El síndrome del impostor no es una manifestación de baja autoestima o inseguridad. La mayoría de las personas que padecen este síndrome han alcanzado ciertas cotas en los negocios, la creatividad y otros ámbitos. Sin embargo, a menudo tienden a justificarse en respuesta a los elogios, y en las conversaciones suelen mencionar la palabra «probablemente». Hablemos en detalle de las causas y los signos de esta afección, así como de la forma de librarse de ella.
Tabla
- Qué es el síndrome del impostor
- Cómo distinguir el síndrome del impostor del perfeccionismo
- Signos del síndrome del impostor
- Cualquier elogio se percibe como inmerecido
- Sentir regularmente que se está por detrás de los demás
- El éxito siempre se debe a una coincidencia de circunstancias.
- Miedo a quedar en evidencia
- Constantemente sentirse inseguro acerca de sus habilidades
- Recuerdan con dolor sus errores y fracasos
- Dudas de la corrección de tu elección
- Piensas que no tienes suficientes conocimientos para el trabajo
- Te encanta tu trabajo, pero crees que no tienes suficiente talento o capacidad de comunicación
- Cómo deshacerse del síndrome del impostor
- Conclusión
Qué es el síndrome del impostor
Se trata de una afección en la que una persona de éxito y triunfadora se considera indigna de sus logros. Teme que el engaño salga a la luz y los demás le vean en todo su esplendor.
Los psicólogos creen que la causa principal del síndrome es la distorsión cognitiva o efecto Dunning-Kruger. Según esta teoría, las personas se dividen en dos categorías:
- Una persona es tan estúpida que no puede evaluar adecuadamente sus habilidades y capacidades. No tiene el nivel de cualificación necesario para hacer su trabajo, pero al mismo tiempo se considera un genio.
- El segundo grupo incluye a las personas que han alcanzado el éxito. Cometieron muchos errores en el pasado y ahora en cada conversación los sacan a relucir. Debido a ello, los logros se devalúan.
Según las investigaciones, el 70% de los habitantes del planeta al menos una vez en su vida se han enfrentado a este tipo de sentimientos. Aparecen tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, se cree que estas últimas se enfrentan al problema mucho más a menudo. Por cierto, el concepto de «síndrome del impostor» fue inventado por las científicas Paolyn Clance y Susan Eames.
Las mujeres tienden a evaluar su trabajo peor de lo que vale. En la práctica, así lo demostró una encuesta realizada a un grupo de estudiantes de medicina. En comparación con los chicos, las chicas se ponían notas más bajas. Aunque, en opinión de los profesores, se mostraban mejor.
En Harvard se realizó un estudio similar. Los investigadores descubrieron que en las pruebas que implicaban Derecho, las chicas subestimaban sus puntuaciones. Esto ocurría con mayor frecuencia cuando había otras personas alrededor, o la evaluación afectaba a áreas «masculinas».
Cómo distinguir el síndrome del impostor del perfeccionismo
El problema de la inseguridad ya ha existido en el pasado. Sin embargo, el término «síndrome del impostor» es un fenómeno reciente. Todo porque la calidad de vida empezó a medirse por los grandes logros. En las pantallas de televisión, en Internet, en las redes sociales, en las publicaciones impresas se insta a la persona a ser resuelta, de carácter fuerte y activo, autosuficiente y exitosa, y a demostrar sus logros a la gente que le rodea, por ejemplo, en las redes sociales. Algunos ven esto como una fuente de inspiración o una fuerza motriz. Otros se ven a sí mismos como nada, incapaces de replicar tal éxito.
A menudo, al compararse con personas de éxito, saca conclusiones que no le favorecen. Llega un momento en que le parece que los que le rodean viven mejor. Es poco probable que después experimente satisfacción por la vida.
Otra razón para el desarrollo del síndrome que los psicólogos consideran baja autoestima, inseguridad y exigencias exageradas.
El complejo del impostor no es una enfermedad independiente. Más bien, es un signo del desarrollo de la ansiedad social.
Muchas personas creen que el complejo de impostor no lleva en sí mismo nada malo, porque una persona educada e inteligente inherente a la duda de sí mismo. Sin embargo, una mirada más atenta revela que las dudas y ansiedades perjudican la calidad de vida, obstaculizan el desarrollo y privan a las personas de motivos de alegría.
