Obsesividad: qué es en palabras sencillas, cómo librarse de ella

Las obsesiones son pensamientos intrusivos que simplemente no se pueden controlar. Probablemente al menos una vez en la vida con algo parecido nos hemos enfrentado cada uno de nosotros. Tal vez le haya preocupado si ha cerrado la puerta con llave. O preocupado por si has apagado o no la plancha. Hay muchas variaciones. La única cuestión es hasta dónde llega esa preocupación.

Qué es una obsesión

Qué es un comportamiento obsesivo

Las obsesiones en psicología son un estado en el que una persona tiene pensamientos o ideas intrusivas no deseadas. No puede deshacerse de ellos por sí misma.

En latín, la palabra «obsesión» significa «acosar» o «abarcar». Y las obsesiones justifican plenamente su significado. Se apoderan tan fuertemente de la mente que causan incomodidad, molestias y sufrimiento. Un hombre está constantemente bajo tensión porque concentra sus pensamientos en contra de su voluntad. Si, obedeciéndolos, empieza a actuar (se cometen compulsiones), se desarrolla el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Las obsesiones afectan absolutamente a todas las esferas de la vida humana. Lo más frecuente son los pensamientos obsesivos relacionados con errores y meteduras de pata del pasado. También existe el miedo a contagiarse de algo, etc.

Las obsesiones fueron descritas por primera vez por Felix Plater en 1614. Más de 250 años después, fueron descritas con más detalle por el Dr. Westphal (1877). Según él, el trastorno obsesivo compulsivo no depende de la capacidad mental. Es extremadamente difícil librarse de él incluso en los casos en que la persona no tiene trastornos asociados. Westphal creía que la aparición de pensamientos no deseados está asociada a problemas de pensamiento. Los especialistas modernos mantienen la misma opinión.

Los primeros éxitos en el tratamiento de las obsesiones aparecieron en 1892 gracias al científico y médico ruso Vladimir Bekhterev.

Características de las obsesiones

Los malos pensamientos ordinarios no deben confundirse con las obsesiones. Estas últimas tienen una serie de características distintivas

  1. Aparecen involuntariamente cuando la conciencia está despejada.
  2. La dirección del pensamiento no determina la naturaleza de las obsesiones.
  3. La persona considera estos pensamientos como algo ajeno. Según muchas personas, parecen surgir de la nada.
  4. No afectan al intelecto. La lógica y la capacidad de pensar permanecen inalteradas.
  5. El paciente se da cuenta de lo ridículas que son las cavilaciones de su cabeza.
  6. La afección va acompañada de emociones negativas, aumento de la ansiedad, aparición de depresión.
  7. Las obsesiones son desagradables para una persona. Provocan en él repugnancia, el deseo de deshacerse de ellas lo antes posible.
  8. Hay casos en los que, con la aparición de pensamientos intrusivos, se desarrolla un miedo a causar daño a los demás.
  9. La gente intenta ocultar los pensamientos obsesivos a familiares y amigos.

Y eso no es todo. Una de las características más importantes de las obsesiones es la imposibilidad de librarse de ellas. Pero esto no es lo más interesante. Cuanto más activamente intenta una persona vencer los pensamientos intrusivos, más fuerte le atacan. Ni ignorarlos, ni ordenarles que se detengan, ni automutilarse ayudan. Esto hace que la persona entre en pánico al darse cuenta de que ha perdido el control de su pensamiento. En tal estado, las obsesiones tienen la oportunidad de afianzarse aún más en la mente. Se forma un círculo vicioso.

Tipos de obsesiones

críticas gratuitas

El sistema de clasificación de las obsesiones es bastante amplio. Los especialistas no han sido capaces de llegar a una única conclusión, sobre la base de cuyos indicadores puedan dividirse en tipos. Por lo tanto, cada uno de ellos propuso su propia variante.

Karl Jaspers, psiquiatra alemán, dividió las obsesiones en estos tipos:

  • abstractas — no tienen nada que ver con el estado afectivo;
  • infructuosas — críticas vacías y gratuitas;
  • manía de contar: intentar contar absolutamente todo lo que le rodea;
  • recuerdos intrusivos del pasado;
  • dividir las palabras en sílabas durante la conversación;
  • imaginativo — acompañado de un aumento de la ansiedad, miedos;
  • dudas obsesivas;
  • impulsos compulsivos.

Además, según Jaspers, existen percepciones obsesivas, que de vez en cuando dominan por completo la conciencia de una persona.

Según el investigador Lee Bair, las obsesiones se dividen en 3 grandes grupos:

  • agresivas — con el deseo de utilizar la fuerza física o insultar;
  • pensamientos intrusivos de naturaleza sexual;
  • pensamientos obsesivos relacionados con la religión.

