Para muchos, París es un símbolo de amor. Los parisinos, y los franceses en general, son considerados la encarnación del romanticismo, la ética y la galantería. Pero cuando se enfrentan a la realidad, muchos turistas se escandalizan. Calles sucias, miradas furibundas, injerencia excesiva en la vida privada… todo ello provoca graves trastornos mentales. En psicología, este fenómeno se denomina síndrome de París. ¿Por qué se produce y cómo afrontarlo?
En qué consiste
El síndrome de París es un trastorno mental que, en la mayoría de los casos, afecta a turistas japoneses que deciden visitar París. Es similar al síndrome de Jerusalén y al síndrome de Stendhal.
El trastorno fue descrito por primera vez por el psiquiatra japonés Hiroaki Oto, del Hospital Santa Ana de Francia, en 1986. Se describió en una revista científica en 2004. Los psiquiatras creen que el principal factor que provoca su desarrollo es la fuerte decepción de los japoneses, la discrepancia entre lo que ven y sus expectativas.
El síndrome de París produce una serie de síntomas desagradables. Entre ellos: manía persecutoria, delirios, alucinaciones, depresión, ansiedad excesiva. Aquí también se puede añadir el deterioro del bienestar general, mareos, taquicardia y sudoración intensa. En ausencia de tratamiento, el paciente tiene pensamientos suicidas.
Esta patología también se caracteriza por la desrealización y la despersonalización. El primer trastorno es la pérdida del sentido de la realidad, la realidad de la existencia del mundo circundante. La segunda es un trastorno de la personalidad, la percepción de uno mismo desde el exterior, la alienación de sentimientos, pensamientos, acciones.
Según las investigaciones del mencionado Dr. Oto, entre 1988 y 2004, 63 personas fueron tratadas por el síndrome de París en el hospital St Anne. Estadísticamente, unos 20 turistas lo desarrollan cada año. La edad media es de 20-30 años. Pero rara vez acuden al médico.
Causas del síndrome
La razón principal de la aparición del síndrome de París es una discrepancia casi total entre la imagen inventada de París y la realidad. Y se manifiesta con tanta fuerza que la psique de los turistas simplemente no puede soportarlo.
Hay otros factores. El Dr. Oto nos habla de dos de ellos:
- Idioma desconocido. Pocos japoneses dominan el francés. Sólo unos pocos parisinos saben japonés. Esto hace que les resulte difícil entenderse. El resultado es un sentimiento de alejamiento del mundo, aislamiento de la sociedad y soledad.
- Diferencias culturales. A los japoneses les resulta difícil dominar la forma de comunicarse de los franceses. Estos últimos suelen hacer bromas ambiguas, francas, lentas. Mientras que los habitantes de Japón son reservados, muy educados y precisos en todo. Están acostumbrados a trabajar en equipo, mientras que los representantes de los países occidentales tienden al individualismo. Todo esto priva a los turistas de confianza en sí mismos.
¿Con qué se encuentran los turistas japoneses? He aquí algunas afirmaciones:
- Los parisinos tienen una mirada fría.
- Tienen una forma diferente de ver la vida.
- La belleza de la arquitectura no oculta la suciedad de las calles.
- Los japoneses amamos París. Los parisinos no.
- Hay demasiados inmigrantes en París. Es difícil saber quién es un francés de verdad.
- En Tokio, puedo poner con seguridad objetos de valor en la mesa de un café. Aquí no se puede.
Según los científicos, muchas personas desarrollan el síndrome de París. Lo que ocurre es que la psique de cada persona es diferente. Algunos pueden sobrellevarlo por sí mismos y sin mayores consecuencias, y otros no. Y otra peculiaridad — las chicas se ven afectadas por la patología más a menudo. Todo porque se inclinan por el romanticismo, la estética. Además, muchas de ellas sueñan con conocer al amor de su vida en París.
Síntomas
El síndrome de París se considera una psicosis, que se caracteriza por dolores de cabeza, ansiedad, manía persecutoria, depresión, alucinaciones y delirios. A veces, el paciente empieza a odiar París, Francia y a los franceses. En casos especialmente difíciles, no puede hacer frente al shock por sí mismo y decide suicidarse.
Después de unas horas o un par de días de estas manifestaciones de la patología no queda ni rastro. La persona vuelve a su vida normal.
Tratamiento
Lo más importante es alejar a la persona del lugar en el que aparecieron los síntomas desagradables. La siguiente etapa es la eliminación de la sobrecarga mental y emocional. Si los síntomas no se expresan con fuerza, basta con un tratamiento ambulatorio. En situaciones graves, es mejor buscar ayuda en una clínica psiquiátrica.
El tratamiento debe ser integral e incluir medicación y psicorrección. Suelen recetarse tranquilizantes y neurolépticos. Ayudan a sobrellevar un ataque agudo.
La psicocorrección consiste en sugerir y tranquilizar. Un psicólogo o psicoterapeuta ayuda a revivir de nuevo la situación traumática, deshaciéndose así de la tensión, los recuerdos negativos y las emociones.
El pronóstico en todos los casos es favorable. La única excepción es la presencia de una enfermedad mental crónica en el paciente.
Críticas
Muchos medios de comunicación japoneses hablan del síndrome de París. Sin embargo, psicólogos y psiquiatras cuestionan a veces su existencia.
Bernard Delage, presidente de la Asociación de Jóvenes Japoneses, cree que el síndrome de París es una especie de broma. Él lo llama choque cultural, que suele desarrollarse en quienes se trasladan a otro país. Además, 1/3 de los pacientes sufrían esquizofrenia en el momento en que se desarrolló la enfermedad. Por lo tanto, dice, no hay necesidad de dramatizar.
En vista de lo anterior, podemos suponer que el síndrome de París se desarrolla con mayor frecuencia en el contexto de la exacerbación de la enfermedad principal. Pero, al mismo tiempo, incluso las personas sanas pueden verse sorprendidas por lo que ven.
Conclusión
El síndrome de París es consecuencia de la destrucción de las ilusiones, de la discrepancia entre las expectativas y la realidad. En la zona de riesgo se encuentran los turistas procedentes de Japón, que a veces simplemente idolatran París. La patología se desarrolla rápida e inesperadamente y pasa con la misma rapidez, sin dejar secuelas.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023