Trastorno pasivo-agresivo de la personalidad: síntomas, tratamiento

El trastorno pasivo-agresivo de la personalidad es un trastorno mental en el que una persona no puede expresar abiertamente su agresividad y exponer directamente sus necesidades y deseos, hacer valer sus derechos. Quiere satisfacer sus necesidades, pero tiene miedo de volverse dependiente de alguien, y también tiene miedo a la responsabilidad. Por lo tanto, prefiere hablar en clave y actuar mediante la manipulación.

Definición del trastorno de personalidad

agresión pasiva

El trastorno pasivo-agresivo de la personalidad es un trastorno del comportamiento y de la personalidad en el que una persona tiene miedo de hacerse valer directamente y expresa su irritación y enfado de forma indirecta. Por ejemplo, a través de frases como «Ya no es necesario», «Podrías haberlo adivinado tú mismo», «Por supuesto, y sin ti no lo habría conseguido» (todo ello dicho con una nota de enfado y resentimiento). O a través de un silencio elocuente.

En el mundo moderno, podemos identificar una manifestación tan específica de la agresión pasiva: enviar imágenes ambiguas (memes) en mensajes privados o simplemente al muro de uno mismo con la esperanza de que la persona adecuada vea este arrebato y se dé cuenta de que va dirigido a ella.

Otros ejemplos de agresión pasiva son:

  • Componer chismes y rumores, organizar intrigas;
  • críticas irracionales, reproches;
  • menospreciar a otras personas y normas sociales;
  • el ridículo, el sarcasmo, las burlas, el humor negro;
  • intentos de empujar a varias personas, de arruinar la vida de alguien;
  • engaño, tendencia a ocultar información o a sacar las palabras de contexto, a tergiversar las opiniones de la gente;
  • sabotaje y autosabotaje (una persona interrumpe los planes de los demás o crea inconscientemente situaciones de fracaso para sí misma).

El agresor pasivo no sólo descarga su ira en los demás. Inconscientemente, quiere hacerse valer a costa de los demás, hacerles sentir la misma negatividad que él siente (ansiedad, miedo, inseguridad, sentimientos de inferioridad).

Su comportamiento está impulsado por creencias transmitidas por sus padres:

  • «Nadie se atreve a decirme lo que tengo que hacer»;
  • «Tengo que hacer cosas para fastidiar a todo el mundo».
  • «No tengo a nadie de quien esperar amor, gratitud»;
  • «Nadie me comprende ni me acepta»;
  • «Soy un perdedor».
  • «Nunca debo depender de otra persona para nada, así que debo hacerlo todo a mi manera».

¡Interesante! El fenómeno del comportamiento pasivo-agresivo fue descubierto por el psicólogo William Menninger mientras estudiaba el estado mental de los militares. El psicólogo observó que algunos militares se comportaban de forma desafiante: incumplían órdenes, cometían errores, se comportaban deliberadamente con lentitud, etc. El psicólogo lo atribuyó entonces al estrés y a la inmadurez psicológica. Más tarde, ese estado se señaló como un trastorno independiente.

Causas del trastorno

crueldad parental

Los agresores pasivos no saben entrar en conflicto ni transigir. Están acostumbrados a obedecer, a tener miedo. Así es como funciona su programa subconsciente, causado por los costes de la educación.

Causas del desarrollo del trastorno pasivo-agresivo:

  • autoritarismo, crueldad de los padres;
  • falta de amor y afecto de los padres, indiferencia hacia el niño;
  • violencia, palizas sistemáticas por intentos de autoafirmación;
  • ridiculización de los deseos y necesidades del niño;
  • hiperpaternidad («mamá sabe mejor que nadie lo que necesitas»).

Así, en la mayoría de los casos, el tipo de personalidad pasivo-agresiva se forma en la infancia debido a deficiencias en la educación: por alguna razón el niño no podía expresarse abiertamente, pero tampoco podía expresar su descontento, por lo que aprendió a expresar la ira de otras maneras. El desarrollo del trastorno pasivo-agresivo en la edad adulta puede deberse al estrés crónico o a la intoxicación por consumo de sustancias psicoactivas.

En algunos casos, el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad se desarrolla en el contexto de otros trastornos, como depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y trastorno de ansiedad.

Signos

quejas sobre la vida

Una persona con trastorno pasivo-agresivo tiene miedo de darse a conocer. Piensa que los que le rodean deben adivinar por sí mismos lo que necesita. Sin embargo, esto no ocurre. Entonces la persona acumula ira, insatisfacción, resentimiento, rencor, irritación, y esto da lugar a arrebatos pasivo-agresivos.

Signos del trastorno pasivo-agresivo de la personalidad:

  • Aspecto hosco y estado depresivo;
  • quejas frecuentes sobre la vida;
  • comportamiento incoherente;
  • intolerancia a las peculiaridades, puntos de vista, opiniones de los demás;
  • visión pesimista de la vida, especialmente respecto al futuro;
  • La incapacidad de expresar sus deseos, de decir lo que tiene que cambiar para que la vida deje de ser tan horrible;
  • odio, actitud desdeñosa y crítica hacia los que están un poco más arriba en la escala social o profesional;
  • falta de voluntad para cumplir peticiones, deberes, encargos («¿Por qué yo?», «¿Por qué yo otra vez?», «Ah, se me olvidó», «Lo haré más tarde»);
  • mal cumplimiento de los deberes, si aún hay que realizarlos (lentitud, mala calidad, incumplimiento de los plazos, etc.);
  • capacidad para buscarse excusas con maestría.

