Zoofobia combina una variedad de fobias expresadas en la manifestación del miedo a un animal en particular, su grupo o clase.
El miedo irracional a los seres vivos se manifiesta más a menudo en la infancia, pero también puede ocurrir en adultos. Un método eficaz de terapia es un enfoque psicoterapéutico integral.
Tabla
Definición del concepto
La zoofobia es un concepto colectivo de una serie de fobias específicas que se asocian a una especie, clase o grupo de animales en particular. No existe una definición que describa la zoofobia como un miedo a todos los animales en general. El pánico o la ansiedad compulsivos se desencadenan ante la visión de un individuo o grupo concreto.
La zoofobia se considera una de las fobias humanas más comunes. El problema es especialmente palpable cuando una persona se ve acosada por un miedo pánico a los animales más conocidos y comunes, como perros o gatos.
Tal trastorno mental pertenece a las enfermedades aisladas, ya que está más relacionado con un único objeto de miedo, por ejemplo, sólo serpientes, o ranas. En casos raros, tal reacción es posible 2-3 objetos a la vez. Todas las criaturas a la vez que una persona en cualquier caso no puede tener miedo.
Desde zoofobia es un problema mental, no es el último lugar en la psiquiatría y la psicología. El tratamiento de las fobias se dedica directamente en el psiquiatra, psicoterapeuta o psicólogo.
A los conceptos relacionados se puede atribuir la misofobia. En este caso, una persona siente pánico de poder infectarse con animales, por lo que intenta evitarlos por todos los medios.
Nombres médicos de la fobia
En general, cuantos seres vivos hay en la naturaleza, por lo que se pueden distinguir muchas variedades de zoofobia. En primer lugar, los expertos distinguen 5 subtipos principales de fobias:
- Batracofobia (miedo a cualquier anfibio);
- ornitofobia (pánico ante los pájaros);
- ictionofobia (miedo a los peces);
- escolecifobia (miedo a los gusanos);
- insectofobia (pánico incontrolable a la vista de cualquier insecto).
Cada una de las subespecies incluye una amplia variedad de fobias a una determinada especie o grupo de animales.
La ailurofobia (miedo a los gatos) y la cinofobia (miedo a los perros) son las más comunes. Son cosas con las que la gente se encuentra a diario en su vida cotidiana.
En segundo lugar en términos de prevalencia está la aracnofobia, es decir, el miedo a las arañas. Igualmente común es la herpetofobia, cuando una persona experimenta una ansiedad incontrolable al encontrarse con reptiles. A menudo no se pueden explicar las razones por las que una persona siente pánico al ver serpientes o lagartos.
Algunos individuos experimentan miedo a los caballos (hipofobia). Esta forma de fobia estaba muy extendida en la antigüedad. Hoy en día, estos animales son relativamente raros.
Otros tipos comunes de zoofobia son:
- taurofobia (toros);
- apiofobia (avispas, abejas, abejorros);
- blatofobia (cucarachas);
- selacofobia (tiburones) y otras.
Las formas exóticas incluyen el miedo a:
- hormigas (mirmecofobia);
- sapos (bufonofobia);
- pollos (alektorofobia);
- mariposas y polillas (mottefobia) y otros.
Una persona también puede experimentar miedo pánico a la vista de ballenas, gansos, osos y otros animales salvajes. Todas estas fobias tienen su propio nombre científico y definición.
La formación de todas las variedades de zoofobia se basa en el mismo principio — en el contexto de la experiencia negativa adquirida durante el contacto con un animal, una persona esperará una repetición de tal situación en el futuro, por lo que trata de evitar encuentros con él.
Además, hay casos en los que una persona experimenta un pánico incontrolable al ver no sólo animales vivos, sino también muertos. Este miedo suele venir de la infancia. El origen es la culpa ante la mascota, a la que el niño no pudo proteger de la muerte, o la crueldad infantil.
