifestaciones
Daños a la propiedad A una persona le parece que los delincuentes quieren robarle o simplemente estropear cosas, vivienda
Envenenamiento Los pensamientos intrusivos de envenenamiento hacen que la persona desconfíe de cualquier comida y bebida que no esté en casa
Querulousness El paciente lucha por sus derechos e intereses, buscando ayuda en diversas instancias y organismos gubernamentales
Celos La pareja tiene que soportar frecuentes escenas de celos, e incluso en casos en los que no da razón de ellos. La certeza de la infidelidad hace que la persona organice controles e interrogatorios
dramatizaciones Un tipo bastante interesante de manía persecutoria. El paciente cree que la vida es un escenario de teatro, que las personas son actores y que la realidad circundante es un buen decorado. Todo lo que le sucede le parece o bien un experimento divertido, o bien un espectáculo en el que él mismo desempeña el papel principal
Doppelgangers Un individuo puede ver a un amigo o conocido en un completo desconocido. Y después de no reconocerlo, considerarlo como alguien sobre el que se ha puesto un buen maquillaje para engañarlo.
Acusaciones El paciente está seguro de que los que le rodean evalúan y critican cada uno de sus pasos

Mecanismo de desarrollo

La manía persecutoria se desarrolla por etapas. Al principio, el paciente sólo siente una leve ansiedad, desconfía de los demás, se encierra en sí mismo. Evita las grandes aglomeraciones, no hace nuevas amistades. Esta es la primera etapa, que se denomina trastornos primarios.

La segunda se caracteriza por un aislamiento pronunciado de la sociedad. El paciente se agita con facilidad, se vuelve agresivo, por lo que tiene problemas en su vida personal y laboral.

La tercera etapa de la manía persecutoria es el pico de agravación. Va acompañada de un temor permanente por su vida, intentos de esconderse de perseguidores imaginarios. Durante este periodo, incluso los familiares y las personas cercanas parecen enemigos. El principal peligro es la posibilidad de causarse daño a sí mismo y a sus allegados.

Consecuencias

agresión

Ignorar los signos de la enfermedad y no tratarla adecuadamente acarrea muchos problemas. He aquí algunos de ellos

  • Incapacidad para distinguir entre el mundo real y el imaginario;
  • ansiedad constante debido a los pensamientos sobre peligros imaginarios que le rodean;
  • retraimiento, aislamiento casi total, negativa a comer, insomnio;
  • agresividad hacia los demás.

En casos especialmente graves, por ejemplo, con exacerbación de los delirios, es posible que se produzcan intentos de suicidio.

Diagnóstico

Hacer un diagnóstico de «manía persecutoria» debe ser un psicoterapeuta o psiquiatra. Es necesario ponerse en contacto con un médico con la aparición de los primeros síntomas alarmantes, ya que empeorarán con el tiempo.

En primer lugar, el médico mantendrá una conversación con el paciente. Evaluará su estado en función de los síntomas y de la gravedad de su evolución. Por lo general, estos pacientes se muestran rígidos, desconfiados, retraídos y reacios al contacto. Pueden negarse rotundamente a hablar con el especialista y pedir que se cierren ventanas y puertas para protegerse.

La siguiente etapa del diagnóstico es una consulta con un psicoterapeuta. El objetivo principal es identificar enfermedades concomitantes, en particular, trastornos mentales, adicción al alcohol y a las drogas. Puede que una persona tenga motivos reales para temer a quienes le rodean. Hablamos de deudas, delitos cometidos en el pasado, venganzas, problemas con la justicia, etc. En estos casos, puede ser necesaria la ayuda de especialistas de otros perfiles, como abogados.

Y por último, las pruebas. Preguntas especialmente seleccionadas ayudan a evaluar las características personales de una persona, su capacidad para comunicarse con la sociedad y el estado de su psique. Normalmente, los psicoterapeutas y psiquiatras utilizan el cuestionario multifactorial de Kattell, que consta de 187 preguntas. Además, se utilizan pruebas de interpretación, de dibujo y de memoria y pensamiento.

Durante una de estas pruebas, se pide al paciente que considere varias situaciones cotidianas con otras personas y las describa, que invente una historia para cada una de ellas. En función de las respuestas, el especialista decide el diagnóstico de manía persecutoria.

Tratamiento

Hay varias formas de deshacerse de la manía persecutoria. Lo principal es que el tratamiento sea integral. Tomar sólo medicación o sólo psicoterapia no dará los resultados deseados.

Psicoterapia

psicoterapia

Se realiza en las primeras fases de la enfermedad. Por término medio, se necesitan de 7 a 20 sesiones para obtener un efecto estable. Aunque, si la enfermedad está en fase de exacerbación, el tratamiento puede durar más tiempo.

Durante la sesión, la principal tarea del médico es demostrar al paciente que es la percepción errónea de la realidad lo que le hace sentir una ansiedad y preocupación excesivas. Para corregir la situación, la persona aprende el proceso de aparición de determinados sentimientos y emociones, así como las formas de controlarlos.

Bastante eficaz en el tratamiento de la manía persecutoria ha resultado ser el enfoque psicoanalítico. El especialista busca las causas de su desarrollo en conflictos personales, utilizando las técnicas de transferencia y proyección. Una vez descubiertos estos conflictos, se los demuestra al paciente.

A los métodos anteriores cabe añadir la terapia familiar y artística. Esta última ofrece al paciente la oportunidad de descargar emociones negativas con ayuda de la creatividad.

Tomar medicación

Entre los medicamentos para la manía persecutoria, el médico suele recetar los siguientes grupos de fármacos

  • neurolépticos para reducir el nivel de excitación del cerebro;
  • anticonvulsivos para suprimir los centros de excitación;
  • antipsicóticos para inhibir la agitación, normalizar el estado mental
  • antidepresivos para mejorar el estado de ánimo;
  • tranquilizantes y normotimizantes para eliminar la ansiedad y estabilizar el estado general.

No se recomienda tomar los fármacos mencionados para automedicarse, ya que tienen sus indicaciones y contraindicaciones. La dosis, así como la duración del tratamiento, las determina un médico.

TEC

Para el tratamiento de la manía persecutoria causada por la esquizofrenia, a veces se utiliza la terapia electroconvulsiva. Consiste en hacer pasar una corriente eléctrica por el cerebro. Como resultado, se modifica la estructura de una proteína, lo que afecta a las neuronas del sistema nervioso central y periférico.

Se trata de un método de tratamiento bastante controvertido, que durante mucho tiempo se consideró incluso violencia contra el paciente. Sin embargo, hoy en día se utiliza a menudo en el tratamiento de trastornos mentales complejos. Las contraindicaciones para su aplicación son las enfermedades del sistema cardiovascular, los cambios en el ritmo cardíaco, la diabetes mellitus, los trastornos metabólicos, la insuficiencia renal, etc.

Conclusión

La manía o delirio de persecución es un trastorno grave que requiere un tratamiento bien dirigido. Es perjudicial no sólo para el paciente, sino también para quienes le rodean. En vista de ello, en la aparición de los primeros síntomas alarmantes debe ir inmediatamente al médico. Si los ignora, la enfermedad sólo empeorará, lo que eventualmente puede conducir incluso al suicidio. Por lo tanto, prestar atención a cualquier cambio en su estado emocional y psicológico. No dude en pedir ayuda a alguien de confianza. Sólo así será posible recuperar la alegría de vivir y la tranquilidad.

Fecha de actualización: 11-16-2023