Resulta que el perfeccionismo y el síndrome no tienen nada en común. El primero es el deseo de ser el mejor. Y el segundo es la falta de fe en ti mismo y en tus logros.
Signos del síndrome del impostor
Como cualquier condición patológica, el complejo del impostor tiene signos y manifestaciones característicos.
Cualquier elogio se percibe como inmerecido
Es difícil reconocer el éxito, si la autoestima ha caído por debajo del plinto, y de la confianza en uno mismo no queda ni rastro. Por supuesto, hay casos en los que los elogios son una violación de los límites personales y una forma de dar consejos innecesarios. Pero si las afirmaciones sinceras parecen mentiras, merece la pena reflexionar.
Una persona que se enfrenta al síndrome del impostor, no sólo no acepta elogios, sino que en respuesta comienza a justificar o tranquilizar al interlocutor, subestimando deliberadamente sus logros.
Sentir regularmente que se está por detrás de los demás
El síntoma más fuerte se manifiesta en personas excelentes o que se fijan grandes metas y las alcanzan. Están dotadas de un cierto grado de perfeccionismo, lo que significa que se exigen a sí mismas y a los demás.
Por lo tanto, si parece que alguien hace mejor su trabajo, no se asuste y acúsese de falta de profesionalidad. Hay que tener en cuenta varios factores:
- Tal vez un colega tenga más años de experiencia laboral y, en consecuencia, más experiencia. Al cabo de un tiempo, le alcanzarás.
- No se puede ver desde fuera cómo una persona tiene éxito. No todo el mundo cuenta sus dificultades y problemas. Por lo tanto, el sentimiento de inutilidad en este caso puede ser subjetivo.
Es importante recordar que no existe un trabajo fácil. En cualquier trabajo puede haber dificultades, bajadas y subidas.
El éxito siempre se debe a una coincidencia de circunstancias.
Y hay muchos ejemplos de este tipo:
- entrar en la universidad porque ese año había pocos aprobados;
- conseguir un trabajo gracias al buen humor del jefe ese día;
- hacer amigos gracias a un chiste contado en el momento oportuno.
Según Melody Wilding, profesora universitaria de Nueva York, la persona que ve coincidencias en todas partes tiene miedo. Lo más probable es que sea miedo a no repetir el éxito.
Cuando la suerte es constante, cabe preguntarse si es consecuencia del trabajo realizado, en lugar de simple suerte.
Miedo a quedar en evidencia
Éste es el principal síntoma del síndrome del impostor. El «paciente» siente que pronto se revelará su verdadera identidad.
Un miedo permanente a exponerse no servirá de nada. Por lo tanto, es necesario pensar si todo es tan malo en realidad? Incluso si el trabajo consiguió por alguna coincidencia aleatoria, es poco probable que resultó durante mucho tiempo para permanecer en él para nada. Después de todo, una vez tuvo que mostrar cualidades profesionales.
Constantemente sentirse inseguro acerca de sus habilidades
De vez en cuando con preocupaciones todas las personas se enfrentan. Y esto es absolutamente normal. Sin embargo, una persona con síndrome del impostor se preocupa constantemente. Se siente tan inseguro que no se atreve a dar pasos activos. Esto es especialmente cierto cuando tiene que realizar una tarea seria o un nuevo trabajo.
Las personas con síndrome del impostor son inseguras no sólo en sus acciones, sino también en sus palabras. Nunca dirán directamente su opinión. Las palabras «probablemente» y «parece» aparecen a menudo en su vocabulario.
Recuerdan con dolor sus errores y fracasos
Se podría decir que ésta es la intersección entre el perfeccionismo y el síndrome del impostor. Debido a la exagerada exigencia consigo mismo, la persona compara cada error con una catástrofe. Es doblemente terrible si existe el miedo a exponerse, mencionado anteriormente.
La excitación constante provoca nuevos fracasos y reveses. Y su número es directamente proporcional al número de logros. Resulta ser un círculo vicioso. Las dudas sobre uno mismo agravan la situación y aumentan el precio de los nuevos errores.
Dudas de la corrección de tu elección
En la mayoría de los casos se debe a la falta de voluntad para asumir responsabilidades. Cualquier decisión tiene sus consecuencias y una persona tendrá que vivir con ellas. Pero, ¿para qué sufrir derrotas y fracasos, si se puede dejar pasar todo? Así es como piensan las personas con síndrome del impostor.