Factores provocadores
Basándose en numerosas observaciones, los expertos han identificado una serie de razones básicas que contribuyen a la formación de la zoofobia:
- El instinto de autoconservación . El miedo a la vista de los animales se establece a nivel genético y se transmite de antiguos antepasados a la siguiente generación.
- Experiencias negativas . Pueden haberse recibido en la infancia y haber afectado a la psique. Por ejemplo, a un niño le saltó encima un gato de forma inesperada, presenció el comportamiento agresivo de un perro hacia otra persona, etc. Como resultado, la actitud animal=peligro se almacena en la mente. La aparición de la fobia en adultos suele estar alimentada por una experiencia traumática personal, por ejemplo, ser atacado por una jauría de perros. Si un hombre o una mujer ha estado sometido a estrés durante mucho tiempo con anterioridad, es más probable que un incidente de este tipo pueda contribuir al desarrollo de un trastorno mental persistente.
- Ejemplo . Cuando uno o ambos padres tienen miedo a los animales, es posible que el niño también crezca siendo zoófobo.
- Errores de los padres . A menudo mamá o papá adoctrinan a su hijo en la idea de que los animales pueden ser peligrosos (muerden, contagian enfermedades peligrosas). Esta percepción puede conducir a la formación de un miedo irracional.
- MEDIOS DE COMUNICACIÓN . Para los niños, un grave peligro es el visionado de películas de terror, ya que la fobia surge precisamente a raíz de lo que se ve.
El desarrollo de la enfermedad es igualmente susceptible tanto para niños como para adultos. Sin embargo, lo más frecuente es que su formación se note precisamente en la infancia
Síntomas
En el caso de que el objeto del miedo aparezca de forma inesperada, la persona con fobia comienza a mostrar signos fisiológicos.
El pánico repentino contribuye a la liberación de una gran cantidad de cortisol y adrenalina, que se acompaña de:
- aumento del ritmo cardíaco;
- sequedad de la mucosa oral;
- dilatación de las pupilas;
- palidez de la piel;
- expresiones faciales de terror.
Así reacciona el cuerpo ante el peligro. Dependiendo del trasfondo emocional de la persona, estos signos pueden manifestarse parcial o totalmente. Además, un zoófobo intenta abandonar el lugar de encuentro con el estímulo lo antes posible, esconderse en un lugar apartado.
El cuadro clínico también depende de la forma de la zoofobia. En un curso leve, el paciente puede sentir asco, aprensión, actitud agresiva hacia el animal, que tiene miedo.
En este caso, su estado se acompaña de taquicardia, respiración rápida, las pupilas pueden dilatarse ligeramente. La persona es capaz de controlar su cuerpo y no experimenta otras manifestaciones psicosomáticas.
Cuando la enfermedad progresa, el miedo se vuelve incontrolable.yu curso de los ataques de pánico empeora y se acompaña de los siguientes síntomas:
- aumento de la sudoración;
- dificultad para respirar;
- palpitaciones;
- náuseas;
- mareos;
- Miedo a la muerte;
- comportamiento inadecuado.
El miedo pánico no siempre surge directamente al encontrarse con su objeto. A veces, la ansiedad puede provocarse al pensar en un animal al que la persona teme, o al ver su imagen.
Diagnóstico
Para establecer la presencia de un trastorno fóbico, es necesario pedir ayuda a un psicoterapeuta, psiquiatra o psicólogo. El médico llevará a cabo una recopilación de la anamnesis, identificará los casos de las primeras manifestaciones del miedo, qué síntomas se acompañan de un estado de pánico, y en función de ello realizará un diagnóstico definitivo.
Ejemplos entre personajes famosos
Cualquiera puede tener miedo a los animales. Las personalidades famosas no son una excepción.