El sexólogo y psiquiatra soviético Abram Svyadoshch dividió todas las obsesiones en sólo 2 variedades:

  1. Elementales. Surgen tras experimentar un shock. Así, por ejemplo, una persona tiene miedo a montar en coche después de haber sufrido un accidente. Y entiende perfectamente de dónde vienen los pensamientos intrusivos y el miedo.
  2. Criptogénicos. No hay forma de explicar su naturaleza. Simplemente son. Pero no podemos averiguar de dónde vienen. Una persona no puede conectar estos pensamientos con lo que le está pasando.

Por último, está la clasificación propuesta por el psiquiatra y fisiopatólogo Anatoly Ivanov-Smolensky. En su opinión, existen obsesiones de excitación y de inhibición. Las primeras representan recuerdos traumáticos, fantasías, asociaciones y miedos. Y las segundas son un estado en el que el paciente es incapaz de realizar conscientemente una acción determinada en situaciones traumáticas.

Causas

crianza severa

Tratar las causas de las obsesiones es aún más difícil que el sistema de su división en tipos. El problema es que las obsesiones en sí mismas o su combinación con compulsiones pueden ser signos de trastornos mentales. Estos últimos, a su vez, surgen por alguna razón o se desarrollan sin motivo aparente. Por eso los científicos no pueden decir exactamente qué provoca la aparición de esos pensamientos intrusivos. Sólo formulan hipótesis y han identificado una serie de factores que, en teoría, pueden provocar el desarrollo de obsesiones:

  • biológicos — enfermedades cerebrales, traumatismos, trastornos de los sistemas nervioso y endocrino, infecciones;
  • psicológicos — temperamento, rasgos de carácter, deformación profesional o sexual de la personalidad;
  • social — excesivo rigor en la educación, excesiva religiosidad en la familia, etc.

Según Sigmund Freud, las obsesiones son el resultado del inconsciente. Todas las experiencias y traumas «se instalan» en este lugar, especialmente cuando se trata del deseo sexual. El científico afirmaba que la experiencia negativa no expresada en esta zona se manifiesta en determinadas circunstancias en forma de síndrome obsesivo, que afecta no sólo a la salud psicológica, sino también a la física.

Alfred Adler, seguidor de Freud, creía que la atracción sexual no es un factor importante que influya en el desarrollo del comportamiento obsesivo. En su opinión, es el resultado de un conflicto interno entre el deseo de poder y autoridad y un sentimiento de inferioridad. Resulta que los pensamientos obsesivos aparecen sobre todo cuando una persona ve una contradicción entre la realidad y los deseos de su personalidad.

Existe otra hipótesis. Fue planteada por Ivan Pavlov junto con sus colegas. El académico estaba seguro de que la razón de la aparición de las obsesiones reside en la organización del sistema nervioso. Consideraba la obsesión un «pariente» del delirio, y también decía que se produce en casos de activación de ciertas partes del cerebro. Otras partes del cerebro permanecen inertes.

Se trata de causas psicológicas. Si hablamos de las biológicas, lo más frecuente es que las obsesiones se desarrollen cuando hay falta de serotonina, a consecuencia de lo cual se altera la interacción de los departamentos cerebrales. Resulta que algunas neuronas no reciben el impulso necesario.

Otra sustanci a-la dopamina- también está asociada al síndrome obsesivo. Suele ser más de lo necesario. El nivel de ambas hormonas aumenta al ingerir alimentos sabrosos o alcohol, así como al mantener relaciones sexuales. La dopamina aumenta un orden de magnitud incluso al recordar momentos agradables. Una persona piensa una y otra vez en las situaciones que provocaron en ella una reacción tan violenta. Y un día se convierten en pensamientos obsesivos.

Cabe destacar que los científicos han encontrado una conexión entre las obsesiones y las bacterias patógenas. Así, el desarrollo de pensamientos o ideas obsesivas puede verse afectado por los estreptococos. El hecho es que cuando entran en el cuerpo humano, todas las fuerzas se movilizan para luchar contra la enfermedad. Los demás sistemas y órganos reciben menos «atención» de la que deberían. Como resultado, se desarrolla un proceso autoinmune. Si se ven afectados los ganglios basales (una pequeña zona del cerebro), aumenta el riesgo de trastorno obsesivo-compulsivo.

El trastorno obsesivo compulsivo puede ser un síntoma de agotamiento del sistema nervioso. Este trastorno se desarrolla tras infecciones, después del parto y durante la lactancia.