El tipo pasivo-agresivo nunca expresará su descontento abiertamente, pero estas personas son las primeras en recurrir al libro de quejas y comentarios de Internet. Se quejan constantemente a una persona de los demás. Alguien del entorno sucumbe a la manipulación, intentando ayudar al tipo pasivo-agresivo. Sin embargo, estas personas correrán la misma suerte: ellas también serán criticadas, recibirán su «fi». Tarde o temprano resulta cansino, el paciente se queda solo, lo que refuerza su creencia en la crueldad de los demás.

¡Interesante! En todos los casos, el trastorno pasivo-agresivo se combina con el síndrome de la víctima.

Síntomas

Los síntomas del trastorno pasivo-agresivo de la personalidad son:

  • cambios de humor;
  • Desplazamiento de la responsabilidad hacia los demás y otros factores externos;
  • Intolerancia a la crítica combinada con el hábito de criticar a los demás;
  • irritabilidad;
  • envidia;
  • resentimiento;
  • inseguridad;
  • baja autoestima.

Las personalidades pasivo-agresivas están seguras de que todas las personas sólo se dedican a intentar ofenderles e infringirles. Al mismo tiempo, ellos mismos intentan hacer sufrir a los demás. Les produce placer.

Posibles complicaciones

La incapacidad de hacerse valer, el hábito de quejarse, el miedo a entrar en conflicto abierto para resolver el problema, llevan a que la persona no se lleve bien ni en la vida personal, ni en la esfera laboral. Las personas con trastorno pasivo-agresivo son malos trabajadores y terribles compañeros. Se ofenden constantemente, no se puede confiar en ellas. También es imposible hacer amigos con este comportamiento. Como resultado, la persona resulta estar socialmente inadaptada.

A menudo, las personalidades pasivo-agresivas se vuelven dependientes del alcohol y otras sustancias psicoactivas. Además, están dispuestas a llegar a un intento de suicidio demostrativo (como chantaje).

Atención Una persona con trastorno de personalidad pasivo-agresiva está obsesionada consigo misma. No ve su complicidad en su soledad, sus problemas en la vida personal y en el trabajo. Sigue deleitándose en la autocompasión y odia al mundo entero.

Diagnóstico del trastorno pasivo-agresivo de la personalidad

psicólogo Theodore Millon

El principal método de diagnóstico es la conversación psicoterapéutica y la observación del cliente durante la conversación. El psicólogo analiza no sólo los signos y síntomas generales (los que ya hemos considerado), sino que también realiza un diagnóstico diferencial según el tipo de personalidad agresivo-pasiva:

Tipo de personalidad pasivo-agresiva Signos y síntomas (rasgos de carácter)
Fluctuante Incertidumbre, incoherencia, indecisión, incapacidad para nombrar la razón exacta de su obstinación
Disgustado Malhumorado, fastidioso, irritable, tendencia a la manipulación y a los arrebatos afectivos
Disimulado Tozudez y mal desempeño de sus funciones, pereza en la ejecución de tareas, tendencia a dejar las cosas para más tarde
Grosero Malhumorado, exigente e intolerante con los demás, crueldad

Esta es la clasificación del psicólogo Theodore Millon. A la hora de hacer un diagnóstico, es importante tener en cuenta todas las características del trastorno. El plan de tratamiento está directamente relacionado con las peculiaridades del carácter del cliente.

Tratamiento

tratamiento de la agresión pasiva

El trastorno pasivo-agresivo se trata con ayuda de la psicoterapia. El psicoterapeuta determina la causa fundamental y selecciona métodos de corrección del comportamiento. Si la agresividad pasiva está causada por otro trastorno o por daños cerebrales debidos a una intoxicación, el tratamiento se dirige a estas causas.

Cuando se trabaja directamente con la agresión pasiva, el psicólogo enseña al cliente a reconocer y expresar sus emociones, necesidades y deseos. Además, ayuda al cliente a deshacerse de resentimientos, a superar traumas psicológicos y a mejorar su autoestima. Con la ayuda de la psicoterapia cognitivo-conductual, el cliente aprende a encontrar los desencadenantes personales y los patrones de comportamiento destructivos e inconscientes, sustituyéndolos por pensamientos y reacciones conscientes.

¡Importante! En casos desatendidos, está indicada la medicación. Es necesaria para aliviar la ansiedad y otros síntomas, y para preparar al cliente para la psicoterapia.

Prevención

La prevención debe iniciarse en la infancia. Los padres deben fomentar la independencia y la iniciativa del niño, especialmente durante la crisis de los tres años. Es importante considerar y respetar los intereses, necesidades, deseos del niño y responder adecuadamente a su insatisfacción. Es necesario enseñar al niño el arte de gestionar conflictos. El principal método de enseñanza es el ejemplo de los padres. En la edad adulta, como medida preventiva, es necesario aumentar la resistencia al estrés, resolver a tiempo todos los problemas de la vida, abandonar los malos hábitos.

Conclusión

El trastorno pasivo-agresivo de la personalidad se presta bien al tratamiento, pero hay una condición importante: el propio cliente debe aceptar el problema y querer curarse. La duración de la psicoterapia depende de las características específicas de la enfermedad y de la gravedad del estado del cliente. En cualquier caso, será necesario asistir a sesiones de psicoterapia de apoyo en el futuro.

Fecha de actualización: 11-16-2023