Por ejemplo, a Salvador Dalí le diagnosticaron entomofobia. Experimentaba un miedo incontrolable al ver saltamontes. A Walt Disney le diagnosticaron musofobia. Nicole Kidman padece lepidopterofobia (miedo a las mariposas), y Napoleón tenía un pánico inexplicable ante los caballos blancos.
Autocontrol del miedo
Si la enfermedad cursa de forma leve, puede intentar hacerle frente con sus propios esfuerzos. Esto requerirá la realización de una cierta práctica, que se desarrolla en 3 etapas.
- Modelización . En la fase inicial del trabajo, los expertos recomiendan modelar una situación peligrosa y vivirla en su imaginación. Con miedo a los perros, puede imaginar, por ejemplo, un encuentro con un perro enorme, mientras corre hacia usted. En este punto, hay que dejar aflorar todos los sentimientos posibles. Esta etapa debe pasarse varias veces, hasta que la sensación de terror comience a debilitarse.
- Acercarse al objeto del miedo . La comunicación con el mismo perro por primera vez puede llevarse a cabo a través de la jaula. Que use un bozal y una correa. En este punto, es necesario controlar sus emociones, experimentarlas. Cada sesión ayudará a reducir la ansiedad.
- Contacto . Cuando el miedo es escaso o nulo en las dos primeras fases, se puede pasar a la proximidad directa con el animal. Para empezar, puede tratarse de una observación lateral en una zona de paseo. Gradualmente habrá que reducir la distancia hasta que se produzca un encuentro cara a cara.
Al realizar esta o cualquier otra práctica en solitario, la persona zoofóbica necesita sentirse apoyada. Puede proporcionárselo un familiar cercano o un buen amigo, una persona psicológicamente fuerte.
¿Cuándo se necesita la ayuda de un especialista?
Si el autotratamiento no da resultados positivos y el trastorno empeora, sólo un médico cualificado puede ayudar. Se recurre a la psicoterapia para establecer la causa de la fobia y superar los traumas psicológicos. Los principales métodos de terapia :
- Hipnosis;
- psicoanálisis;
- terapia cognitivo-conductual;
- programación neurolingüística.
Adicionalmente se puede utilizar
- meditación; yoga
- terapia artística;
- ejercicios respiratorios;
- zooterapia.
Si se observa el desarrollo de complicaciones, psicosis incontrolada o ataques de pánico, se prescribe medicación:
- neurolépticos;
- sedantes;
- antidepresivos.
Los medicamentos son capaces de suprimir la sintomatología, pero no la causa de la enfermedad.
Medidas preventivas
Aún no se han identificado acciones preventivas específicas para evitar el desarrollo del miedo animal. Para ello, se recomienda centrarse en mejorar la resistencia al estrés. Los padres deben reconsiderar la forma de educar y el comportamiento, no asustar al niño con historias y películas aterradoras, en las que los animales no se presentan de la mejor manera.
Consecuencias y pronóstico
La derivación oportuna a un especialista, cuando la enfermedad aún está en el inicio de su desarrollo, garantiza una curación rápida y la vuelta a la vida cotidiana normal. Ignorar el problema puede conducir a un debilitamiento del sistema inmunitario, al agotamiento del organismo.
Una persona con una fobia más a menudo comienza a enfermar, es atormentado por la neurosis, hay trastornos secundarios de la psique. Además, la afección puede complicarse con la aparición de hipocondría y paranoia. El paciente puede aislarse completamente de la sociedad, se vuelve agresivo e irritable.
Conclusión
La zoofobia es un concepto que reúne un grupo de fobias a distintos animales. A pesar de su amplia prevalencia, esta enfermedad es difícil de tratar. Con la oportuna ayuda cualificada, es posible conseguir una dinámica positiva para deshacerse de los miedos. La falta de tratamiento suele acarrear consecuencias más graves, hasta el punto de que el paciente se convierte en un peligro para sí mismo y para los demás.
Fecha de publicación: 4-29-2022
Fecha de actualización: 4-29-2022