Sintomatología

pensamientos intrusivos

¿Qué es la obsesividad? Se trata de una afección en la que una persona se ve acosada por pensamientos intrusivos que aparecen de la nada. En consecuencia, la presencia de estos pensamientos y es el principal síntoma de trastorno obsesivo. Otras manifestaciones están relacionadas con su variación.

Así, por ejemplo, las obsesiones abstractas se caracterizan por razonamientos sin sentido sobre cualquier tema. Una persona puede hablar de religión, del sentido de la vida, de filosofía, etc. Y se da cuenta de que estas conversaciones no sirven para nada, pero no puede parar.

En las obsesiones compulsivas asociadas a recuerdos del pasado, no vienen a la mente algunos acontecimientos importantes, sino nimiedades cotidianas. Esto a menudo hace que el individuo repita algunas palabras una y otra vez.

Las obsesiones figuradas implican la presencia de dudas. ¿Con qué frecuencia piensa si olvidó apagar la plancha o cerrar el grifo del baño? Si estos pensamientos van acompañados de acciones (te estás controlando constantemente), podemos hablar del desarrollo de un trastorno obsesivo-compulsivo. Las compulsiones ayudarán, pero no por mucho tiempo. Si una persona no puede controlarse a sí misma, llevará a cabo una verdadera investigación, construyendo una cadena de sus acciones.

Si hay obsesiones posesivas, la percepción de la realidad del paciente está distorsionada. Por ejemplo, ha enterrado recientemente a alguien cercano. En su cabeza se ha instalado el pensamiento obsesivo de que el difunto no está muerto, sino vivo. Y los que le rodean simplemente han perdido la oportunidad de estar seguros de ello. La persona hace dibujos de cómo es despertarse enterrado vivo. En un intento de librarse de tales pensamientos, el individuo va al cementerio, escuchando los sonidos que pueden oírse bajo tierra. Y después, también puede exigir una exhumación.

Además de los descritos, las obsesiones presentan otros síntomas

  • aumento de la ansiedad;
  • timidez;
  • inseguridad;
  • palidez o enrojecimiento de la piel;
  • dificultad para respirar;
  • Vértigo;
  • latidos cardíacos rápidos o lentos;
  • Desmayos;
  • problemas intestinales.

En casos especialmente graves, se producen cambios en el carácter e incluso en la propia personalidad.

Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo

cómo afrontar las obsesiones

El pronóstico es favorable si se siguen al pie de la letra todas las prescripciones del médico. Para iniciar el tratamiento, un especialista realiza un diagnóstico. Su principal objetivo es determinar si las obsesiones no son un síntoma de algún trastorno mental, como esquizofrenia, neurosis o síndrome postraumático. Si uno de estos trastornos está presente, el médico ajustará el plan de tratamiento.

Entonces, ¿cómo hacer frente a las obsesiones? Muy a menudo en un complejo prescrito medicación y psicoterapia. De los medicamentos en la lucha contra las obsesiones ayudar a los antidepresivos, neurolépticos y tranquilizantes.

En cuanto a la psicoterapia, aquí todo es mucho más complicado. El especialista tiene que encontrar actitudes antiguas, traumáticas, y sustituirlas por otras nuevas, ayudar a la persona a desviar la atención hacia algo ajeno, interesante, algo que le distraiga de los pensamientos obsesivos. Una gran ayuda, por cierto, en este caso, la terapia ocupacional. También ha demostrado su eficacia la hipnosis, el autoentrenamiento, la meditación, la programación neurolingüística.

La autoayuda en el comportamiento obsesivo también tiene lugar. Se recomienda al paciente aplicar compresas frías en la cabeza, hacer friegas regulares, bañarse en agua de mar. También están indicados procedimientos como la electrofaresis y la darsonvalización.

Conclusión

Obsesiones: ¿qué son en palabras sencillas? Se trata de estados obsesivos compulsivos que siempre reducen en gran medida la calidad de vida. Y no es de extrañar, porque no dan tranquilidad ni un minuto. Una persona tiene una y otra vez en la cabeza pensamientos negativos e intrusivos. En su mente aparecen imágenes terribles, reproduce situaciones trágicas. Como resultado, cae en la depresión. Por lo tanto, es necesario luchar contra esta condición desde su primera manifestación. Y para ello se debe consultar a un médico. Independientemente obsesiones derrota no tendrán éxito. Cuantos más esfuerzos se dirigen contra ellos, más fuerte se vuelven. No tenga miedo de pedir ayuda a un psiquiatra o psicoterapeuta. En pocas sesiones, notará serias mejoras.

Fecha de actualización: 11-16-2023