Deshacerse de las dudas no es tan difícil. Basta con encontrar varias opciones para el desarrollo de los acontecimientos y caminos alternativos. También sería bueno buscarse otra profesión, que ayude a hacer frente a gastos adicionales en caso de fracaso.
Piensas que no tienes suficientes conocimientos para el trabajo
Hay muchas razones para pensar así:
- No tienes ideas claras sobre la actividad profesional;
- la dirección elegida ya no te interesa
- la perfección mítica es más interesante que el trabajo en sí.
Todos los especialistas fueron alguna vez también principiantes. Pero con el tiempo adquirieron experiencia y empezaron a hacer el trabajo con más rapidez y eficacia. Por lo tanto, no hay que tener miedo, sino superar los miedos, tomar las riendas de uno mismo y empezar a actuar. O al menos dar el primer paso.
Te encanta tu trabajo, pero crees que no tienes suficiente talento o capacidad de comunicación
Esta es la idea errónea más popular entre quienes sufren el síndrome del impostor. A lo largo de la vida, habrá alguien que sea mejor y tenga más éxito en el objetivo. No hay por qué frustrarse y compararse con esas personas. Es mejor estudiar detenidamente su historia y convertirla en un ejemplo para uno mismo.
Cómo deshacerse del síndrome del impostor
Tener más confianza en uno mismo, dejar de tener miedo a exponerse y aprender a aceptar el éxito no es tan difícil. Basta con seguir una serie de sencillos consejos.
En primer lugar, hay que centrarse en el proceso de mejora, no en los resultados. Como ya se ha dicho, una persona con síndrome del impostor suele padecer una aparente falta de conocimientos. Esto se debe al hecho de que él o ella está mirando muy por delante del objetivo que tiene entre manos. Un ejemplo sería un estudiante que piensa en cómo obtener la mejor nota en lugar de pensar en cómo mejorar.
Al centrarse en el aprendizaje demuestra tener deficiencias y lagunas de conocimiento. Pero al mismo tiempo, la persona se da cuenta de que puede cambiarse a sí misma. En este caso, incluso el fracaso será una buena experiencia.
Centrarse en el objetivo final acabará provocando un colapso emocional, estrés, depresión y acciones precipitadas.
El segundo consejo se refiere a quienes buscan constantemente la perfección. No hay por qué esperar la perfección de uno mismo. Es mejor buscar un estado de armonía y comodidad.
El profesor Barry Schwartz cree que una calificación de «suficientemente bueno» es suficiente para sentirse feliz. La perfección es una ilusión. No hay necesidad de intentar demostrar lo contrario. Hay que aprender a perdonarse los errores y mostrar autocompasión.
Otra opción para librarse del síndrome del impostor es quitarse la máscara. Todo es banalmente sencillo. No es necesario experimentar los miedos y las inseguridades en solitario. Es necesario encontrar a alguien a quien poder contárselo todo. Es mejor si esta persona es un modelo a seguir y una fuente de inspiración. «Enfermo», al ver que la gente de éxito también experimenta ansiedad e incertidumbre, irá más rápido enmendándose y aprenderá a soportar su imperfección.
Hay otros consejos:
- No permitirse pensar constantemente en los fracasos y reveses del pasado.
- No compitas con los demás ni contigo mismo.
- Aprenda a reírse de las meteduras de pata.
- No ocultes tus éxitos y logros.
- Pregúntate: ¿te produce el trabajo la misma satisfacción que antes? Si la respuesta es negativa, merece la pena plantearse la recalificación.
No hay que tener miedo a la falta de conocimientos. Cambian y se mueven. Hoy una persona es especialista en un campo determinado. Y al cabo de un tiempo perderá su cualificación. Y no hay nada terrible en ello. Todo puede volver a su sitio si se practica.
Conclusión
El síndrome del impostor es una condición patológica peligrosa que provoca estrés y depresión. Su signo principal es la autocrítica injustificada, el autoabuso, la incapacidad para aceptar elogios y el miedo constante a exponerse. Suele afectar a personas de éxito. Cambiar la situación es sencillo. Sólo tienes que aprender a centrarte en conseguir objetivos, no en los objetivos en sí, elogiarte a ti mismo y no convertir la vida en una competición. También hay que pensar si el camino elegido aporta satisfacción. Quizá haya llegado el momento de cambiar de ocupación.
Fecha de publicación: 11-16-2023
Fecha de actualización: 11-16-2023